Juan 1.47-51 – El cielo abierto, los ángeles y el Hijo del Hombre
Introducción
En este estudio veremos la charla de Jesús con Natanael, y su promesa a la Iglesia. Hablaremos de la omnisciencia de Jesús, del reconocimiento de Natanael, del significado de los títulos que éste le aplica a Jesús; del cielo abierto y del significado de los ángeles subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre.
También veremos el contraste y el juego de palabras que Jesús hace entre Natanael y Jacob. Además del tratamiento de los textos, y de los temas tratados en los mismos, iremos reflexionando y aplicando a nuestras vidas las enseñanzas que nos dejan.
Una aclaración pertinente, es que este estudio es la continuación del anterior en donde Felipe conoce a Jesús y va en busca de Natanael para contarle que han hallado al Mesías. (El mismo se ha dividido en dos para hacer una lectura menos extensa, te dejamos el link para que puedas acceder a ella, si lo consideras pertinente).
Pero antes de comenzar con el estudio, te invitamos a leer una muy corta presentación del comentario de Gracia y Vida:
Unas palabras sobre este comentario
La presente es una porción del Comentario Bíblico sobre el Evangelio de Juan, publicado por Gracia y Vida. El mismo pretende ayudar a los lectores en la interpretación y en la aplicación de las escrituras a sus vidas; teniendo además como objetivo que la lectura sea fluida y de fácil interpretación.
Con dicho objetivo en mente, y a fin de entender los distintos versículos de la manera más apropiada, nos ayudaremos con un análisis del contexto y con las herramientas hermenéuticas necesarias para llegar a una correcta interpretación; pero todo esto sin entrar en largas discusiones, ni en detalles demasiado técnicos.
Sin más, y primero que cualquier otra cosa, te invitamos a leer atentamente el texto y orar para que el Señor te llene de su sabiduría; sin lugar a dudas Él es la gran fuente de toda verdad y de todo entendimiento. Hecho ésto, ahora sí comencemos con el estudio de los versículos que nos convocan, leamos:
El Texto
47 Jesús vio venir a Natanael y dijo de él: He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño. 48 Natanael le dijo: ¿Cómo es que me conoces? Jesús le respondió y le dijo: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. 49 Natanael le respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. 50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás. 51 Y le dijo: En verdad, en verdad os digo que veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre.
Juan 1.47-51 – LBLA
Comentario
Juan 1.47-51 – El cielo abierto, los ángeles y el Hijo del Hombre
47
Jesús vio venir a Natanael y dijo de él
Jesús, ni bien vio a Natanael, comenzó a dar testimonio de él; no dejó que llegara, ni le permitió estudiar la situación o hacer cualquier otra cosa; Él ya sabía quién era aquel que venía, y también, cuáles eran sus pensamientos, anhelos y prejuicios. Pero aún así, aquél sería su próximo discípulo, por lo que Jesús tomó la iniciativa.
Este es un muy buen ejemplo para poder ver cómo se maneja Dios para con todos sus hijos. Él ya nos conoce, sabe lo que sentimos, lo que pensamos y lo que necesitamos y por lo tanto, trata con nosotros y obra a nuestro favor con todo conocimiento, con absoluta sabiduría y con todo el poder de la deidad.
No resulta raro entonces, que frente a tal perspectiva, la relación con Él nos sea tan necesaria y que sus efectos y/o resultados conlleven tan gran bendición para nosotros. Esto debería llevarnos a un una vida de gratitud, de adoración, y de entrega permanente para su servicio. ¿No lo crees?
He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño
Más allá de su conocimiento de Natanael, y de la evidente realidad de la espiritualidad y búsqueda de Dios de este hombre, Jesús va a hacer un contraste entre éste y Jacob. Hará un juego de palabras entre el significado del nombre Jacob (engañador) y Natanael, en quien no hay engaño. Veremos más sobre esto al llegar al versículo 51.
Quién era Natanael
Resulta un poco difícil comprender por qué este hombre, quien tiene un papel tan temprano en la historia de Juan, no es hallado en los otros evangelios. Esto trajo confusión y una larga serie de hipótesis sobre su persona. Para no hacer muy larga la lectura, solo te presentamos la explicación que nos parece más razonable. Pero por favor, ten en cuenta que es solo una hipótesis.
