Tabla de Contenidos del comentario de Juan 1.12-13
Introducción al Comentario bíblico de Juan 1.12-13
En este comentario veremos cuál es el resultado de nuestra fe, qué implica recibir el derecho de ser hijos de Dios y cuál es el nuevo nacimiento en el que nada tienen que ver la voluntad de la carne ni de sangre.
Veremos todo esto a la luz del contexto, en el que Juan viene hablando sobre la luz de Cristo. Él nos dice que al presentarse esta luz delante de la humanidad, la misma fue rechazada por ella.
Por lo tanto, estos versículos que hoy veremos implican un contraste entre aquellos que no han aceptado y los que sí han aceptado la luz de Cristo (y la vida a la que ella nos permite alcanzar).
Antes de comenzar con nuestro estudio, queremos presentarte un índice para que puedas navegar a voluntad por el mismo; pero aún así te recomendamos leer todo el comentario de principio a fin, lo cual creemos que te resultará de mayor beneficio.
Texto Bíblico: Juan 1.12-13
12 Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, 13 que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios. (LBLA)
Comentario, estudio y aplicaciones de Lucas 1.12-13
Versículo 12 – Nuestra identidad en Cristo y adopción espiritual
Pero a todos los que le recibieron
Para comenzar será interesante poder determinar a quienes se aplica la palabra «todos». Ya habíamos hablado del alcance de la obra de Jesús al comentar varios de los versículos anteriores. Por ejemplo, al examinar el versículo 9 dijimos que la luz de Jesús alumbra a todo hombre (leer versículo).
En el estudio del mismo hemos dicho que, gracias al análisis de otros textos incluido (3.16), llegamos a la conclusión de que su luz alumbraba a toda la humanidad. Por tanto, todos los que le recibieron son aquellas personas que han ido conociendo el camino de salvación, y han tomado la decisión de cambiar su vida para comenzar a vivir dentro del reino de Dios.
Por tanto, y a pesar de que algunos entienden que 1.11 se refiere sólo al pueblo judío, hemos entendido que el evangelio de Juan es más abarcativo, y por ende, todos los seres humanos tienen posibilidad de recibir la vida eterna y el derecho de ser hijos de Dios. (Si gustas, puedes leer el comentario de los versículos anteriores para mayor detalle de la discusión, encontrarás el link al final de este estudio).
Ahora, si seguimos el hilo temático del capítulo, entonces debemos decir que Juan está hablando de la luz que Cristo trajo al mundo (ver 1.9-11). Y si ampliamos nuestro campo de visión y leemos desde el primer versículo y hasta aquí, veremos que la luz de la que habla es el Verbo encarnado (ver 1.4-5). Entonces, Juan dice que a todos aquellos que recibieron a Jesús, Él mismo les concedió un grandioso derecho:
Les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios
La palabra derecho en este texto es realmente maravillosa, Juan no dice que se nos regaló la posibilidad de llegar a ser hijos de Dios, sino el derecho. Y utiliza esta misma palabra en 5:27; 10:18; 19:10, 11 y 17:2, la cual en ciertos lugares es traducida como derecho y en otras como autoridad.
Tenemos entonces el derecho de ser sus hijos, pero también la responsabilidad de ver qué hacemos con tal derecho y cómo nos comportamos frente a nuestro Padre celestial. Bien podremos ser buenos o malos hijos, pero en ningún caso deberíamos olvidarnos de que tener este derecho le costó la vida al Hijo de Dios.
También debemos observar la frase «llegar a ser», la cual nos muestra, que esta concesión no es automática. Esto quiere decir que tenemos el derecho si y sólo si:
- Depositamos en Él nuestra fe,
- Nos arrepentimos por nuestros pecados,
- Tomamos la decisión firme de aceptar a Cristo como el Señor de nuestras vidas y,
- Comenzamos una búsqueda diaria de su presencia en santidad.
Por último la condición de ser «hijos de Dios» nos muestra la meta última del ministerio de Jesucristo. Eso es lo que Él se había propuesto y eso es lo que consiguió para nosotros por tan alto precio. En gratitud y amor deberíamos tener esto en cuenta en cada momento de nuestras vidas.
