Juan 1.1 El Verbo de Dios
Tabla de contenidos
Comentario bíblico Devocional de Juan 1.1
Resumen del versículo 1 del Evangelio de Juan: El Verbo de Dios
El Evangelio de Juan comienza con una declaración solemne y profunda sobre la identidad de Jesucristo: el Verbo (Logos) existía desde el principio, estaba con Dios y era Dios.
Esta afirmación conecta la creación con la revelación divina, y establece desde el inicio de este Evangelio la divinidad, eternidad y comunión del Verbo con el Padre.
A diferencia de los otros Evangelios, Juan no parte de un nacimiento terrenal de Jesucristo sino de Su origen eterno. Este versículo es fundamental para comprender la persona de Cristo y su papel en la historia de la redención.
Introducción al comentario del Versículo 1 de Juan
Aquí comienza nuestro estudio sobre el Evangelio que escribió el apóstol Juan, en esta publicación trataremos únicamente el versículo 1, pero al terminar esta porción, te dejaremos varios links para que puedas navegar por los distintos comentarios y así avanzar en tu estudio de la Palabra de Dios.
A lo largo de todo el comentario, iremos tomando diferentes porciones del texto bíblico, comentando y extrayendo reflexiones de sus enseñanzas, compartiendo las mismas en sucesivas publicaciones.
Te dejamos aquí debajo un pequeño índice de la primer sección del capítulo 1 y, al final de este estudio, tendrás acceso al índice general de todos los estudios del capítulo 1, y también, al del libro entero.
Índice de la primer sección del capítulo 1: La identidad de Jesús
En esta primer parte del Evangelio, Juan nos trae luz sobre la persona de Jesucristo, poniendo énfasis en Su naturaleza espiritual. Nos mostrará por tanto Su deidad, eternidad, poder, función en la creación, y posición con respecto a Dios el Padre.
Primera parte del capítulo 1 de Juan:
- Inicio del estudio del versículo 1
- La preexistencia del Verbo o Palabra (Jesús)
- La situación de Jesús en la eternidad
- La deidad de Jesús
- La función de Jesucristo en la creación (Versículos 2 y 3)
- Jesús es la Vida y la Luz de la humanidad (Versículo 4)
- Las tinieblas no prevalecen ante la Luz de Cristo (Versículo 5)
El Texto bíblico: Juan 1.1
Sin más, y primero que cualquier otra cosa, te invitamos a leer atentamente el texto y a orar para que el Señor te llene de su sabiduría; sin lugar a dudas Él es la gran fuente de toda verdad y de todo entendimiento.
Hecho esto, ahora sí comencemos con el estudio del versículo que nos convoca, leamos:
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.
Juan 1.1 – LBLA
Solo para tener una idea de hacia dónde se dirige Juan en su mensaje y pensamiento, y para tener en mente el contexto, leamos los versículos siguientes.
Contexto bíblico de Juan 1.1: Juan 1.2-5
2 Él estaba en el principio con Dios. 3 Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron.
Juan 1.2-5 – LBLA
Estudio del Versículo 1 del Evangelio de Juan
¡Analicemos juntos este primer versículo!
¿Qué significa: «En el principio?
Cuando Juan habla del principio, se refiere al inicio de la creación mencionada en Génesis 1.1. Un gran estudioso bíblico y comentarista, William Barclay, traduce este texto de la siguiente manera:
“Cuando el mundo empezó a existir, la Palabra ya existía”.
William Barclay , Comentario al Nuevo Testamento, tomo 5, pág. 17, Ed. Clie.
Juan nos habla de la preexistencia de Jesús. Él estaba antes de que el Padre creara todas las cosas (más adelante, en este mismo comentario, veremos que nuestro Señor no solo estaba en aquel momento, sino que fue el agente por medio del cual fueron creadas las cosas). El apóstol nos llama la atención fundamentalmente a dos cuestiones sobre Jesús:
- No fue creado. Es decir, no fue parte de la creación.
- Estaba con Dios, en comunión plena con el Padre y más que eso: Él mismo era Dios. (Veremos todo esto al proseguir el estudio).
