Juan 1.30-31 – Después de mí viene un hombre que es antes de mí

Juan 1.30-31 – Después de mí viene un hombre que es antes de mí

Comentario Bíblico Devocional del Evangelio del apóstol Juan

Introducción

Desde los versículos previos, 1.19 en adelante, el apóstol Juan nos estuvo narrando distintos acontecimientos en el ministerio de Juan el Bautista, y sobre la relación que éste tiene con Jesús. Hemos visto su predicación, lo que le responde a quienes le preguntan por su ministerio, y como él se refiere a Jesús.

En estos versículos continuaremos viendo el testimonio de Juan sobre Jesús, y cómo se relaciona, su ministerio, con el del “Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”. (Ese es el título que Juan le dio a Jesús en el versículo anterior).

Comenzaremos en breve con el análisis de los textos que nos convocan, pero antes, si te es posible, por favor lee todo el contexto (Juan 1.19-34), esto te ayudará a entender mejor lo que estamos viendo aquí.

A continuación te dejamos un índice de lo que veremos:

Índice

Más allá del análisis del texto en sí, nos gustaría comentarte brevemente

Unas palabras sobre el comentario de Gracia y Vida

La presente es una porción del Comentario Bíblico sobre el Evangelio de Juan, publicado por Gracia y Vida. El mismo pretende ayudar a los lectores en la interpretación y en la aplicación de las escrituras a sus vidas; teniendo además como objetivo que la lectura sea fluida y de fácil interpretación.

Con dicho objetivo en mente, y a fin de entender los distintos versículos de la manera más apropiada, nos ayudaremos con un análisis del contexto y con las herramientas hermenéuticas necesarias para llegar a una correcta interpretación; pero todo esto sin entrar en largas discusiones, ni en detalles demasiado técnicos.

Sin más, y primero que cualquier otra cosa, te invitamos a leer atentamente el texto y orar para que el Señor te llene de su sabiduría; sin lugar a dudas Él es la gran fuente de toda verdad y de todo entendimiento. Hecho ésto, ahora sí comencemos con el estudio de los versículos que nos convocan, leamos:

El Texto bíblico: Juan 1:30‭-‬31

30 Este es aquel de quien yo dije: “Después de mí viene un hombre que es antes de mí porque era primero que yo.”31 Y yo no le conocía, pero para que Él fuera manifestado a Israel, por esto yo vine bautizando en agua.

Juan 1:30‭-‬31 – LBLA

Juan 1.30-31 – Después de mí viene un hombre que es antes de mí

Comentario del texto bíblico

Versículo 30

Éste es aquel de quien yo dije: “Después de mí viene un hombre que es antes de mí porque era primero que yo.”

Señalamiento mesiánico: Éste es aquel de quien yo dije

Ya Juan había hablado muchas veces sobre el Mesías, aunque sin mencionar quien era, pero ahora llegó el momento en el que sí lo puede señalar. Recordemos que un día antes les había dicho a quienes lo escuchaban, y a la comisión investigadora de los fariseos: “entre vosotros está Uno a quien no conocéis” (Juan 1.26).

Posiblemente Juan no supiera, el día anterior, cuándo se iba a presentar Jesús, pero ahora ha llegado el momento para el cual tanto había trabajado. Había estado preparando el camino para cuando Jesucristo llegue, y ahora estaba frente a Él. ¡Cuánta alegría y expectativa habría habido en su corazón! ¿No lo crees?

Se dice de Jesús que venía hacia Él. Muchos teólogos creen que vendría del desierto en donde acababa de ser tentado (Mateo 4.1-11; Marcos 1.12-13; Lucas 4.1-13). Sabemos que al siguiente día comenzaría su ministerio; pero no qué sucedió después de ésto, en ese mismo día; si estos teólogos están en lo cierto, Jesús tal vez se tomaría el día para descansar.

En el contexto completo vemos que la tarea de Juan estaba ya culminando. Una vez preparado el camino, y habiéndose presentado el Mesías, su tarea habría concluido. Cuánta alegría hay en los corazones de aquellos que se dan cuenta de que han concluido con su tarea, y más si han tenido éxito en la misma como en este caso.

