Juan 3.3-4 – El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios
Comentario Bíblico Devocional sobre el evangelio de Juan
Introducción
En el estudio anterior hablamos sobre el contexto de la charla entre Nicodemo y Jesús. Vimos brevemente quién era este Fariseo, maestro de la Ley y miembro del Sanedrín, dijimos que era un hombre importante para el pueblo y meditamos en el ejemplo que este nos dio al visitar a Jesús humildemente, a pesar del peligro que esto representaba.
En este estudio hablaremos sobre el contenido de la primer parte de la charla entre ellos, y más adelante, en los siguientes, veremos cómo esta conversación se convirtió en un discurso por parte de Jesús y cómo le explicó conceptos espirituales con un lenguaje terrenal. En este estudio también nos llamaremos a la reflexión y veremos cómo aplicar las enseñanzas contenidas en el texto a nuestras vidas.
Índice
- Repaso del contexto del encuentro entre Nicodemo y Jesús
- La cláusula “en verdad, en verdad”
- El nuevo nacimiento (¿Qué significa?)
- Ver el reino (¿Qué significa?)
- El reino de Dios (¿Qué es?)
- La incomprensión de Nicodemo (¿Por qué no podía entender a Jesús?)
Antes de comenzar con nuestro estudio, nos gustaría presentarte nuestro comentario en unas pocas estrofas:
Unas palabras sobre este comentario
La presente es una porción del Comentario Bíblico sobre el Evangelio de Juan, publicado por Gracia y Vida. El mismo pretende ayudar a los lectores en la interpretación y en la aplicación de las escrituras a sus vidas; teniendo además como objetivo que la lectura sea fluida y de fácil interpretación.
Con dicho objetivo en mente, y a fin de entender los distintos versículos de la manera más apropiada, nos ayudaremos con un análisis del contexto y también con las herramientas hermenéuticas necesarias para llegar a una correcta interpretación; pero todo esto sin entrar en largas discusiones, ni en detalles demasiado técnicos.
Sin más, y primero que cualquier otra cosa, te invitamos a leer atentamente el texto y orar para que el Señor te llene de su sabiduría; sin lugar a dudas Él será la gran fuente de toda verdad y de todo entendimiento. Hecho ésto, ahora sí comencemos con el estudio de los versículos que nos convocan, leamos:
Juan 3.3-4 – El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios
El Texto
3 Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Juan 3.3-4 – LBLA
Repaso del contexto del encuentro entre Nicodemo y Jesús
Antes de concentrarnos en la respuesta de Jesús, lo que debemos hacer es ver qué le dijo Nicodemo y cómo comenzó la conversación. Esto lo encontramos en el versículo anterior y lo transcribimos a continuación:
Este vino a Jesús de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él.
Juan 3.2 – LBLA)
En el estudio que corresponde a este versículo hemos visto que Nicodemo había venido de noche por temor a otros miembros del partido de los fariseos. Dijimos que no solo él les temía sino también otros muchos líderes del pueblo (Juan 12.42-43); y que por lo tanto, su encuentro fue particular y a solas; pero… ¿Qué lo motivó a acercarse a Jesús?
Más allá de las dudas y del interés por entender quién era Jesús, lo que lo llevó a su encuentro fue su humildad y su voluntad de conocer la doctrina de aquel que había venido con autoridad, con señales y milagros de parte de Dios.
Para este maestro de la ley, quien se presentaba con tales credenciales no podía ser desoído; fue así que se dio la oportunidad de visitar a Jesús, para que éste le explique mejor quién era y cuál era su mensaje. De ser Jesús un profeta o el mismo Mesías, Nicodemo no podía darse el lujo de desconocerlo y menos, de hacer oídos sordos.
(En el estudio anterior meditamos en su ejemplo, dijimos que no se dejó llevar por su ego como la mayoría de los fariseos, que tuvo hambre de conocer más de Dios y que no tuvo más amor por su condición y posición social, que por encontrarse con el mensaje y la autoridad de Dios).
Comentario del Texto
Juan 3.3-4 – El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios
3
Respondió Jesús y le dijo
Es notorio que Jesús haya respondido a Nicodemo del modo en que lo hizo. Notemos lo siguiente:
Aquel miembro del Sanedrín apenas había hecho una introducción, para luego comenzar una conversación con Jesús. Nicodemo solo lo halagó, le dijo por qué creía que era un maestro de parte de Dios, sin embargo no preguntó nada. Por ende, lo que podemos ver desde el principio de la charla, es que Jesús tomó el control y la dirección de la misma.
