Funcionamiento adecuado de cada miembro

Estudio Bíblico Devocional – Reflexión – Explicación: “Funcionamiento adecuado de cada miembro – Efesios 4.16”

La versión NTV de nuestro texto, Efesios 4:16, dice:

«Él hace que todo el cuerpo encaje perfectamente. Y cada parte, al cumplir con su función específica, ayuda a que las demás se desarrollen, y entonces todo el cuerpo crece y está sano y lleno de amor».

Sólo Jesús hace que cada miembro de la iglesia funcione como una parte de Su cuerpo.

Él nos da sentido y propósito a cada uno de sus hijos. Y, al mismo tiempo, nos regala las herramientas necesarias para cumplir con la función que nos asigna.

Cada uno de nosotros, al hacer bien nuestra tarea, ayudamos a todo el cuerpo a desarrollarse y fortalecerse.

Y esa es la idea, el propósito de Cristo en nosotros. Esto ya lo hemos estado diciendo al hablar sobre los versículos precedentes.

Pero lo que podemos destacar aquí es la frase: “al cumplir con su función específica” (NTV) o, como dice la NBLA: “conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro”.

¿Qué notas en estas frases?

Cada uno de nosotros tiene una función específica.

Si nos fue asignado un don, si el Espíritu Santo nos preparó para una tarea, entonces nadie más podrá realizarla como nosotros. ¿Te sorprende esto?

Obvio que ninguno es indispensable, sin embargo, cada uno es único e irrepetible. Y, todos somos preparados para la obra, siempre y cuando estemos dispuestos a realizarla.

A todo el resto el Espíritu los preparó para otra cosa, o quizás, esté preparando para que haga lo que tú. Pero lo hará una vez que ya esté listo, y cuando a ti te llame a otro ministerio, o cuando amplíe tu ministerio y a ti te toque hacer alguna otra cosa.

En una iglesia no hay razón para luchar, como se hace en las empresas, para tomar determinado puesto o cargo.

Si Cristo es la cabeza, y el Espíritu quien nos prepara, todo encaja armoniosamente en el momento adecuado.

Ahora, ¿por qué parece que estamos hablando de una utopía? ¿No te lo parece a ti?

Bueno, si bien esto es lo que debería suceder, no siempre sucede de esta forma.

Siempre hay hermanos que toman los métodos del mundo para intentar moverse en el plano espiritual.

Esto trae competencia, deslealtades, celos, envidias y toda clase de pecados. ¿Y para qué? Para ocupar tal o cual ministerio en la iglesia.

¿No te parece ridículo? ¿Cómo, por medio del pecado, una persona podrá ejercer un ministerio espiritual?

Lamentablemente, la carnalidad ha ingresado hace mucho a nuestras iglesias, pero nosotros, quienes en verdad amamos a Cristo, debemos marcar la diferencia.

¡Sí, incluso dentro de la iglesia!

Nunca olvidemos que nosotros hacemos lo que Él nos pide, tenemos lo que Él nos da, ejercemos el ministerio que Él quiere, y con eso, hacemos la voluntad de aquel a quien amamos.

No necesitamos más. Cuando Él quiera nos preparará para otra cosa, cuando nos llame, podremos ejercer el ministerio al que Él nos envíe, pero por lo pronto, debemos hacer lo que ya nos ha asignado.

Cada uno de nosotros debe tener “un funcionamiento adecuado” según nuestro don y según nuestro llamado. Eso es glorificar a Dios, eso hace que el cuerpo crezca y se fortalezca.

Y si a Dios le place que cambiemos de ministerio lo sabremos, pero si quiere que por siempre ejerzamos en mismo:

¿De quién es la Iglesia? ¿Quién es el que debe decidir? ¿Quién sabe más que Él qué es mejor para la misma?

Por ende, seamos agradecidos por los dones que ya tenemos, cumplamos con nuestra función específica, y así, de la mano de Jesús, llegaremos a ser la iglesia que Él espera que seamos.

Obremos con amor, en humildad, sin vanagloria, entendiendo quienes somos, a quien pertenecemos y por qué hacemos lo que hacemos.

Amenos nuestra iglesia, así como Cristo lo hace. Y nunca olvides que eres muy importante para Él, y que tu función es más que importante para el cuerpo, si no fuera así, Dios no te la hubiese asignado.

No mires los dones o los puestos más brillantes, normalmente son los que más se ven, claro, pero no son los más importantes.

Todos los dones, y todos los ministerios son importantes, todos son útiles, y todos necesarios. Cristo te ha tenido en cuenta para la tarea que te ha asignado, no la menosprecies.

Ejércela responsablemente, con alegría, sabiamente, con amor. Él te la dio. No hay mejor razón que esa.

El soberano, creador de todas las cosas, tu Salvador y Señor te tomó en cuenta para participar en Su labor. ¿Existe mayor bendición que esa?