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Comentario bíblico del Evangelio de Juan

Juan 1.40-42 – Pedro, Andrés, Juan y Santiago conocen a Jesús

Juan 1.40-42 – Simón-Cefas-Pedro, Andrés, Juan y Santiago conocen a Jesús

Comentario Bíblico Exegético y Devocional – Evangelio del apóstol Juan

Introducción al pasaje Juan 1:40-42

Para comprender mejor estos textos se hace necesario leer primeramente los versículos anteriores (Juan 1.35-39). Si lo necesitas también puedes acceder a su comentario en: Juan 1.35-39 – Andrés y Juan fueron los primeros discípulos de Jesús.

En estos versículos vemos cómo ambos discípulos de Juan el bautista, Andrés y Juan apóstol, oyeron al primero para seguir a Jesús. En un contexto más amplio, Juan, el escritor de este evangelio, nos está contando los primeros pasos de Jesús como Mesías.

Hoy veremos que el apóstol Juan no se nombra a sí mismo, que Andrés no se guardó su conocimiento de Jesús, sino que lo compartió con su hermano y que Juan hizo lo mismo. También hablaremos de la omnisciencia de Jesús, del nuevo nombre de Simón y su significado.

Intentaremos además ver estos versículos con una mirada devocional para lograr aplicarlos a nuestras vidas. Comencemos entonces con el análisis del mismo, pero antes,

Propósito y metodología del comentario

La presente es una porción del Comentario Bíblico sobre el Evangelio de Juan, publicado por Gracia y Vida. El mismo pretende ayudar a los lectores en la interpretación y en la aplicación de las escrituras a sus vidas; teniendo además como objetivo que la lectura sea fluida y de fácil interpretación.

Con dicho objetivo en mente, y a fin de entender los distintos versículos de la manera más apropiada, nos ayudaremos con un análisis del contexto y también con las herramientas hermenéuticas necesarias para llegar a una correcta interpretación; pero todo esto sin entrar en largas discusiones, ni en detalles demasiado técnicos.

Sin más, y primero que cualquier otra cosa, te invitamos a leer atentamente el texto y orar para que el Señor te llene de su sabiduría; sin lugar a dudas Él será la gran fuente de toda verdad y de todo entendimiento. Hecho ésto, ahora sí comencemos con el estudio de los versículos que nos convocan, leamos:

Texto bíblico: Juan 1.40-42

40 Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro.
41 Este encontró primero a su hermano Simón y le dijo: “Hemos hallado al Mesías” (que traducido quiere decir: Cristo).
42 Lo trajo a Jesús. Jesús, mirándolo, dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan; tú serás llamado Cefas” (que traducido quiere decir: Pedro).

Juan 1.40-42 – NBLA

Comentario versículo por versículo

Análisis y explicación de Juan 1:40

Uno de los dos que oyeron a Juan

El anonimato de Juan

Tanto en estos versículos como en otros varios veremos que Juan no se menciona a sí mismo. Él parece querer estar siempre a la sombra, no sobresalir o no nombrarse a sí mismo en forma directa, pero cuando lo hace, él se menciona a sí mismo como «el otro discípulo«, como «el discípulo a quien Jesús amaba» o como “el testigo”, pero nunca por su nombre.

Aquí podemos ver los textos:

  • El otro discípulo: Juan 20.8.
  • El discípulo a quien Jesús amaba: Juan 13:23-25; 19:26-27; 20.2; 21.20.
  • Aquel que da testimonio de la verdad: Juan 19:35; 21.24; contrastar este versículo con 1 Juan 1:1-4.

En un pequeño paréntesis diremos que hay quienes ven en este hecho la posibilidad de que el verdadero autor del evangelio no sea realmente Juan, quien no se pondría a sí mismo en una condición de superioridad frente al resto de los discípulos, al llamarse el “amado por Jesús” lo que implícitamente querría decir que él fue el “discípulo preferido por el Maesto”.

Pero las evidencias de su autoría son tan grandes que no podemos avalar esta suposición. Otros mencionan la posible existencia de un amanuense (algo así como un escriba), que haya agregado estas referencias para los destinatarios del evangelio, quienes no solo conocían la historia sino también de quién se les estaba hablando.  