Aplicación

¿Te ha sucedido el ver que una persona a quién le has hablado, al fin conoció a Jesús? ¿O que aquel a quien le has enseñado la palabra, ahora ya la entiende y la comparte con otros? ¿Y qué tal de la persona que ahora puede caminar firme en la fe después de haber orado mucho por él (o ella)?

Sin importar qué tarea estés desarrollando, lograr verla terminada te llenará de gozo y contentamiento. Y mucho más si lo que has hecho ha salido del corazón del Padre. Él pone gozo, paz y alegría en los corazones de sus hijos y los sustenta en los momentos de dificultades.

En este punto tal vez debamos hacer una aclaración, ya que no siempre veremos los frutos de nuestro trabajo. Recordemos que la ley espiritual enseñada por Jesús dice que uno siembra y otro cosecha (Juan 4.37 y contexto); siendo esto así, no te preocupes por no ver los frutos sino mejor por hacer lo que te corresponde, lo que Jesucristo te ha pedido.

Por otro lado, y más allá de lo dura que te resulte la tarea, debes saber que Él siempre estará a tu lado y que será tu fortaleza para que puedas terminar con ella. Por tanto, si estabas a punto de abandonar: ¡No lo hagas! ¿Te sientes ya sin fuerzas? Solo pídele Su ayuda. Dios jamás nos dejará solos haciendo la tarea que nos haya encomendado. ¡Ténlo por seguro!

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Volviendo al texto, veamos ahora qué nos dice Juan sobre Jesús:

Juan 1.30-31 – Después de mí viene un hombre que es antes de mí

Después de mí viene un hombre que es antes de mí porque era primero que yo (Contraste ministerial y preexistencia)

Juan habla de tres temas muy importantes en este punto, a saber:

Orden cronológico de su ministerio en contraste con el de Jesús

Juan vino antes que Jesús porque debía preparar los corazones de quienes habrían de oír el mensaje de salvación. Pero luego de finalizar con su misión, vendría otro de quien él no era digno de desatar las correas de su calzado (Juan 1.27). Él solo estaba cumpliendo con una tarea temporal, sumamente importante pero que ya estaba finalizando.

Preexistencia de Cristo (La eternidad del Mesías: era primero que yo)

El segundo tema del que habla Juan es de la eternidad del Mesías. Esto ya lo hemos analizado cuando estudiamos el primer versículo del evangelio de Juan (Juan 1.1 – En el principio era el verbo), puedes hacer clic en el enlace para leer sobre dicho tema.

Una aclaración pertinente es que Juan no estaba pensando en la edad de ambos, ya que él había nacido seis meses antes que Jesús, vemos esto en Lucas 1.26 y contexto. Aquí el hecho que Juan tenía en cuenta es la eternidad de Jesús, pero aún así, hablando de lo ministerial, el Mesías vino después que él.

La Humanidad de Jesús (Jesús como hombre y como Verbo encarnado)

El último tema importante es que Juan el bautista aclara que Jesús era un hombre. A la hora de pensar en la persona de Jesucristo, éste tipo de aclaraciones nos ayudan para comprender que Jesús era tanto humano como divino. El apóstol Juan ya había hablado un poco al respecto en Juan 1.14 y lo seguirá haciendo a lo largo de todo su evangelio.

No es llamativo que el apóstol haga esta mención, dado que su evangelio pretende demostrar no sólo la deidad de Jesús, sino que Dios se había acercado a la humanidad en la persona de su Hijo. Ésto representaba un claro contraste entre la filosofía griega, que decía que lo divino no puede acercarse a lo material, y lo que el evangelio nos presenta:

Un Dios que por amor hace hasta lo impensado para acercarse a su creación caída.

