Efesios 4:11: Apóstoles Profetas Evangelistas y Pastores

Estudio Bíblico Devocional – Reflexión – Explicación: “Efesios 4:11: Apóstoles Profetas Evangelistas y Pastores”

Finalmente, luego de hablar sobre muchos temas concernientes a la unidad de la Iglesia, el apóstol Pablo llega al tema de los dones espirituales.

Desde el principio de este capítulo nos habló sobre la importancia de que los hijos de Dios mantengamos la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.

Para eso, nos dice Pablo, cada creyente debe andar dignamente, conforme a la vocación recibida, haciendo uso de las virtudes dadas por el Espíritu (humildad, mansedumbre, paciencia y amor).

Luego, siguiendo con este tema de la unidad del cuerpo de Cristo, mencionó algunas de las más importantes razones para vivir en comunión los unos con los otros; y ahora, va a continuar mencionando ciertas herramientas, las cuales nos ayudan a mantener fuerte y firme el cuerpo de Cristo.

¿Puedes ver la unidad de propósito en todo el texto?

Pablo nos está mostrando cómo encajamos, cada uno de nosotros, dentro de la familia espiritual que Dios nos regaló, y qué debemos hacer para que la misma sea tal cual Él la diseñó.

Por lo tanto, lo que tenemos en nuestro texto de hoy es una pequeña lista de dones espirituales, que pasaremos a considerar muy brevemente, pero no sin antes decir que Pablo confeccionó otras listas, todas más extensas que esta, las cuántas te invitamos a leer.

Estas listas de encuentran en: 1 Corintios 12.8-11 y 28 y, en Romanos 12:6-8.

Pero más allá de los dones nombrados en las demás listas, lo que Pablo mencionó en Efesios 4.11 es cómo se conocía a las personas que ejercían determinados dones.

Estas personas eran: “Apóstoles profetas evangelistas pastores y maestros”. Veamos brevemente qué hacía cada uno.

Apóstoles, eran quienes cumplían con el papel de delegados, enviados, embajadores, y/o mensajeros de Dios.

Había un requisito fundamental para ser apóstol: debían haber seguido a Jesús en Su ministerio y haber sido sus discípulos, la única excepción fue el apóstol Pablo, quien recibió un llamado muy especial de parte de Jesucristo (Hechos 22:6-16).

Profetas, eran aquellos de quienes Dios se valía, tanto para expresar Su voluntad, como para guiar a la iglesia.

Esto fue fundamental en aquella tiempos, dado que las iglesias comenzaron a proliferar y no se disponían de Biblias como las tenemos hoy. Tampoco estaban disponibles los apóstoles en todo tiempo y, en cada iglesia.

Evangelistas, quienes predicaban el Evangelio, llevando las buenas nuevas por todas las provincias romanas, y aún más allá de sus límites.

Pastores, eran los que cuidaban espiritualmente a sus hermanos y dirigían todas las cuestiones pertinentes de cada iglesia local.

Maestros, aquellos que enseñaban la palabra de Dios a quienes no habían sido instruidos en la misma.

Hoy, la mayoría de estas funciones siguen siendo vitales en nuestras congregaciones, pero en aquel momento de formación de la iglesia, eran más que necesarias.

Eran fundamentales para que las mismas se sigan desarrollando y sosteniendo a pesar del bombardeo y del asedio que sufrían por las distintas filosofías, religiones paganas politeístas y por los poderes políticos de turno.

A través de los siglos, estos y otros muchos dones han sido repartidos a muchos hermanos, y Dios se valió de cada uno de sus hijos obedientes, para llevar a cabo Su voluntad dentro de la iglesia.

En los siguientes versículos veremos más sobre el propósito de los mismos, pero lo que debemos tener claro en todo momento, es que cada uno de nosotros tenemos por lo menos un don dado por Dios.

Tus dones son preciosos regalos, los cuales, todos tus hermanos deben poder disfrutar.

Una iglesia con dones es como una orquesta con sus músicos e instrumentos, todos son importantes, todos deben estar bien afinados y, todos deben seguir la misma partitura.

Dios nos bendiga para que en nuestra Iglesia se puedan escuchar las mejores melodías.