Más allá de todo lo visto hasta aquí, también debemos hacernos un lugar para realizar la siguiente aclaración: Una persona llega a ser hijo de Dios solamente si acepta a Jesucristo como Señor y Salvador. No es verdad que todos los seres humanos sean sus hijos por el simple hecho de haber sido creados por Él. La humanidad perdió tal condición en el momento en que Adán tomó la decisión de desobedecer a Dios.
Los que creen en su nombre
Con la cláusula previa: «es decir», el apóstol nos está declarando que va a aclarar lo que acaba de enunciar. Lo que nos dice es simplemente que, los que creen en Su nombre son los que le reciben.
Dicho de otra manera, no se puede recibir a Jesús si no se tiene fe en Él. Lo que nos lleva a decir que la fe es un requisito fundamental para llegar a ser hijos de Dios.
Para comprender mejor este tema te invitamos a leer otros versículos con esta misma enseñanza. El primero que pondremos a tu consideración es de fundamental importancia, leamos:
Versículos sobre la fe
Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que es remunerador de los que le buscan.
Hebreos 11.6 – LBLA
Considera ahora el siguiente:
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios.
Efesios 2.8 – NVI
El apóstol Juan, refiriéndose siempre a Jesús como el objeto de nuestra fe, nos dice :
15 para que todo aquel que cree, tenga en Él vida eterna.16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3.15-16 – LBLA
Les aseguro que quien presta atención a lo que yo digo y cree en el que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, pues ya ha pasado de la muerte a la vida.
Juan 5.24 – DHH
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Juan 6.40 – RVR1960
Más allá de estos versículos puedes leer también: Marcos 16.16; Juan 20.31; Hechos 10.43, 16.31; Romanos 10.9; 1 Corintios 1.21; 2 Tesalonicenses 2.13; Hebreos 10.39 y 1 Pedro 1.9. Todos son muy importantes para entender mejor el concepto de la salvación por fe.

Conclusión sobre la necesidad de la fe
Hemos visto varios versículos, pero evidentemente no son todos los existentes y tal vez ni siquiera todos los necesarios, pero lo importante es que podamos comprender que la fe tiene una función muy importante en el plan de Dios para nuestra salvación. La fe es un don de Dios, un regalo, algo que Él pone como una herramienta para poder creer.
La misma es evidentemente necesaria dado que en un mundo acostumbrado a ver solamente lo material, debemos ejercer fe en algo que no podemos ver. Algo completamente diferente, un universo espiritual e invisible a simple vista. Dios nos regala esta fe tan necesaria a todos los que estamos dispuestos a buscarle y a creer en Él.
Por lo tanto, buscar a Dios solo depende de nosotros, pero la fe es un regalo divino. Entonces, ¿Queremos acercarnos a Dios? Si es verdaderamente cierto, Él te regalará el don de fe necesario. En cambio, si lo que pretendemos es seguir viviendo como si no hubiera Dios, eso también implica una decisión de nuestra parte.
Por ende, si decides rechazar a Dios será tu propia elección (obvio que tienes pleno derecho a esto), solo que después no podrás culpar a nadie más por tu decisión. En la Biblia se muestran dos destinos posibles, salvación o condenación. Te invito a leer el contraste entre los que tienen fe y los que no según el mismo apóstol Juan:
El que cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Juan 3.18 – LBLA
Entonces, ¿Qué harás tú con Cristo?
Ahora, volviendo al texto de Juan, él dice que los que tienen fe en el Señor Jesús:
Versículo 13 – El nuevo nacimiento
No nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios
En el momento de ser aplicada la sangre de Cristo a nuestras vidas se produce el nacimiento de una nueva naturaleza en nosotros, y por ende, nacemos a una nueva vida. Esta vida nueva comienza cuando aceptamos por fe a Jesucristo y perdura hasta la eternidad.
Esta clase de vida no depende ni de nosotros, ni de lo que ningún otro ser humano nos pueda dar. Es algo que procede únicamente de Dios. Es ese el sentido de lo que nos habla el apóstol Juan.
Por ende, llegar a ser hijos de Dios no es una posibilidad para el hombre, fuera de la obra de Cristo en la cruz. Y por lo tanto, la salvación no procede del ser humano sino de Dios. Veamos un poco más detenidamente este tema:
Ninguno de nosotros podría desandar sus propios pasos hacia la condenación por el pecado. Nadie de sí mismo pudiera tener con qué pagar por su salvación a Dios. Ese fue el único motivo por el cual Cristo debió encarnarse y morir en una cruz en nuestro lugar.