Juan 1.30-31 – Después de mí viene un hombre que es antes de mí

Juan 1.30-31 - Después de mí viene un hombre que es antes de mí
Juan 1.30-31 – Después de mí viene un hombre que es antes de mí

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Veamos ahora un tema un poco complicado:

Versículo 31

Y yo no le conocía, pero para que Él fuera manifestado a Israel, por esto yo vine bautizando en agua.

Vayamos por partes,

Yo no le conocía (El reconocimiento progresivo del Mesías)

María y Elisabet eran parientes; Lucas relata que María, una vez que concibió, fue a visitar a la madre de Juan el Bautista y se quedó con ella por tres meses (Lucas 1.36-40, 56). Es interesante notar por un lado, que el bebé de Elisabet salto en su vientre al oír la voz de María (Lucas 1.41; y por otro, que fue un acontecimiento en el que el Espíritu Santo se manifestó a ambas mujeres.

Ésto es todo lo que la Biblia nos dice sobre la relación entre ambas parientes. Así es que, dado el silencio imperante, nos quedamos con una gran incertidumbre cuando leemos que Juan no conocía a Jesús. ¿Cómo era eso posible? ¿Por qué dijo eso el bautista? ¿Podemos deducir algo al respecto?

Muchos comentaristas han querido responder este interrogante, pero lamentablemente, en la opinión de Gracia y Vida, no hay una respuesta definitiva. Aún así te invitamos a ver algunas de las que se presentan como posibles razones:

Una posible explicación, sin ningún dato que lo certifique, es que es tal vez Juan haya sido criado sabiendo sobre su primo, pero que luego, al apartarse para vivir en el desierto (Lucas 1.80), haya perdido todo rastro de Él. Sería por eso que el Espíritu Santo debía señalar a Jesús para que Juan pudiera “reconocerle” (Leer nuevamente Juan 1.33).

Muchos comentaristas prestigiosos nos dicen que Juan sí sabía que Jesús era su primo, pero que no sabía que Jesús fuera el Hijo de Dios. (Si tienes manera de acceder a ellos, puedes ver los comentarios de Barclay, Hendriksen, Wikenhauser y Wayne Partain, entre otros, para ver que todos ellos sostienen esta misma posición).

(Te hemos dejado links a sus comentarios en Amazon, por si no los tienes o no puedes conseguirlos prestados. El de Wayne no lo hemos encontrado disponible).

Los últimos mencionados son eruditos bíblicos y su gran conocimiento nos lleva a tener sumo respeto por todos ellos , sin embargo, antes de concluir que su explicación es la correcta, quisiera invitarte a leer:

El relato sobre el bautismo de Jesús según Mateo

Mateo nos permite ver tres cosas muy claras al respecto del tema que estamos viendo, a saber, que al presentarse Jesús delante de Juan, ambos se conocían, que Juan sabiendo quien era Él, no lo quería bautizar, y que Jesús le pidió que lo haga de todas maneras y por lo tanto Juan accedió, y al final lo bautizó.

Veamos el texto:

13 Entonces Jesús llegó de Galilea al Jordán, a donde estaba Juan, para ser bautizado por él. 14 Pero Juan trató de impedírselo, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? 15 Y respondiendo Jesús, le dijo: Permítelo ahora; porque es conveniente que cumplamos así toda justicia. Entonces Juan se lo permitió

Mateo 3.13-15 – LBLA

Lamentablemente los otros dos sinópticos (Marcos y Lucas) no nos iluminan más al respecto. Es por eso que debemos aferrarnos a lo que sí tenemos. Quisiera mostrarte ahora algo más al respecto, en el comentario de Ralph Earle sobre el libro de Mateo, este comentarista nos dice que:

“Juan se le oponía (14). El término griego que hallamos en este pasaje significa “impedir, evitar”. Como se encuentra en el imperfecto, su significado más exacto sería “trataba de evitar” (Moffatt). Juan sentía que él necesitaba ser bautizado y no lo contrario”.

Comentario Bíblico Beacon, tomo VI, Ralph Earle, Casa Nazarena de Publicaciones, 1991, USA.

