Juan 3.19-21 – La condenación de los que prefieren las tinieblas a la luz de Cristo

Juan 3.19-21 – La condenación de los que prefieren las tinieblas a la luz de Cristo

Comentario Bíblico Devocional sobre el Evangelio de Juan

Introducción

Bienvenidos a este estudio bíblico sobre el evangelio de Juan. Hemos estado estudiando el capítulo 3 de este evangelio en distintas publicaciones anteriores, y hoy continuaremos nuestro estudio con los versículos 19 al 21. A manera de resumen de lo ya visto te contamos que:

En los estudios anteriores hemos visto que todas las enseñanzas que encontramos en este capítulo tuvieron lugar cuando un maestro y gobernante del pueblo de Israel, Nicodemo, fue a visitar a Jesús. Vimos que en este encuentro Jesús le habló sobre: un nuevo nacimiento, el Reino de Dios, el Espíritu Santo y los que son nacidos del Espíritu.

Asimismo vimos que Jesús se identificó con el Hijo del Hombre o Mesías, y que se contrastó con la serpiente erigida por Moisés en el desierto. Además de esto, también le dijo que Él era quien había venido a traer la luz de Dios a la humanidad, y le habló sobre el gran amor de Dios por el que Jesús venía a salvar al mundo.

Obviamente éstos son sólo algunos de los temas tratados por Jesús, los cuales te hemos mencionado a manera de brevísimo resumen. Ya en los versículos precedentes le habló sobre la necesidad de creer en Jesús y le dijo que el que cree en Él no es condenado, pero que el que no cree ya ha sido condenado.

En los versículos que hoy veremos Jesús contrastará a aquellas personas que se acercan a la Luz (a Jesús) con aquellas que prefieren la oscuridad espiritual. Estos últimos, en vez de creer en Él beneficiarse con la luz de la revelación de Jesucristo, se condenan a sí mismos, puesto que han recibido la luz y la han rechazado.

Veamos entonces qué tienen estos versículos para decirnos e intentemos aplicar sus enseñanzas a nuestras vidas.

Además, si dispones del tiempo, nos gustaría comentarte muy brevemente nuestro propósito al escribir este comentario:

Unas palabras sobre nuestro comentario

La presente es una porción del Comentario Bíblico sobre el Evangelio de Juan, publicado por Gracia y Vida. El mismo pretende ayudar a los lectores en la interpretación y en la aplicación de las escrituras a sus vidas; teniendo además como objetivo que la lectura sea fluida y de fácil interpretación.

Con dicho objetivo en mente, y a fin de entender los distintos versículos de la manera más apropiada, nos ayudaremos con un análisis del contexto y también con las herramientas hermenéuticas necesarias para llegar a una correcta interpretación; pero todo esto sin entrar en largas discusiones, ni en detalles demasiado técnicos.

Sin más, y primero que cualquier otra cosa, te invitamos a leer atentamente el texto y orar para que el Señor te llene de su sabiduría; sin lugar a dudas Él será la gran fuente de toda verdad y de todo entendimiento. Hecho ésto, ahora sí comencemos con el estudio del versículo que nos convoca, leamos:

El Texto

19 Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas. 20 Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas. 21 Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios.

Juan 3.19-21 – LBLA

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Comentario del Texto

19

Y este es el juicio:

Ya en el estudio anterior habíamos hablado sobre la palabra juicio o condenación (κρινεται – krinó – kree’-no). Según tu versión de Biblia podrás leer “condenar o juzgar”, pero el resultado final termina siendo el mismo, ya que los que son enjuiciados por rechazar la luz terminarán siendo condenados por ese hecho.

Aquí Jesús revela por qué los que no creen ya han sido condenados, o por qué se juzga a los que no han creído (te resultaría apropiado leer los versículos previos 3.16 y 3.17). Todo esto está en franca disonancia con el amor de Dios que Cristo Jesús vino a manifestar, y que hemos visto en el versículo 3.16. Pero lo que debemos entender es lo siguiente:

Todos ya estábamos condenados por nuestros delitos y pecados, y la única manera de salvarnos de la condenación era (y sigue siendo) aceptar por fe a nuestro salvador Jesucristo. Aquí entonces la salvación depende principalmente de dos factores: de que exista la posibilidad de obtener la misma y de nuestra decisión de aceptarla o no.

Si voluntariamente decidimos rechazar la revelación de Jesucristo y la salvación que nos ofrece, entonces continuamos en nuestra situación de condenación en la que ya estábamos. Ésto es lo que Jesús les está expresando a Nicodemo, pero también lo que nosotros debemos entender hoy.

