Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús

Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús

Comentario Bíblico Devocional – Evangelio del apóstol Juan

La presente es una porción del Comentario Bíblico sobre el Evangelio de Juan, publicado por Gracia y Vida. El mismo pretende ayudar a los lectores en la interpretación y en la aplicación de las escrituras a sus vidas; teniendo además como objetivo que la lectura sea fluida y de fácil interpretación.

Con dicho objetivo en mente, y a fin de entender los distintos versículos de la manera más apropiada, nos ayudaremos con un análisis del contexto histórico y también con las herramientas hermenéuticas necesarias para llegar a una correcta interpretación; pero todo esto sin entrar en largas discusiones, ni en detalles demasiado técnicos.

Sin más, y primero que cualquier otra cosa, te invitamos a leer atentamente el texto y orar para que el Señor te llene de su sabiduría; sin lugar a dudas Él será la gran fuente de toda de toda verdad y de todo entendimiento. Hecho ésto, ahora sí comencemos con el estudio de los versículos que nos convocan, leamos:

El texto

35 Al día siguiente Juan estaba otra vez allí con dos de sus discípulos, 36 y vio a Jesús que pasaba, y dijo: He ahí el Cordero de Dios. 37 Y los dos discípulos le oyeron hablar, y siguieron a Jesús. 38 Jesús se volvió, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí (que traducido quiere decir, Maestro), ¿dónde te hospedas? 39 El les dijo: Venid y veréis. Entonces fueron y vieron dónde se hospedaba; y se quedaron con Él aquel día, porque era como la hora décima.

Juan 1.35-39 – LBLA

Análisis del Texto

35

Al día siguiente Juan estaba otra vez allí con dos de sus discípulos

En otros estudios ya hemos visto que para el tiempo del bautismo de Jesús, Juan se encontraba ejerciendo su ministerio en el Jordán. Sabemos también que él no sólo bautizaba sino que enseñaba al pueblo a acercarse a Dios. En esta oportunidad lo acompañaban dos de sus discípulos, Andrés y Juan.

Es importante ver en este punto que Juan, el discípulo amado y escritor de este evangelio, estaba relatando el principio del ministerio de Jesús, día por día. Esta forma de relato comenzó en el versículo 19, continuó en el 29, y ahora en el 35 se cumple el tercer día. Juan nos seguirá dando referencias de tiempo en el versículo 43 y también en 2.1; 2.12 y 2.13.

Estas referencias y otros muchos detalles nos hablan de la cercanía de Juan a Jesús y ponen de manifiesto que Juan fue un testigo presencial de primera mano del ministerio de Jesucristo. Nadie tuvo que contarle nada (como sucediera con Marcos y Lucas), sino que él estuvo allí, lo vio y ahora nos lo cuenta para que nosotros también creamos (Juan 20.31).

En los textos que ahora estamos por analizar, Juan el Apóstol nos va a contar cómo Jesús comienza su ministerio al obtener dos discípulos, gracias al trabajo previo de Juan el Bautista. Notemos a priori que Jesús no llamó a estos dos hombres, sino que ellos se acercaron por sí mismos a Él, dirigidos por Juan.

Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús

Una primera reflexión

Tal vez sea bueno reparar en el siguiente detalle: antes de predicarle a las multitudes, Jesús les predicó a unos pocos.

El entrenamiento es vital para nuestro ministerio, para ello debemos comenzar de a poco, paso a paso. Si Dios nos llama a realizar una tarea no debemos apresurarnos, ni menos soñar con grandes cosas antes de trabajar en ellas (la gloria siempre habrá de corresponderle a Él).

Primero trabajamos, buscamos la comunión con Él, nos aseguramos de que hacemos lo que Él quiere y no lo que a nosotros se nos ocurre; y luego la bendición llega y es Dios mismo quien amplía los horizontes. Tiempo al tiempo. Todo está en sus manos. Él es el Señor de las mies, y no nosotros (Lucas 10.2). Sigamos su ejemplo, Él es el Maestro.