La existencia eterna del Verbo / Palabra (Logos)
Juan dice que: desde la eternidad existía el Verbo. Pero… ¿Qué es el Verbo? (La palabra griega “Logos” – ὁ λόγος – se traduce como Verbo o Palabra, aunque al parecer, la traducción más correcta es «Palabra»).
Tanto griegos como judíos tenían sus propias ideas respecto del significado de la palabra Logos, claro que sus conceptos no coincidían del todo. Veamos qué significaba para cada uno, para entender luego el propósito de Juan al presentar a Jesús de este modo.
Concepto griego del Logos
Para la cultura griega el concepto del Logos era una cuestión que nacía de la filosofía. Como tal, algunos creían que el mismo se refería tanto a la mente como al poder de Dios, actuando en cada persona al momento de proceder con sabiduría y de razonar entre el bien y el mal. Asimismo el Logos sostenía cada elemento de la naturaleza.
Esta última fue la enseñanza de un tal Heráclito (560 a.C.). Su concepto sobre el Logos permaneció durante siglos, y aunque es claro que ésta no fue la única concepción filosófica sobre el mismo, fue una de las más representativas de su cultura.
Para otros pensadores muy destacados del primer siglo, como Filón, el Verbo es tanto un atributo divino como también un puente entre lo divino y lo creado. (Muchos creían en un Dios creador de todas las cosas, que había hecho posible la creación de sucesivas “emanaciones”, las cuales se fueron distanciando de Él a medida que la una creaba a la otra. La última de ellas fue la que creó la materia y la humanidad. Lo que unía a Dios con los hombres era el Logos).
Si bien hay muchísimo más para hablar sobre el pensamiento griego, lo que vemos es que existía ya un concepto en esta cultura sobre el Logos, lo cual facilitó la tarea de Juan a la hora presentar el evangelio. La griega era una sociedad muy distinta a la judía, no se les podía hablar en términos judíos sobre Jesús, pero Juan supo muy bien qué hacer.
¿Tendremos nosotros la suficiente sabiduría como para saber presentar su mensaje a quienes nos rodean? Oremos cada día por esta importante tarea y cumplamos con el ministerio que el Señor nos encomendó. ¿Estás de acuerdo?
Concepto judío del Logos (Palabra o Verbo)
Según los judíos el Logos era más que una simple palabra que sale de la boca de Dios, es el Poder de Dios manifestado, es la Voluntad y la Sabiduría de Dios que obraba. El «Verbo» no era Jehová mismo, pero había implícito algo más, lo cual no terminaba de definirse por completo (en cuanto a su concepto), pero que ya estaba presente en el Texto Revelado.
Claro que la manifestación de Jesucristo aclaró muchas cosas que en el Antiguo Testamento no estaban del todo claras. Y luego, es el Espíritu Santo quien nos va llevando a “toda verdad” (Juan 16.13). Veamos ahora solo dos ejemplos de textos en donde aparece el Logos en el A.T, solo para que se aprecie la idea. En ellos veremos:
La preexistencia y función del Logos en el Antiguo Testamento
Por la Palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas.
(Salmos 33.6)
Vemos tanto en este texto, como en muchos otros, que la Palabra tenía la función creadora, y por lo tanto, era el medio a través del cual Dios el Padre creó todas las cosas. En el siguiente texto veremos que no se habla de la Palabra sino de la Sabiduría de Dios, es más, es la misma sabiduría quien habla.
Nótese que la palabra Logos se tradujo como Sabiduría en esta oportunidad (y obviamente en varios más). La misma dice:
“Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo; Y cuando ponía al mar su estatuto, Para que las aguas no traspasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra; Con él estaba yo ordenándolo todo; Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo”.
(Proverbios 8:27–30 – No estaría mal leer todo el capítulo).
Este último texto pone en evidencia un concepto judío: La personificación de Dios por medio de la Sabiduría. (En un tiempo en el que el énfasis judío sobre Dios se ponía sobre su trascendencia, Jehová/YHWH/Yahvéh no era nombrado como tal, sino que se lo nombraba a través de su Sabiduría o de su Palabra). Prestemos atención a esto: «para ellos el Logos era la manifestación de Dios».
Preexistencia y función del Verbo en el Nuevo Testamento
Viéndolo desde la perspectiva del Nuevo Testamento, entendemos que esta sabiduría no es Dios el Padre, sino la Segunda Persona de la Trinidad, es decir, Jesucristo. Pero, ¿Has notado cuán significativo es que ellos también lo veían como la manifestación de Dios?
