Juan 3.18 – El que cree en Jesús no es condenado
Comentario Bíblico Devocional del Evangelio de Juan
Introducción
Bienvenidos a este estudio bíblico sobre el evangelio de Juan. Hemos estado estudiando el capítulo 3 de este evangelio en distintas publicaciones anteriores, y hoy continuaremos nuestro estudio con el versículo 18. Desde el comienzo de este capítulo hemos visto diferentes temas:
En primer lugar que Nicodemo, un líder y maestro judío, se acercó a Jesús para poder conocer más sobre Él y sobre su mensaje; y a pesar de que no comprendió mucho de lo que Jesús le decía, Jesús no se dio por vencido y le siguió explicando distintos detalles del Reino de los cielos, con el objetivo de que aquel hombre pudiera ingresar al mismo.
Al llegar a los versículos previos observamos que Jesús le contó el propósito de su ministerio, la salvación de todo el mundo (Juan 3.15), y la razón para que el mismo tenga lugar, el amor de Dios (Juan 3.16). En 3.17 Jesús le aclara a Nicodemo que, al contrario de lo que los judíos esperaban del Mesías, Jesús no vino a juzgar al mundo sino a salvarlo.
El texto que hoy veremos es la continuación de 3.17, y para comprenderlo mejor necesitaremos leer aquel versículo; pero aún mejor sería que leas todo el contexto, es decir, Juan 3.1-21. Además de estudiar las enseñanzas de este texto, lo que intentaremos es ver si es posible aplicar sus conceptos a nuestras vidas.
En cuanto a los temas contenidos en el texto: En el versículo de hoy veremos cuál es la condición en la cual se encuentran todos los seres humanos sin Jesús, la necesidad de la fe para evitar la condenación, y hacia quién debemos apuntar nuestra fe: hacia el Unigénito Hijo de Dios.
Índice del estudio
También te dejamos este índice para que puedas navegar a voluntad por el estudio, aunque si te fuera posible, nuestra recomendación es que puedas leerlo todo de corrido.
Juan 3.18 – El que cree en Jesús no es condenado
También nos gustaría comentarte muy brevemente nuestro propósito al escribir este comentario:
Unas palabras sobre nuestro comentario
La presente es una porción del Comentario Bíblico sobre el Evangelio de Juan, publicado por Gracia y Vida. El mismo pretende ayudar a los lectores en la interpretación y en la aplicación de las escrituras a sus vidas; teniendo además como objetivo que la lectura sea fluida y de fácil interpretación.
Con dicho objetivo en mente, y a fin de entender los distintos versículos de la manera más apropiada, nos ayudaremos con un análisis del contexto y también con las herramientas hermenéuticas necesarias para llegar a una correcta interpretación; pero todo esto sin entrar en largas discusiones, ni en detalles demasiado técnicos.
Sin más, y primero que cualquier otra cosa, te invitamos a leer atentamente el texto y orar para que el Señor te llene de su sabiduría; sin lugar a dudas Él será la gran fuente de toda verdad y de todo entendimiento. Hecho ésto, ahora sí comencemos con el estudio del versículo que nos convoca, leamos:
El Texto
El que cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Juan 3.18 – LBLA
Comentario del texto
Juan 3.18 – El que cree en Jesús no es condenado
El que cree en Él no es condenado
En principio, para poder entender mejor nuestro texto, leamos el versículo anterior (Juan 3.17):
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él.
Juan 3.17 – LBLA
En el estudio sobre Juan 3.17 habíamos dicho que, siguiendo distintas profecías, los judíos entendían que el Mesías juzgaría a las naciones luego de manifestarse como tal. Que eso era lo que estaban esperando de Él, junto con el establecimiento del Reino Mesiánico y Su conducción para liberarlos del imperio Romano.
También dijimos que esta concepción, en la mente de Nicodemo, es lo que muy probablemente haya “leído” Jesús para hacer esta aclaración: “No he venido para juzgar al mundo sino para salvarlo”. (Puedes leer aquel estudio a través del siguiente link: Juan 3.17 – Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo).
Nicodemo, al igual que el resto de la nación, no podría entender que Jesús fuera el Mesías a menos que cumpliera con dichos actos. Pero Jesús le planteaba otra posibilidad, otra meta posible para el Mesías, y eso es lo que estamos viendo en estos versículos.
El propósito de Jesús era proveer la posibilidad de salvación al mundo, dado que la condición en la que la humanidad se encontraba, y se encuentra aún, es un estado de “condenación”. Esto es siempre que la persona NO haya depositado su fe en Cristo Jesús, se haya arrepentido de sus pecados y haya ingresado al Reino de los Cielos.
