Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús
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Comentario Bíblico Devocional del Evangelio del apóstol Juan
La presente es una porción del Comentario Bíblico sobre el Evangelio de Juan, publicado por Gracia y Vida. El mismo pretende ayudar a los lectores en la interpretación y en la aplicación de las escrituras a sus vidas; teniendo además como objetivo que la lectura sea fluida y de fácil interpretación.
Con dicho objetivo en mente, y a fin de entender los distintos versículos de la manera más apropiada, nos ayudaremos con un análisis del contexto histórico y también con las herramientas hermenéuticas necesarias para llegar a una correcta interpretación; pero todo esto sin entrar en largas discusiones, ni en detalles demasiado técnicos.
Sin más, y primero que cualquier otra cosa, te invitamos a leer atentamente el texto y orar para que el Señor te llene de su sabiduría; sin lugar a dudas Él será la gran fuente de toda de toda verdad y de todo entendimiento. Hecho ésto, ahora sí comencemos con el estudio de los versículos que nos convocan, leamos:
El texto Bíblico: Juan 1:35-39
Al día siguiente, Juan estaba otra vez allí con dos de sus discípulos, y vio a Jesús que pasaba, y dijo: «¡Miren, el Cordero de Dios!».
— Juan 1:35-39 (NBLA)
Los dos discípulos le oyeron hablar y siguieron a Jesús.
Y Jesús, volviéndose y viendo que lo seguían, les dijo: «¿Qué buscan?».
Ellos le dijeron: «Rabí (que traducido significa Maestro), ¿dónde te hospedas?».
Él les dijo: «Vengan y verán».
Fueron entonces y vieron dónde se hospedaba; y se quedaron con Él aquel día, porque era como la hora décima.
Análisis del Texto bíblico (Juan 1:35-39)
Análisis y explicación de Juan 1:35
Al día siguiente Juan estaba otra vez allí con dos de sus discípulos
En otros estudios ya hemos visto que para el tiempo del bautismo de Jesús, Juan se encontraba ejerciendo su ministerio en el Jordán. Sabemos también que él no sólo bautizaba sino que enseñaba al pueblo a acercarse a Dios. En esta oportunidad lo acompañaban dos de sus discípulos, Andrés y Juan.
Es importante ver en este punto que Juan, el discípulo amado y escritor de este evangelio, estaba relatando el principio del ministerio de Jesús, día por día. Esta forma de relato comenzó en el versículo 19, continuó en el 29, y ahora en el 35 se cumple el tercer día. Juan nos seguirá dando referencias de tiempo en el versículo 43 y también en 2.1; 2.12 y 2.13.
Estas referencias y otros muchos detalles nos hablan de la cercanía de Juan a Jesús y ponen de manifiesto que Juan fue un testigo presencial de primera mano del ministerio de Jesucristo. Nadie tuvo que contarle nada (como sucediera con Marcos y Lucas), sino que él estuvo allí, lo vio y ahora nos lo cuenta para que nosotros también creamos (Juan 20.31).
En los textos que ahora estamos por analizar, Juan el Apóstol nos va a contar cómo Jesús comienza su ministerio al obtener dos discípulos, gracias al trabajo previo de Juan el Bautista. Notemos a priori que Jesús no llamó a estos dos hombres, sino que ellos se acercaron por sí mismos a Él, dirigidos por Juan.
Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús
Una primera reflexión
Tal vez sea bueno reparar en el siguiente detalle: antes de predicarle a las multitudes, Jesús les predicó a unos pocos.
El entrenamiento es vital para nuestro ministerio, para ello debemos comenzar de a poco, paso a paso. Si Dios nos llama a realizar una tarea no debemos apresurarnos, ni menos soñar con grandes cosas antes de trabajar en ellas (la gloria siempre habrá de corresponderle a Él).