Veamos ahora qué hizo Juan el bautista:

36

Y vio a Jesús que pasaba, y dijo: He ahí el Cordero de Dios

Cuándo Juan vio a Jesús, automáticamente dirigió las miradas de sus discípulos a Jesús. Éste era su trabajo y los resultados demuestran que cumplió plenamente con lo que de él se esperaba. Juan había venido a preparar los corazones de los hombres, para que pudieran seguir a Jesús. (En el link puedes ver un poco más sobre su ministerio).

El Cordero de Dios

Respecto del significado de Cordero de Dios, te dejo un link hacia un estudio anterior en donde se ha tratado el tema en profundidad. (No tratamos los temas que ya analizamos para que el comentario no resulte tan extenso). Pero evidentemente es un título aplicado a Jesús que tiene que ver con su ministerio en su primer venida.

Veamos ahora el siguiente versículo:

37

Y los dos discípulos le oyeron hablar, y siguieron a Jesús.

Juan tenía muchos seguidores y algunos cuantos discípulos, pero no le tembló el pulso para señalar a Jesús, aún cuando al hacerlo corriera el riesgo de perderlos. Evidentemente eso iría a suceder, pero Juan no se detuvo sino que hizo lo que de él se esperaba. Señaló a Jesús sin miedos, con gran seguridad y con total desprendimiento.

Aquí vemos algo de lo que ya habíamos hablado, Juan realizó su ministerio como debía, por lo tanto al apuntar a Jesús, sus discípulos supieron bien qué debían hacer. Cuando nosotros hacemos bien nuestro trabajo, las personas dejan de seguir a los hombres para comenzar a seguir a Dios.

Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús

Aplicación

Este tan grande ejemplo de Juan se contrapone con lo que hacen muchos, que piensan que las personas les pertenecen, y entonces se enojan cuando los miembros de sus iglesias se van y despotrican en contra de aquellas iglesias que los reciben, como si los creyentes fueran bienes acumulables…

Tales personas no comprenden que los hijos de Dios no le pertenecen a nadie más, sino solo a Él; y que Él en su voluntad permisiva o volitiva, permite que las personas cambien de Iglesia local ya sea por inmadurez, por ministerio o por cualquier otra razón, sea la que fuere.

Es cierto que los pastores y líderes invierten innumerable cantidad de tiempo y de energías en las personas, en especial en los que son nuevos en el camino de Dios. Y también que, después de tanto trabajo, si aquellos toman la decisión de alejarse, eso genera gran tristeza.

Pero el ejemplo de Juan debe darnos el aliciente necesario como para dejar todas las cosas en las manos del Señor. Nunca nuestro trabajo será en vano, nunca debemos considerar que hemos perdido el tiempo y menos cuando lo invertimos en las personas que buscan a Dios. El Señor sabrá dirigir a cada uno de sus hijos (si le quieren escuchar, claro está).

Por lo tanto nosotros debemos hacer lo que podamos y entregar todo en sus manos. Por su gracia, el trabajo nunca habrá de faltarnos, y siempre será un volver a comenzar con cada persona que aparezca en nuestras vidas. Asegurémonos de saber apuntar bien hacia Jesús, de dirigirlos para que lo miren solo a Él. Él sabrá qué hacer con ellos.

Por tanto sigue adelante, no te desanimes. Si has trabajado mucho, sigue haciéndolo. Si la persona decide irse, intenta aconsejarla de la mejor manera, pero no te obsesiones. Invierte tiempo en quien desee acercarse a Dios y no en quien esté buscando solo sus propios beneficios.

Dios te llene de sabiduría, amor y paciencia para servirlo con gozo y gran alegría. Amén.

38

Jesús se volvió, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí (que traducido quiere decir, Maestro), ¿Dónde te hospedas?

Jesús pasó de largo, no se detuvo para charlar con Juan, no se presentó delante de sus discípulos (hasta el momento, los de Juan); no hizo nada para que estos dos hombres le siguieran. Hasta ese momento Jesús todavía no había comenzado su ministerio. Así que solo caminaba cerca de donde estaba Juan, pero luego de un breve tiempo, se dio vuelta y vio a dos personas que le seguían.