Es su sangre la que, derramada por nosotros, nos limpia de todo pecado y nos permite una relación de paz con Dios.
Ahora bien, aunque su sangre haya sido cien por ciento humana, esta verdad no contrarresta el hecho de que, tanto el plan de salvación, como la encarnación de Jesucristo, y la aplicación de las virtudes de su sangre a nuestras vidas, dependan de Dios. En verdad, todo depende de Él.
Es en ese sentido entonces, que la filiación para con Dios mediante la adopción como hijos (Romanos 8.17; Galatas 4.5-7) no depende ni de sangre, ni de carne, ni de voluntad de ningún ser humano. Eso es lo que Juan intenta decirnos en estos textos.
Aplicación: Pero entonces, ¿Tenemos alguna responsabilidad en cuanto a nuestra salvación?
La respuesta es sí, veamos por qué. Aunque la salvación es por gracia, por el amor de Dios hacia nosotros, y aunque nos sea suministrada por él mismo, sin embargo, depende de nosotros tomarla.
Él pone todas las cosas a nuestra disposición y nos alumbra el camino para que podamos caminar hacia Él, pero quienes debemos dar los pasos somos nosotros.
Dios, habiendo hecho todo lo necesario, frenó su accionar y nos aguarda, Él espera que los que los que actuemos ahora seamos nosotros.
Es cierto que Dios nos ama demasiado, pero también lo es que Él sigue respetando nuestro nuestro libre albedrío, es decir, nuestra libertad de hacer lo que nuestra voluntad nos dicte.
Permítenos hacerte algunas preguntas en este punto: ¿Qué harás con la vida eterna que está disponible para ti? ¿Aceptarás como Señor a Jesucristo?
¡La salvación te aguarda y es solo tu decisión tomarla!
Si necesitas ayuda para comenzar una relación con Dios, tal vez te interese leer alguno de los siguientes estudios:
- Qué es la salvación.
- Tres pasos necesarios para comenzar a vivir con Dios.
- Cómo iniciar una vida con Dios.
En ellos encontrarás más links que pueden guiarte en este proceso. Pero si lo necesitas, también puedes hablar con nosotros, te invitamos a escribirnos en el espacio de comentarios.
Aquí ha terminado nuestro comentario de estos versículos. Te agradecemos por haber llegado hasta este punto y deseamos que Dios te hable a través de Su palabra y de tu lectura. Nos despedimos por ahora hasta la próxima publicación. ¡Dios te bendiga mucho!
Análisis gramatical de Juan 1:12-13
El texto griego de Juan 1:12-13 presenta una estructura rica que nos ayuda a comprender con más profundidad lo que significa ser hechos hijos de Dios.
Versículo 12
“Ὅσοι δὲ ἔλαβον αὐτόν”
“Pero a todos los que le recibieron”
- El verbo ἔλαβον (élabon) es aoristo, indicativo, activo, tercera persona plural del verbo lambánō (“recibir”, “tomar”).
- El aoristo indica una acción puntual, realizada en un momento determinado: una decisión consciente de recibir a Cristo.
“ἔδωκεν αὐτοῖς ἐξουσίαν τέκνα θεοῦ γενέσθαι”
“les dio el derecho de ser hechos hijos de Dios”
- ἔδωκεν (édōken): aoristo, indicativo, activo, tercera persona singular del verbo dídōmi (“dar”). La acción viene de Dios y tiene autoridad.
- ἐξουσίαν (exousían): sustantivo acusativo singular femenino. Significa “autoridad”, “poder legítimo” o “derecho delegado”. No se trata solo de una invitación, sino de una concesión legal y espiritual.
- τέκνα (tékna): sustantivo acusativo plural neutro de téknon, “hijo nacido”. A diferencia de huios (hijo por adopción o posición), téknon enfatiza la relación de nacimiento: somos engendrados por Dios.
- γενέσθαι (genésthai): infinitivo aoristo medio del verbo gínomai (“llegar a ser”). La estructura muestra que el nuevo nacimiento es un cambio de estado radical otorgado por Dios.
“τοῖς πιστεύουσιν εἰς τὸ ὄνομα αὐτοῦ”
“a los que creen en su nombre”
- πιστεύουσιν (pisteúousin): participio presente activo dativo plural masculino de pisteúō (“creer”). El presente indica una acción continua: no solo creyeron una vez, sino que viven confiando en Él.
