Efesios 2:8-9: Salvación por Gracia mediante la Fe

Estudio Bíblico Devocional – Reflexión – Explicación: “Efesios 2:8-9: Salvación por Gracia mediante la Fe”

Ya en los versículos previos el apóstol había hablado sobre las abundantes riquezas de la gracia de Dios.

En ellos nos había dicho que, por Su gracia hemos recibido vida, hemos resucitado y nos hemos sentado en los lugares celestiales en Cristo.

Y ahora, en estos versículos, lo que hace es aclarar y reafirmar que todo lo hemos recibido únicamente por gracia.

Siendo de este modo, nuestras obras nada han tenido que ver con nuestra salvación, ni con ninguna otra bendición recibida.

Ahora, estando esto bien claro, también lo debe estar que Dios sí espera que hagamos obras, pero que lo espera una vez que ya somos Sus hijos.

Esas obras serán la demostración de que Dios nos ha dado una nueva vida, un nuevo camino, de que hemos entendido que Cristo es nuestro Señor, y de que el Espíritu Santo está obrando en nosotros.

Serán una consecuencia, pero no la causa de la salvación. Si fuera de otra manera, el apóstol no diría: “Por gracia han sido salvados”

Entonces, lo que nos debe quedar claro es que las obras no salvan, pero que sí deben estar presentes en la vida del cristiano (Santiago 2.18).

Pensemos en lo siguiente:

Nadie puede merecer que Cristo muera por él, nadie puede pagar a Dios por enviar a Su Hijo a rescatarnos, y tampoco, nadie puede comprar una entrada al cielo.

Por ende, nada podemos hacer para pagarle a Dios. Y es por eso que aquí Pablo recalca nuevamente que la salvación es sólo por gracia.

Ahora, dicho esto, el hecho de no poder pagarle a Dios, es válido tanto para obtener la salvación, como también, para recibir cualquier otro tipo de bendición.

¿Qué es lo que queremos decir? Decimos que:

¡Nadie puede comprar el favor Dios!

Sin embargo, lo que sí podemos hacer es tocar Su corazón, y eso lo hacemos correspondiendo Su amor. ¿Estás de acuerdo? ¿Qué dice tu experiencia?

Por lo tanto, no te esfuerces para ver si logras hacerlo cambiar de opinión, o para hacer que Él acceda a alguna cosa que tú quieres.

¡Así no funciona la relación con Dios!

Más bien, esfuérzate por agradarle, muéstrale tu amor, pon a Sus pies tus necesidades, temores y angustias.

Ten fe a pesar de las circunstancias y no abandones la santidad que Dios espera que tengas.

Él nunca dejo a Sus hijos a su propia “suerte”, sino que, la gracia de Dios siempre ha estado y estará al lado de cada uno de nosotros.

Dios, el creador de todas las cosas, planificó nuestra existencia, nuestra salvación y nuestro destino eterno. Y por lo tanto: ¡Estamos en Sus manos!

Entonces, tal vez lo mejor que podemos hacer es:

Mostrarle agradecimiento, buscar Su presencia, servirle con amor y tocar Su corazón con una vida que le dé Gloria, con un corazón puro.

Si así vivimos, todo será distinto, todo se verá de otra manera. Su paz y Su amor se harán más y más patentes (perceptibles) en ti cada día, y tu vida tendrá otro sabor, otro color.

¿Lo has experimentado? Y si es que no, ¿qué tal si lo intentas?

¡Dios siempre nos sorprende!