En este punto solo diremos que sus motivaciones para tal curso de acción no nos son explicadas por el mismo, por lo cual, solo nos queda la posibilidad de la suposición si queremos entender por qué no se nombraba o identificaba por su nombre. Creo que lo mejor que podemos suponer es que su humildad lo lleva a hacer este tipo de cosas.

Al mismo tiempo también observamos que quien no se nombra a sí mismo tampoco menciona a su hermano.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús.

En el estudio anterior vimos que los primeros hombres en seguir a Jesús fueron Andrés y Juan (el apóstol y escritor de este evangelio). Ambos fueron primeramente discípulos de Juan el Bautista, pero al impulsarlos este último a seguir a Jesús, ellos le obedecieron según leemos en Juan 1.35-39.

Al estudiar sus vidas podemos ver que la decisión que ambos tomaron en aquel momento los marcaría hasta el final de sus días. Cuánta gratitud deberíamos tener también nosotros, quienes tenemos la misma oportunidad de conocer a Jesús, el mismo llamado y también el mismo desafío de seguirle y servirle.

Quiera Dios guiarnos y fortalecernos en la fe, de tal manera de seguir el ejemplo de estos hombres y más importante, los pasos del Maestro. ¿Estaremos dispuestos a seguir este camino? ¿Tomaremos la determinación correcta en el tiempo adecuado? Ahora es el momento. Puedes tomar hoy mismo tu decisión. ¡Él aguarda que lo hagas!

Juan 1.40-42 – Simón-Cefas-Pedro, Andrés, Juan y Santiago conocen a Jesús

El ejemplo de Andrés

Volviendo a Andrés, nótese la referencia al mismo: “El hermano de Simón Pedro”. A través de todo el Nuevo Testamento vemos que Andrés siempre estuvo como a la sombra de su hermano. Pedro, por su carácter, siempre tomó el liderazgo. Pero no hubiese podido hacer nada si su hermano lo lo hubiera conducido en el rumbo adecuado.

No intentemos tomar por nuestra cuenta los lugares de preponderancia. Si en algún momento nos tocara ocuparlos, ya el Señor se encargará de ordenar todas las cosas. Pero en vez de sumarnos esa preocupación, ocupémonos de hacer lo correcto, lo que se nos pide, lo que se necesite.

Nunca nuestra labor será tenida en poco por nuestro Padre, ya que Él mismo nos preparó de antemano para que las hagamos. Que nuestro objetivo sea siempre servirle en humildad. Y cumplamos así con lo que Él nos asigne, llevando con nuestra vida y testimonio la gloria solo a Él.

Análisis y explicación de Juan 1:41

Aquel encontró primero a su hermano Simón

Luego de estar un corto tiempo con Jesús, ambos apóstoles salieron a buscar, cada uno a su hermano. Ese es el significado implícito de: «encontró primero«. (Aunque la palabra primero -protón- también pueda traducirse como “temprano en la mañana”, sabemos por el contexto que los cuatro discípulos tuvieron su encuentro con Jesús en aquel momento, por lo tanto, ésta traducción es la que nos parece la más acertada).

Los primeros cuatro discípulos

Si leemos solamente los relatos de Mateo y de Marcos (Mateo 4.18-20, Marcos 1.16-18), parecería que estos apóstoles conocieron a Jesús mientras realizaban sus labores de pescadores en Galilea. Sin embargo, al leer el capítulo 4 de Lucas, podemos ver que ellos lo acompañaron incluso desde antes de ser llamados en aquel otro acontecimiento de sus vidas (ver Lucas 4.38-39 y contexto).

Podríamos entonces preguntarnos: ¿Cuándo conocieron estos hombres a Jesús?

Uno de los objetivos del apóstol Juan al escribir su evangelio, era contar lo que los demás no contenían, es decir en nuestro caso, los comienzos del ministerio de Jesús. (De querer conocer más al respecto, puedes leer la introducción al evangelio de Juan). Juan, en estos textos que estuvimos viendo, nos muestra una parte de la historia que no conocíamos.