Veamos ahora cómo se nos presenta al Logos en el Nuevo Testamento:
El verbo de Dios desde la visión del apóstol Juan
Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
(Juan 1.14 – LBLA)
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida.
(1 Juan 1.1 – LBLA)
Y está vestido de un manto empapado en sangre, y su nombre es: El Verbo de Dios.
(Apocalipsis 19:13 – LBLA)
El Nuevo Testamento nos presenta a Jesús presente en todo tiempo, en el principio de los tiempos, en la creación, al encarnarse, al venir a buscarnos, y al venir en poder y gran gloria. No hubo momento en que Jesús no haya estado y participado. ¡Éste es el Jesús a quien Juan nos presenta!
Hasta aquí estuvimos prestando atención al concepto del Logos como tal. En su evangelio, Juan presentaba a Dios a través del mismo (Logos), haciéndose presente en el mundo y manifestando su voluntad de tener contacto con la creación. Esto era sumamente importante en aquel momento, ya que muchos pensaban que Dios no podía acercarse a la materia por ser corrupta.
El propósito de Juan al hablar del Verbo de Dios en su Evangelio
Juan nos presenta a un Dios que estuvo siempre presente y pendiente de la creación, que hizo lo necesario para presentar un camino en el que el hombre pudiera transitar hacia Él.
Él nos presenta a Jesús como el Camino, la Verdad y la Vida, como el Pan de Vida, cómo el Agua se Vida, y de otras muchas maneras más, las cuales nos conducen a la verdadera vida que Dios quiere que tengamos y que está dispuesto a concedernos.
Juan también se referirá a Jesús a través de siete «Yo Soy«, algo que estudiaremos más adelante, pero qué significativo que Jesús sea presentado como Yo Soy (Recordemos a Moisés frente a la zarza ardiendo en el capítulo tres del Éxodo) y que haya siete referencias sobre Él con este nombre (Siete era el número de la perfección para los judíos).
Veremos todo esto con más detalle después, pero por ahora, es interesante notar que Juan presenta y deja bien en claro desde el principio la deidad de Jesús, por ende, ya desde este primer versículo entendemos claramente que Jesús es el verdadero Emanuel (Dios con nosotros). Esto es algo que veremos a lo largo de todo su Evangelio.
Este Evangelio se diferenciará de los otros por varios motivos: los destinatarios, en este caso una iglesia de conformación mayoritaria griega; el tiempo de su escritura (100 d. C., el más tardío de los cuatro); el momento del ministerio de Jesús, mayoritariamente antes de su ministerio en Galilea (desde donde arrancan los otros evangelistas, por eso Juan contiene tantos detalles que los otros no y viceversa).
Pero uno de las diferencias más significativas es cómo Juan presenta a Jesús, como uno que era Dios y que estaba en plena comunión con Dios el Padre. Sigamos con nuestro análisis del texto del versículo 1:
La comunión eterna del Verbo con Dios
Juan nos dice que Jesús pre existía con Dios el Padre y que estaba junto a Él desde el principio de los tiempos, que estaba presente en el momento en que la Tierra era creada. (Aquí notemos cómo armonizan los textos de Antiguo Testamento, que hemos presentado más arriba, con los del Nuevo).
De esto se desprende la lógica conclusión de que Jesús es el único que nos puede revelar a Dios con verdadero conocimiento, y por ende, con total autoridad (algo de lo que se daba cuenta la gente al escuchar sus mensajes. Tanto es así que «se sorprendían por su autoridad» (Marcos 1.22)). Jesús bien podía decir:
Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer.
(Juan 1.18 – LBLA)
Y además:
Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
(Mateo. 11:27 – LBLA)
Por lo tanto, sabemos que Jesús tiene como objetivo revelarnos a Dios y que también nosotros estemos en su presencia. Ese fue el motivo para dejar su gloria y venir a encarnarse, por eso Él padeció en la cruz. Jesús desea que todos podamos conocer a Dios y ser sus hijos.
¿Conoces tu a Dios? Si no lo conoces escríbenos e intentaremos guiarte hacia Él. Si lo deseas, te dejamos un link hacia una publicación con la que intentaremos guiarte para que puedas vivir en su presencia.