El evangelio de Juan no menciona en ningún lugar a Bartolomé, el cual sí aparece en las listas de discípulos (véanse Mateo 10.2-4 y Marcos 3.16-19). Por otro lado, Bartolomé no es realmente un nombre, sino un apellido que significa hijo de Tolmai (Bar Tolmai); por lo tanto, es posible que aquel hombre mencionado por su apellido en otros evangelios fuera el Natanael que aparece en este evangelio.
Otro hecho a considerar en este mismo sentido, es que en ambas listas Bartolomé y Felipe se nombran uno pegado al otro, algo que pudiera hablarnos de una relación cercana entre ambos. Este hecho toma más relevancia al considerar que los primeros dos discípulos, Andrés y Juan, cada uno fue a buscar a su propio hermano, pero sin embargo Felipe buscó a Natanael, por lo que se intuye que tal vez ambos hombres pudieran ser familiares o muy buenos amigos; si la hipótesis es válida, ese sería el motivo por el cual en ambas listas se los nombra juntos.
48
Natanael le dijo: ¿Cómo es que me conoces?
Ya habíamos hablado sobre los atributos divinos de Jesús, quien obviamente los tenía por poseer una dualidad de naturalezas, la divina y la humana, las cuales convivían en Él. Es probable que este sea el motivo por el cual Jesús sabía qué hacía Natanael, aún cuando no había estado con él. (Se intentará explicar un poco mejor este tema unos párrafos más adelante).
Desde hace dos estudios, los dos anteriores, hemos estado tocando el tema de la omnisciencia de Jesús. En este caso volvemos a ver los rasgos característicos de la misma en este versículo. Entre otras razones, esto es porque el apóstol Juan se ha propuesto mostrar/exponer/evidenciar la deidad de Jesús en este evangelio, y por lo tanto veremos muchos más atributos divinos a lo largo del mismo. Los iremos estudiando a medida que aparezcan.
Juan 1.47-51 – El cielo abierto, los ángeles y el Hijo del Hombre
Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi
Podemos ver en muchos comentarios bíblicos, que el hecho de estar debajo la higuera es una posible indicación de que Natanael estuviera meditando u orando. Las higueras eran árboles que proveían una sombra muy preciada en aquellos lugares, por lo tanto, era costumbre que las personas de ese tiempo encontrasen en ellas un reparo del sol y un buen lugar para descansar y meditar.
A ciencia cierta, nosotros no sabemos qué haya estado haciendo Natanael, pero lo que sí sabemos es que el Señor sí lo sabía. Por otro lado, algunos intentan explicar cómo fue que Jesús vio a aquel hombre. Dicen que Jesús tal vez hubiera podido pasar por el lugar por donde aquel estaba, pero en verdad nosotros no sabemos eso, y si lo afirmáramos solo sería por apoyarnos en suposiciones que no podríamos probar.
En vez de eso, ¿por qué en todo caso no pensar que, en su omnisciencia, Jesús pudo ver qué hacía el mencionado hombre? Y, en todo caso, ¿qué nos lleva a intentar explicar cada detalle de las Escrituras? Siempre será mejor un no sé sincero, que una larga explicación de algo que no conocemos. ¿Estás de acuerdo?
Por tanto, solo nos quedaremos con lo que sí se dice y no perderemos la cordura intentando explicar lo que es imposible de alcanzar con nuestro humilde conocimiento. Nos gustaría en este punto recomendarte una muy buena regla de hermenéutica:
Regla hermenéutica
Investigar hasta donde sea posible, pero al llegar a algún punto oscuro en el que no tengamos más versículos u elementos que nos aclaren el punto de estudio, no perder tanto tiempo. Más vale abocarse a lo que sí es claro, e intentar poner las enseñanzas por obra, que invertir nuestro preciado tiempo en una investigación infructuosa que no nos lleve a ningún buen puerto. Y menos cuando lo que nos ocupa es solamente un detalle secundario.
Esto último, obviamente no implica que debemos dejar de buscar, si es que tenemos herramientas disponibles o personas que nos ayuden en la interpretación, pero sí es cierto que en algún punto debemos encontrar los límites a nuestra investigación. Obsesionarse nunca será bueno para nosotros (en ningún caso de la vida). ¿Concuerdas con nosotros en esto?
Un texto que debería marcar nuestros corazones a la hora de investigar en la palabra de Dios es el siguiente:
Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios, mas las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las palabras de esta ley.
Deuteronomio 29.29 – LBLA
Reconocemos entonces, que en nuestro texto hay detalles que no se conocen, pero lo importante no es lograr entender cada uno de ellos, sino comprender el espíritu de lo que está sucediendo y encontrar el mensaje que el texto intenta transmitir. En este caso todo se reduce a que Jesús lo vio, no sabemos cómo, pero sí que lo vio.