Esta actitud de su parte no solo la vemos en este pasaje, sino también en muchos otros. Te presentamos solo tres ejemplos para que puedas leerlos: en Juan 1.35-40 Jesús se anticipó a sus dos primeros discípulos y en Juan 1.47-51 a Natanael. En ultimo que te sugerimos es el de la mujer samaritana en Juan 4.8.
Si siguiéramos buscando, de seguro encontraríamos muchos más, pero hay algo que no quisiéramos dejar pasar en este punto. Sabes, Jesús siempre hace este tipo de cosas, cuando alguien se decide a seguirle, es Él es quien “rompe el hielo” en el primer momento. Jesús siempre nos ayuda a relacionarnos con Él. ¡Ésto es maravilloso!
Por tanto, permítenos alentarte y decirte que si quieres acercarte a Jesús y no sabes cómo, por favor no tengas temor, sólo comienza a hablarle y Él hará que todo sea más fácil. Esa ha sido nuestra experiencia y estamos seguros de que también será la tuya. En el caso de nuestra historia, Jesús fue al punto. Él sabía a qué había venido Nicodemo, así que no perdió el tiempo.
Ya habíamos reparado en otros estudios sobre la omnisciencia de Jesús, y en este encuentro también es posible verla. Sabiendo Jesús a qué venía su próximo discípulo, lo llevó por el camino que éste necesitaba para poder acercarse e ingresar al reino de Dios. Ésto es lo que veremos en toda la charla y en el discurso que le sigue.
En verdad, en verdad te digo que
La cláusula “en verdad, en verdad”
Juan recuerda a Jesús enunciando verdades solemnes, irrefutables o indiscutibles y las transmite escribiendo aquellas verdades luego de dicha cláusula. La misma es traducida como “de cierto, de cierto”, “te aseguro que” o “en verdad te aseguro que”. Cualquiera de estas expresiones significa lo mismo.
Es notorio que el único que utilizó esta cláusula haya sido Juan. Si leemos los sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) no la encontraremos precediendo las enseñanzas de Jesús. Ésto, lejos de llevarnos a algún tipo de dudas, solo nos llama a prestar especial atención a las verdades que siguen a la misma (en este evangelio).
Por lo tanto, lo que debemos entender cuando estemos frente a ellas es que lo que viene después de ellas es de suma importancia. Ha sido así para aquellos que las escucharon por primera vez y lo es ahora para nosotros que las leemos más de dos mil años después. Veamos cuál es la verdad que le sigue en este caso:
Juan 3.3-4 – El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios
El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios
La expresión “nacer de nuevo” también puede traducirse como “nacer de lo alto”. Tanto una traducción como la otra nos llevan al mismo punto, aunque no impliquen lo mismo. Nacer de nuevo nos habla de un nuevo nacimiento espiritual, en tanto que nacer de lo alto pudiera implicar la naturaleza del nuevo nacimiento.
Al analizar ambas traducciones posibles, podemos ver que hay diversos versículos que pudieran apoyar tanto a la una como a la otra, incluso varios textos bíblicos apoyan ambas traducciones. Les invitamos a leer algunos de los siguientes:
Nueva creación o nuevo nacimiento
2 Corintios 5.17; Romanos 6.4; Gálatas 6.15; Efesios 2.10, 3.16; Colosenses 3.10; 1 Pedro 1.3.
Naturaleza espiritual dada por nacer de lo alto
2 Corintios 4.16; Romanos 6.4; Efesios 4.24; Colosenses 2.12, 3.1; Tito 3.5; 2 Pedro 1.4;
Permítenos transcribir ahora un versículo que nos habla de ambas al mismo tiempo:
Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece
1 Pedro 1.23 – LBLA
En este versículo el apóstol Pedro nos habla tanto del nuevo nacimiento como de la procedencia del mismo. Obviamente al hablar de la nueva simiente lo que se entiende es que dicha simiente es espiritual, que ha sido obtenida mediante la palabra de Dios y que es Dios quien hace lo necesario para que la obtengamos.
Es a partir de tener esta nueva naturaleza que podemos decir que somos, espiritualmente hablando, hijos de Dios. Es a partir del momento en que la tenemos, que somos adoptados como Dios hijos (Efesios 1.5), que nos transformamos en coherederos juntamente con Cristo (Romanos 8.17), que tenemos la vida eterna (Juan 10.28-30), Etc. Etc.