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Juan 1.30-31 – Después de mí viene un hombre que es antes de mí

Algunas conclusiones

Habiendo visto el texto de Mateo, y siendo ayudados por Earle para lograr entenderlo mejor, claramente debemos reconocer que no sabemos qué quiso decir Juan el bautista en este punto. Si no lo conocía como el Mesías, entonces: ¿Por qué se negaba a bautizarlo? Ahora, lo que sí se afirma es que Juan tuvo la confirmación de quién era Jesús al descender la paloma.

Suponiendo que los comentaristas mencionados tengan razón, nosotros solo lograremos armonizar ambos relatos (el de Mateo y el de Juan), si suponemos que Juan, por un lado sabía lo que su madre le había enseñado sobre Jesús pero, por otro lado, no había entendido exactamente cuál sería el ministerio ni la verdadera identidad del Mesías hasta el descenso de la paloma.

Lamentablemente, nada de eso está explicado en la Biblia… Por lo tanto, lo que nos queda es seguir invirtiendo nuestro tiempo en suponer distintas razones o, tomar el mensaje completo y ver qué es lo que sí podemos sacar en claro.

Creemos que sería un buen consejo en este punto sugerir que no debemos desesperemos por conocer, entender e interpretar cada detalle que encontremos en la palabra de Dios, ya que algunas cosas no nos han sido reveladas por completo. Por lo tanto, nos disculpamos aquí por no poder llevar más luz al respecto, pero al mismo tiempo quisiéramos dejarte la siguiente

Aplicación 2

Dios nos revela todo lo que necesitamos conocer en forma clara, pero lo que no, no debe preocuparnos tanto. Investigarlas solo nos sirve para satisfacer nuestra propia curiosidad; y aunque nos resulte placentero encontrar explicaciones a todo, a veces invertimos demasiado tiempo y energías en ello.

En vez de eso deberíamos utilizar tanto nuestro tiempo como nuestras energías en lograr hacer carne en nuestras vidas lo que sí está verdaderamente claro en la palabra de Dios, a saber, por ejemplo:

Que debemos vivir en santidad; servir al Señor en lo que nos haya llamado (evangelismo, visitación, enseñanza, servicio, etc., tú bien sabes qué te pide el Señor, pero si no, solo buscale en oración y observa qué necesidades te muestra, trabaja en ellas); amar a quienes te rodean, perdonar a los que te ofenden; etc., etc. Todo esto sí que está claro en la palabra. ¿Cierto?

¡Adelante entonces!

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La última parte de nuestro texto dice:

Para que Él fuera manifestado a Israel, por esto yo vine bautizando en agua (La misión del Bautista: manifestar al Mesías)

En esta parte del texto Juan el bautista explica su propio ministerio. Él era el precursor del Mesías, por lo que debía debía preparar los corazones de quienes habrían de escuchar el mensaje de Jesús. Pero esto es algo que ya hablamos en estudios previos, y por eso no lo trataremos aquí.

Si quieres ver de qué se trata el bautismo en agua realizado por Juan, te invitamos a leer la explicación del bautismo de Juan.


Conclusión final sobre Juan 1:30-31

En Juan 1:30-31, Juan el Bautista nos presenta una paradoja sorprendente: aunque su ministerio se anticipa al de Jesús, aquel que viene después es anterior a él. Esta afirmación encierra una profunda teología cristológica: Cristo no es simplemente una figura humana posterior al precursor, sino que posee existencia eterna e inhente dignidad divina.

La frase “yo no le conocía” nos recuerda que la revelación de Cristo no depende principalmente de percepción humana, sino de la intervención divina (el Espíritu que revela). El Bautista—aunque dedicado y espiritual—no podía reconocer plenamente al Hijo sin ayuda sobrenatural.

Para nosotros, este pasaje enseña que nuestra fe no es producto de una experiencia previa que nosotros mismos generamos, sino de que Dios se revela. No basta con buena voluntad, oración o preparación humana; necesitamos que el Espíritu revele a Cristo en nuestra vida. Y cuando Él se manifiesta, nuestra tarea es testificar, como hizo Juan: mostrarlo al mundo, aún cuando no lo comprendamos del todo.