En todo esto que estamos hablando hay algo que debe quedarnos en claro, en especial a los maestros de la Biblia y a los pastores: No somos menos por no conocerlo todo. El Señor por cierto nos revelará lo que en verdad nos sea necesario. Por lo tanto, descansemos en esta verdad y no busquemos dar la imagen de super conocedores o de grandes eminencias, no hace falta. Nunca hace falta.
Ahora, si realmente estuviéramos necesitando mostrar dicha imagen, entonces muy posiblemente deberíamos inspeccionar qué sucede con nuestro corazón, y dónde quedó la humildad a la cual el Señor nos llama (Véanse Proverbios 11.2; Romanos 12.11; Filipenses 2.3; Efesios 4.2; etc). Qué Él nos haga sabios para entender lo que en verdad importa.
Reflexión
En este texto hemos visto nuevamente un atributo divino en Cristo Jesús. Él podía ver a las personas aunque no estuvieran a su lado. Podía conocerlas aunque ellas no lo conociesen a Él. Esto nos hace notar que nada se escapa del conocimiento divino. Un texto que veremos más adelante, y que realza esta verdad, es el siguiente:
24 Pero Jesús, por su parte, no se confiaba a ellos, porque conocía a todos, 25 y no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, pues Él sabía lo que había en el hombre.
Juan 2.24-25 – LBLA
Obvio que este último texto nos habla de otras personas que nada tenían que ver con Natanael. Pero lo que nos muestran estos versículos es que Dios nos ve, ya sea que estemos a su lado o no; Él siempre nos ve, y por lo tanto sabe todo de nosotros.
Sabe cuando tenemos fe y cuando la perdemos, cuando estamos firmes y cuando flaqueamos, cuando le somos sinceros y cuando queremos convencerlo de algo que no es. Por tanto, acerquémonos a Él con un corazón sincero, tal cual como somos. Él nos ama y nos amará igual, ¿qué le podríamos ocultar de nuestras vidas? Obviamente nada. Por ende, debes saber que:
Dios te conoce y ama como eres. Es obvio que quiere que crezcas y que madures; pero aún así te acepta, te ama y te da nuevas oportunidades a pesar de todo. Por tanto, no te guardes nada con Él (no intentes ocultarle nada), charla sobre todos los temas, dile lo que te cuesta y lo que anhelas. Búscalo en cada momento y ten por cierto que nada será mejor para tu vida que seguir sus consejos y vivir en su presencia.
Tu propia decisión
Puedes vivir de este modo en cuanto tú lo decidas, y no depende de nada ni de nadie más, solo es tu decisión. ¿Sabes lo que es bueno para tu vida? ¡Jesús lo es! Y también, la vida que te ofrece. Entrégate completamente a Él y vive una vida diferente. ¿Lo conoces ya? Escríbenos si es que no, e intentaremos guiarte.
49
Natanael le respondió
En este momento todas sus dudas se disiparon, su fe fue tan grande que no solo lo reconoció como su maestro sino como el Hijo de Dios y también como el Rey de Israel. Veamos brevemente estos títulos que aquel hombre le reconoció a Jesucristo.
Rabí
Quiere decir maestro. Ya Andrés y Juan lo habían llamado del mismo modo en Juan 1.38, y otros muchos lo llamarán de esta manera en adelante. Ya veremos más sobre este término en futuros estudios.
Juan 1.47-51 – El cielo abierto, los ángeles y el Hijo del Hombre
El Hijo de Dios
Ya hemos visto este término en un estudio anterior, en dónde a Jesús se lo llamaba de ésta manera, el mismo se encuentra en: Juan 1.34 – Éste es el Hijo de Dios. Te invitamos a leer dicho estudio. (Colocamos el link y te enviamos a otro lugar solamente por que nos hemos propuesto el objetivo de no repetir conceptos, y porque esto nos ayuda a presentar lecturas más cortas).
De igual manera, aquí ponemos en tu conocimiento lo básico, para que puedas entender aún sin navegar de un lado al otro. Este término o título se refiere a una condición y posición especial de Jesús respecto del Padre (una a la que ninguno de nosotros puede aspirar llegar); también se refiere al cumplimiento de las profecías y consiguiente ministerio a desarrollar según las mismas; y, a su posición frente al resto de la humanidad, no es un hijo de Dios sino “el Hijo de Dios”.