- εἰς τὸ ὄνομα αὐτοῦ: “en su nombre”. El griego utiliza la preposición εἰς con acusativo, que implica movimiento hacia. Es una fe que se dirige activamente a la persona de Jesús como objeto de confianza total.
Versículo 13
“οἳ… ἀλλ’ ἐκ θεοῦ ἐγεννήθησαν”
“que… nacieron de Dios”
- ἐγεννήθησαν (egennḗthēsan): aoristo indicativo pasivo tercera persona plural de gennáō (“engendrar”, “dar a luz”).
- El pasivo indica que el sujeto (la persona creyente) no genera su nuevo nacimiento por sí mismo, sino que es Dios quien lo produce.
Esta estructura muestra con claridad que la filiación divina no es el resultado de esfuerzo humano, sino del acto soberano de Dios que, en respuesta a una fe activa y continua en Jesús, concede el derecho de ser hechos sus hijos.
Palabras clave utilizadas en los versículos 12 y 13
Palabra (griego + transliteración) | Traducción | Comentario |
---|---|---|
ἔλαβον (élabon) | recibieron | Aoristo activo, indica una acción puntual: aceptar personalmente a Cristo. |
ἔδωκεν (édōken) | dio | Verbo fuerte que expresa otorgamiento con autoridad divina. |
ἐξουσίαν (exousían) | derecho / autoridad | Facultad legal conferida por Dios para ser hecho hijo suyo. |
τέκνα (tékna) | hijos | Subraya la relación de nacimiento, no solo de posición legal. |
πιστεύουσιν (pisteúousin) | creen | Participio presente: confianza continua, no momentánea. |
ἐγεννήθησαν (egennḗthēsan) | fueron engendrados | Pasivo aoristo: acción realizada por Dios, no por el hombre. |
Preguntas frecuentes sobre Juan 1:12-13
¿Qué significa “recibir” a Cristo según este pasaje?
Recibir a Cristo implica una decisión personal de aceptar quién es Él (el Hijo de Dios) y confiar plenamente en su obra. No es solo una aceptación intelectual, sino una entrega voluntaria del corazón que incluye una fe activa.
¿Qué tipo de “autoridad” o “derecho” se nos da al recibirlo?
La palabra griega utilizada es exousía, que indica un derecho legítimo y conferido por Dios. No se trata de un sentimiento, sino de una realidad legal y espiritual: los que creen en Jesús son reconocidos como hijos de Dios con todos los privilegios que eso implica.
¿Cuál es la diferencia entre “hijos” (téknon) y otros términos como huios?
Téknon enfatiza la relación de nacimiento, mientras que huios resalta la posición o el reconocimiento legal. En este pasaje, el uso de téknon subraya que los creyentes son engendrados espiritualmente por Dios, no simplemente adoptados o declarados hijos.
¿Qué implica que “creer” esté en tiempo presente en el texto original?
El participio presente (pisteúousin) indica una acción continua. Creer en Jesús no es un evento aislado del pasado, sino una confianza constante y activa en su persona, carácter y obra. Es una fe que transforma la vida diaria.
¿Cómo se relaciona este pasaje con el concepto del nuevo nacimiento?
El versículo 13 aclara que los que reciben a Cristo y creen en su nombre “nacieron de Dios”, usando el verbo en voz pasiva para mostrar que el nuevo nacimiento es una obra divina, no humana. Este concepto será desarrollado más adelante por Jesús en su diálogo con Nicodemo (Juan 3).
¿Cómo se relaciona esta promesa con el Antiguo Testamento?
En el Antiguo Testamento, Israel era considerado el pueblo de Dios, pero la filiación estaba vinculada a la descendencia física y a la obediencia a la Ley (ver Éxodo 4:22, Deuteronomio 14:1). Juan 1:12-13 introduce una realidad nueva: ser hijo de Dios ya no depende del linaje, sino de la fe en Cristo. Esto anticipa el mensaje paulino de que no todos los descendientes de Abraham son hijos, sino los que son de la fe (Romanos 9:6-8).
¿Cómo puedo compartir este mensaje con otras personas?
Este pasaje ofrece una forma clara y sencilla de presentar el evangelio: Dios da el derecho de ser hecho hijo suyo a todo el que recibe a Jesús y cree en su nombre. Al compartir, podés enfocar el mensaje en la invitación de Dios a una relación verdadera, no religiosa ni ritual, sino filial y transformadora. Es un llamado universal, pero también profundamente personal.
