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Texto bíblico: Marcos 1:7
“Y predicaba, diciendo: ‘Tras mí viene uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de inclinarme y desatar la correa de sus sandalias.’”
Introducción a Marcos 1.7
Juan el Bautista fue una figura impactante en su época. Su voz resonaba en el desierto con fuerza, atrayendo multitudes que buscaban arrepentimiento y preparación espiritual.
Sin embargo, en medio de esa popularidad y del respeto que muchos le mostraban, Juan no se dejó llevar por el orgullo ni la autocomplacencia.
Su mensaje siempre apuntó más allá de sí mismo. En este versículo, Juan introduce una de las declaraciones más humildes y a la vez más poderosas sobre la identidad y misión de Jesús.
Cumplimiento de las profecías: Juan anuncia la Jesús, el más poderoso
Juan no solo anunciaba la llegada de alguien mayor, sino que también se ubicaba dentro del marco de las profecías del Antiguo Testamento. Tal como Isaías y Malaquías habían anticipado, Juan sería la voz que clama en el desierto, preparando el camino para el Señor. En esta declaración, al hablar de “uno que es más poderoso que yo”, Juan cumple su rol de precursor y confirma que Jesús es ese Mesías prometido, cuya llegada transformaría la historia.
La humildad de Juan
El mensaje de Juan el Bautista no solo impactaba por sus palabras, sino también por su ejemplo personal de humildad. A pesar de que multitudes acudían a escucharlo, y que muchos lo consideraban un profeta poderoso, Juan jamás permitió que la admiración hacia él desviara su propia mirada de Aquel que venía después de él: Jesús. Su declaración sobre no ser digno ni siquiera de desatar las sandalias del Mesías revela la profunda conciencia que tenía de su papel como siervo, reconociendo que su misión era preparar el camino y desaparecer, para que Cristo ocupara el centro.
La imagen cultural de desatar las sandalias
En el contexto del mundo antiguo, desatar las sandalias de alguien era una tarea reservada al siervo de más baja categoría dentro de una casa. No era simplemente un acto de cortesía, sino una muestra clara de subordinación y servicio. Al decir que ni siquiera es digno de realizar esta tarea, Juan utiliza una imagen que cualquier persona de su tiempo habría entendido como el máximo gesto de humildad: colocarse por debajo del más sencillo de los siervos en la presencia de Jesús, su Señor.
Reflexión para el lector
Este versículo no solo revela la identidad de Jesús, sino que también nos enseña sobre el corazón de Juan: un corazón que entiende su lugar en la historia de Dios. Su ejemplo nos desafía a vivir con humildad y a dirigir siempre la atención hacia Cristo, no hacia nosotros mismos. En un mundo que promueve el reconocimiento y el protagonismo, Juan nos recuerda que nuestro papel es ser reflejo de la gloria de Dios, no el centro de atención.
La autoridad de Juan: poderoso, pero no como Jesús
Aunque Juan el Bautista se presenta con humildad ante la figura de Jesús, es importante no perder de vista que él mismo fue un líder con gran autoridad y reconocimiento. Las multitudes acudían a él, las personas confesaban sus pecados, y su influencia era tan fuerte que incluso los líderes religiosos de Jerusalén —fariseos, escribas y sacerdotes— no pudieron ignorarlo.
El mismo Jesús, en Mateo 11:11, declaró:
“En verdad les digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista.”
Este reconocimiento muestra que la grandeza de Juan no residía sólo en su llamado profético, sino también en la autoridad espiritual y moral que irradiaba, la cual fue reconocida tanto por el pueblo como por las autoridades de su época.
Cuando en Marcos 1:7 Juan afirma:
“Después de mí viene uno que es más poderoso que yo,”
esta declaración implica que él mismo era consciente de la medida de su propia influencia y poder espiritual. No era un desconocido, ni alguien insignificante. Sabía que el pueblo lo respetaba y que incluso las autoridades religiosas se veían forzadas a confrontarlo (como se narra en Juan 1:19-27).
Sin embargo, su humildad lo llevó a hacer una clara distinción: su misión y autoridad eran grandes, pero limitadas. La verdadera plenitud de poder, autoridad y soberanía pertenecería al Mesías. Esta autoconciencia humilde es una lección no solo de fe, sino también de identidad y propósito.