Nos dice que los cuatro estuvieron con Jesús incluso antes de ser llamados pescadores de hombres, algo de lo que ya nos dábamos cuenta al leer a Lucas, pero que no quedaba del todo claro. Aquí Juan se encarga de darnos esos detalles iniciales para que tengamos un conocimiento más detallado de la historia temprana del ministerio de nuestro Maestro.

Entonces, teniendo en cuenta esto último, pudiéramos suponer que hubo un tiempo en el que, si bien estos cuatro hombres seguían a Jesús, todavía no habían sido llamados a ser sus discípulos a tiempo completo; y que por ende en ese breve tiempo, todavía seguían con sus labores de pescadores en el mar de Galilea.

De ser este el caso, podemos pensar en un avance progresivo en cuanto al desarrollo de la fe de estos hombres. Primero discípulos de Juan, después conocen a Jesús y lo incorporan como su Maestro (Rabí – Juan 1.38), más tarde Jesús pasa a ser su Señor (Kýrios – Hechos 2.36), y un tiempo más tarde, para el final de su vida, vemos que Pedro se reconoce a sí mismo como un Esclavo (Doulos) de Jesús (2 Pedro 2.1).

Juan 1.40-42 – Simón-Cefas-Pedro, Andrés, Juan y Santiago conocen a Jesús

Meditación práctica para hoy

Lo normal dentro de la vida cristiana es que podamos ir evolucionando en la fe así como lo hicieran estos hombres. En este caso solo vimos un detalle de la historia de cuatro de sus seguidores, pero a lo largo de los años, el evangelio se ha mantenido vivo gracias a que muchos comenzaron viendo a Jesús como maestro para terminar viéndolo como su Señor y hasta como su dueño.

Alguien podría escandalizarse de éste último término, pero lo bueno de esta relación que podemos lograr con Jesús, es que la misma depende de nuestra decisión y de nuestra entrega, es más, Él ni siquiera quiere llamarnos siervos, o esclavos, sino amigos (ver Juan 15.15). La decisión de crecer es solo nuestra y por lo tanto deberíamos de ser capaces de tomar “el toro por las astas” para hacer lo que de nosotros se espera.

¿Queremos realmente crecer espiritualmente? ¿Estamos dispuestos a entregar nuestras vidas a Dios? Él nos ayude para tomar la decisión adecuada, de hacerlo lo más presurosamente posible. Pensemos en que otros muchos necesitan de nuestro servicio en extender el evangelio para poder oír las buenas nuevas. Pero esta es una elección completamente nuestra. ¿Qué decides tú?

Presentación del comentario
Juan 1.40-42 – Pedro, Andrés, Juan y Santiago conocen a Jesús

Hemos hallado al Mesías

Vemos en estas palabras una alegría particular, la cual pudiera salir de la expectativa de aquel que espera algo por mucho tiempo, hasta que por fin lo tiene a la vista. El Mesías había sido largamente esperado. Andrés lo había buscado y se había esperanzado con el mensaje de Juan el Bautista, y ahora, al fin Él estaba presente.

Es evidente que en aquel momento ellos no conocían el ministerio que Jesús desarrollaría como Mesías. Con toda certeza sabemos que esperaban otra cosa de Él, un Mesías político y militar que los librara de la opresión que los romanos ejercían sobre su pueblo. Más adelante se darían cuenta que la verdadera naturaleza del reino que establecería su maestro, estaría en el corazón de las personas.

Mirando ahora a Pedro, de su respuesta inmediata para acompañar a su hermano Andrés hasta donde Jesús estaba, entendemos que ambos se encontraban en la búsqueda de lo mismo, a saber, el Mesías prometido. La buena noticia para nosotros es que: ¡El mismo que hoy está disponible para tí! Solo debes tener la voluntad de acercarte a Él con humildad, arrepentimiento y entrega de corazón.

(Si quieres conocer a Dios y no sabes cómo, sólo escríbenos y te ayudaremos a comenzar tu relación con Él).

Pero en este relato podemos ver algo más, algo muy significativo, lo cual es un gran ejemplo para nosotros:

Andrés no se quedó con la bendición de conocer a Jesús sino que la compartió. Al conocer verdaderamente a Jesús no nos debería ser posible quedarnos callados. Ambos hombres, tanto Andrés como Juan hicieron lo propio, les alcanzó solo un rato de estar con Jesús para saber delante de quién estaban y no podían quedarse callados. ¡Qué gran ejemplo para nosotros!

