Previsión y Prudencia – Devocional Diario – Marcos 3.7; 3.8; 3.9 y 3.10
¡Bienvenidos a su devocional de hoy!
Nuestro Señor nos enseñó muchas cosas mientras estuvo en esta tierra y hoy veremos una enseñanza más respecto de cómo podemos manejarnos en nuestras vidas. Te invitamos a ver qué hizo Jesús en el texto de hoy y a meditar en nuestras propias vidas.
En el texto podremos ver a un Jesús cauteloso, cuidadoso, atento, previsor y prudente, quien analizando la situación en la que se encontraba dio sabias instrucciones al respecto.
Pero antes de leer el texto y comenzar con nuestro devocional nos gustaría pedirte, si te es posible, que tomes unos segunditos para orar. ¿Podría ser? Nuestro Padre de seguro ha de hablarte mucho más que nosotros en estas líneas que leas a continuación.
Habiendo orado, ahora sí, leamos el
Texto base de nuestro devocional
7 Jesús se retiró al mar con sus discípulos; y una gran multitud de Galilea le siguió; y también de Judea, 8 de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de los alrededores de Tiro y Sidón; una gran multitud, que al oír todo lo que Jesús hacía, vino a Él. 9 Y dijo a sus discípulos que le tuvieran lista una barca por causa de la multitud, para que no le oprimieran; 10 porque había sanado a muchos, de manera que todos los que tenían aflicciones se le echaban encima para tocarle.
Marcos 3.7-10 – NBLA
Pensemos juntos
El contexto de nuestra historia
Jesús estaba en pleno ministerio, es así que las multitudes lo seguían para escuchar sus enseñanzas, pero también para ser curados de sus enfermedades. Es claro que un solo hombre no podía tratar con todos los necesitados al mismo tiempo, es así que la desesperación los llevaba a empujarse y apretarse los unos a los otros, inclusive a Jesús.
Seguramente estas personas no lo hacían por maldad. Pero es que allí y frente a ellos se encontraba Jesús, aquel que los podía curar y liberar de sus aflicciones. La necesidad, la aflicción y el dolor podrían quedar atrás si tan solo Él los tocara. Esa era la posibilidad que ellos veían y por tanto, en su desesperación por encontrar alivio, se arrojaban sobre Él.
Esta situación era más que incontrolable ya que eran muchas las personas que venían de todos los pueblos, ciudades y aldeas de alrededor, y por lo tanto Jesús, viendo el peligro, debió tomar una decisión: Les pidió a sus discípulos que prepararan una barca para alejarse un poco de la multitud.
Aunque es obvio que Jesús era de carne y hueso, y que quería preservar su integridad física, lo más probable es que Él no haya pensado sólo en sí mismo, sino también en la seguridad de todas aquellas personas; y además, por otro lado, de esa manera no podía seguir enseñando eficientemente a las multitudes.
Tal vez nos resulte de utilidad leer Lucas 5.1-3, donde se ve que Jesús utilizó el recurso de subirse a una barca para poder enseñar a las multitudes en la costa (puedes encontrar algunos detalles sobre esto en nuestro estudio sobre la pesca milagrosa de Lucas 5.4-7). En todo caso, en nuestro texto de Marcos, Jesús ya se anticipó por si debieran utilizarlo.
Pensemos un poco en nosotros
Según la personalidad de cada uno, a algunos les resultará más fácil que a otros ser previsores y pensar las cosas por anticipado. No solo hablamos de las cosas que tengan que ver con el ministerio sino de cada área de nuestras vidas.
Ahora, esto que decimos no debe confundirnos, no estamos hablando de poner nuestra confianza en nosotros mismos y en nuestra capacidad de previsión; y obviamente no estamos pensando en que esto puede de alguna manera reemplazar nuestra fe y confianza en Dios (aquel quien tiene todas las cosas bajo su control).
Lo que sí te invitamos a pensar es en la posibilidad de ser previsores para entonces poder pensar en nuestros objetivos, y detenernos a mirar las posibles circunstancias que pudieran generarse. Esto no es algo que se necesite solo a nivel profesional, laboral, comercial, etc., sino que también es útil y necesario en la esfera espiritual y en las cosas de Dios.
Jesús nos dejó un ejemplo claro:
Al ver la situación elaboró una estrategia, dio las directivas correspondientes y tuvo todo listo por si la situación lo requería. Sobre esto es que te queremos llamar a la reflexión: ¿Sueles ser precavida/o a la hora de actuar? ¿Acostumbras a planificar tu vida? ¿Te preparas para lo que pueda venir?
Es claro que no podemos anticiparnos a “todo” lo que pudiera sucedernos. No somos Dios y no tenemos omnisciencia. Pero sí es cierto que si planificamos nuestra tareas, nuestro ministerio, nuestras vidas, estaremos más preparados ante lo que pudiera surgirnos. ¿No es así?