Primero trabajamos, buscamos la comunión con Él, nos aseguramos de que hacemos lo que Él quiere y no lo que a nosotros se nos ocurre; y luego la bendición llega y es Dios mismo quien amplía los horizontes. Tiempo al tiempo. Todo está en sus manos. Él es el Señor de las mies, y no nosotros (Lucas 10.2). Sigamos su ejemplo, Él es el Maestro.
Veamos ahora qué hizo Juan el bautista:
Análisis y explicación de Juan 1:36
Y vio a Jesús que pasaba, y dijo: He ahí el Cordero de Dios
Cuándo Juan vio a Jesús, automáticamente dirigió las miradas de sus discípulos a Jesús. Éste era su trabajo y los resultados demuestran que cumplió plenamente con lo que de él se esperaba. Juan había venido a preparar los corazones de los hombres, para que pudieran seguir a Jesús. (En el link puedes ver un poco más sobre su ministerio).
El Cordero de Dios
Respecto del significado de Cordero de Dios, te dejo un link hacia un estudio anterior en donde se ha tratado el tema en profundidad. (No tratamos los temas que ya analizamos para que el comentario no resulte tan extenso). Pero evidentemente es un título aplicado a Jesús que tiene que ver con su ministerio en su primer venida.
Veamos ahora el siguiente versículo:
Análisis y explicación de Juan 1:37
Y los dos discípulos le oyeron hablar, y siguieron a Jesús.
Juan tenía muchos seguidores y algunos cuantos discípulos, pero no le tembló el pulso para señalar a Jesús, aún cuando al hacerlo corriera el riesgo de perderlos. Evidentemente eso iría a suceder, pero Juan no se detuvo sino que hizo lo que de él se esperaba. Señaló a Jesús sin miedos, con gran seguridad y con total desprendimiento.
Aquí vemos algo de lo que ya habíamos hablado, Juan realizó su ministerio como debía, por lo tanto al apuntar a Jesús, sus discípulos supieron bien qué debían hacer. Cuando nosotros hacemos bien nuestro trabajo, las personas dejan de seguir a los hombres para comenzar a seguir a Dios.
Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús
Aplicación
Este tan grande ejemplo de Juan se contrapone con lo que hacen muchos, que piensan que las personas les pertenecen, y entonces se enojan cuando los miembros de sus iglesias se van y despotrican en contra de aquellas iglesias que los reciben, como si los creyentes fueran bienes acumulables…
Tales personas no comprenden que los hijos de Dios no le pertenecen a nadie más, sino solo a Él; y que Él en su voluntad permisiva o volitiva, permite que las personas cambien de Iglesia local ya sea por inmadurez, por ministerio o por cualquier otra razón, sea la que fuere.
Es cierto que los pastores y líderes invierten innumerable cantidad de tiempo y de energías en las personas, en especial en los que son nuevos en el camino de Dios. Y también que, después de tanto trabajo, si aquellos toman la decisión de alejarse, eso genera gran tristeza.
Pero el ejemplo de Juan debe darnos el aliciente necesario como para dejar todas las cosas en las manos del Señor. Nunca nuestro trabajo será en vano, nunca debemos considerar que hemos perdido el tiempo y menos cuando lo invertimos en las personas que buscan a Dios. El Señor sabrá dirigir a cada uno de sus hijos (si le quieren escuchar, claro está).
Por lo tanto nosotros debemos hacer lo que podamos y entregar todo en sus manos. Por su gracia, el trabajo nunca habrá de faltarnos, y siempre será un volver a comenzar con cada persona que aparezca en nuestras vidas. Asegurémonos de saber apuntar bien hacia Jesús, de dirigirlos para que lo miren solo a Él. Él sabrá qué hacer con ellos.
Por tanto sigue adelante, no te desanimes. Si has trabajado mucho, sigue haciéndolo. Si la persona decide irse, intenta aconsejarla de la mejor manera, pero no te obsesiones. Invierte tiempo en quien desee acercarse a Dios y no en quien esté buscando solo sus propios beneficios.
