Efesios 4:1: Llamados a vivir de una manera digna

Estudio Bíblico Devocional – Reflexión – Explicación: “Efesios 4:1: Llamados a vivir de una manera digna”

Con este versículo el apóstol Pablo da inicio a una serie de recomendaciones prácticas para sus lectores.

Ya en los capítulos previos, del uno al tres, los instruyó sobre doctrina y teología, pero desde aquí, Efesios 4.1 y en adelante, su objetivo será mostrarles cómo vivir la vida cristiana.

Pablo comienza esta segunda parte de su carta recordándoles que estaba preso.

Pero aunque las circunstancias momentáneas lo tuvieran encadenado a un soldado romano, en su mente, las cadenas del amor de Cristo eran aún más fuertes que las físicas.

Por eso es que Pablo se consideraba a sí mismo prisionero del Señor o, como traduce la RVA, “prisionero en el Señor”. No por imposición, sino por entrega personal y voluntaria, por agradecimiento, y por amor.

Pablo tenía libertad en Cristo, pero eligió sujetar su mente y su cuerpo a la voluntad de Dios, para vivir a Su servicio y según Su voluntad.

Por eso, no es de extrañar que al comenzar a darles consejos prácticos para sus vidas, les recuerde a sus lectores que, ahora en Cristo, ellos han sido llamados a una nueva y diferente vocación, la cual debían vivir de una manera digna.

Es por eso les dice: “vivan de una manera digna de la vocación con que han sido llamados“.

¿Y cuál era esa vocación?

«Que anden como es digno del Señor, haciendo en todo, lo que le agrada, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios». Colosenses 1.10

Eso era lo que Dios pretendía ellos, y también de nosotros. Y es por eso que:

«Él nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento Santo, no según nuestras obras, sino según Su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad». 2 Timoteo 1:9

Con este conocimiento asimilado e incorporado a su propia vida, el apóstol exhorta a los Filipenses diciendo:

«Solamente compórtense de una manera digna del llamamiento de Cristo, de modo que ya sea que vaya a verlos, o que permanezca ausente, pueda oír que ustedes están firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio». Filipenses 1.27

¿Podría Pablo decirnos lo mismo a nosotros? ¡Claro que sí! Y de hecho, ¡lo está haciendo!

Por ende, todos deberíamos actuar en conformidad con el siguiente texto:

«Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, consideren a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe». Hebreos 3:1

Nuestra profesión, nuestro llamado, nuestra vocación, nuestra meta, son solo diferentes formas de llamar al nuevo propósito que hemos recibido al ingresar a la familia espiritual de Dios.

Dios nos ha salvado, nos ha dado las maravillosas riquezas de Su gracia, nos ha hecho copartícipes de Su herencia junto con Cristo, y nos ha sellado con el Espíritu Santo, que es la garantía de nuestra salvación.

Todo esto lo hemos recibido por gracia, por el enorme amor de Dios por nosotros. Pero, no es lo único que hemos recibido.

Junto con estas bendiciones tenemos un nuevo camino por recorrer, un nuevo propósito, una nueva meta para nuestras vidas, y debemos llevarla a cabo de una manera digna.

Esto es lo que Pablo nos dice en este versículo de Efesios 4.1. Hemos recibido una nueva vocación y debemos andar en ella de manera digna.

¿Será que lo hemos comprendido? ¿Será que ya lo estamos poniendo en práctica? Pablo nos dice:

«13 Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús». Filipenses 3:14

Dios nos bendiga de tal manera que podamos tener esta vocación por meta y que podamos vivir con el objetivo de alcanzarla.