Te invito a ver brevemente el significado y el uso de la palabra “condenación” en el texto bíblico, para comprender mejor el mensaje de Jesús en este versículo:
El uso de la palabra “condenado o condenación” en el Nuevo Testamento
La palabra κρινεται (krinó – kree’-no), que en nuestro texto fue traducida como “condenado”, fue también utilizada en otros textos de los evangelios y se tradujo como:
- Juzgar en: Mateo 7.1,2; 19.28; Lucas 6.37; 7.43; 12.57; 22.30; Juan 5.22; 5.30; 7.24; 7.51; 8.15; 8.16; 8.26; 8.50; 12.47,48; 16.11; 18.31; y como
- Condenar en: Juan 3.17,18.
También se utilizó en distintos textos del Nuevo Testamento (solo colocaremos algunos aquí) y se tradujo como:
- Juzgar en: Hechos 4.19; 7.7; Romanos 2.1; 2.3; 2.12; 2.16; 3.6,7; 14.3, 4, 5, 10, 13; 1 Corintios 4.5; 5.3; 5.12, 5.13; 6.1, 2, 3, 6; 11.32; 2 Tesalonicenses 2.12; etc.; etc.; y como
- Condenar en: Hechos 13.27; Romanos 2.27; Romanos 14.22; etc.; etc.
Juan 3.18 – El que cree en Jesús no es condenado
Para entender un poco mejor el sentido en el que se la utilizaba, leamos solo algunos pocos:
Algunos textos que utilizan esta palabra
Pues todos los que han pecado sin la ley, sin la ley también perecerán; y todos los que han pecado bajo la ley, por la ley serán juzgados.
Romanos 2.12 – LBLA
En el día en que, según mi evangelio, Dios juzgará los secretos de los hombres mediante Cristo Jesús.
Romanos 2.16 – LBLA
Te encargo solemnemente, en la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su manifestación y por su reino.
2 Timoteo 4.1 – LBLA
Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley.
Romanos 2.27 – RVR 1960 (Observar si te es posible que en la versión LBLA esta palabra se traduce como juzgar).
La fe que tú tienes, tenla conforme a tu propia convicción delante de Dios. Dichoso el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.
Romanos 14.22 – LBLA
El significado en este texto
Habiendo leído todos ellos es posible que el significado de dicha palabra nos quede más que claro. Dios se presenta como un juez que ha de juzgarnos y condenarnos por nuestros pecados. Pero en sí, ya estamos condenados, dado que ya hemos pecado y que Él ya nos ha revelado cuáles son las consecuencias del pecado. Por ende:
Jesús presenta a Nicodemo dos posibles condiciones o estados para los seres humanos, y todos nosotros estaremos en alguno de ellos. O bien somos salvos (o no condenados) o bien somos personas que estamos condenadas por nuestros pecados delante de Dios; y esto último es lo que Jesús vino a solucionar.
Una premisa errónea
Existen muchos que dicen que, dado que son buenas personas, no es posible que sean condenadas por Dios. Presentan la siguiente situación: Si Existe un Dios justo, entonces, no es posible que Él los condene, dado que no le hacen mal a nadie. Es decir, que son muy buenos en su propia opinión.
Notemos que en su pensamiento manejan la hipótesis de que Dios debe juzgar tal cual lo hacen ellos, es decir, desde sus parámetros. Dios será justo sólo si los considera a ellos buenos y dignos de salir sin condena de cualquier juicio que se les presente. Ahora, tal vez realmente sean muy buenas personas, con errores como todos, claro, pero buenas.
Sin embargo Dios no ha de juzgar según nuestro sistema de valores, sino desde el Suyo. Juzgará no sólo los actos de bondad, sino también cuán cerca está cada persona de Sus planes para nosotros, de Sus ideales para Su creación y por si han aceptado o no la salvación que Él les pone enfrente, además claro, de lo que es obvio, de sus pecados.
Por ende: ¿Cuán justo te consideras delante de Dios? ¿Cuán seguro estás de vivir tu vida como Él quiere que la vivas? ¿Te han dicho alguna vez que no es posible vivir según la voluntad de Dios sin que Jesucristo reine en tu vida? Esta es una buena oportunidad para entregar tu vida a Dios.
La FE hace la diferencia
La diferencia entre una condición y otra es determinada por la fe de cada persona. Todo aquel que ponga su fe en Jesús como su Salvador y su Señor tiene libre acceso a la salvación que Dios ofrece. (¿Has tenido oportunidad para preguntarte si eres realmente salvo? En los siguientes links hablamos sobre qué es la salvación y qué hacer para ser Salvos).