Dios te llene de sabiduría, amor y paciencia para servirlo con gozo y gran alegría. Amén.
Análisis y explicación de Juan 1:38
Jesús se volvió, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscan? Y ellos le dijeron: Rabí (que traducido quiere decir, Maestro), ¿Dónde te hospedas?
Jesús pasó de largo, no se detuvo para charlar con Juan, no se presentó delante de sus discípulos (hasta el momento, los de Juan); no hizo nada para que estos dos hombres le siguieran. Hasta ese momento Jesús todavía no había comenzado su ministerio. Así que solo caminaba cerca de donde estaba Juan, pero luego de un breve tiempo, se dio vuelta y vio a dos personas que le seguían.
Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús
Meditación
Es cierto que Jesús no llamó a estos hombres, pero en cuanto vio su voluntad de seguirle tomó la iniciativa del diálogo. Tal vez ellos no sabían cómo acercarse a Jesús o cómo abordarlo, pero Él les ahorró el trabajo. ¡Cuando nos decidimos a seguir a Jesús Él toma la iniciativa y nos hace más fácil el camino hacia Dios!
Si decides acercarte a Él debes saber que Jesús está más que interesado en ser encontrado. Es más, todo su ministerio aquí en la Tierra tuvo ese propósito: Hacer lo necesario como para que pudiéramos relacionarnos con el Padre. (Si no sabes cómo acercarte a Dios, tal vez pueda ayudarte seguir el link). Veamos ahora lo siguiente:
En toda la Biblia encontramos referencias que nos animan a buscarle. Algunas de ellas son: 2 Crónicas 15.2; Isaías 65.1; Jeremías 29.13; Mateo 7.7. En las anteriores y en muchas otras más, vemos que quien lo busca, lo encuentra. El mismo Juan nos dice que Él nos amó primero (1 Juan 4.19), y fue ese amor el que lo motivó a buscarnos. ¡Acércate a Él con confianza!

Veamos ahora la pregunta de Jesús:
¿Qué buscan?
La pregunta: ¿Qué buscan? Era retórica, Jesús tenía conocimiento de lo que había en sus corazones (véanse por ejemplo Juan 1.47-49 y Juan 2.24-25 en donde se resalta la omnisciencia [conocimiento de todas las cosas] de Jesús). En este punto les estaba dando la oportunidad de que le expresaran lo que había en sus corazones. (Lo mismo pasa cuando oramos, Él ya lo sabe, pero espera que se lo digamos).
Estos dos discípulos estaban buscando el reino de Dios y al Mesías anunciado, algo que Juan había predicado y que Jesús también anunciaría. (Tal vez podamos preguntarnos qué buscamos nosotros al seguir a Jesús, al predicarle y/o al servirle. Dios nos ayude a tener las motivaciones adecuadas).
El reino de los cielos se acercaba en la persona de su Rey Jesucristo, aunque ellos y el pueblo todo, estaban esperando un rey terrenal, político y militar; algo muy distinto a lo que Jesús instauraría: Un reino espiritual en el corazón de los hijos de Dios. Recordemos por un momento el mensaje de Jesús:
“(…) Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.
Mateo 4.17 – LBLA
Un texto complementario sobre este mensaje se encuentra en Marcos 1.14-15, allí veremos el mismo mensaje pero expresado de manera diferente; contrasta ahora ese mensaje con el de Juan en Mateo 3.2. Si has podido hacerlo, verás que el mensaje es idéntico. Esto nos debería llevar a preguntarnos lo siguiente:
Aplicación: Mirando nuestro mensaje y nuestra vida
¿Coincide mi mensaje con el de Jesús? ¿Qué es lo que estoy enseñando? ¿Coincide mi vida con el mensaje de Jesús? No podemos enseñar nada si nuestro testimonio no nos acompaña. Y además: No podremos enseñar nada que no sepamos, ni menos saber algo que nunca estudiamos, por ende: ¿Estudias la Biblia?