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Meditación

Es cierto que Jesús no llamó a estos hombres, pero en cuanto vio su voluntad de seguirle tomó la iniciativa del diálogo. Tal vez ellos no sabían cómo acercarse a Jesús o cómo abordarlo, pero Él les ahorró el trabajo. ¡Cuando nos decidimos a seguir a Jesús Él toma la iniciativa y nos hace más fácil el camino hacia Dios!

Si decides acercarte a Él debes saber que Jesús está más que interesado en ser encontrado. Es más, todo su ministerio aquí en la Tierra tuvo ese propósito: Hacer lo necesario como para que pudiéramos relacionarnos con el Padre. (Si no sabes cómo acercarte a Dios, tal vez pueda ayudarte seguir el link). Veamos ahora lo siguiente:

En toda la Biblia encontramos referencias que nos animan a buscarle. Algunas de ellas son: 2 Crónicas 15.2; Isaías 65.1; Jeremías 29.13; Mateo 7.7. En las anteriores y en muchas otras más, vemos que quien lo busca, lo encuentra. El mismo Juan nos dice que Él nos amó primero (1 Juan 4.19), y fue ese amor el que lo motivó a buscarnos. ¡Acércate a Él con confianza!

Juan 1.35-39 - Los dos primeros discípulos de Jesús
Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús

Veamos ahora la pregunta de Jesús:

¿Qué buscáis?

La pregunta: ¿Qué buscan? Era retórica, Jesús tenía conocimiento de lo que había en sus corazones (véanse por ejemplo Juan 1.47-49 y Juan 2.24-25 en donde se resalta la omnisciencia [conocimiento de todas las cosas] de Jesús). En este punto les estaba dando la oportunidad de que le expresaran lo que había en sus corazones. (Lo mismo pasa cuando oramos, Él ya lo sabe, pero espera que se lo digamos).

Estos dos discípulos estaban buscando el reino de Dios y al Mesías anunciado, algo que Juan había predicado y que Jesús también anunciaría. (Tal vez podamos preguntarnos qué buscamos nosotros al seguir a Jesús, al predicarle y/o al servirle. Dios nos ayude a tener las motivaciones adecuadas).

El reino de los cielos se acercaba en la persona de su Rey Jesucristo, aunque ellos y el pueblo todo, estaban esperando un rey terrenal, político y militar; algo muy distinto a lo que Jesús instauraría: Un reino espiritual en el corazón de los hijos de Dios. Recordemos por un momento el mensaje de Jesús:

“(…) Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.

Mateo 4.17 – LBLA

Un texto complementario sobre este mensaje se encuentra en Marcos 1.14-15, allí veremos el mismo mensaje pero expresado de manera diferente; contrasta ahora ese mensaje con el de Juan en Mateo 3.2. Si has podido hacerlo, verás que el mensaje es idéntico. Esto nos debería llevar a preguntarnos lo siguiente:

Mirando nuestro mensaje y nuestra vida

¿Coincide mi mensaje con el de Jesús? ¿Qué es lo que estoy enseñando? ¿Coincide mi vida con el mensaje de Jesús? No podemos enseñar nada si nuestro testimonio no nos acompaña. Y además: No podremos enseñar nada que no sepamos, ni menos saber algo que nunca estudiamos, por ende: ¿Estudias la Biblia?

Como ves, todos son eslabones de la misma cadena de bendición. Si no estudias, no conoces qué mensaje debes dar, si no lo conoces, no puedes acercar a nadie a los pies de Cristo, pero si hablas una cosa y haces otra, tu testimonio no tendrá ningún tipo de autoridad o poder. Ahora si haces todo lo que debes, el Señor te usará grandemente.

Disponte a hacerlo y verás cómo Dios obra en tu vida y a través de ella.

Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús

Respuesta y/o petición de Andrés y Juan

La respuesta de ellos: “Rabí, ¿Dónde te hospedas?” indica que ellos querían no solo una breve charla, sino que pretendían un conocimiento completo y concreto sobre el reino y también todos los detalles sobre la manifestación de Jesús como Mesías.