Este es el sentido de las palabras de Jesús al decirle a Nicodemo:
“El que cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”
Juan 3.18 – LBLA
En este sentido entonces:
Cuán grande es tu fe y, ¿Está tu fe bien orientada? Es decir, ¿Estás seguro de poner tu fe en Jesucristo? Una fe auténtica y bien orientada es la llave para vidas cambiadas, para tener los ojos abiertos mirando las maravillas de Dios, para una esperanza viva, y para tener paz para con Dios y un destino eterno.
¿Disfrutas ya de todo eso? Dios está dispuesto a concederte todo esto si pones tu fe en Él. (Si quieres, puedes conversar con nosotros al respecto. Escríbenos en la caja de comentarios).
Juan 3.18 – El que cree en Jesús no es condenado
Veamos ahora:
Por qué la humanidad ya ha sido condenada y cuál es la relación entre esta condición y el juicio final
La humanidad desobedeció a Dios desde un principio y se ha convertido en enemiga de lo que Dios tenía ideado para ella. Hemos dejado a Dios de lado y nos hemos desentendido de Él. Entre otras muchas cosas, es por eso es que no nos ha sido posible acercarnos nuevamente a Él por nuestros medios.
Hay una innumerable lista de versículos que podríamos citar aquí, que nos pueden ayudar a ver nuestra situación desde la perspectiva divina, solo pondremos algunos de ellos a continuación, pero te animamos a seguir buscando:
Versículos que nos muestran nuestra condición frente a Dios
Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.
Eclesiastés 7:20 – RVR1960
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Romanos 5:12 – RVR1960
Pero la Escritura declara que todo el mundo es prisionero del pecado, para que mediante la fe en Jesucristo lo prometido se les conceda a los que creen.
Gálatas 3:22 – NVI
6 Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz; 7 ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, 8 y los que están en la carne no pueden agradar a Dios.
Romanos 8:6-8 – LBLA
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros.
1 Juan 1:8 – DHH
Conclusión en vista de los textos
Es por todo lo que hemos visto que la humanidad ya ha sido condenada, claro que el juicio ya viene y que todavía no ha llegado; pero la sentencia a dictarse en el mismo está casi definida. Ya se sabe que la condición de los pecadores es de condenación. Es por esto que no era necesario que Jesús viniera a condenar al mundo.
Ahora, el gran problema que había que resolver desde la perspectiva de Dios, era cómo podía hacer Él, o qué solución debía aplicar, para volver a tener una relación de comunión y de amor con la humanidad. Era eso lo que Él anhelaba y era eso lo que había esperado desde el pecado de Adán.
Ésto era claramente lo que Él quería quería, pero el problema a resolver era grave. Dios no podía unirse al pecado, ni tampoco tener una relación de comunión con las personas que vivían en y para el pecado. Por eso su plan de salvación. Por eso Jesucristo, su Hijo, viniendo a esta tierra, por eso su muerte y también por eso su resurrección.
Su gran plan era (y es) maravilloso. Jesús vino al mundo para pagar por nuestros pecados y para cumplir así con los requisitos de la justicia y de la santidad de Dios. Una vez hecho esto, la gracia de Dios se podría aplicar a nuestras personas. Esta era la única manera de poder relacionarnos libremente con Dios.
Juan 3.18 – El que cree en Jesús no es condenado
Eso era lo importante para la humanidad y eso es lo que Jesús quiere que entiendas: Hoy puedes ser un hijo (una hija) de Dios
Si quieres ser un/a hijo/a de Dios puedes conseguirlo a partir de depositar tu fe en Jesús. ¿Quieres hacerlo ahora? Para ello, debes reconocer que has pecado, pedir perdón a Dios y tomar la decisión de comenzar, desde hoy, a cumplir con Su voluntad para tu vida. Si quieres, y estás dispuesto, solo tienes que hablarle a través de una oración, dile:
Padre Celestial te agradezco por la oportunidad que me das de conocerte. Quiero hoy poner mi vida en tus manos, te pido me perdones por mis pecados y que me ayudes a seguir tu camino. Acepto a Jesús como mi Señor y Salvador y te entrego mi vida hoy. En el nombre de Cristo Jesús, amén.
Si has hecho esta oración y necesitas que alguien te ayude y te guíe en este camino, no dudes en escribirnos. Al final de este estudio te dejaremos más artículos para leer; pero lo importante ahora es que comprendas que Dios ha de guiarte en tu camino, que la oración (hablar con Dios), y la Biblia, deben ser dos guías para tu vida a partir de ahora.
También debes saber que la Biblia nos dice que:
Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor,
Hechos 3:19 – NVI
Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos perdonará y limpiaremos de toda maldad.
1 Juan 1:9 – NVI
Veamos ahora muy brevemente qué relación hay entre la situación de las personas que no han puesto su fe en Jesús y el Juicio final. ¿Qué nos dice la Biblia al respecto?