Tú eres el Rey de Israel
Al igual que el título anterior, este título se corresponde, o tiene relación, con el del Mesías anunciado. Hemos visto este tema en el estudio sobre Juan 1.40-42, donde los los primeros cuatro apóstoles (Andrés, Juan, Simón y Santiago) conocieron a Jesús. Un estudio complementario para entender más sobre la obra de Jesús, pudiera ser el que trata sobre el ministerio del cordero de Dios.
Y por si quisieras leer un poco más, aquí hay otro enlace a un estudio basado en el evangelio de Mateo, que te ayudará a ver las profecías cumplidas por Jesús: “Jesucristo cumplió todas las profecías del Antiguo Testamento”.
Este Rey de Israel, tan esperado por el pueblo según las profecías, sería un hijo de David, y traería una gran bendición a su nación. En Isaías podemos leer:
6 Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado,y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7 El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará esto.
Isaías 9.6-7 – LBLA
Éste era entonces el Rey esperado. Lo que vemos en nuestro texto es que Natanael lo reconoce como dicho Rey, algo que podemos ver también en otros muchos textos, y que Juan vuelve a mencionar en 12.13. En este último texto ya no es solo Natanael, sino una gran multitud, la que lo reconoce como tal. Ya hablaremos más sobre éste tema en otros estudios.
50
Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás.
Jesús aquí responde a la gran aseveración de Natanael, pero más que eso, le promete ver más que una muestra de su omnisciencia. A partir de ese momento verían, él y todos sus discípulos, cosas mucho mayores que nunca habrían podido imaginar. Desde la conversión de agua en vino (Juan 2.1-12), pasando por muchos milagros, hasta llegar a la resurrección y a la ascensión de Jesús en Hechos 1.6-11.
51
Y le dijo: En verdad, en verdad os digo que
Aquí por primera vez nos encontramos con esta fórmula. Jesús normalmente la utilizaba para afirmar que lo que venía luego de la misma era una gran verdad que no tenía chance de ser desmentida. La doble afirmación tenía el significado de: “te aseguro que”, o “yo afirmo que lo siguiente es absolutamente cierto”; o también pudiera querer decir: “cree que esto que te digo, lo cual es absolutamente cierto”.
Juan 1.47-51 – El cielo abierto, los ángeles y el Hijo del Hombre
El contraste entre Jacob y Natanael
¿Por qué decimos que Jesús hace este contraste? Te invitamos a observar lo siguiente:
Jacob fue el padre de Israel (la nación); lo fue aún a pesar de tomar la bendición de la progenitura por engaño y de hacer su fortuna a partir del mismo método (aunque también vemos que contó con la bendición de Dios). Sin embargo y a pesar de todo, Dios continuó con su plan en él, para lo cual le cambió el nombre y le dio un propósito para su vida.
En contraste con él, a través de sus discípulos, Jesús establecería la iglesia y lo haría a través de hombres íntegros como Natanael. (Notar que la promesa que sigue está en plural, es decir que no solo es para Natanael: “Veréis”).
Ahora, para entender la idea en el juego de palabras, recordar que en el versículo 47 Jesús habló de un hombre “en el cual no había engaño”, Natanael, en contraste con el nombre Jacob – engañador. A esto se le suma la afirmación de Jesús sobre el cielo abierto, de donde verán a los ángeles subiendo y bajando, que es lo mismo que vio Jacob cuando escapaba de su hermano (ver Génesis 28.10-22).
Aquí hay entonces dos personas radicalmente opuestas, las cuales tuvieron la oportunidad, y el privilegio, de presenciar una escalera hacia el cielo. Que es lo que le promete Jesús a Natanael a continuación, en este mismo versículo:
Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre.
Antes que nada debemos decir que, aunque no podemos tomar la promesa en forma literal, sí es cierto que los seguidores de Jesús vieron ángeles; por ejemplo, en la piedra removida (Mateo 28.2-5; Lucas 24.5-7), o en el evento en que el Señor ascendió al cielo (Hechos 1.10-11).
Pero muy probablemente Jesús no hablaba tanto del hecho concreto de ver ángeles en este lugar, sino que más importante que eso, sobre la oportunidad que se abriría delante de sus ojos, la apertura del Reino de los Cielos para que los hombres pudieran ingresar en el.