Un llamado para nosotros

El mundo nos necesita para anunciar el evangelio. ¿Será la hora de hacer lo que Jesús nos pidió en Mateo 28.16-20? Creo que todos entendemos que sí, por lo tanto, te animo a ir y hacer tu parte.

Que traducido quiere decir Cristo

Otra vez debemos decir que los receptores del evangelio eran creyentes griegos, por lo que la traducción del arameo o del hebreo les resultaba necesaria (ver más sobre este tema en la introducción al evangelio de Juan). Una sencilla explicación sobre el significado de Mesías podría ser la siguiente:

Mesías (hebreo) y Cristo (griego) ambos términos son la misma palabra y su significado es “Ungido”. En el Antiguo Testamento encontramos muchos ejemplos de cómo se ungía a las personas para que ocuparan distintas posiciones ya sean sacerdotales o monárquicas, algunos ejemplos pudieran ser:

  • Unción sacerdotal: Éxodo 29.7; Levítico 8.12; 1 Samuel 16.13.
  • Unción para asumir el rol de Rey: 1 Samuel 9.16; 2 Samuel 2.4, 12.7; 1 Reyes 1.39.
  • Unción profetizada para Jesucristo y su cumplimiento en el Nuevo Testamento: Isaías 61.1; Salmos 45.7; Lucas 4.18; Hechos 10.38.

Obviamente existe una multitud de otros versículos, solo he seleccionado unos cuantos. Por otro lado la unción tenía otros muchos significados y aplicaciones, que no nombraremos aquí. Pero por lo que vemos, Jesús fue el Ungido de Dios para realizar un ministerio muy especial, la salvación de toda la humanidad.

Versículo 42

Jesús mirándolo dijo

Si perdemos de vista la deidad de Jesús, nos llamará mucho la atención lo que le dice a Simón. Pero dado que Él no sólo es hombre sino que también es Dios, los atributos de la deidad están presentes en Él. Ésto hace que al mirar a una persona, Jesús no solo sea capaz de decir qué estuvo haciendo como en el caso de Natanael en Juan 1.48, sino que también conoce su futuro.

Hemos visto muy escuetamente este aspecto de la omnisciencia de Jesús en un estudio anterior, en él decíamos que la misma consiste en el conocimiento de todas las cosas, algo que Jesús tiene y que no comparte con ningún otro ser humano. Algunos otros versículos en donde Juan destaca este mismo atributo de Jesús son: Juan 2.24-25; 13.11; 21.17.

Tú eres Simón, hijo de Juan

Siguiendo con el tema de su omnisciencia pudiéramos decir que Jesús sabía incluso el árbol genealógico de Pedro (aunque alguno también pudiera pretender decir que es posible de Andrés se lo contara previamente en su charla anterior…).

El nombre Simón era la forma helenizada de Simeón (que ha sido oído). Jesús le cambió su nombre por otro (o le asignó un apodo) poco después de haberlo visto:

Juan 1.40-42 – Simón-Cefas-Pedro, Andrés, Juan y Santiago conocen a Jesús

Tú serás llamado Cefas (que quiere decir: Pedro)

Vemos aquí otra explicación sobre la traducción de los nombres, algo necesario para los receptores de su epístola. Cefas (en arameo) o Pedro (Petros en griego), significa piedra o un pedazo de roca.

En su omnisciencia Jesús veía algo más en Él. Sabía cómo iba a cambiar su persona al ser expuesta a la verdad de Dios, al experimentar vivir con Jesús por cerca de tres años y al tener una relación personal con el Espíritu Santo.

Meditación

Así como con Natanael y con Pedro, Jesús también conoce tu pasado y tu futuro, sabe quién eras y quién serás, conoce tus debilidades y tus errores, pero aún así Él quiere darte la oportunidad de ser su seguidor, su amigo y su coheredero (Romanos 8.17). Él sabe lo que eres capaz de hacer si te decides a hacer su voluntad.