Juan 3.3-4 – El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios
Veamos un poco más sobre todo esto:
Implicancias de la traducción “nacer de nuevo”
La teología cristiana afirma que todos los seres humanos han pecado (Romanos 3.23) y también que el pecado trae muerte espiritual (Romanos 5.12, 6.23), esto nos lleva a la terrible conclusión de que todos los que no han recibido la salvación que Jesús provee, están en una condición y en un estado de muerte espiritual (Juan 5:24-27).
Vemos esto desde el primer libro de la Biblia, cuando Dios les dice a Adán y a Eva que si comían de cierto fruto morirían (Génesis 2.16-17). Y también en muchísimos otros libros de más como por ejemplo 2 Timoteo 1:9-10 y Hebreos 9:27-28.
Por ende, este nuevo nacimiento es de vital importancia para todos los que somos hijos de Dios. Hemos nacido a una nueva vida, por lo cual tenemos una esperanza viva, una herencia incorruptible y una salvación preservada por Dios. Lee atentamente 1 Pedro 1-9. ¡Seguramente después de hacerlo querrás glorificar el nombre del Señor!
Veamos ahora las
Implicancias de la traducción “nacer de lo alto”
Nacer de lo alto implica que ya no solo tenemos una naturaleza terrenal, sino una espiritual por medio de la cual tenemos la certeza de obtener un cuerpo celestial, luego de resucitar de los muertos. Leer con mucha atención 1 Corintios 15.35-58 y notar cómo Pablo nos habla de un nuevo cuerpo incorruptible, el cual habremos de tener aquellos que hemos nacido de lo alto.
Otros tantos versículos nos hablan de esta nueva naturaleza, y nos dicen que es gracias a la misma que podemos ser templos del Espíritu Santo (1 Corintios 3.16) y que somos renovarnos cada día (2 Corintios 4.16) a la imagen de aquel que nos llamó (Colosenses 3.10). Por otra parte, Dios nos concede la gracia de ser fortalecidos cada día con el poder de su Santo Espíritu (Efesios 3.16). ¡Qué maravilloso!
Obviamente hay muchísimos otros versículos que pudiéramos mencionar, pero lo importante por ahora es entender que tanto si hablamos de una como de otra traducción, ambas nos llevan a lo mismo: a la salvación, a la esperanza de una vida eterna, a la presencia de Dios y a la comunión con Él.
¡Cómo no alabar el nombre de nuestro Señor quien nos ha permitido todo esto!. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos, amén.
Juan 3.3-4 – El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios
Volviendo ahora a nuestro texto, veamos qué significa
Ver el reino de Dios
La expresión “ver el reino de Dios” es similar a “entrar en el reino” o “ser parte del mismo”. Para entender mejor dicha frase podemos confrontar este versículo con Juan 3.5 y también, por ejemplo, con Marcos 10.15 y con Marcos 9.47. Al parecer Jesús utilizaba tanto “ver el reino” como “entrar en el reino” en forma indistinta y queriendo expresar la misma cosa.
Veamos ahora Juan 3.36, en donde se habla de la vida eterna, pero utilizando en este caso los siguientes verbos, “tener y ver”, ambos en el mismo versículo:
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.
Juan 3.36 – LBLA
También nos encontramos con más pasajes en donde hallamos la expresión “ver el reino de Dios” por ejemplo Lucas 9.27. Lo importante a tener en cuenta es que sin importar cuál de todos estos verbos se utiliza, Jesús está hablando de la misma cosa, es decir, de ingresar a reino y de ser parte de él. Pero…
¿Qué es el reino de Dios? ¿A qué se refiere Jesús cuando habla de dicho reino?
Esto es tal vez lo que esperaba todo el pueblo, incluido Nicodemo, aunque entendemos que se quedaban muy cortos en cuanto a la dimensión de lo que abarcaba dicha frase. Los profetas habían hablado mucho sobre el establecimiento del reino, pero Jesús no se refería simplemente a un reino terrenal, como lo entendía esta nación (Israel).
Veamos muy brevemente qué más implicaba:
Implicancias del reino de Dios
En primer lugar es un reino de paz (Isaías 2.2-4,11.6-9) en donde lo preponderante es el amor y donde el prójimo será tan importante como uno mismo (Marcos 9.33-37, 10.42-45). Es un reino que se establecería en los corazones de las personas (Ezequiel 36.26) y que estaba próximo a instituirse (Mateo 4.17; Marcos 1.15; Lucas 10.9).