Como ves, todos son eslabones de la misma cadena de bendición. Si no estudias, no conoces qué mensaje debes dar, si no lo conoces, no puedes acercar a nadie a los pies de Cristo, pero si hablas una cosa y haces otra, tu testimonio no tendrá ningún tipo de autoridad o poder. Ahora si haces todo lo que debes, el Señor te usará grandemente.
Disponte a hacerlo y verás cómo Dios obra en tu vida y a través de ella.
Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús
Respuesta y/o petición de Andrés y Juan
La respuesta de ellos: “Rabí, ¿Dónde te hospedas?” indica que ellos querían no solo una breve charla, sino que pretendían un conocimiento completo y concreto sobre el reino y también todos los detalles sobre la manifestación de Jesús como Mesías.
En la cultura Helena (griega), las personas se mudaban con sus maestros para poder absorber de ellos todo lo posible. En este caso estos hombres no solo lo hicieron de este modo, sino que además lo acompañaron en su ministerio hasta momentos antes de su muerte.
Evidentemente estos discípulos querían permanecer a su lado aunque Él no los haya llamado todavía. Aún así, pronto serían sus discípulos. Algo que normalmente pasamos de largo es que la pregunta de los discípulos indica que estos dos hombres sabían, o se daban cuenta de, que Jesús no estaba viviendo en su hogar en ese tiempo.
En cuanto la aclaración de Juan: “Que traducido es el Maestro”, la misma indica que los destinatarios de su evangelio no conocían el idioma hablado por los israelitas (arameo), por lo que debe traducirles el término. Juan hará esto muchas veces. En la introducción al evangelio de Juan hemos hablado sobre sus destinatarios y sobre otros detalles.
Análisis y explicación de Juan 1:39
Él les dijo: Vengan y verán. Entonces fueron y vieron dónde se hospedaba; y se quedaron con Él aquel día, porque era como la hora décima.
Vengan y miren era la invitación que ellos esperaban. La misma respuesta también es para nosotros. Podemos ir y ver a Jesús porque Él allanó el camino para nosotros. La pregunta es si verdaderamente queremos ir a Él, conocerle y servirle. Si la respuesta es afirmativa, entonces nada ni nadie nos lo impide.
Los dos hombres fueron, le conocieron y comenzaron a ser sus discípulos a partir de aquel mismo día. Nadie que conoce a Jesús puede seguir siendo el mismo. Muchos hay que solo lo siguen y otros tantos que lo siguen y lo sirven. ¿En cuál grupo estás tú? A partir de aquí solo le seguirían por tres años, pero le servirían para todas sus vidas.
Se quedaron con Él todo el día. ¡Cómo no quedarse a su lado y escucharle con atención! Ésta misma fue la elección de María, una que Marta no comprendió (Ver Lucas 10.38-42). Nosotros por nuestra parte no tenemos la posibilidad de escucharlo en la misma forma que aquellos afortunados. Pero en la oración y meditación de la palabra tendremos también nuestro propio deleite.
Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús
Discusión sobre usos horarios
La última parte ha sido discutida, en los comentarios de muchos autores encontraremos que algunos dicen que el horario utilizado por Juan sería el judío, pero otros que sería el del uso popular del imperio (que sería igual al nuestro). En el primer caso, serían como las cuatro de la tarde, en tanto que en el segundo serían las diez de la mañana.
Pero más allá de la discusión de horarios está la riqueza de detalles del relato. Juan seguramente atesoró tanto aquel momento que no pudo olvidarse ni siquiera de la hora en la cual comenzó su relación con el Hijo de Dios. ¿Es igual de importante esta relación para nosotros? ¡Qué bueno si es así!
