Juan 4.11-15 – Agua que brota para vida eterna
Comentario Bíblico Devocional del Evangelio de Juan
Muy bienvenidos a este comentario del Evangelio de Juan. En esta publicación continuaremos con nuestro estudio de la historia de Jesús y la mujer samaritana. Hoy analizaremos y estudiaremos los textos de Juan 4.11-15.
Nuestras metas principales serán ayudarte a comprender el texto bíblico y a aplicar su enseñanza. Para esto te presentamos un análisis del texto y de todos los datos necesarios cómo para comprender el significado mismo en su contexto.
Te invitamos a orar antes de comenzar con tu lectura. Esperamos que El Espíritu Santo se manifieste a través del estudio de la Palabra de Dios, y que esta lectura sea de bendición para tu vida.
Índice
A continuación te dejamos el siguiente índice para que navegues a voluntad por el comentario, según lo creas más conveniente:
- El texto a estudiar (Juan 4.11-15)
- Introducción
- Comentario
- Versículo 11
- Versículo 12
- Versículos 13 y 14
- Versículo 15
- Concluyendo con estos versículos
- Links hacia más comentarios
El texto
11 Ella le dijo: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? 12 ¿Acaso eres Tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados?».
13 Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, 14 pero el que beba del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que Yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna».
15 «Señor», le dijo la mujer, «dame esa agua, para que no tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla».
Juan 4.11-15 – NBLA
Introducción
Esta es ya nuestra tercera publicación acerca de la historia de Jesús y la mujer samaritana. Hemos dividido esta historia en varias partes para poder abarcar todos los detalles y enseñanzas de la misma.
En la primera parte habíamos visto el contexto general de esta historia: De dónde venían Jesús y sus discípulos, la geografía del lugar, el propósito de Jesús al elegir ese camino hacia Galilea, y también, el contexto histórico del encuentro. Puedes hallar todo esto en el siguiente link: Juan 4.4-6 – Contexto del encuentro entre Jesús y la mujer samaritana.
En la segunda parte habíamos visto algunos detalles culturales de la época y cómo Jesús los rompió para cumplir con su objetivo de salvación. También hemos hablado de la forma de Jesús de hacer evangelismo y de cómo Él preparó el terreno como para manifestarse como el Mesías ante esta mujer. Por otro lado, nombramos tres posibles significados del agua de vida. El link es: Juan 4.7-10 – Jesús, el Don de Dios y el Agua de Vida.
Hoy veremos otra parte del diálogo entre Jesús y esta mujer. Veremos que ella no comprendía a quien tenía enfrente, los recursos utilizados por Jesús para llamar su atención, qué significa la frase: “agua de vida que brota para vida eterna” y, a través de todo nuestro análisis, intentaremos ir aplicando el texto y brindarte algunas reflexiones para que puedas meditar en ellas.
¡Comencemos!
Comentario
En los textos anteriores vemos que Jesús le había pedido agua a esta mujer y que ella se había sorprendido mucho por su petición, dado que los judíos no hablaban con los samaritanos y mucho menos los hombres con las mujeres en público. Ante su sorpresa, Jesús le respondió:
«Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva». Juan 4.10
Veamos ahora qué le respondió la mujer y cómo siguió el diálogo entre ellos:
11
Ella le dijo: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo
Desde la perspectiva de esta mujer, era evidentemente que si Jesús le pedía agua era porque no tenía con qué sacarla, pero sin embargo, Él no hablaba del agua del pozo, la cual brotaba naturalmente por corrientes subterráneas, sino del agua viva que sólo Jesús podía ofrecerle.
Esta agua no se encontraba en ningún pozo, ni podía extraerse por voluntad humana. El agua viva de la que Jesús hablaba implicaba la salvación, la vida eterna y el Espíritu Santo viviendo en cada uno de los que aceptan beberla.
Ella obviamente no veía ese significado de momento, pero muy pronto lo haría. Ese había sido el objetivo primordial de Jesús para pasar por ese camino, para quedarse sólo mientras los discípulos iban en busca de comida y para entablar la comunicación con ella. Lo maravilloso en esta historia es que la misma es también aplicable a nuestras vidas.
Para pensar
Jesús también quiere que cada uno de nosotros beba de esa misma agua de vida. Ésto es posible hoy para ti. ¿Lo sabías? Si no lo has hecho te invitamos a seguir el link. Pero si ya la has probado, nos gustaría invitarte a pensar en lo siguiente:
Él ya hizo todo lo necesario como para que podamos beber de esa agua, para que pudiéramos obtener la salvación y una comunión íntima con el Espíritu Santo, pero, ¿No es cierto que es nuestra tarea y responsabilidad buscar y mantener la comunión con Él cada día? ¿Qué piensas al respecto? Permítenos seguir preguntando:
¿Te ocupas cada día de tu salvación con temor y temblor (Filipenses 2.12-16)? ¿Buscas la comunión con Dios en todo momento (1 Corintios 1.9; 1 Crónicas 16.11-12)? ¿Bebes cotidianamente de esta agua para no tener sed jamás? Dios te ayude y te dirija para que puedas contar siempre con esta comunión tan necesaria con Su persona.