Jesús no te mira ni te juzga por lo que has sido ni por lo que eres; Él solo ve tu potencial y te mira a través del lente de su amor, el mismo amor que lo motivó a entregar su vida por ti. Es en ese amor que te invita a ser parte de la familia de Dios y a que comiences a vivir la vida que solo Él puede darte. Si te decides, Él te estará esperando.


Otros textos pertinentes que tratan estos temas

Introducción: A continuación se presentan pasajes que complementan los temas centrales del versículo tratado — seguimiento de Jesús, reconocimiento de Jesús como Mesías, llamado al discipulado, cambio de nombre o identidad.

  • Mateo 4:18-22 – Jesús llama a Pedro y Andrés como “pescadores de hombres”.
  • Marcos 3:13-19 – Jesús llama a los doce discípulos, entre ellos Pedro, Santiago y Juan.
  • Lucas 5:1-11 – La pesca milagrosa y el llamado de Simón Pedro, implicando rendición y seguimiento.
  • Hechos 1:15-26 – La elección de Matías para reemplazar a Judas; contexto de liderazgo apostólico.
  • 1 Corintios 1:26-31 – Dios escoge lo débil del mundo para avergonzar lo fuerte, implicación del llamado.
  • Filipenses 3:7-11 – Pablo habla del cambio de identidad en Cristo, renuncia y nuevo nombre.
  • Hebreos 5:1-10 – Jesús como sumo sacerdote según el orden de Melquisedec; implicación del sacerdocio mesiánico.

Conclusión teológica y pastoral

El pasaje de Juan 1:40-42 nos revela varias verdades esenciales:

  • Dios entra en la historia con obra soberana y personal: Jesús escoge a los hombres, los llama por nombre y transforma su identidad.
  • El reconocimiento de Jesús como Mesías es más que un título: implica un nuevo comienzo para quienes le siguen, una comunidad llamada a testimoniar.
  • El llamado al discípulo no es pasivo: al conocer a Jesús, Andrés y Juan no permanecen en silencio sino que comparten, así como uno es traído a Jesús y otro es nombrado para una misión (Pedro = «roca»).
  • Desde lo pastoral, esto significa que cada creyente ha sido hallado por Jesús y tiene una identidad nueva y una misión. La humildad de Juan al no nombrarse, el servicio de Andrés al llevar a su hermano, y la promesa de nueva vocación para Pedro — todo ello forman una rica lección para la iglesia de hoy: no se trata de protagonismo personal, sino de obediencia, comunión y testimonio.

Que este pasaje sirva para reafirmar que Dios se acerca a nosotros, nos llama por nuestro nombre, y nos envía al mundo a vivir en su Reino. En el proceso no somos espectadores, sino partícipes del proyecto redentor de Cristo.


Análisis de las palabras clave y su significado

Palabra (griego/hebreo)Strong #TransliteraciónSignificado
ΜεσσίαςStrong G3329Messías / Mesías“Ungido” — título que en el AT designa al rey o sacerdote ungido por Dios; en el NT aplicado a Jesús como el enviado de Dios.
ΧριστόςStrong G5547ChristosVersión griega de “Mesías”. Significa también “ungido”. Jesús es el Cristo, el Mesías prometido.
ΚηφᾶςStrong G2785Kêphâs“Roca” en arameo. Nombre que Jesús da a Simón, indicando firmeza, edificación del pueblo de Dios.
ἈνήρStrong G435AnḗrHombre, varón. En este contexto, Simón “hijo de Juan” es identificado por Jesús como hombre con llamamiento.

Breves explicaciones contextuales:

  • (1) Μεσσίας / Χριστός: El uso de ambos términos en Juan 1:41 (“Hemos hallado al Mesías … que traducido significa Cristo”) enfatiza que Jesús cumple la expectativa judía del ungido.
  • (2) Κηφᾶς: Al renombrar a Simón como “Cefas”/Kêphâs, Jesús no solo le da un nombre, sino una identidad nueva con implicaciones comunitarias (la iglesia como edificación).
  • (3) Ἀνήρ: Resalta la humanidad del llamado: Jesús llama a un hombre concreto — Simón hijo de Juan — y lo transforma en discípulo.