Más allá de estas características, lo que lo diferencia de lo que esperaban los profetas, es que no es un reino de este mundo (Juan 18.36), sino uno espiritual que ha sido preparado desde antes de la fundación del mundo (Mateo 25.34-36), y que es eterno (2 Pedro 1.10-11); Pablo también aclara en qué consiste: “justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo” (Romanos 14.17).
Más allá de todo esto, es un reino al que ingresamos gracias a la obra de Cristo (Apocalipsis 1.5), pero para ingresar tenemos el requisito de nacer de nuevo (Juan 3.3); Jesús dijo que es voluntad de Dios regalarnos la entrada al mismo (Lucas 12.32) y es gracias a eso que ya somos conciudadanos del reino de los cielos (Efesios 2.19-20).
Juan 3.3-4 – El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios
La verdad es que es hermoso hablar sobre este tema, pero seguramente ya es suficiente por el momento (aunque seguramente hablaremos más sobre él en otros estudios). Pero más allá de nuestro entendimiento sobre qué es el reino de Dios, es importante notar el gran interés de Jesús en que Nicodemo conozca e ingrese a este reino.
Para Jesús eso era tan importante como lo es que tu y yo podamos hacerlo hoy, por eso es necesario decir que la posibilidad de ingreso al reino de Dios está vigente hoy día y que ahora mismo puedes entrar en él, si es que así lo decides. ¿Has tomado esa decisión?
Si no sabes qué significa o qué implica para tí, por favor escríbenos y con gusto intentaremos asesorarte de la mejor manera posible. Dios te guíe para tomar la decisión correcta y oportuna. Nosotros solo esperamos llegar a ser de bendición para ti, pero la decisión es solo tuya.
Reflexión
¿Has notado cómo Jesús fue directamente al punto importante? Él no dio vueltas ni esperó que justo se diera el momento oportuno. Él sabía a qué había venido Nicodemo así que tomó la iniciativa y manejó el rumbo de la conversación.
Eso mismo debemos hacer nosotros, debemos tener en claro qué es lo importante, prepararnos bien, saber cómo explicarlo y no permitir que el tiempo se nos escape, es demasiado valioso como para perderlo. Cuando estemos frente a alguien que tenga curiosidad por las cosas de Dios, vayamos directo al grano.
Eso mismo es lo que hizo Jesús y también es lo que Pablo nos enseñó al decir:
1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
2 Timoteo 4.1-5 – LBLA
Aunque es cierto que Pablo en este texto le habla a Timoteo, también es cierto que nos habla a todos nosotros. La gran comisión (Mateo 28.19-20) es para cada uno de nosotros. Por tanto no perdamos tiempo, hagamos lo que debemos en cuanto tengamos oportunidad.
¿Estamos preparados como para hacerlo? ¡Preparémonos y cumplamos con lo que el Señor nos demanda!
Juan 3.3-4 – El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios
Volvamos ahora a nuestro texto,
4
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?
Aquí nuestro Señor había comenzado un diálogo espiritual pero lo había expresado con palabras terrenales. Pero Nicodemo, claro está en el texto, no entendió nada de lo que Jesús le habló. Ahora, antes de criticar a este hombre, lo que deberíamos hacer es intentar entender por qué no podía entender a Jesús.
Obviamente esto cierto a pesar de que ya sabemos cómo finalizó la historia, ya que más tarde le veremos defendiendo a Jesús (Juan 7.50-51) y posteriormente haciendo todos los preparativos para su entierro (19.39-42), lo cual nos muestra claramente que al final pudo no solamente entender, sino que además, obtener la entrada a ese reino del cual Jesús le estaba hablando.
Para entender más a Nicodemo, tal vez sería bueno ver el siguiente tema:
Interpretación literal por parte de los judíos
En este texto, de Juan 3, comenzamos a notar algo que veremos en otros muchos textos, observamos que los judíos siempre interpretaban literalmente las palabras de Jesús. Un muy buen ejemplo de interpretación literal es el que nos da Juan 6.53-67, en donde el discurso sobre comer su carne y beber su sangre hizo que muchos de sus seguidores se alejaran de Él.