El amor de Dios existe y está disponible para todo aquel que acepte a Jesús como Salvador de su vida, pero si en vez de esto te unes a aquellos que no le han aceptado, eres candidato al juicio de Dios. En palabras de Jesús este juicio llega porque:

La luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas.

¿Eres tú uno de aquellos hombres? Todavía hay tiempo para tomar una decisión por Cristo, pero nadie sabe cuando ese tiempo habrá de acabarse. Sería bueno reconsiderar tu situación ahora, ¿No lo crees? Esperamos que lo hagas y que Dios ilumine tu entendimiento para llegar a Su verdad y a la salvación que está disponible para ti.

Si ya no lo has hecho y tienes voluntad de conocer a Jesús, de aceptarlo como el Señor de tu vida, obtener la salvación y la vida eterna que Él quiere ofrecerte, puedes seguir el link; también puedes comunicarte con nosotros a través de la caja de comentarios. Te animamos a hacerlo.

Ahora, al leer el texto, tal vez nos preguntemos: ¿Está Jesús hablando de la totalidad de la humanidad en este versículo? No, claro que no. Muchos hemos creído en las palabras de Jesús y hemos aceptado la salvación que Él nos provee. Pero entonces,

¿De quienes habla Jesús en este texto?

Él habla de aquellos que le han rechazado por no creer en Su palabra, por preferir seguir viviendo como les dictaba su propio corazón, antes que obedecer y vivir según la revelación de la verdad de Dios.

Éstos son los que amaron más las tinieblas que la luz, los que decidieron por su vida tal y cual estaba antes que a Jesús como su Señor, como aquel que tiene autoridad sobre sus vidas y que puede guiarlos para andar en la luz de Dios.

Sus acciones eran (son y seguirán siendo) malas ante los ojos de Dios, no porque cada cosa que hagan lo ofende sino porque no viven sus vidas conforme a Su voluntad. No todas las acciones de las personas son pecaminosas, pero sí que muchas de ellas nacen del pecado y terminan en maldad.

Como dice el apóstol Pablo, basado también en el libro de los Salmos:

10b

«No hay un solo justo, ni siquiera uno;

11

no hay nadie que entienda,

nadie que busque a Dios.

12

Todos se han descarriado,

a una se han corrompido.

No hay nadie que haga lo bueno;

¡no hay uno solo!»

Romanos 3.11-12 – NVI

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Por lo tanto: no hay nadie quien no peque, quien no ofenda a Dios.

Los que deciden rechazar la luz de Cristo son como aquellos insectos llamados “bichos bolita”, los cuales necesitan de la humedad para sobrevivir y están siempre a la sombra de alguna piedra que les dé sombra en nuestros jardines. Tanto ellos como los que aman al pecado viven en la oscuridad y se escabullen en cuanto les da la luz.

Los que aman el pecado rechazan la luz de Cristo porque no la pueden soportar y porque deciden vivir sus vidas alejados de los preceptos de Dios. Ellos creen que así disfrutan más de sus vidas y que eso les permite ganar más dinero o ser más felices. Vivir como quieren en lugar de ceder la autoridad a alguien más.

Obviamente Dios se los permite. El libre albedrío sigue estando vigente. Pero una vez que la luz del evangelio llega a nuestras vidas, ya no podemos alegar ignorancia. Sabemos que hay una forma distinta de vivir nuestras vidas y que la guía para poder vivirlas se encuentra en Jesús y en Su palabra.

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Jesús nos sigue diciendo:

20

Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas.

Nuestro Señor claramente le expresa a Nicodemo una regla general: “Todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas”.

Normalmente no hay nadie quien se muestre haciendo cosas deshonrosas a plena vista de todos y hasta los delincuentes y malvivientes eligen ocultar sus acciones para no ser asociados con las mismas. La impunidad de la noche ha sido elegida por las personas de todos los tiempos para realizar las peores atrocidades, los peores pecados.

La luz de Dios expone los pecados de la humanidad y por lo tanto las personas prefieren rechazarla y esconderse para no ser alcanzadas por la misma. Tal vez piensen que así Dios no las ve, aunque nosotros sabemos que eso no es cierto (Salmos 139.1-4; Hebreos 4.13; Juan 2:24-25; 1 Juan 3.20; etc., etc.).Ahora, lo que sí sabemos es que:

Hay dos maneras de vivir y debemos elegir cuál de ellas tomaremos para nosotros. O vivimos según la luz de Dios o según la oscuridad del pecado.