Que este versículo nos impulse a depender más de la revelación divina que de nuestro propio conocimiento, a cultivar humildad al acercarnos a Cristo, y a proclamar su gloria con el corazón abierto al misterio eterno que sobrepasa nuestra comprensión.

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Análisis exegético

Palabra (griego)TransliteraciónSignificado / maticesComentario exegético breve
πρῶτόςprōtos“primero”; puede indicar prioridad en tiempo, rango o preeminencia.En Juan 1:30 el término es intencionalmente ambiguo: refiere al orden cronológico del ministerio (Jesús viene después del Bautista) y, simultáneamente, a la preeminencia/ preexistencia del Mesías. Conviene explicitar esos niveles (cronológico vs. ontológico).
γινώσκωginōskō“conocer”; puede significar conocer por experiencia, reconocer, o comprender por revelación.En “yo no le conocía” (οὐκ ᾔδειν) es útil distinguir conocimiento informativo (haber oído acerca de alguien) de reconocimiento revelador (reconocer su identidad mesiánica). El contexto sugiere que el reconocimiento pleno requiere revelación.
φανερόωphaneróō“manifestar”, “hacer visible” o “hacer evidente”.La manifestación aquí es teológica: el Bautista facilita (testifica) para que la identidad y gloria del Hijo queden claras ante Israel. En el evangelio de Juan “manifestar” conecta con la idea de revelación y gloria (ver también Juan 1:32-34).
οὐκ ᾔδεινouk ēiden“no le conocía” (pretérito de ‘conocer’): falta de reconocimiento o conocimiento pleno.Frase clave para discutir: sugiere que el Bautista no había reconocido totalmente la identidad mesiánica hasta el acontecimiento revelador (p. ej. la visión del Espíritu). Es una afirmación susceptible de interpretación; presenta posibilidad de discusión exegética sin afirmar detalles no expresados en el texto.
ἔρχεται / μετὰ ἐμοῦerchetai / meta emou“viene / después de mí”: indica orden en el ministerio público respecto al Bautista.Útil para enfatizar la distinción entre el ‘venir’ histórico (ministerial) y la preexistencia ontológica del Hijo. Explicar que Juan contrasta dos marcos de referencia en la misma frase.

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Preguntas frecuentes sobre Juan 1:30-31

¿Cómo puede ser que alguien “venga después” pero sea “antes”?

Juan el Bautista se refiere a Jesús con un lenguaje que parece contradictorio a primera vista, pero que encierra una verdad profunda. “Después” indica el orden temporal del ministerio: Jesús apareció públicamente después que Juan. Pero la expresión “antes” expresa Su preexistencia y Su supremacía eterna. Jesús existía antes de su nacimiento humano y tiene prioridad absoluta por ser el Hijo de Dios eterno.

¿Qué significa que Juan “no le conocía”?

La expresión no implica ignorancia total. Juan ya sabía que vendría el Mesías, e incluso que su ministerio estaba preparado para anunciarlo. Sin embargo, no lo había reconocido personalmente como el Cristo hasta el momento en que Dios mismo se lo reveló por medio de la señal del Espíritu descendiendo sobre Él. “Conocer” aquí significa reconocer plenamente su identidad divina.

¿Por qué era necesario que Jesús fuera manifestado a Israel?

El propósito del ministerio de Juan era precisamente revelar al Mesías al pueblo escogido. Israel había recibido las promesas y esperaba al Enviado de Dios. La manifestación de Jesús ante Israel marcó el cumplimiento visible de esas promesas. A través del testimonio de Juan, el pueblo tenía la oportunidad de reconocer a Aquel que las Escrituras habían anunciado.

¿Qué enseña este texto sobre la preexistencia de Cristo?

El testimonio de Juan refuerza la doctrina de que Cristo no comenzó a existir al nacer en Belén. Él es el Verbo eterno que estaba con Dios desde el principio (Juan 1:1-2). El “antes de mí” de Juan el Bautista apunta a la eternidad de Cristo y a su naturaleza divina, una afirmación central en la fe cristiana.