Otro ejemplo es el de la mujer samaritana pidiendo que se le dé aquel tipo de agua que hiciera que nunca más tuviera que volver al pozo a extraer agua de él (Juan 4.15). Ver también el ejemplo del templo (Juan 2.19-20). Si buscas más ejemplos, seguramente hallarás muchos otros, pero estos nos bastan para observar que siempre entendían las palabras de manera literal.
Por esta razón es muy lógico que Nicodemo, al ser parte de aquella cultura, tendiera a entender las palabras de Jesús de aquel modo, y por lo tanto, también debemos considerar que sus preguntas eran auténticas y genuinas. En verdad, le costó mucho entender el mensaje espiritual de Jesús, incluso a pesar de que se le hablaba con palabras terrenales.
Por esta misma razón entendemos que le preguntó a Jesús cómo podría llegar alguien a entrar nuevamente al vientre de su madre. Ahora, también hay algo más aquí, y es que tanto Él como su nación seguían a Dios pero solo a nivel religioso. Su fe estaba lejos de proveerle una relación íntima con Dios. Esa es otra razón que contribuía a no poder entender las palabras de Jesús.
Juan 3.3-4 – El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios
Más allá de todo esto, te invitamos a considerar la hermosa lección que Jesús nos deja en este lugar:
La paciencia de Jesús
Cuando Jesús oyó las preguntas que Nicodemo le hizo, no se fastidió con él ni dejó de enseñarle, por el contrario, le siguió explicando e intentando que éste abra su entendimiento a medida que le explicaba todas las cosas referidas al reino. Ésto es un gran ejemplo para nosotros, ya que siempre nos encontraremos con personas que no entiendan, sin importar cuánto les expliquemos.
Si nos permites, nos gustaría dejarte
Un consejo de parte de Gracia y Vida
De encontrarnos en situaciones por el estilo, lo que pudiéramos hacer es hablar de cosas sencillas, prefiriendo explicar pocas cosas y en forma comprensible que muchas cosas con lenguaje elaborado y/o teológico. Lo simple y básico será preferible, teniendo en cuenta que quien hará el trabajo de la iluminar el entendimiento de la persona, será siempre el Espíritu Santo, y también, que esa es una tarea que Él hace en forma progresiva.
Finalmente deberemos comprender que lo que no pueda entender en el momento de la charla/plática, debe ser tratado por el Espíritu Santo y que si la persona no busca una relación verdadera con Él, el evangelio terminará siendo una locura y algo que de ningún modo logrará comprender.
Si tal momento llega, no te frustres, coordina un nuevo encuentro, planifica qué cosas le explicarás; estudialas bien previamente y más importante que todo lo anterior, ora, ora mucho por la persona. Si ha tomado la decisión de seguir a Cristo, pronto comenzará a entender todas las cosas, pero sino, tal vez jamás llegue a comprenderlas.
En cierto punto, ya no dependerá de ti. Por lo tanto sigue adelante, nunca la anterior experiencia será igual a la siguiente, los resultados de cada conversación, de cada presentación del evangelio, siempre serán distintos, pero tú:
sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
2 Timoteo 4.5 – LBLA
Dios te bendiga, guíe, fortalezca y llene de gracia para poder cumplir con tu ministerio. En el nombre de Cristo Jesús, amén.
Juan 3.3-4 – El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios
Aquí terminamos este estudio. Claro está que la conversación de Jesús con Nicodemo sigue por muchos versículos más, pero continuaremos su análisis en los sucesivos estudios. Esto es para que no se haga tan larga la lectura. Dios te bendiga todo y no dudes en consultar y en comentar qué te ha parecido este comentario.
Links
Te dejamos algunos otros links que pudieran servirte:
- Si deseas, haz click aquí para ir al Índice general del estudio y presentación del Evangelio de Juan.
- Estudio introductorio sobre el cuarto evangelio (Evangelio de Juan). Nos da un panorama general del libro completo.
- Estudio anterior: Juan 3.1-2 – El encuentro de Jesús con Nicodemo.
- Siguiente estudio: Juan 3.5-7 – Nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu.
Nota:
Todas las Citas Bíblicas identificadas con LBLA fueron tomadas con permiso de LBLA – http://www.lbla.com
2 respuestas a «Juan 3.3-4 – El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios»
Muy buena enseñanza.gracias.me ayudó mucho.DIOS LES CONTINÚE BENDICIENDO.
Bendiciones Nelly, nos alegramos mucho!!