Debemos decidir si viviremos sin Dios y sin esperanzas en este mundo (Efesios 2.12), creyendo que nuestras acciones no tienen consecuencias eternas, o si lo hacemos según la Luz de Dios, con una esperanza viva y con el Espíritu Santo morando en nuestros corazones (Juan 14.23; Efesios 3.17; 1 Corintios 3.16; 2 Timoteo 1.14)

Tal vez la percepción de muchos sea que los cristianos son personas que se reprimen y que no pueden disfrutar de la vida; dado que piensan que el disfrute se los da el pecado o la libertad que les provee el no estar “atados a Dios”. Pero nosotros sabemos que ese pensamiento está muy lejos de la realidad.

La Biblia dice que: o servimos a Dios o al pecado (Romanos 6.15-18), y por ende, ya sea a uno u al otro, siempre serviremos a alguién. Pero además, y por otro lado, lo que también sucede es que estas personas pierden de vista que Dios hizo todo lo creado para el disfrute de la humanidad, y que Él pretende que disfrutemos de la vida que nos dio.

La cuestión es que se puede disfrutar de la vida sin depender del pecado y eso es algo que parece esconderse del entendimiento de la humanidad. Por lo tanto, permítenos aquí la siguiente pregunta: ¿Has decidido ya cómo vivir tu vida?

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Si decidiste por Cristo

Si ya has decidido por Cristo no estará de más hacerte la siguiente pregunta:

¿Cuánto buscas vivir dentro de Su voluntad? ¿Cuán importante es esto para ti?

Permítenos recordarte que el poder para vencer al pecado proviene de Dios y que lo recibimos al permanecer en comunión con Él. Por lo tanto, no utilices tus propias fuerzas para vencer al pecado, sino que en vez de eso, busca la ayuda y fortaleza que provienen del Señor. Y además:

No te contristes en demasía si todavía no has logrado vencer ciertas cuestiones, antes bien: permanece en Él y descansa en Su fortaleza. No toda guerra es ganada en la primer batalla, a veces hay que dar unas cuantas y por largo tiempo para vencer con algunas, pero recuerda siempre que:

El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad (Romanos 8.26) y que con Cristo somos más que vencedores (Romanos 8.37). Por ende: Sigue con fe, con la mirada hacia la meta, y no desmayes. ¡El Señor Jesucristo está y estará siempre contigo!

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21

Pero el que practica la verdad viene a la luz

He aquí la diferencia: Los que aman el pecado se esconden de la luz, pero los que aman a Dios se regocijan en ella. El que practica la verdad, es aquella persona que día a día hace lo que Dios espera de ella, no que no peque (porque eso no es posible en esta tierra), sino que vive según Su palabra, manteniéndose firme en comunión con Él.

Tal persona es la que practica la verdad, y sí, en algún momento deberá “lavarse los pies” (Juan 13.10), pedir perdón a Dios y seguir adelante; pero está acostumbrada a vivir buscando su presencia y a vivir en la santidad a la cual fuimos llamados (1 Pedro 1.15-16). Se deleita en la luz de Cristo y ama sus caminos.

Esa persona es la que viene a Su Luz cada día y la que toma esto como algo natural; ya ni siquiera es una meta, es algo que hace como cualquier otra cosa normal de la vida, como ser por ejemplo: respirar, comer o dormir. Ésto es lo que la lleva a andar de victoria en victoria en cuanto a la vida espiritual.

¿Te identificas con esta persona? ¿Qué piensas que debes cambiar u ordenar para ser alguien que vive “practicando la verdad de Cristo”?

Te dejamos un buen ejemplo de alguien que vivió practicando la verdad (aunque también sabes que tuvo sus errores, y que aún así Dios manifestó que él tenía un corazón conforme al suyo – 1 Samuel 13.14; Hechos 13.22). Así expresaba David su anhelo por estar en comunión con su Señor:

Salmos 84

1

Señor de los ejércitos,

¡cuán grato es habitar en tu templo!

2

¡Mi alma anhela ardientemente

estar, Señor, en tus atrios!

¡A ti, Dios de la vida, elevan su canto

mi corazón y todo mi ser!

3

Hasta los gorriones y las golondrinas

hallan dónde anidar a sus polluelos:

¡cerca de tus altares, Señor de los ejércitos,

rey mío y Dios mío!

4

¡Cuán felices son los que habitan en tu templo!

¡Todo el tiempo te cantan alabanzas!

5

¡Cuán felices son los que hallan fuerzas en ti,

los que ponen su corazón en tus caminos!

6

Cuando cruzan por el valle de las lágrimas,

cambian su aridez en un manantial

al llenar la lluvia los estanques.

7

Van de victoria en victoria,

hasta llegar a verte, oh Dios, en Sión.