La deidad de Jesucristo en Juan 1.1
La deidad del Verbo de Dios en el Evangelio de Juan
Juan nos habla aquí de la deidad de Jesús. No será la única vez que lo haga, ya iremos viendo al avanzar con la lectura de su evangelio, que Juan evidencia este concepto en cuanto lugar puede (ver por ejemplo Juan 1.2-3; Juan 1.18; Juan 1.30-31, etc.) . Es más, éste es uno de los objetivos principales para escribir su evangelio.
Juan quiere que veamos a Dios hacerse carne para venir a rescatarnos de las consecuencias de nuestros pecados (ver por ejemplo Juan 1.9-11; Juan 1.14 y Juan 1.29). Pero Juan no es el único autor neotestamentario que nos afirma que Jesús es Dios.
La deidad del verbo de Dios en el Nuevo testamento
Veamos lo que nos dice el autor de Hebreos sobre Jesucristo:
Él es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
(Hebreos 1:3 – LBLA)
Al mismo tiempo veamos que si Jesús no hubiese pre existido en Gloria junto al Padre, nunca podría haber dicho:
Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.
(Juan 17.5 – LBLA)
Hay muchísimos otros textos del Nuevo Testamento en el que se nos habla de la misma manera sobre Jesús, y aunque no los nombraremos o transcribiremos a todos, queremos colocar aquí solo algunos más:
Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en Él,
(Colosenses 2.9 – LBLA)
de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo, el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén.
(Romanos 9.5 – LBLA)
Y el mismo Juan, en otros textos, nos cuenta lo que dijera Jesús:
Yo y el Padre somos uno
(Juan 10.30 – LBLA)
Y el que me ve, ve al que me ha enviado.
(Juan 12.45 – LBLA)
Conclusión sobre la deidad de Jesús: ¿Qué entendemos al analizar las escrituras?
Como hemos visto, Jesús era verdaderamente Dios. Eso es lo que Juan se propuso mostrarnos, y eso es entonces lo que debemos aprender de este texto. Dios mismo se ha manifestado en carne por amor, para traernos salvación. ¿Cómo ves tu a Jesús? ¿Quién es para ti?
Antes de finalizar, leamos las palabras del apóstol:
Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio de Dios: que Él ha dado testimonio acerca de su Hijo.
(1 Juan 5.9 – LBLA)
Y también:
Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento a fin de que conozcamos al que es verdadero; y nosotros estamos en aquel que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.
(1 Juan 5.20 – LBLA)
¿Has aceptado el señorío de Jesús en tu vida, le has reconocido como tu salvador? Este es un excelente momento para hacerlo. Solo háblale y entrégale tu vida. Él sabrá conducirte por su camino, iluminará tu vida y te llenará de amor, esperanza y bendición. Si quieres saber más al respecto, te invitamos a seguir este link: ¿Cómo comenzar una vida con Dios?.
La Trinidad revelada desde el principio
Desde el primer versículo de este Evangelio se nos invita a contemplar un misterio profundo: la existencia eterna del Verbo, que estaba con Dios y que era Dios.
Esta afirmación no solo exalta la divinidad de Cristo, sino que también nos introduce al fundamento de la doctrina de la Trinidad.
A través de ella podemos observar que el Verbo no es un ser creado ni una simple expresión de Dios, sino una persona divina distinta del Padre, en perfecta comunión con Él.
Aunque el Espíritu Santo no se menciona aún en este pasaje, la armonía entre el Verbo de Dios y Dios el Padre nos anticipa esa unidad de tres personas en un solo Dios que será desarrollada más adelante en el evangelio.
Así, Juan 1:1 no solo presenta la eternidad y la divinidad del Hijo, sino que nos abre una puerta para comprender que Dios, en su esencia, es una comunión perfecta de amor y relación: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Conclusión sobre Juan 1.1: El Verbo eterno y nuestra fe
El primer versículo del evangelio de Juan nos introduce a un misterio glorioso: la eternidad, comunión y deidad del Verbo. Este Verbo no es una fuerza impersonal ni una idea abstracta, sino una Persona divina que desde el principio estaba con Dios y era nada menos que Dios.