Reflexión: El discipulado como encuentro transformador
El pasaje de Juan 1:35-39 no describe simplemente un cambio de maestro, sino el nacimiento de una relación personal con el Mesías. Jesús no comienza Su ministerio reclutando trabajadores, sino abriendo Su vida a quienes desean conocerle.
El discipulado, según el Evangelio de Juan, no es un contrato de obediencia, sino un llamado al encuentro. Por eso, las primeras palabras que Jesús dirige en este evangelio son una pregunta y una invitación:
“¿Qué buscan?” — “Vengan y verán.”
Estas dos expresiones condensan la esencia del discipulado cristiano: la búsqueda sincera del corazón y la experiencia directa de la presencia de Cristo.
En el seguimiento de Jesús no hay coerción, sino comunión; no hay curiosidad superficial, sino una transformación que nace del “ver y permanecer”.
Así, los dos discípulos no solo encontraron dónde se hospedaba Jesús, sino descubrieron quién era realmente. Ese día comenzó la historia de la fe vivida en relación, no en teoría.
Conclusión y aplicación
El relato de Juan 1:35-39 nos muestra el inicio del discipulado cristiano. No comienza con mandatos ni doctrinas, sino con una invitación: “Vengan y verán.” Jesús no obliga a seguirle, sino que abre Su vida para ser conocido. Los primeros discípulos no fueron atraídos por un sistema religioso, sino por la presencia viva del Cordero de Dios.
Este encuentro marca un modelo que continúa vigente: el discipulado nace de la búsqueda sincera y del deseo de permanecer con Cristo. Antes de servir, los discípulos aprendieron a estar con Él; antes de hablar, aprendieron a escuchar Su voz.
Así, el seguimiento de Jesús no es un acto impulsivo, sino una relación progresiva donde se pasa de oír a seguir, y de seguir a permanecer.
En nuestra vida, este pasaje nos invita a examinar qué buscamos realmente en nuestra fe. Jesús sigue preguntando hoy: “¿Qué buscan?” Cada creyente debe responder con sinceridad, y aceptar Su invitación personal: “Vengan y verán.”
Solo en esa comunión constante descubrimos el verdadero sentido del discipulado: conocer a Cristo y ser transformados por Él.Conclusión y aplicación
El relato de Juan 1:35-39 nos muestra el inicio del discipulado cristiano. No comienza con mandatos ni doctrinas, sino con una invitación: “Vengan y verán.” Jesús no obliga a seguirle, sino que abre Su vida para ser conocido. Los primeros discípulos no fueron atraídos por un sistema religioso, sino por la presencia viva del Cordero de Dios.
Este encuentro marca un modelo que continúa vigente: el discipulado nace de la búsqueda sincera y del deseo de permanecer con Cristo. Antes de servir, los discípulos aprendieron a estar con Él; antes de hablar, aprendieron a escuchar Su voz.
Así, el seguimiento de Jesús no es un acto impulsivo, sino una relación progresiva donde se pasa de oír a seguir, y de seguir a permanecer.
En nuestra vida, este pasaje nos invita a examinar qué buscamos realmente en nuestra fe. Jesús sigue preguntando hoy: “¿Qué buscan?” Cada creyente debe responder con sinceridad, y aceptar Su invitación personal: “Vengan y verán.”
Solo en esa comunión constante descubrimos el verdadero sentido del discipulado: conocer a Cristo y ser transformados por Él.
Textos bíblicos relacionados que apoyan o amplían el mensaje
En esta última parte del comentario intentaremos ser de provecho a las personas que intentan ampliar su estudio sobre estos textos, brindándoles algunos recursos que consideramos útiles, esperamos que así sea.
Otros textos pertinentes que tratan estos temas
A continuación una breve introducción y luego la lista de textos.
En este pasaje se abordan temas como el llamamiento al discipulado, el testimonio de Juan el Bautista, el reconocimiento de Jesús como el Mesías (Cordero de Dios), la iniciativa de Jesús al responder y el seguimiento voluntario.