En la cultura Helena (griega), las personas se mudaban con sus maestros para poder absorber de ellos todo lo posible. En este caso estos hombres no solo lo hicieron de este modo, sino que además lo acompañaron en su ministerio hasta momentos antes de su muerte.

Evidentemente estos discípulos querían permanecer a su lado aunque Él no los haya llamado todavía. Aún así, pronto serían sus discípulos. Algo que normalmente pasamos de largo es que la pregunta de los discípulos indica que estos dos hombres sabían, o se daban cuenta de, que Jesús no estaba viviendo en su hogar en ese tiempo.

En cuanto la aclaración de Juan: “Que traducido es el Maestro”, la misma indica que los destinatarios de su evangelio no conocían el idioma hablado por los israelitas (arameo), por lo que debe traducirles el término. Juan hará esto muchas veces. En la introducción al evangelio de Juan hemos hablado sobre sus destinatarios y sobre otros detalles.

39

Él les dijo: Venid y veréis. Entonces fueron y vieron dónde se hospedaba; y se quedaron con Él aquel día, porque era como la hora décima.

Vengan y miren era la invitación que ellos esperaban. La misma respuesta también es para nosotros. Podemos ir y ver a Jesús porque Él allanó el camino para nosotros. La pregunta es si verdaderamente queremos ir a Él, conocerle y servirle. Si la respuesta es afirmativa, entonces nada ni nadie nos lo impide.

Los dos hombres fueron, le conocieron y comenzaron a ser sus discípulos a partir de aquel mismo día. Nadie que conoce a Jesús puede seguir siendo el mismo. Muchos hay que solo lo siguen y otros tantos que lo siguen y lo sirven. ¿En cuál grupo estás tú? A partir de aquí solo le seguirían por tres años, pero le servirían para todas sus vidas.

Se quedaron con Él todo el día. ¡Cómo no quedarse a su lado y escucharle con atención! Ésta misma fue la elección de María, una que Marta no comprendió (Ver Lucas 10.38-42). Nosotros por nuestra parte no tenemos la posibilidad de escucharlo en la misma forma que aquellos afortunados. Pero en la oración y meditación de la palabra tendremos también nuestro propio deleite.

Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús

Para terminar

La última parte ha sido discutida, en los comentarios de muchos autores encontraremos que algunos dicen que el horario utilizado por Juan sería el judío, pero otros que sería el del uso popular del imperio (que sería igual al nuestro). En el primer caso, serían como las cuatro de la tarde, en tanto que en el segundo serían las diez de la mañana.

Pero más allá de la discusión de horarios está la riqueza de detalles del relato. Juan seguramente atesoró tanto aquel momento que no pudo olvidarse ni siquiera de la hora en la cual comenzó su relación con el Hijo de Dios. ¿Es igual de importante esta relación para nosotros? ¡Qué bueno si es así!

El comentario sobre estos versículos ha llegado a su fin. Gracias por haber compartido con nosotros este tiempo. Anhelamos que el mismo te haya sido de ayuda, pero si tienes dudas, comentarios o aportes, esperamos nos contactes. Que Dios te bendiga mucho, te enseñe sus más ricas verdades y dirija cada uno de tus pasos.

Links

Te dejo también algunos otros links que pudieran servirte:

Nota

Las Citas Bíblicas identificadas con LBLA fueron tomadas con permiso de LBLA –http://www.lbla.com

Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús

4 respuestas a «Juan 1.35-39 – Los dos primeros discípulos de Jesús»

Muchas gracias por tan profunda reflexión acompañada de sencillez pedagógica, claridad conceptual y compartir con sentido donativo. La bendición de Dios Todopoderoso, inunde su conocimiento, su casa y Familia. Paz y bien.

Hola Victor Hugo, muchas gracias por animarnos a seguir trabajando. Por favor, si le es posible, ore por nuestro ministerio. Dios lo bendiga mucho!

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