¿Cómo se aplica este pasaje a la vida cristiana hoy?

Así como Juan reconoció la grandeza de Jesús por encima de su propio ministerio, los creyentes están llamados a vivir de manera que Cristo sea exaltado y no ellos mismos. Este pasaje nos recuerda la necesidad de humildad, de reconocer quién es Jesús realmente y de dejar que Él sea manifestado a través de nuestra vida.

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Ayudas para el maestro o pastor

Contexto histórico y cultural

Juan el Bautista ejercía su ministerio en un momento de gran expectativa mesiánica en Israel. Muchos esperaban la llegada de un libertador político, pero el mensaje de Juan preparaba el corazón del pueblo para reconocer al verdadero Mesías. Explica a tu audiencia que, cuando Juan dice “Después de mí viene un hombre que es antes de mí”, está proclamando una verdad que supera toda expectativa humana: el Mesías no es simplemente un hombre más, sino el Dios eterno hecho carne.

Enfoque exegético y teológico

Destaca que el contraste entre “después” y “antes” tiene una carga teológica profunda. El verbo “venir” (erchomenos) señala la manifestación histórica de Jesús, mientras que “antes” (prōtos) subraya su preexistencia divina. Esta combinación revela a Cristo como verdadero hombre y verdadero Dios, fundamento central de la cristología bíblica.

Claves para la enseñanza

Ayuda a tu grupo o congregación a ver que Juan el Bautista no solo reconoció a Jesús, sino que entendió su lugar frente a Él. Su testimonio es un modelo de humildad ministerial: saber quién es Cristo y quiénes somos nosotros en relación con Él. Puedes invitar a reflexionar: ¿qué significa “dar testimonio” de Cristo hoy?, ¿cómo podemos evitar que nuestro servicio eclipse la gloria de Jesús?

Comparaciones bíblicas útiles

Conecta este pasaje con otros textos que refuerzan la preexistencia de Cristo:

  • Juan 1:1-2 — “En el principio existía el Verbo…”
  • Colosenses 1:17 — “Él es antes de todas las cosas…”
  • Filipenses 2:6-8 — Cristo, siendo en forma de Dios, se humilló para hacerse hombre.
    Estas referencias ayudan a mostrar la coherencia doctrinal del Nuevo Testamento sobre la identidad de Jesús.

Aplicación pastoral

Este texto enseña al predicador y al maestro la importancia de mantener la centralidad de Cristo. Juan no buscó seguidores para sí, sino que los dirigió hacia Jesús. En la enseñanza y en el liderazgo cristiano, este principio sigue siendo esencial: el ministerio no consiste en atraer atención personal, sino en conducir a las personas al Señor.

Preguntas para el grupo o la predicación

  • ¿Qué nos enseña Juan el Bautista sobre el verdadero sentido del servicio a Dios?
  • ¿De qué manera podemos reconocer a Jesús como “antes de todo” en nuestras decisiones diarias?
  • ¿Cómo podemos manifestar a Cristo en nuestro entorno, tal como Juan lo hizo ante Israel?
  • ¿Qué desafíos enfrentamos cuando intentamos mantener a Cristo en el centro del mensaje?

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Saludo y despedida

Por ahora dejamos aquí el estudio del texto bíblico, pero esperamos que su contenido te haya resultado de provecho. Si tienes dudas o quieres charlar con nosotros, no dudes en escribirnos; intentaremos ser de bendición en todo cuanto esté a nuestro alcance.

En el próximo estudio veremos cómo Juan complementa su testimonio con la visión del Espíritu descendiendo y cómo eso confirma la identidad de Jesús.

¡Dios te bendiga mucho! Nos encontramos en el próximo estudio.

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Te dejo también algunos links que pudieran servirte:

Nota

Las Citas Bíblicas fueron tomadas con permiso de LBLA – http://www.lbla.com

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Juan 1.30-31 – Después de mí viene un hombre que es antes de mí


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