Efesios 4:9: Cristo descendió a las profundidades

Estudio Bíblico Devocional – Reflexión – Explicación: “Efesios 4:9: Cristo descendió a las profundidades de la tierra.”

En el versículo anterior, recordando el salmo 68.18, Pablo escribió:

«Por tanto, dice: «Cuando ascendió a lo alto, Llevó cautivo un gran número de cautivos, Y dio dones a los hombres»». Efesios 4.8.

Y ahora, en nuestro texto dice:

«Esta expresión: «Ascendió», ¿qué significa, sino que Él también había descendido a las profundidades de la tierra»? Efesios 4.9.

En verdad, ambos textos han sido muy discutidos y, lamentablemente, hay partes de los mismos que no se comprenden por completo.

Por lo tanto, lo único que podremos hacer es acercarnos al significado a través de la interpretación del texto y, aun así, no siempre llegaremos a la verdad absoluta…

Entre otras cosas nos preguntamos: ¿Qué significa que descendió a las profundidades de la tierra?

Si nuestro texto está hablando de la muerte de Cristo, ¿será que al morir descendió al Hades, y para qué, con qué propósito?

Recuerda que, a quien murió junto Él, en la otra cruz, Jesús le dijo que ese mismo día estaría con Él en el paraíso (Lucas 23.43).

Si fue al paraíso, entonces, no tenía por qué ir al Hades, al menos que interpretemos que Jesús llamaba paraíso al Seno de Abraham (ver Lucas 16.19-31).

Según el pensamiento judío el Seol (palabra hebrea equivalente a Hades, lugar de residencia de los muertos), se dividía en dos partes.

Aquellos que fueron piadosos y obedecieron a Dios, al morir descendían al lugar llamado “Seno de Abraham”, pero aquellos que no lo fueron, eran dejados en el abismo.

Entonces, ¿habría ido allí el Señor? ¿Les habrá contado a los creyentes del Antiguo Testamento sobre Su victoria? ¿O, por el contrario, les habló a los espíritus encarcelados como nos dice Pedro?

«19 En el espíritu también fue y predicó a los espíritus encarcelados, 20 quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas por medio del agua». 1 Pedro 3:18-22.

Una cosa, la otra, ambas, otras que no sabemos… ¿Qué hizo el Señor en ese tiempo? En verdad no sabemos. Podemos interpretar, pero no podemos estar seguros.

Otra interpretación, que hubiésemos descartado si no fuera porque Barclay adhiere a la misma, es que Jesús “descendió a las profundidades de la tierra” al tomar carne y huesos para sí.

Por tanto, esta expresión significaría, según este estudioso bíblico, que Él vino a vivir en medio de la humanidad. Si tenemos en consideración esta interpretación, y a su vez, observamos que la versión NVI traduce: “descendió a las partes bajas, o sea, a la tierra“, entonces la podríamos considerar como prosible).

Pensando en esto, si observamos nuevamente nuestro texto de Efesios, notaremos que en ningún momento se habla de la muerte de Jesús, sino que simplemente dice: “descendió a las profundidades de la tierra”, sea lo que fuere que esto signifique.

Como vemos, hay muchas formas de interpretar este texto, y grandes hombres de Dios han diferido mucho al respecto.

Por ende, aunque nuestra curiosidad y ganas de saber más al respecto, nos lleven a indagar mucho, cuanto más investigamos y leemos sobre los argumentos de los grandes eruditos, más notamos que todos tienen algún punto poco claro, y eso nos deja nuevamente con dudas…

Entonces, ¿qué hacemos con este texto? Bueno, posiblemente algún día lo comprenderemos por completo, pero hasta tanto, lo mejor que podemos hacer es quedarnos con lo que sí entendemos, y no desesperarnos por lo que no comprendemos.

Lo que sí está claro en las Escrituras es que Jesús murió por nosotros, que resucitó, que se sentó en los lugares celestiales a la diestra del Padre, y que dio dones a los hombres por medio del Espíritu Santo.

También está claro que Dios nos unió en un mismo cuerpo y que nos dio dones para que los utilicemos para el beneficio del mismo. Esa es nuestra tarea, nuestra responsabilidad y nuestra función.

Por tanto, ¿te parece bien si nos ponemos por meta no preocuparnos mucho por lo que no está tan claro en las escrituras, sino más bien cumplir y “hacer carne” en nosotros lo que sí está Claro?

¿Estás de acuerdo? Si es así, pongamos manos a la obra y cumplamos lo que Dios nos ha pedido.

¡Que Dios te bendiga mucho!