Veamos por un segundo el texto del Antiguo Testamento, en el que leemos que Jacob:
12 Y tuvo un sueño, y he aquí, había una escalera apoyada en la tierra cuyo extremo superior alcanzaba hasta el cielo; y he aquí, los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. 13 Y he aquí, el Señor estaba sobre ella (…)
Génesis 28.12-13a – LBLA
Ahora intentemos comprender un poco mejor de qué habla Jesús:
Contraste entre la visión de Jacob y lo que anunciaba Jesús
En aquella visión, había una escalera y el Señor (Se entiende que Dios el Padre) estaba parado sobre ella. Pero en nuestro texto de Juan vemos que los ángeles suben y descienden sobre el Hijo del Hombre. Lo que pudiéramos interpretar en este texto es que Jesús utilizó esta ilustración para referirse a la apertura de los cielos a través de sí mismo.
En éste caso Él era la escalera, la cual no solo permitiría ascender y descender a los ángeles, sino que nos daría la entrada al reino de los cielos. Éste sería el ministerio de Jesús, al cual también estaba llamando a estos hombres. Entonces, la puerta abierta de los cielos es lo que se comenzó a anunciar desde Juan el bautista y se sigue anunciando hasta el día de hoy.
Ellos verían el cielo abierto porque Jesús abriría su puerta para que miles sean guiados hasta la misma presencia del Padre celestial. Ese era entonces el comienzo del Reino de los Cielos en la tierra, y Natanael sería parte de esta gran tarea que se vendría por delante, juntamente con los demás discípulos.
Viendo el contexto general del capítulo, esto es lo que Juan el bautista había estado preparando, y ahora, con el comienzo del ministerio de Jesús y el reclutamiento de los discípulos, el gran momento había llegado. Jesús ya había comenzado su ministerio y los estaba reclutando para trabajar juntos en la tarea.
Esto mismo es lo que también hizo con nosotros, solo que hay quienes, lamentablemente, hacen oído sordo. Reciben las bendiciones pero rechazan las responsabilidades. Entendamos claramente que la gran comisión es para todos, que los dones que Dios te dio son para que los utilices, y que el reino de los cielos todavía debe seguir creciendo. ¡Tú fuiste llamado a trabajar en esa tarea!
Juan 1.47-51 – El cielo abierto, los ángeles y el Hijo del Hombre
Reflexión
Las puertas abiertas y la invitación extendida. Esta es la situación al día de hoy. Muchos tenemos la responsabilidad de predicar el evangelio, y millones tienen la oportunidad de escucharlo (aunque lamentablemente no todos, ya que aún hay cientos de lenguas que ni siquiera tienen la Biblia traducida a su idioma; y por otro lado, muchos otros todavía no han tenido oportunidad de escuchar el mensaje).
Al pensar en esto último, y al conocer el progreso de otras muchas religiones orientales, muchos de nosotros sentimos que nuestro esfuerzo ha quedado pequeño, y un gusto amargo entra en nuestra boca. Es entonces cuando las palabras de Pablo aparecen y nos llaman a la reflexión: ¿Cómo oirán si no hay quien les predique? (Romanos 10.14).
Desde aquel momento en que Jesús expresó esas palabras a aquel pequeño grupo, las puertas de los cielos se han abierto; pero lamentablemente, como sucediera anteriormente con el pueblo judío, gran parte del pueblo de Dios vuelve a mirarse el ombligo…
Hoy es tiempo de darse cuenta, de cambiar nuestra mirada (Juan 4.35); de invertir en lo que no es perecedero; de almacenar el tesoro que sí tiene valor (Mateo 6.19-21), el que se guarda en los cielos y que es de origen espiritual (1 Timoteo 6.19). Dios es quien nos llama a darnos cuenta. No nos rehusemos a obedecer su llamado.
Oración:
¿Qué hago yo Señor para cumplir con lo que esperas de mí? Guíame, condúceme, dame el valor y abre las puertas para cumplir con tu llamado. A ti sea la Gloria y toda mi vida. Amén.
Para finalizar este estudio
Aquí damos por terminado este estudio, pero no sin antes saludarte en el amor del Señor. Esperamos que el mismo haya sido de utilidad para ti. Si gustas puedes escribirnos para contarnos qué te ha parecido, o si necesitas que expliquemos más sobre algún tema, intentaremos hacerlo hasta donde nos sea posible.
Que Dios te bendiga mucho, te llene de sabiduría, te acompañe y guíe en cada paso de tu vida.
Links
Te dejamos además algunos otros links que pudieran servirte:
- Si deseas, haz click aquí para ir al Índice del estudio y presentación del Evangelio de Juan.
- Estudio introductorio sobre el cuarto evangelio (Evangelio de Juan). Nos da un panorama general del libro completo.