Recomendaciones para maestros/pastores para tratar estos pasajes de Juan 1.12-13:
- Usar este texto en clases sobre salvación, identidad cristiana o doctrina de adopción.
- Presentarlo junto con Romanos 8 o Gálatas 4 para una serie temática.
- Invitar a los oyentes a reflexionar sobre si están viviendo como hijos o como siervos temerosos.
Bosquejo para enseñanza o predicación – Juan 1:12-13
Título sugerido: “El derecho de ser hijos de Dios”
1. Una invitación personal: “A los que le recibieron”
- No basta con ver la luz o conocer la verdad, es necesario recibir a Cristo.
- El verbo “recibir” implica decisión, apertura, rendición.
- La invitación es universal pero exige respuesta personal.
2. Una fe activa: “A los que creen en su nombre”
- “Creer” no es solo aceptar ideas, sino confiar y apoyarse en Él.
- Creer “en su nombre” es confiar en todo lo que Jesús es y representa.
- Esta fe no es ocasional, sino una postura continua del corazón.
3. Un nuevo nacimiento: “Les dio el derecho de ser hijos de Dios”
- No se trata de mérito humano, sino de un acto soberano de Dios.
- “Derecho” (ἐξουσία) significa autoridad legal concedida: no es emocional, es real.
- Ser hijo de Dios es el resultado de una obra divina, no natural (v.13):
- No por sangre (linaje humano)
- No por voluntad de carne (esfuerzo personal)
- No por voluntad de varón (planes humanos)
- Sino por Dios: nuevo nacimiento espiritual
Links hacia otros estudios del comentario de Juan
- Si deseas, haz clic aquí para ir al índice del estudio y presentación del Evangelio de Juan.
- Para ir hacia el estudio anterior: Juan 1.9-11 – Jesucristo es la luz verdadera que alumbra a todo hombre
- Para ir al estudio siguiente: Juan 1.14 – La Palabra se hizo carne y vimos su Gloria como del unigénito del Padre
Nota sobre el texto citado:
Todas las Citas Bíblicas fueron tomadas con permiso de LBLA – http://www.lbla.com
Las identificadas como NVI, fueron tomadas de:
Escritura de la Santa Biblia, NEW INTERNATIONAL VERSION®, NIV® Copyright © 1973, 1978, 1984, 2011 por Biblica, Inc.® Usado con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.
Las identificadas como RVR1960, fueron tomadas de:
la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.
Y las identificadas como DHH, fueron tomadas de:
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
Este ha sido el
Comentario Bíblico de Juan 1.12-13 – A los que le recibieron les dio el derecho de ser hijos de Dios
Esperamos que haya sido de provecho para ti, si es así, ¿qué tal si lo compartes con quien creas que también pueda valorarlo?. Aguardamos tus comentarios y nos despedimos por el momento.
¡Dios te bendiga mucho!
10 respuestas a «Comentario bíblico de Juan 1.12-13 – A los que le recibieron les dio el derecho de ser hijos de Dios»
Aunque es dificil para muchos, aqui está bien claro, todos podemos ser hijos de Dios, pero hay que aceptarlo, sino, simplemente seremos una creación de Dios.
Gracias por el comentario.
Muy cierto Vicky, Dios te bendiga mucho!
Muchas gracias por el aporte en la obra de Dios, yo aprecio su aporte acerca de juan 1. 12 t 13
Gracias a usted. Que Dios lo bendiga mucho!!
Amen
se confirma en Ef. 2
Gracias due una Buena ensenanza…Amen
Son palabras sabias . Me encantó leer. Llenan mi alma. Grácias!!
Muchas gracias Esteban, nos alegra mucho que le haya gustado. Dios lo bendiga mucho!!
Como puedo encontrar los demás estudios de San Juan
Hola Dora en esta publicación encontrará links a todos los estudios disponibles del evangelio de Juan.
Al final de la misma encontrará los botones que la llevarán a los estudios del capítulo que elija, al tocar los mismos se abrirán los distintos estudios divididos por versículos. Elija el que guste, y al tocarlo se abrirá el estudio correspondiente.
Esperamos haber sido claros, pero si no lo hemos logrado, por favor, solo avísenos para ver de qué manera podemos ayudarla. Dios la bendiga mucho.