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Efesios 3:17: Arraigados y cimentados en amor

¡Muy bienvenidos a Gracia y Vida!

El presente es un estudio bíblico basado en Efesios 3.17, el cual te ayudará a comprender el texto y a reflexionar sobre su significado.

Pablo ora para que podamos estar arraigados y cimentados en el amor de Dios, porque esto nos abre puertas para mayores bendiciones.

Te invitamos a pensar juntos y a poner la enseñanza del texto por obra.

Versículo Clave: Efesios 3.17

De manera que Cristo habite por la fe en sus corazones. También ruego que arraigados y cimentados en amor.

Contexto bíblico: Efesios 3.13-21

13 Ruego, por tanto, que no desmayen a causa de mis tribulaciones por ustedes, porque son su gloria.

14 Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15 de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra. 16 Le ruego que Él les conceda a ustedes, conforme a las riquezas de Su gloria, el ser fortalecidos con poder por Su Espíritu en el hombre interior;

17 de manera que Cristo habite por la fe en sus corazones. También ruego que arraigados y cimentados en amor, 18 ustedes sean capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, 19 y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que sean llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios.

20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros, 21 a Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.

Estudio Bíblico Devocional – Reflexión – Explicación: “Efesios 3:17: Arraigados y cimentados en amor”:

Esta es la segunda oración que Pablo registra en su carta a favor de sus destinatarios.

En los versículos anteriores (3.14 a 3.16) vimos que su pedido era que el Padre les conceda fortaleza interior, y ahora, en este versículo (3.17) vemos la razón para este pedido:

Para “que Cristo habite por la fe en sus corazones.”

La palabra corazón es un sinónimo de mente. Por tanto, lo que Pablo deseaba era que Cristo habitara en sus mentes y que guiara sus pensamientos.

En relación con esto, cada creyente debería saber que necesitamos tener la mente de Cristo para poder vivir según Su voluntad, pero también, para poder comprender mejor Sus planes para nuestras vidas.

Hay dos maravillosos textos que normalmente todos hemos leído, al menos una vez: Apocalipsis 3.20 y Juan 14.23. El primero dice que Jesús vendrá y habitará en nosotros sólo si lo invitamos a hacerlo.

Comprendamos que una cosa es haber recibido la salvación, y otra es vivir en una permanente comunión con Cristo.

Si observamos ahora el texto de Juan 14.23, veremos algo más que interesante, una condición: “si alguien me ama y guarda mí palabra, entonces… “.

Amar a Dios y obedecerle son las claves para que tanto el Padre como Jesucristo vengan y hagan morada en nosotros.

Notemos que aquí interviene nuestra voluntad. Y es por eso que Pablo, en los versículos anteriores, le pedía a Dios que fortalezca el hombre interior de sus destinatarios.

En otras palabras, lo que pedía era que el alma estrechara más sus vínculos con el espíritu (el cual es guiado y fortalecido por Dios), para que dejara de estar tan aferrado a la carne (con sus pasiones y deseos).

Necesitamos obedecer y amar a Dios para poder tener plena comunión con Él, para conocerle mejor y para servirlo según Su voluntad.

Esto tiene que ver con nuestra fe, pero también con nuestra disposición, con nuestra convicción y con nuestra entrega a Dios.

Dios quiere habitar en nuestros corazones, en nuestra mente, pero somos nosotros los que se lo permitimos o no.

Se lo permitimos cuando lo buscamos, cuando estamos dispuestos a obedecerle y cuando tenemos bien en claro quiénes somos, luego de haber nacido de nuevo.

Es sólo cuando esto sucede, que Él se puede manifestar en nuestros pensamientos, actitudes y acciones. Sólo en esta condición podemos dar testimonio de quién reina en nuestra vida.

Pero eso, como está muy claro, es solo decisión nuestra. Él no nos forzará de ninguna manera. Somos nosotros los que debemos elegir.

Por ende, deberíamos considerar muy bien cuál será nuestra elección, qué decidiremos y en consecuencia, cómo viviremos nuestras vidas en esta tierra.

La oración de Pablo continúa de la siguiente manera: “También ruego que arraigados y cimentados en amor (…)”.

Pablo va a pedir algo más a favor de sus lectores, pero la base de su pedido era que ellos puedan estar arraigados, enraizados, fuertes y firmes en el amor de Dios.

Solo al estar viviendo en ese amor podrían ser llenos “hasta la media de la plenitud de Dios” de todo Su amor.

Esto quiere decir que si aceptamos, adoptamos y vivimos en el amor de Dios, este amor se desarrollará en nosotros en la medida de la plenitud de Dios.

¿Será que querremos vivir en base a este amor?

¿Será que estamos dispuestos a dejar de lado los enojos, los rencores, la ira y el deseo de venganza?

¿Será que estamos dispuestos a mirar al prójimo con el mismo amor con el que el Señor nos mira a nosotros?

Todo comienza con una determinación: obedecer a Cristo.

Luego, si se lo permitimos, Su Espíritu va trabajando en nosotros y Su amor va creciendo, no sólo para comprender cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo, sino para poder vivir en base a ese mismo amor.

Hablaremos aún más sobre todo esto en la próxima publicación, pero por lo pronto, tal vez debemos considerar la siguiente pregunta: ¿Cómo queremos vivir nuestras vidas?

Dios te guíe y te fortalezca para que llegues a ser el hijo, la hija que Él espera que seas.

Oración

Padre Santo y Bendito, queremos vivir arraigados y cimentados en amor.

Ayúdanos, fortalécenos, trabaja en nuestras vidas, toca nuestras emociones y habita en nuestras mentes. Fortalece nuestro hombre interior. Sólo tú puedes hacer esta obra Señor.

Nos disponemos a obedecerte, a vivir dentro de tu voluntad, a hacer todo cuanto Tú nos muestres, y a reflejar Tu amor al mundo.

Bendito seas Padre, te alabamos y adoramos. Oramos en el bendito nombre de nuestro Señor Jesucristo, amén.

Arraigados y cimentados en amor
Efesios 3:17: Arraigados y cimentados en amor


A más estudios de Efesios:


Estudio Anterior

Las Riquezas de Su gloria
Las Riquezas de Su gloria – Efesios 3.16

Siguiente Estudio

Llenos de la plenitud de Dios
Llenos de la plenitud de Dios – Efesios 3.18-19

A otros estudios:

También te invitamos a leer reflexiones cortas a través de los siguientes links:

Devocionales Diarios

Devocionales basados en el evangelio de Marcos

O si gustas,

Comentarios bíblicos devocionales

Que son explicaciones y estudios exegéticos del texto de distintos libros de la Biblia, pero con una mirada más devocional que técnica.

Si quieres, puedes escribirnos a través de la caja de comentarios.

Estamos a tu disposición hasta donde nos sea posible, esperamos poder ser útiles para tu vida espiritual. ¡Dios te bendiga en todo!

Notas

  • Las citas bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 byThe Lockman Foundation.
  • La imagen de portada corresponde a un trabajo de Gracia y Vida, utilizando una imagen de Gary Moore.

Efesios 3:17: Arraigados y cimentados en amor – Significado – Aplicación

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