Análisis Teológico y contextual del texto

El llamado de los discípulos: encuentro, seguimiento y vocación

El relato de Juan 1:40-42 nos muestra una dinámica profunda del llamado de Jesús. No se trata de una convocatoria masiva ni de una imposición externa, sino de un encuentro personal que transforma la vida. En el evangelio de Juan, el “seguir” a Jesús (gr. akoloutheō) no significa solo caminar detrás de Él, sino compartir su vida y misión. El discipulado es, ante todo, una relación con la Persona de Cristo.

Andrés “encuentra” (heuriskō) a su hermano y lo conduce a Jesús. Este verbo se repite varias veces en el capítulo (vv. 41, 43, 45), destacando que el discipulado comienza cuando alguien es hallado por Jesús y, a su vez, encuentra a otros para conducirlos a Él.
La vocación cristiana no es una búsqueda autónoma del hombre, sino una respuesta a la iniciativa divina. Jesús es quien “mira” (v. 42), conoce y da un nuevo nombre. El llamado de Dios, entonces, implica ser conocido, transformado y enviado.

En Juan, este proceso se confirma en toda la narrativa: los discípulos son testigos que avanzan desde la curiosidad inicial hasta la confesión plena (“Tú eres el Hijo de Dios”, 1:49). Cada encuentro con Cristo redefine la identidad y la misión. Así, Pedro será más que un pescador: será piedra viva en el proyecto redentor de Dios.


El contexto histórico y cultural del discipulado

En el mundo judío del siglo I, el discipulado era una práctica conocida. Los jóvenes que buscaban sabiduría o formación en la Ley solían seguir a un maestro (rabí), aprendiendo de su enseñanza y modo de vida. Esta relación implicaba respeto, obediencia y dedicación. El discípulo elegía a su maestro, y el maestro seleccionaba a quienes consideraba dignos de seguirlo.

Jesús invierte este modelo: Él es quien llama. No busca a los más influyentes, sino a pescadores comunes (como Andrés y Simón) y a hombres con corazones dispuestos. El lago de Galilea era un centro pesquero importante; las familias como la de Simón y Andrés trabajaban duramente, cooperando con los impuestos romanos y la inestabilidad económica. Jesús entra en ese contexto cotidiano y transforma su sentido: la pesca ya no será de peces, sino de personas.

Este contraste es radical. Mientras los rabinos llamaban a seguir la Ley, Jesús llama a seguirlo a Él mismo. No ofrece solo enseñanza, sino comunión; no propone un código, sino una nueva vida.
La invitación de Jesús revela que el Reino de Dios no comienza en los templos o academias, sino en las playas donde la gente trabaja y sueña. Es un llamado que alcanza lo común y lo convierte en santo.


Relación literaria y propósito teológico en el Evangelio de Juan

El Evangelio de Juan es el último en escribirse y tiene un propósito explícitamente teológico y testimonial: “Estas cosas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer tengan vida en su nombre” (Juan 20:30-31).
Por eso, cada escena, incluso el llamado de los primeros discípulos, no se limita a narrar un hecho histórico, sino que busca revelar quién es Jesús y cómo su encuentro cambia la vida de las personas.

El relato de Juan 1:40-42 cumple una función clave en esta estructura. Presenta el inicio del círculo de discípulos que luego confirmarán la identidad de Jesús a lo largo del evangelio. Andrés, Simón, Juan y probablemente Santiago son los primeros en reconocer y confesar al Mesías. La confesión “Hemos hallado al Mesías” anticipa el testimonio que Juan desarrollará en toda su obra: el Mesías no es solo el esperado por Israel, sino el Salvador universal.

Además, el acto de dar un nuevo nombre (de Simón a Cefas) tiene una dimensión literaria importante: en la Biblia, el cambio de nombre suele marcar una nueva etapa en la historia de la salvación (Abram → Abraham, Jacob → Israel, Saulo → Pablo). Así, Juan vincula este gesto con la misión apostólica futura de Pedro, que alcanzará su plenitud después de la resurrección (Juan 21:15-19).

En síntesis, este episodio inicial no es una simple anécdota de vocación, sino una declaración teológica: el Mesías ha llegado, llama personalmente, transforma la identidad y forma una comunidad de testigos.