El mismo que creó todas las cosas, el mismo que se hizo carne y habitó entre nosotros (Juan 1:14), es quien nos revela plenamente al Padre, Jesucristo.
Comprender esta verdad no es solo un ejercicio intelectual, sino un llamado a la adoración y a la fe. Al saber que Jesús es eterno, divino y personal, podemos confiar en su poder para salvar, en su autoridad para guiar, y en su amor para acompañarnos.
Juan 1:1 no es una fórmula teológica para debatir, sino la puerta por la que entramos al misterio más maravilloso de nuestra fe: Dios se hizo cercano, se reveló, y sigue hablando a través de su Hijo Cristo Jesús.
Que al meditar en este versículo, nuestro corazón se rinda en humildad, nuestra mente se abra a la verdad, y nuestra vida se alinee con Aquel que es el Verbo eterno.
Links a otros comentarios
- Haz clic aquí para ir al índice del estudio y presentación del Evangelio de Juan.
- Si no has leído la introducción al evangelio del apóstol Juan, te invito a hacer clic en el link.
- Ir al índice de todos los estudios del capítulo 1.
- Si deseas continuar con el estudio de los siguientes versículos, te invitamos a hacerlo a través del siguiente link. En él veremos que:
Preguntas frecuentes sobre Juan 1:1
¿Qué significa “En el principio era el Verbo”?
Esta frase conecta directamente con Génesis 1:1 (“En el principio creó Dios…”). Juan nos muestra que antes de la creación ya existía el Verbo (Logos), quien no fue creado, sino que es eterno. Es decir, Jesucristo existía antes de todas las cosas, y participa activamente en la creación.
¿Por qué se llama a Jesús “el Verbo”?
La palabra “Verbo” (del griego Logos) implica expresión, comunicación, razón. Jesús es la Palabra eterna de Dios, a través de la cual Él se revela al mundo. Jesús no solo habla de Dios: Él es Dios hablando.
¿Cómo puede el Verbo estar “con Dios” y ser Dios al mismo tiempo?
Este versículo revela el misterio de la Trinidad. El Verbo (Jesús) es una persona distinta del Padre (“estaba con Dios”), pero comparte la misma naturaleza divina (“era Dios”). No son dos dioses, sino un solo Dios en tres personas.
¿Este versículo enseña explícitamente la Trinidad?
Aunque no menciona a las tres personas de la Trinidad, Juan 1:1 establece la base de la doctrina: hay más de una persona en la Deidad, y todas comparten la misma esencia divina. Más adelante en el evangelio, Jesús hablará del Padre y del Espíritu Santo con claridad trinitaria (Juan 14:16-17).
¿Qué importancia tiene este versículo para nuestra fe hoy?
Juan 1:1 nos recuerda que nuestra fe se basa en una persona eterna, divina y viva: Jesucristo. Él no es simplemente un maestro sabio o un enviado de Dios. Él es Dios mismo, hecho carne (Juan 1:14), quien vino a revelarnos al Padre y a darnos vida eterna.
Notas:
- Todas las Citas Bíblicas identificadas con LBLA fueron tomadas con permiso de LBLA – http://www.lbla.com
- Las identificadas como RVR1960, fueron tomadas de:
- La versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.
Este ha sido el Comentario Bíblico devocional de
Juan 1.1 El Verbo de Dios
Dejamos este estudio aquí por ahora, esperamos haya sido de bendición.
Dios se siga revelando a tu vida y te llene de su Presencia y amor. Si gustas puedes escribirnos en la caja de comentarios.
¡Dios te bendiga mucho!
14 respuestas a «Juan 1.1 El Verbo de Dios»
Se goza mi corazón y se alegra mi alma al poder comprender en este hermoso estudio que arroja mucha luz con respecto al verbo de Dios fascinante muchas bendiciones por esta tan hermosa enseñanza y tan clara a nuestro entendimiento mi buen Dios les bendiga muchas gracias amén.
Muchísimas gracias Cristian! Dios te siga bendiciendo mucho y se siga revelando a tu vida.
Bendiciones: exelente explicación, de bastante ayuda para crecer en el conocimiento de la palabra de Dios y para poder compartirla a almas no regeneradas.
Muchas gracias Carlos, muchas bendiciones!!