Preguntas de reflexión:
- ¿Reconozco a Jesús como el más poderoso en cada área de mi vida o a veces actúo como si dependiera de mis propias fuerzas?
- Juan no dudó en ceder el protagonismo a Cristo, ¿estoy dispuesto a que Jesús ocupe el primer lugar, aunque eso signifique renunciar a mis propios logros o reconocimiento?
- ¿Cómo hablo de Jesús a otros? ¿Lo presento con la misma convicción y humildad que mostró Juan el Bautista?
- ¿Qué aspectos de mi vida necesitan rendirse hoy ante la autoridad y el poder de Jesús?
- Si alguien observara mis decisiones y actitudes, ¿podría notar que reconozco a Jesús como mi Señor y el más poderoso?
El verdadero poder: contraste entre Juan y Jesús
Cuando Juan el Bautista dice: “Detrás de mí viene uno que es más poderoso que yo” (Marcos 1:7), no está haciendo una comparación cualquiera. Para sus oyentes judíos y en el contexto cultural romano, la palabra “poderoso” evocaba imágenes muy diferentes.
Significado para los judíos
Estaba asociado al Mesías esperado: un rey, un libertador, alguien capaz de vencer a los enemigos de Israel y establecer un reino glorioso sobre la tierra. La expectativa era política y espiritual a la vez, anhelaban una figura que combinara la fuerza de David con la unción divina. Al llamar a Jesús «más poderoso», Juan les estaba diciendo que aquel que venía no solo superaba su propia influencia como profeta, sino que cumplía esa esperanza mesiánica en una forma que aún no comprendían plenamente.
Significado para los romanos
Significaba autoridad, conquista y control absoluto. Los emperadores eran llamados “señores” (Kyrios) y su palabra era ley. En ese ambiente, la declaración de Juan apuntaba a una persona con una autoridad que superaba cualquier sistema humano. Jesús no sería simplemente otro líder religioso o político, sino alguien con poder divino sobre el pecado, la naturaleza, las enfermedades y la muerte.
El poder de Jesús no se manifestó con espadas ni ejércitos, sino con autoridad sobre lo invisible y eterno. Él vino a vencer al pecado, a la muerte y al diablo, las tres grandes cadenas de la humanidad, algo que ni Juan ni ningún líder terrenal podría hacer.
Llamado a la acción
El ejemplo de Juan nos invita a examinar nuestros corazones:
- ¿Buscamos el reconocimiento personal o el de Cristo?
- ¿En qué áreas de nuestra vida necesitamos ser más humildes?
- ¿Cómo podemos, como Juan, preparar el camino para que otros conozcan a Jesús?
Preguntas frecuentes sobre Marcos 1:7
👉 ¿Por qué Juan usó la imagen de desatar las sandalias?
Porque era un símbolo cultural de humillación extrema en el mundo judío, reservado para los siervos de más bajo rango. Con esta expresión, Juan resaltaba la grandeza incomparable de Jesús.
👉 ¿A quién se refería Juan con “más poderoso”?
Se refería claramente a Jesucristo, el Mesías prometido, quien traería no solo un mensaje de arrepentimiento, sino también el poder divino para transformar vidas y para salvar.
👉 ¿Cómo se relaciona este versículo con las profecías del Antiguo Testamento?
Juan cumplía la función del “mensajero” anunciado en Isaías 40:3 y Malaquías 3:1, encargado de preparar el camino para el Mesías. Este versículo confirma que Jesús es ese esperado Salvador.
👉 ¿Por qué el pueblo respetaba tanto a Juan y él, aun así, desviaba la atención hacia Jesús?
A pesar de su influencia y del reconocimiento popular, Juan siempre señaló a Jesús como superior. Su misión era guiar a las personas hacia el verdadero Salvador y no hacia sí mismo.
👉 ¿Qué lección personal deja la humildad de Juan para los creyentes hoy?
Nos recuerda que el verdadero liderazgo cristiano se basa en reconocer nuestra posición en Cristo, apuntando siempre hacia Él y no buscando la gloria personal.

Recomendación para pastores, maestros y líderes cristianos
El ejemplo de Juan el Bautista en Marcos 1:7 es una poderosa lección de liderazgo basado en la humildad. A pesar de tener multitudes «a sus pies» y un ministerio en auge, Juan no se dejó seducir por la fama ni buscó retener el protagonismo. En lugar de eso, preparó con fidelidad el camino para Jesús y cedió el centro de la escena sin resistencia.