Yendo ahora a la profundidad del pozo y a los elementos para extraer el agua, esto es algo que ya hemos visto en el estudio anterior. La mujer le dice literalmente que el pozo es hondo (tal vez de unos 30 metros) y que Él no tiene con qué sacar agua (no tienes cubo – Ουτε αντλημα εχεις), por lo tanto se preguntaba, desde su propio razonamiento:
¿De dónde, pues, tienes esa agua viva?
Desde el significado original de las palabras, ella preguntaba en dónde se encontraba el afluente de donde poder sacar ese tipo de agua. ¿De qué lugar iba a extraer esa agua Jesús? Es interesante que Dios haya mantenido esta fuente de agua oculta en el Antiguo Testamento, y que la haya manifestado “en los postreros tiempos” (Hebreos 1.2).
Era Jesús esa fuente, o mejor dicho, la Trinidad toda. El Padre enviando al Salvador, el Hijo muriendo por nuestros pecados y el Espíritu viniendo a nuestras vidas para darnos a conocer nuestra situación como pecadores, y para revelarnos y llevarnos a toda verdad (leer por favor Juan 16.8-15).
Es interesante notar que esta fuente todavía hoy permanece oculta para quienes no han oído la palabra de Dios, y que Él mismo nos ha otorgado la responsabilidad de llevarla a todas las personas. ¿Has considerado esta verdad? Dios claramente nos habla sobre esto a través del apóstol Pablo:
¿Cómo, pues, invocarán a Aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en Aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
Romanos 10.14
Entonces, ¿Qué hacemos nosotros con esta responsabilidad que nos ha sido conferida (Mateo 28.19-20) ¿Cumplimos con lo que Él espera de nosotros. ¿Te estará hablando Dios a través de estos textos? Anhelamos que así sea, y que, de ser el caso, puedas detener aquí tu lectura y tomar un tiempo a solas para hablar con Dios (si es apropiado para ti, por favor, hazlo ahora).
Volviendo al texto, la mujer le sigue hablando a Jesús, tal vez en forma sarcástica y quizás hasta con un dejo de burla, diciéndole:
12
¿Acaso eres Tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados?»
¿Era Jesús mayor que su patriarca Jacob? ¿Sería acaso como Moisés que hizo salir agua de una roca? Ella ciertamente creía que no. Pero antes de ver la respuesta de Jesús, tal vez sea interesante ver la identificación que los samaritanos tenían con Jacob.
Aunque los judíos los considerasen meztizos (dado que luego de la deportación del reino del norte, los judíos que quedaron en Samaria se mezclaron con otras razas extranjeras, las cuales habían sido “plantadas” o traídas a esas tierras (2 Reyes 17.24)), ellos obviamente se identificaban con los antepasados de Israel.
Según ellos, Jacob era tan padre de ellos como de los judíos y más todavía porque más allá de su ascendencia, él había vivido en esas tierras y había comprado allí una parcela (ver esto en el link). Ellos lo consideraban como un gran hombre de Dios y por ende, no cualquiera podía pretender compararse con él.
Ese era el motivo de la respuesta de la mujer, quien no podía darse cuenta, hasta ese momento, frente a quién estaba. Pero veamos la respuesta de Jesús:
13-14
13 Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, 14 pero el que beba del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que Yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna».
El agua de vida
En un estudio anterior habíamos dicho que hay distintas interpretaciones posibles sobre el agua de vida.
Hay quienes opinan que el agua de vida es el Espíritu Santo viviendo en nosotros, y otros, entienden que ese agua es la salvación y/o la vida eterna. Nuestra conclusión es que más allá de que la identifiquemos con una de estas posibles interpretaciones, el asumir una trae añadidas las demás. Es decir:
Si tengo la salvación entonces también tendré la vida eterna y por ende al Espíritu Santo. Lo mismo es si asumimos como correctas las demás interpretaciones. Ahora, más allá de los muchos argumentos que podamos encontrar, hay algunos textos que tal vez puedan ayudarnos en nuestra interpretación. Por ejemplo el siguiente:
37 En el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz: «Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba. 38 El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva”». 39 Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.
Juan 7.37-39
Ahora, también podríamos contrastar nuestro texto con el siguiente:
Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre les dará, porque a Él es a quien el Padre, Dios, ha marcado con Su sello».
Juan 6.27
Con ayuda de este último versículo vemos que tanto el agua como el alimento que Dios nos provee son para vida eterna, y que ambos nos son regalados por Él. Por ende: ¡Cómo no estar agradecidos! Y entonces: ¡Cómo no dar gloria a Su nombre!
Pero estos no son los únicos textos que pueden ayudarnos en nuestra interpretación; veamos los siguientes:
Otros textos que nos hablan sobre el agua de vida
16 Ya no tendrán hambre ni sed, ni el sol les hará daño, ni ningún calor abrasador, 17 pues el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos».