Los textos siguientes ayudan a profundizar estos conceptos desde diferentes ángulos del Nuevo Testamento.
| Texto | Referencia (NBLA) | Qué amplía |
|---|---|---|
| Llamamiento al seguimiento inmediato | Mateo 4:18-20 (NBLA) | Paralelo sinóptico que muestra el llamado directo de Jesús y la respuesta rápida de los discípulos. |
| Llamamiento y misión | Marcos 1:17 (NBLA) | Enfatiza la dimensión misionera del llamado: “os haré pescadores de hombres”. |
| Identificación mesiánica | Juan 1:29 (NBLA) | Contexto inmediato: Juan el Bautista presenta a Jesús como “el Cordero de Dios”, fundamento del testimonio que atrae a los discípulos. |
| Reconocimiento y confesión de fe | Juan 6:68-69 (NBLA) | Ejemplo posterior de discípulos que reconocen a Jesús como el Santo de Dios y confiesan su fe; muestra la continuidad del seguimiento en Juan. |
| Permanecer y comunidad | Hebreos 10:24-25 (NBLA) | Aplica el valor de la permanencia y la comunión cristiana, complemento pastoral de “quedarse con Él”. |
Análisis de las palabras clave y su significado
| Palabra (griego) / transliteración | Significado literal | Explicación contextual |
|---|---|---|
| διδάσκαλος (didáskalos) | Maestro | Usado por los discípulos para referirse a Jesús (v. 38 “Rabí … Maestro”). Indica reconocimiento de autoridad enseñante. |
| ἐκολοῦθησαν (ekolouthēsan) | Le siguieron | Del verbo “seguir”. En este pasaje (v. 37) describe la decisión de los discípulos de dejar al Bautista y seguir a Jesús, marcando el inicio de su discipulado. |
| ἰδόντες (idóntes) | Viendo/ver | En v. 39 “y vieron dónde se hospedaba”. Más allá de lo físico, implica conocer a Jesús, observar su vida, estar con Él. |
| Ἰδού (idoú) | He aquí / mira | En v. 36 Juan el Bautista dice “He aquí el Cordero de Dios”. Expresa énfasis, invitación a atención. Este “idoú” marca el punto de revelación. |
Ayudas para maestros y pastores
Cómo explicar el texto y qué tener en cuenta al abordarlo:
- Contemplar la transición entre los dos ministerios: el de Juan el Bautista y el de Jesús. Destacar cómo el bautista apunta a Cristo y cómo esto sirve al llamamiento de los primeros discípulos.
- Subrayar el rol de la iniciativa divina: aunque los dos discípulos seguían a Juan, la invitación “Vengan y verán” parte de Jesús. Esto apunta a la gracia activa de Dios al llamar al discípulo.
- Reflexionar sobre la pregunta de Jesús “¿Qué buscan?”: es una pregunta que interpela la motivación del seguimiento. Hacer que los oyentes/pueblo se pregunten: ¿qué busco yo cuando me acerco a Cristo?
- Utilizar el concepto “seguir” para explicar que el discipulado implica movimiento, cambio, adhesión a una persona más que a una idea.
- Incluir la aplicación al ministerio: los líderes deben apuntar a Cristo como Juan lo hizo, sin apropiar a los discípulos para sí mismos, sino presentarlos a Jesús.
- En el esquema de la predicación/clase puedes dividir en tres pasos:
- (1) El testigo que señala (Juan 1:35-36) — función del testimonio;
- (2) El seguimiento que responde (v. 37) — decisión del discípulo;
- (3) La invitación de Jesús y permanencia (v. 38-39) — invitación divina y discipulado cotidiano.
