El Espíritu Santo nos ayuda a relacionarnos con Dios
Todo aquel que conoce a Dios tuvo de seguro una experiencia con el Espíritu Santo, ya que Él nos ayuda a relacionarnos con Dios. Esto nos lleva a decir que:
Ningún ser humano logra acercarse a Dios sin la asistencia del Espíritu Santo
Pero, ¿Cómo es tener una relación con alguien que no se puede ver? ¿Es posible lograr esto partiendo de tal carencia?
Muchos han tropezado y se han dado por vencidos ante la idea de tener que relacionarse con alguien a quien no se está viendo. Pero… Si no lo podemos ver, ni lo podemos escuchar en muchos momentos, entonces, ¿Cómo es relacionarse con Dios?
Se me ocurre el siguiente ejemplo que tal vez sirva como para interpretar un poco mejor la experiencia:
Desde hace un buen tiempo los medios de comunicación nos asisten a la hora de comunicarnos con otros a distancia. Hoy día no es ninguna extrañeza estar chateando con distintas personas ubicadas en lugares bien distantes.
Esto constituye una ventaja para nosotros a la hora de imaginarnos cómo sería hablar con Dios, ya que podríamos valernos de esta experiencia y decir que, comunicarnos con Dios pudiera ser similar a enviar un mensaje de voz en un teléfono móvil, o enviar un audio por WhatsApp.
La diferencia fundamental, más allá de la falta de respuesta audible (en muchas ocasiones), es que:
Nuestro interlocutor no es un par nuestro a quien estemos llamando, sino el mismísimo Dios, a quien le estamos hablando a través de la oración.
Ahora, hay otra gran diferencia, la cual no siempre se puede percibir:
Mientras oramos muchas veces nuestro ser se estremece, y en esas ocasiones nuestras emociones afloran. Nuestro espíritu, por su parte, experimenta una sensación que no es posible manifestar con palabras, o demostrar de manera alguna.
Al acercarnos con verdadera fe y entrega a Dios, muchas veces podemos experimentar Su presencia, Su amor y una gran certeza respecto de con quién nos estamos comunicando. Digo que sucede muchas veces, pero también es cierto que no sucede siempre.
Muchas veces depende de nuestra situación espiritual, y otras tantas, de la voluntad de Dios, quien decide simplemente no manifestarse. Eso no debe llevarnos a ninguna decepción sino simplemente al entendimiento de que en todo tiempo Él es soberano.
Si decide no manifestarse, nosotros lo único que podemos hacer es aceptar que así es, y seguir adelante con nuestra búsqueda de lo espiritual. Pero eso sí:
Cuando el fervor y devoción van acompañados con la fe, la experiencia de la oración puede ser verdaderamente emocionante.
¿Qué hace que lo sea? O ¿Quién hace esto posible?
El Espíritu Santo es más real que lo que cualquiera pudiera imaginar. La percepción de Su presencia es verdaderamente posible para nosotros. Esto no tiene ninguna otra explicación que la siguiente:
El Espíritu Santo: ¡Es real y quiere relacionarse con nosotros!
Ahora, siendo así, ¿Por qué entonces muchas personas no logran acercarse a Dios? Y, ¿Por qué no logramos relacionarnos con el Espíritu Santo? Tal vez pudiera ser porque muchos se condicionan a sí mismos. Existen varias posibles razones para esto, te nombraremos solo algunas pocas:
Las personas se condicionan a sí mismos por tener un raciocinio puro, carente de fe; o por prestar atención únicamente al modo de vida que nos presenta la sociedad consumista, la cual nos lleva a trabajar, hacer cosas todo el tiempo y a correr, sin tener la posibilidad de pensar, y de buscar la fe que hay dentro nuestro para poder llegar a Dios.
Todo esto muchas veces hace que sea imposible que podamos lograr una verdadera relación con Dios, y por ende, que cuando nos ponemos a orar, pensemos que nada tiene sentido. Si esto te ha pasado, por favor detén por un momento tu paso, deja de correr, y plantéate acercarte a Dios con toda la fe que te sea posible disponer.
Dile simplemente lo que piensas, y no te preocupes, Él sabe qué pensamientos dan vueltas por tu mente. Pero eso sí, atrévete a buscarlo con verdadera fe, con un anhelo real de encontrarte con Él. Dios sabe cuando eso sucede. Él no juega a las escondidas con quienes lo buscamos.
Dios está dispuesto a manifestarse a tu vida. A demostrarte que es real. ¿Crees verdaderamente en Él? El Espíritu Santo te ayudará a lograr que la oración no se quede en un mensaje de ida, sino que verdaderamente se establezca la comunicación que estamos buscando tener con Dios.
Y si nunca le has entregado tu vida a Él, si no estás verdaderamente segura/o de ser su hija/o, entonces tal vez sea bueno leer el Siguiente link.
Por ahora, aquí finalizamos esta breve charla, pero te queremos dejar un versículo bíblico que seguramente te ayudarán a entender la obra del Espíritu:
26De la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercedepor nosotroscon gemidos indecibles.27Y Aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque Él intercede por los santos conforme ala voluntad deDios.
Romanos 8.26-27
El Espíritu nos ayuda a orar e intercede por nosotros. Eso es algo grandioso y maravilloso. ¿No lo crees? Qué Él se haga presente, se manifieste a tu vida y te lleve a toda verdad.
El Espíritu Santo nos ayuda a relacionarnos con Dios
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Nota: La Citas Bíblica fue tomada con permiso de LBLA –http://www.lbla.com