Apocalipsis 7.16-17
También me dijo: «Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tiene sed, Yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
Apocalipsis 21.6
Después el ángel me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero,
Apocalipsis 22.1
Concluyendo y aplicando ambos versículos
Como vemos, el agua de vida nos es regalada en esta vida, pero es algo que definitivamente disfrutaremos para toda la eternidad.
En vista de todos estos textos posiblemente podemos pensar que el agua de vida es mucho más que una sola cosa. Es algo que nos permite una vida distinta y una comunión constante con Dios, y todo esto sin límites de tiempo, es decir, eternamente y para siempre.
Hoy el Espíritu Santo constituye un sello, una garantía de parte de Dios, quien nos confirma que definitivamente tendremos ese precioso regalo para toda la eternidad (ver por favor 2 Corintios 5.1-5). Su presencia en nuestras vidas es una muestra de lo que viviremos eternamente con Dios.
Por ende, lo más importante que podemos hacer en nuestra vida presente, es “beber” de esa agua de vida. ¿No lo crees? ¿Lo has hecho ya? Si no lo has hecho, por favor considera esta oportunidad y hazlo ahora mismo.
Si no sabes cómo hacerlo, comunícate con nosotros e intentaremos guiarte según lo que la Biblia nos enseña. O si prefieres, tal vez puedas seguir este link: Quiero conocer a Dios y ser su hija/o.
Veamos ahora qué le dijo la mujer:
15
«Señor», le dijo la mujer, «dame esa agua, para que no tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla».
Aquí vemos cuál era la situación en aquel momento: Mientras Jesús le hablaba en un sentido espiritual, la mujer no dejaba de pensar en el agua física (H2O). Jesús hablaba de regalarle la vida eterna y la posibilidad de que el Espíritu Santo viviera en su vida, en tanto ella quería dejar de caminar hasta aquel lugar para buscar agua cada día.
Muchas veces nosotros somos como esta mujer. Dios nos quiere hablar de cosas eternas y duraderas, mientras que nosotros sólo pensamos en las cosas de este mundo (posesiones, comodidades y gloria). Pero… ¿No nos advirtió acaso nuestro Señor que no detengamos nuestra mirada en las cosas terrenales (Mateo 6.19-34)?
Jesús tiene mucho más para ofrecernos, y aunque a veces no tengamos aquí todo lo que deseemos, y hasta debamos sufrir en este mundo, lo que Él quiere darnos durará para la eternidad (ver por favor 2 Timoteo 1.12).
Por ende, también nosotros, los hijos de Dios, debemos decidir qué hacer frente a Jesús: ¿Invertiremos en tesoros celestiales o viviremos pensando en aquello que se degrada y no permanece? Si no lo has leído, por favor lee Mateo 6:19-20.
Otro tema que pudiéramos tocar es que muchas personas se acercan a Dios para recibir de Él ayuda y bendición, pero pocos están dispuestos a seguirle y obedecer. Muchos quieren beber del agua de vida, pero no todos están dispuestos a tomar la cruz y a seguirlo cada día (Lucas 9.23). ¿Qué acerca de ti?
Concluyendo el comentario sobre Juan 4.11-15
Hoy hemos visto el maravilloso y eterno regalo de parte de Dios para nuestras vidas: “El agua de Vida que brota para vida eterna”, y dijimos que es un regalo vigente, que aún hoy está disponible para cada uno de nosotros.
También vimos que la mujer de la historia, hasta ese momento, no logró interpretar las palabras de Jesús, dado que solo pensaba en cosas materiales, pero que el Señor le hablaba de cosas espirituales y eternas.
En el siguiente estudio veremos cómo el Señor llama la atención de la mujer al revelar Su conocimiento de la vida de ella. Ésto la hace pensar que está frente a un profeta, lo que da lugar a distintas preguntas, las cuales terminarán con su salvación y la de muchos en su pueblo.
Nos despedimos aquí hasta el próximo comentario. Esperamos que lo expuesto aquí haya sido de bendición para tu vida. Esperamos tus comentarios, nos gustaría mucho saber si lo que hemos presentado te ha sido útil. Anhelamos que nuestro Señor te llene de sus bendiciones y te lleve a todo entendimiento espiritual.
Links hacia otros comentarios
Antes de concluir con esta publicación te queremos dejar algunos otros links que pudieran servirte para continuar estudiando este precioso Evangelio:
- Índice general y presentación del Evangelio de Juan.
- Estudio introductorio sobre el cuarto evangelio (Evangelio de Juan). Te brinda un panorama general del Evangelio.
- Índice de los comentarios del Capítulo 4.
- Estudio anterior: Juan 4.7-10 – El Don de Dios, el agua de Vida
- Siguiente comentario: Juan 4.16-20 – Ve, llama a tu marido y ven acá
Nota
Todas las Citas Bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 by The Lockman Foundation.