- Estudio Anterior: Juan 1.43-46 – Felipe y Natanael conocen a Jesús. El estudio presente es la continuación del anterior, entre ambos formarían una unidad, pero se decidió dividirlos para hacer una lectura menos extensa.
- Estudio Posterior: 2.1-10 – Las bodas de Caná – Jesús convierte el agua en vino.
Nota
Las Citas Bíblicas fueron tomadas con permiso de LBLA (La Biblia de las Américas–http://www.lbla.com
16 respuestas a «Juan 1.47-51 – El cielo abierto, los ángeles y el Hijo del Hombre»
Muchas gracias..muy claro, sencillo vocabulario , y al punto,
Fui bendecida con esta gran enseñanza de Jesús. BENDICIONES
Muchas gracias Luz, Dios te bendiga mucho!!
Paz de Cristo
Gracias por esta enseñanza Hermano, la revelación de que Jesús es la escalera yo lo entendí aquella vez que lei Génesis 28:12 y recordé S. Juan 1:51 creo que Dios me dio revelación de esto pero lo que dice del contraste entre Natanael y Jacob no lo habia notado y es una revelación de como Dios cambia nuestra vida cuando vivimos lejos de él pero nos da un nuevo nombre y cambia nuestra vida para su Gloria.
Gracias Hermano que Dios lo siga usando y bendiciendo su vida, familia, ministerio y que su relación con Dios sea mas fuerte cada día en el Nombre de Jesus, también me quedo con la reflexión que nos compartio de que todas las cosas ocultas pertenecen a Dios y a nosotros solo las reveladas ya que solo Dios sabe todas las cosas eso platicaba con mi mamá y entendimos que solo Dios es soberano y lo sabe todo nosotros como humanos no lo podemos saber todo ya que como Dios cuando habló con Job que donde estaba el cuando dice: ¿Quién da comida a los cuervos cuando sus crías claman a Dios y andan errantes con hambre?.
Es muy claro nuestro Señor Jesucristo el es fiel y verdadero no hay engaño en su boca ya que el es el camino, la verdad y la vida.
Muchas gracias Giovanni por escribirnos y por todo lo que nos dice. Dios bendiga su vida!!
esto no me aclara que quiere decir ascender y descender sobre el hijo del hombre. Infiriendo, ¿podríamos pensar que el padre le comunicaba a los hombres…?
Hola Leopoldo, entendemos que esto es una imagen. Jesús hablaba de sí mismo como si fuera aquella escalera por la que subían y descendían los mensajeros (ángeles) de Dios, en la visión de Jacob en el Antiguo Testamento; al mismo tiempo que hacía un contraste entre un auténtico – “verdadero” Israelita (Natanael) con un “engañador” (Jacob).
Entendemos todo esto es una figura, y no como algo que deba ser tomado en forma literal.
De igual manera, y más allá de lo dicho, vemos ángeles manifestándose a las mujeres en la resurrección, y también en la ascensión. Y además de esto, aunque no fueron todos, algunos de ellos vieron la trasfiguración de Jesús y la presencia de dos importantísimos hombres de Dios del AT. Todas estas, manifestaciones sobrenaturales en torno al ministerio de nuestro Señor.
Además, intentando responder a su pregunta, Dios habló a la humanidad a través de Jesucristo, independientemente de que en otros momentos se haya servido de los ángeles para enviar Su mensaje. Jesucristo es la palabra de Dios hecha hombre. Si gusta, puede leer también Hebreos 1.1-4.
Muchas gracias por comunicarse con nosotros. Dios lo bendiga mucho y lo ayude a comprender Su palabra. Si puede, siga orando por este ministerio, muchas gracias.
Bendiciones por el estudio es de mucha bendición espiritual
Muchas Gracias Luís, bendiciones!!
Gracias por ese trabajo pedagógico y evangelizador que adelantan. Hacen mucho bien. Los seguiré de ahora en adelante!
Muchas gracias Hector, nos pone contentos leer su mensaje, muchas bendiciones.
Gracias,me aclaró el párrafo que buscaba,muy linda la interpretación del texto
Nos da mucho gusto que así sea. Dios te bendiga mucho María.
sus pagina iluminan las pagina del Periodiquito El Salvador.
Somos de la Parroquia El Salvador. Barquisimeto, Edo Lara Venezuela
¡Nos alegra mucho! ¡Dios los siga bendiciendo en todo!
Me encantó. Muy bueno!!
Muchísimas gracias Jorge. ¡Dios te bendiga mucho!