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Cómo explicar el texto

  • Contextualice el pasaje: primero el ministerio de Juan el Bautista, luego el llamado de los discípulos.
  • Destaque que el evangelio de Juan presenta estos encuentros tempranos con Jesús de manera que preparen la confesión de fe (“Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios”) (ver Juan 20:30-31).
  • Invite a los oyentes a ver su propia historia de ser hallados por Jesús, transformados y enviados.
  • Utilice preguntas de reflexión: ¿He compartido lo que he descubierto en Jesús como Andrés lo hizo? ¿Reconozco que Jesús me llama por mi nombre?

Qué tener en cuenta al abordarlo

  • No simplificar el mesianismo: explique las expectativas judías del siglo I y cómo Jesús las cumple de modo distinto.
  • Usar la sección de palabras clave para dar riqueza al público que desea profundizar.

Esquema para enseñanza/predicación

  1. Introducción: Lectura del pasaje (Juan 1:40-42, NBLA).
  2. Contexto: Juan el Bautista → los discípulos → Jesús.
  3. Versículo 40: Andrés oye a Juan y sigue a Jesús. (Tema: llamado individual)
  4. Versículo 41: Andrés encuentra a su hermano Simón y le anuncia: “Hemos hallado al Mesías”. (Tema: testimonio compartido)
  5. Versículo 42: Jesús mira a Simón, lo nombra Cefas/Pedro. (Tema: identidad nueva y misión)
  6. Aplicación: ¿Cómo respondo yo al llamado de Jesús? ¿Qué identidad tengo en Él? ¿Cómo llevo ese mensaje a otros?
  7. Conclusión: llamado al seguimiento y al testimonio.

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Cómo entender la omnisciencia de Jesús mencionada en el comentario?

Jesús, “mirando” a Simón, lo conoce y le da un nuevo nombre, lo cual el evangelio de Juan se utiliza para subrayar su divinidad (ver Juan 2:24-25; 21:17).

¿Por qué Jesús no llama inmediatamente a Pedro, sino primero a Andrés y Juan?

El texto sugiere que Andrés y Juan escucharon primero a Juan el Bautista, siguieron a Jesús y luego Andrés llevó a su hermano. Esto muestra que el proceso del llamado puede ser progresivo, y muchas veces Dios utiliza a otros para hacer Su propósito en nosotros.

¿Qué significa que Jesús renombró a Simón como Cefas (Pedro)?

Renombrar implica una transformación de identidad. Cefas (roca) indica que Simón tendrá un papel firme en la comunidad cristiana.

¿Por qué se traduce “Mesías” por “Cristo”?

“Mesías” es hebreo y “Cristo” es su equivalente griego. Juan 1:41 lo explica para que puedan entenderlo sus lectores, que eran griegos.

¿Qué implicaciones tiene para nosotros el hecho de que Andrés llevó a su hermano a Jesús?

Indica que el testimonio personal y el compartir lo que hemos hallado en Jesús es parte del discipulado. No estamos solos en este camino y todos tenemos el propósito y el llamado de compartirlo a otros.

¿Cuál es el significado del seguimiento de los primeros discípulos para la iglesia actual?

Muestra que el llamado de Jesús es personal, pero también relacional, por lo que nos llama a una comunidad que crece en conjunto.


Al finalizar este estudio

Gracia y Vida te agradece por haber llegado hasta este punto en la lectura y espera que haya sido de Bendición para tu vida. Si necesitas consultar sobre lo que hemos visto, con gusto nos dispondremos a responderte. Así también, cualquier comentario y/o sugerencia serán bien recibidos.

Al despedirnos, deseamos que la paz, el gozo y la sabiduría de Dios llenen tu vida. Amén.

Te dejamos también algunos otros links que pudieran servirte:

Nota

La Cita Bíblica fue tomada con permiso de la versión NBLA (Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 by The Lockman Foundation), pero tú bien puedes utilizar la que utilizas frecuentemente.

Juan 1.40-42 – Simón-Cefas-Pedro, Andrés, Juan y Santiago conocen a Jesús

2 respuestas a «Juan 1.40-42 – Pedro, Andrés, Juan y Santiago conocen a Jesús»

Gracias es de mucha bendición los estudios que ustedes realizan nos ayudan a entender mucho ❤️ gracias Dios les siga bendiciendo a todos ustedes bendiciones 🙏❤️

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