El juicio final
En aquel juicio no ha de determinarse si las personas que no han tenido fe en Jesucristo son o no pecadoras, o si serán o no condenadas. Eso ya se sabe*, lo que ha de determinarse es el grado de castigo que han de tener (Ver Mateo 16.27; 25.31-33; 14.10-12; Hechos 17.31; 2 Corintios 5.10; 1 Pedro 4.5; Apocalipsis 20.11-15; Daniel 12.2, y también, Daniel 7.9-10; Mateo 13.39-43, 49; Juan 5.22; Hechos 10.42).
*En relación a lo que ya se sabe, lo que queremos decir es que Dios nos ha provisto de la posibilidad de salvación a todos los que hemos tenido oportunidad de conocer a Jesucristo. A los que no tuvieron esta posibilidad, posiblemente les quepa lo dicho por el apóstol Pablo en Romanos 2.5-16. Pero no discutiremos aquí sobre este tema.
Lo importante en este texto es notar que Jesús le decía a Nicodemo que la condena de los pecadores ya era segura, y que la misma tenía relación con la condición de pecado en la que el hombre se encontraba, y con la falta de fe en el Hijo del hombre (Jesucristo).
Respecto del título “Hijo del hombre”, ya hemos escrito mucho en el estudio sobre Juan 3.13 – El Hijo del hombre que está en el cielo. Si bien te animamos a leer el dicho estudio para entender mejor de qué se trata, aún así te diremos que el mismo, es un título equivalente al de “Mesías” y que Jesús lo utilizaba mucho, muy posiblemente por su identificación con la humanidad.
Juan 3.18 – El que cree en Jesús no es condenado
Para terminar
No podemos terminar este estudio sin decir que: No era posible entender plenamente este versículo si lo estudiabamos por separado de su contexto. Es por eso que te pedíamos que leas el mismo al inicio del estudio. Los versículos que siguen también nos traerán mucha luz sobre el significado del mismo, y los vamos a tratar en los próximos estudios:
19 Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas. 20 Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas. 21 Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios.
Juan 3.19-21 – LBLA
También queremos poner a tu disposición los siguientes estudios:
Links hacia otros estudios
Te dejamos algunos otros links que pudieran servirte:
- Si deseas, haz clic aquí para ir alÍndice general del estudio y presentación del Evangelio de Juan.
- Estudio introductorio sobre el cuarto evangelio(Evangelio de Juan). Te brinda un panorama general del libro (evangelio) completo.
- Índice general de los comentarios del capítulo 3 del evangelio de Juan.
- Estudio anterior: Juan 3.17 – Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
- Siguiente estudio: Juan 3.19-21 – La luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz.
Esto otros te ayudarán a entender más sobre el mensaje de la Biblia y sobre cómo obtener la vida eterna que Dios quiere darte:
Si quieres saber qué significa aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador, haz clic en el enlace.
Si no sabes de qué debemos ser salvados por Jesús, haz clic en el enlace.
O si no entiendes la Biblia, el Espíritu Santo nos puede ayudar a entender la Biblia, las cosas espirituales y la salvación.
También puedes leer cómo comenzar tu vida con Dios.
También puedes leer cuál es el significado de pecado y cuáles son las consecuencias del pecado.
En este link puedes leer sobre tu responsabilidad para obtener tu salvación.
Si hay cosas que no entiendes y no las encuentras en la categoría ABC de la Fe, en este sitio, no dudes en escribirnos.
Nota:
Todas las Citas Bíblicas identificadas con LBLA fueron tomadas con permiso de LBLA – http://www.lbla.com
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2 respuestas a «Juan 3.18 – El que cree en Jesús no es condenado»
Hola, me gustaría saber más acerca de cómo escuchar y permitir que sea el espíritu Santo quien obre en mi vida, creo profundamente en nuestro señor Jesucristo
Hola Verónica, escuchar lo que Dios tiene para decirnos es algo que podemos lograr a través de la lectura de la palabra de Dios, la Biblia. Pero no es la única manera de escuchar a Dios. Podemos relacionarnos con Él a través de la asistencia del Espíritu Santo.
Queremos dejarte el siguiente pensamiento: El Espíritu Santo nos ayuda a relacionarnos con Dios Esto sucede cuando le entregamos nuestra vida a Dios y cuando Él comienza a vivir en nuestras vidas.
Solo debemos buscarlo a través de la oración, y Él se manifestará a nuestras vidas.
Quedamos a tu disposición por lo que quieras consultarnos, esperamos poder responder sabiamente según las enseñanzas de la Biblia. Que Dios te bendiga mucho!