El hacerlo, como ya hemos dicho, no implica falta de fe; necesitaremos mucha sabiduría para lograrlo y eso solo viene del Señor a quien se la pediremos con absoluta fe (Santiago 1.5). Lamentablemente muchos se han confundido en este sentido y han pensado que sólo se puede elegir o la fe o el raciocinio a la hora de actuar, lo que llevó a tantos al error…
Un falso preconcepto
¿Has oído en algún momento frases como éstas?:
- Dios es quien va conmigo, no necesito preocuparme por mis cosas, Él es quien se ocupa de mi.
- El ministerio es de Dios, Él va al frente y yo no tengo por qué pensar en los detalles. Él se encarga.
Pensamientos como estos son un poco peligrosos porque encierran grandes verdades en ellos, pero también mucha irresponsabilidad por parte de quienes así piensan. Es verdad que:
Dios va con nosotros, que tiene todo bajo su control, que cuida de sus hijos; y también que es la cabeza de la Iglesia, y que por lo tanto, de Él son todos los ministerios.
Todo esto es más que cierto, pero también lo es que, visto solamente como en las frases de los ejemplos, nos quita toda responsabilidad, algo que no es real ni posible.
Si Dios llevara adelante los ministerios por sí mismo y sin utilizarnos para ello, entonces solo estaría Él actuando, pero sin embargo nos utiliza a nosotros; a quienes también nos ha dado raciocinio, algo que podemos poner a Su disposición. No nos utiliza cuales robots que no piensan, ni sienten, y tampoco somos simples marionetas.
Cada uno tenemos nuestro temperamento, nuestra inteligencia, nuestras capacidades etc., etc., y cada uno de nosotros es llamado a una tarea particular, según los dones, talentos y capacidades que Dios nos haya regalado. Todo es un combo. Todo es necesario y todo debe ponerse a disposición y debe utilizarse.
Para finalizar
Si Dios nos dio tantas capacidades, talentos y dones, es para que los utilicemos. Lo mismo sucede con nuestra capacidad de raciocinio, la cual debe ser desarrollada en nuestra vida cotidiana y también en nuestros ministerios (dentro y fuera de la Iglesia). Por tanto te animamos a seguir estos consejos, los cuales también puedes poner en oración:
Piensa cada cosa, planifica todo lo que puedas, ve por los detalles según te sea posible. Hazlo poniendo cada cosa en oración, pidiendo sabiduría en cada paso, entregando todo detalle y cada circunstancia en Sus manos. Él se encargará de responder, nos ayudará y guiará según Su voluntad y obviamente terminará bendiciendo Su ministerio y la vida de cada uno de sus hijos (tú y yo incluidos).
Por otro lado también es necesario aclarar que debemos hacer todo esto pero sin obsesionarnos por los detalles, eso no es necesario y hasta a veces nos juega bastante en contra (nos demora más de la cuenta, nos llena de ansiedad, nos hace reevaluar todo en todo el tiempo…). No, obsesionarnos no es sano ni correcto.
Por tanto: pidamos sabiduría, pensemos en todo, pidamos consejo, preparemos todo de la mejor manera y pongamos todo en Sus manos. Trabajemos juntos con Él. Busquemos Su gloria y veamos cómo se manifiesta, como toma el control, como al final todo encaja y como Él se glorifica.
Y claro, seguramente habrán algunos pequeños detalles que no saldrán como los planeamos; si eso sucede que no te quite el sueño; habrán salido como Él quiso, por algo habrá sido así. Por tanto, ten paz y no se aflija tu corazón. Él es el único soberano. Así que, salga como salga, habremos hecho y habremos dado todo de nosotros para Él y eso es lo único que importa. ¿Cierto?
Oración
Padre celestial y Señor nuestro, gracias te damos por estar al control de todas las cosas, gracias también por todo lo que nos das, por las posibilidades de servicio, y por los dones y talentos. Señor queremos poner todo en tus manos para servirte y para darle gloria a tu nombre.
Ayúdanos a planificar las cosas que tenemos por delante, llénanos de tu sabiduría en cada cosa que vayamos a hacer, muéstranos a qué le debemos prestar atención y guíanos en todos tus caminos. Somos tuyos y cada cosa que hagamos queremos hacerla para ti Señor. Ponemos todo esto en tus manos Padre y te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén.
Saludo y despedida
Te agradecemos por llegar hasta este punto en tu lectura y esperamos que la misma haya sido de bendición para tu vida. Al mismo tiempo nos ponemos a tu disposición por si quieres comunicarte con nosotros y te dejamos algunos otros devocionales por si fueran de utilidad para ti:
¡Dios te bendiga mucho!
Notas
La Cita Bíblica fue tomada con permiso de Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 by The Lockman Foundation
A su vez la imagen corresponde a un trabajo de Gracia y Vida sobre la imagen original de StartupStockPhotos, la cual fue descargada de Pixabay.