Esquema sugerido para predicar o enseñar:
- Introducción: contexto de Juan el Bautista y la aparición de Jesús (Juan 1:29-34)
- Punto 1: El testimonio eficaz (“He aquí el Cordero de Dios”)
- Leer v. 35-36
- Explicar el papel de Juan el Bautista como testigo
- Aplicación: ¿a quién estoy señalando en mi vida?
- Punto 2: Responder al llamado (“Le oyeron hablar y le siguieron”)
- Leer v. 37
- Explicar la dinámica del seguimiento voluntario
- Aplicación: ¿he dejado lo anterior para seguir a Cristo?
- Punto 3: Encontrarse con Jesús (“¿Qué buscan? … Vengan y verán … se quedaron con él”)
- Leer v. 38-39
- Explicar la iniciativa de Jesús, la invitación, la permanencia
- Aplicación: ¿qué busco hoy? ¿Me quedo con Él?
- Conclusión: invitación personal al seguimiento, al encuentro con Jesús y al servir apuntando a Él.
7. Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Por qué se denomina Jesús “Cordero de Dios” en Juan 1:36?
Porque se identifica con el sacrificio redentor anticipado del Antiguo Testamento, cumpliendo la función de rescate del pecado del mundo (véase Juan 1:29).
¿Quiénes eran los dos discípulos mencionados en Juan 1:35-39?
No se nombran ambos en este versículo, pero la tradición identifica a uno como Andrés y otro como el autor del evangelio, Juan el Apóstol; ver Juan 1:40-42 para confirmación.
¿Qué significa “hora décima” en Juan 1:39?
Puede referirse a la décima hora del día judío (~16:00) o a la décima hora del día romano (~10:00); lo importante es el detalle que indica el tiempo prolongado de la estancia con Jesús, no tanto la hora exacta.
¿Por qué Jesús preguntó “¿Qué buscan?” si ya sabía lo que había en ellos?
Jesús, siendo omnisciente, formuló la pregunta de forma retórica pero didáctica, para que los discípulos expresaran su motivación y se hicieran conscientes de su decisión (véase Juan 1:47-49).
¿Qué lecciones prácticas podemos tomar para hoy de este llamamiento de los primeros discípulos?
Que el verdadero discipulado empieza con reconocer a Jesús, responder a su invitación y permanecer con Él. También que los líderes deben dirigir a otros hacia Cristo, no hacia sí mismos.
¿Cómo podemos “ver dónde se hospeda” Jesús hoy, como lo hicieron los discípulos?
A través de la oración, la comunión con la iglesia, el estudio de la Escritura, el servicio cristiano. “Hospedarse” con Jesús implica arraigo en su persona y presencia.
Links a otras publicaciones que te ayudarán a profundizar en tu estudio
Te dejo también algunos otros links que pudieran servirte:
- Si deseas, haz click aquí para ir al Índice del estudio y presentación del Evangelio de Juan.
- Estudio introductorio sobre el cuarto evangelio (Evangelio de Juan). Nos da un panorama general del libro completo.
- Índice de todos los estudios del capítulo 1.
- Estudio Anterior: Juan 1.34 – Jesús es el Hijo de Dios.
- Estudio posterior: Juan 1.40-42 – Andrés, Simón, Juan y Jacobo conocen a Jesús.
Nota
Las Citas Bíblicas fueron tomadas con permiso de NBLA (Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 by The Lockman Foundation), pero tú bien puedes utilizar la que utilizas frecuantemente.
Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús


4 respuestas a «Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús»
Muchas gracias por tan profunda reflexión acompañada de sencillez pedagógica, claridad conceptual y compartir con sentido donativo. La bendición de Dios Todopoderoso, inunde su conocimiento, su casa y Familia. Paz y bien.
Muchísimas gracias Gloria, Dios te mendiga mucho!
Gracias, por darle un contexto más profundo a la Sagrada Escritura
Hola Victor Hugo, muchas gracias por animarnos a seguir trabajando. Por favor, si le es posible, ore por nuestro ministerio. Dios lo bendiga mucho!