8

Señor, Dios de los ejércitos, ¡oye mi oración!

Dios de Jacob, ¡escúchame!

9

¡Míranos, Dios y escudo nuestro,

y posa la mirada en el rostro de tu ungido!

10

Es mejor pasar un día en tus atrios

que vivir mil días fuera de ellos.

¡Prefiero estar a la puerta de tu templo, oh Dios,

que vivir en las mansiones de la maldad!

11

Tú, Dios y Señor, eres sol y escudo;

tú, Señor, otorgas bondad y gloria

a los que siguen el camino recto,

y no les niegas ningún bien.

12

Señor de los ejércitos,

¡cuán dichoso es el que en ti confía!

Salmos 84 – RVC

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Veamos qué más hacen los que viven según la luz de Cristo:

Para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios

Los que venimos a la Luz, y vivimos como Dios manda, no escondemos nuestras acciones con vergüenza. No nos molesta que Dios vea qué hacemos. Es más, antes de hacer cada cosa le pedimos al Señor sabiduría y Su guía, le pedimos que nos ayude a realizar cada tarea que emprendemos. No nos ocultamos de Él, lo hacemos todo en Su misma presencia.

Luego, al finalizar lo que hemos hecho, no solo Dios sino también quienes nos rodean, pueden ver que nuestras obras son buenas, son el resultado de una mente, un corazón y unas manos puestas al servicio del Señor. ¿No es esto lo que Él espera de nosotros? ¿No es lo que la Biblia expresa al decir: “por sus frutos los reconocerán” (Mateo 7.16)?

Es por eso que el apóstol exhorta a los colosenses de la siguiente manera:

1 Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces vosotros también seréis manifestados con Él en gloria.

Colosenses 3.1-4 – LBLA

Es también por eso que unas estrofas más adelante les dice:

Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre.

Colosenses 3.17 – LBLA

Ésto es lo que agrada a Dios y ésto es lo que hacemos sus hijos. Obviamente que todos debemos seguir creciendo en madurez y en el conocimiento del Señor Jesucristo pero también es cierto que nuestra meta es decir (y vivir), lo que dijera el apóstol Pablo:

Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Gálatas 2.20 – LBLA

Si vivimos así: ¿Quedarán dudas de que vivimos en la luz de Cristo? En cuanto lleguemos a ese nivel de entrega y madurez espiritual, seguramente podremos decir también junto con el apóstol:

“Para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia”.

Filipenses 1.21 – LBLA

Pero paso a paso, escalón por escalón. Vayamos subiendo y creciendo cada día

Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

Efesios 4.13 – LBLA

¿Estás de acuerdo? ¡Adelante entonces!

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Para terminar con este estudio

Queremos hacer nuestra la oración de Pablo a favor de los Filipenses:

9 Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, 10 para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, 11 llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

Filipenses 1.9-11 – LBLA

De esta misma manera oramos hoy por tí. En el nombre de Jesús, amén.

Nos encontramos en el próximo estudio, aunque si gustas, no dudes en comunicarte con nosotros a través de la caja de comentarios. Que Dios multiplique sus bendiciones para tu vida, y te guíe por sus sendas de justicia.

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Te dejamos algunos otros links que pudieran servirte:


Esto otros te ayudarán a entender más sobre el mensaje de la Biblia y sobre cómo obtener la vida eterna que Dios quiere darte:

Si quieres saber qué significa aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador, haz clic en el enlace.

Si no sabes de qué debemos ser salvados por Jesús, haz clic en el enlace.

O si no entiendes la Biblia, el Espíritu Santo nos puede ayudar a entender la Biblia, las cosas espirituales y la salvación.

Si deseas entregar tu vida a Dios y comenzar una nueva relación con Dios, lee las instrucciones de la Biblia al respecto.

También puedes leer cómo comenzar tu vida con Dios.

También puedes leer cuál es el significado de pecado y cuáles son las consecuencias del pecado.

En este link puedes leer sobre tu responsabilidad para obtener tu salvación.

Si hay cosas que no entiendes y no las encuentras en la categoría ABC de la Fe, en este sitio, no dudes en escribirnos.

Nota

Todas las Citas Bíblicas identificadas con LBLA fueron tomadas con permiso de LBLA – http://www.lbla.com

Las identificadas como NVI fueron tomadas de:

Escritura de la Santa Biblia, NEW INTERNATIONAL VERSION®, NIV® Copyright © 1973, 1978, 1984, 2011 por Biblica, Inc.® Usado con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Las identificadas como RVC Fueron tomadas con permiso de:

Reina Valera Contemporánea ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2009, 2011.

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