Para todo líder cristiano, esto es un recordatorio fundamental:
El ministerio no se trata de construir nuestro nombre, sino de señalar a Cristo en todo lo que hacemos. Nuestro llamado es preparar corazones para Él, no para nosotros. La verdadera grandeza en el Reino de Dios no se mide por la cantidad de seguidores o por la influencia, sino por la capacidad de reconocer cuándo dar un paso al costado para que Cristo sea exaltado.
Consejo práctico:
Cultiva un corazón que no busque aplausos, sino que se regocije cuando las personas pongan su mirada en Jesús. Enseña, predica, aconseja y lidera con la conciencia de que eres un siervo, no el dueño de la obra. Que tus palabras y tu ejemplo reflejen siempre: «Detrás de mí viene uno que es más poderoso que yo» (Marcos 1:7).
Comparativa del mensaje de Marcos 1.7 con los otros Evangelios
Este mismo mensaje que leemos en este versículo sobre Jesús, aparece también en Mateo 3:11, Lucas 3:16 y Juan 1:27, 30, lo que refuerza su importancia. Como Marcos, cada evangelista destaca la humildad de Juan y su declaración sobre la superioridad de Cristo.
Esta coherencia subraya el peso de las palabras de Juan y la clara intención de los evangelios: preparar al lector para comprender quién es realmente Jesús.
Las siguientes expresiones recogidas por los evangelistas muestran cómo Juan, lejos de buscar reconocimiento propio, apuntaba constantemente a la superioridad y centralidad de Cristo.
Evangelio | Declaración de Juan | Referencia |
---|---|---|
Marcos | “Después de mí viene Uno que es más poderoso que yo, y no soy digno de desatar, agachado, la correa de Sus sandalias.” | Marcos 1:7 |
Mateo | “El que viene después de mí es más poderoso que yo, y no soy digno de quitarle las sandalias.” | Mateo 3:11 |
Lucas | “Viene Uno que es más poderoso que yo, y no soy digno de desatar la correa de Sus sandalias.” | Lucas 3:16 |
Juan | “A Él yo no soy digno de desatar la correa de Su sandalia.” | Juan 1:27 |
Juan | “Viene tras mí un Hombre que es antes de mí, porque existía antes que yo.” | Juan 1:30 |
📚 Palabras clave en griego — Marcos 1:7
A continuación se presentan algunas de las palabras originales en griego que enriquecen el significado de este versículo y aportan mayor profundidad al texto:
Palabra en griego | Transliteración | Significado | Comentario |
---|---|---|---|
ἰσχυρότερος | ischyroteros | más fuerte, más poderoso | Expresa no solo fuerza física, sino autoridad, posición y poder espiritual superiores. |
ἱμάντα | himanta | correa, tira | Hace referencia a la correa que ataba las sandalias, un trabajo reservado al esclavo de más baja categoría. |
ὑποδημάτων | hypodēmatōn | sandalias, calzado | Calzado típico de la época, generalmente atado con correas; su mención resalta la humildad extrema que Juan expresa. |
κύψας | kypsas | inclinado, agachado | Describe la postura de servidumbre, señalando una acción física de sumisión y humildad. |
Links útiles
🔗 Comentario bíblico del evangelio de Marcos
🔗 Introducción al evangelio de marcos
🔗 Comentario bíblico del Versículo siguiente: Marcos 1.8 – Bautismo con el Espíritu Santo.
🔗Biografía de Juan el bautista
🔗 Devocionales diarios basados en el evangelio de Marcos
🔗Comentario bíblico de Juan 3.25-27: Nadie puede tener nada si Dios no se lo da
🔗Estudio para grupos sobre Juan 1.22-30: Juan y Jesús bautizan al mismo tiempo
Aclaración importante:
Las citas bíbicas fueron tomadas de la versión NBLA (Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 by The Lockman Foundation), pero para la lectura, tú bien puedes utilizar la que gustes.
Este ha sído el
Comentario bíblico de Marcos 1:7 — Juan el Bautista anuncia a Jesús, el más poderoso
por parte de gracia y Vida.
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