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Versículo Clave: Efesios 4.3
Esforzándose por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Contexto bíblico: Efesios 4.1-16
1Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego que ustedes vivan de una manera digna de la vocación con que han sido llamados.2Que vivan con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor,3esforzándose por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
4Hayun solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también ustedes fueron llamados en una misma esperanza de su vocación;5un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,6un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.
7Pero a cada uno de nosotros se nos ha concedido la gracia conforme a la medida del don de Cristo.8Por tanto, dice:
«Cuando ascendió a lo alto,
Llevó cautivo un gran número de cautivos,
Y dio dones a los hombres».
9Estaexpresión: «Ascendió», ¿qué significa, sino que Él también había descendido a las profundidades de la tierra?10El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo.
11Y Él dio a algunosel serapóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros,12a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo;13hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
14Entonces ya no seremos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error.
15Más bien, al hablar la verdad en amor, creceremos en todoslos aspectosen Aquel que es la cabeza,es decir, Cristo,16de quien todo el cuerpo, estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen, conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.
Estudio Bíblico Devocional – Reflexión – Explicación: “Efesios 4:3: Preservar la unidad del Espíritu”
Después de rogar a sus hermanos que vivan de una manera digna, y de hablarles sobre diferentes virtudes cristianas, el apóstol los exhorta a esforzarse por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
¿Y cómo preservamos la unidad del Espíritu? Lo hacemos soportándonos los unos a los otros en amor.
Por eso eran necesarias las virtudes mencionadas en el versículo anterior (Efesios 4.2), y por eso necesitamos desarrollarlas y aplicarlas. Ellas son las que nos van a ayudar para cumplir con este mandato.
Recordémoslas por un instante: “humildad, mansedumbre, paciencia y amor“ todas esas son herramientas provistas por Dios y partes del fruto del Espíritu.
Ahora, el solo hecho de tenerlas no garantiza que logremos lo que Dios pretende, y por eso, el ruego del apóstol es que nos esforcemos.
Dios nos da un objetivo, y al mismo tiempo, nos brinda las herramientas necesarias. Luego, somos nosotros los que obedecemos o no, los que utilizamos o no las herramientas provistas.
¿Conoces personas que intentan cumplir la voluntad de Dios por sus propios medios? Y, ¿conoces alguno que lo haya logrado?
Recordemos a los fariseos por un instante, ellos conocían la Ley de Dios, pero no podían cumplirla por más ordenanzas y costumbres que se impusieran a sí mismos.
Por lo tanto, lo máximo que lograron fue verse limpios exteriormente, razón por la cual Jesús los llamó sepulcros blanqueados (Mateo 23.27-28).
Esto mismo pasa con muchos creyentes, los cuales se ven muy santos, pero, sin embargo, no pueden cumplir con la voluntad de Dios.
¿Por qué no pueden?
Posiblemente por falta de obediencia y por falta de amor a Dios.
Pensemos un instante en lo siguiente:
Todos sabemos lo que Dios nos pide, todos tenemos al Espíritu Santo que puede ayudarnos, todos estamos al tanto de que debemos dedicar tiempo para relacionarnos con Él, pero aún así, no somos muchos los que lo hacemos.
Es por eso que muchos de nuestros hermanos pasan años y años sin cambio alguno, suponiendo erróneamente que agradan a Dios, sin tener la suficiente cercanía con Él como para darse cuenta de que no es así.
En cambio, la persona que está cerca de Dios es quien oye Su voz, quien sabe bien su condición, quien permite que Él obre en su persona, y también, es quien se pone en Sus manos cada día, y quién recibe Su ayuda para hacer los cambios que hagan falta.
Y a su vez, es quien toma en serio la voluntad de Dios e intenta ponerla por obra. Y aún más, es quien busca en las herramientas que Dios nos da, la ayuda necesaria para lograr vivir de una manera digna de la vocación que hemos recibido.
Todas estas herramientas, e incluso, la presencia del Espíritu Santo, no hacen que, “mágicamente”, cumplamos con la voluntad de Dios.
Para poder cumplir con ella debemos tener la voluntad, la decisión y la entrega necesarias. Sólo así podremos asumir el rol que nos toca vivir al hacernos hijos de Dios.
Un tutorial de YouTube puede enseñarnos a hacer una torta, pero si no lo miramos, no nos servirá de nada. Unas herramientas en una caja pueden servir de mucho, pero si no las tomamos y las utilizamos, es como si no las tuviéramos.
Así también es con las herramientas de Dios y con la ayuda el Espíritu. Él nos capacitará solo si lo dejamos, y las herramientas recibidas, solo nos serán de ayuda si las utilizamos con Su ayuda.
Quienes no hacen uso de la ayuda que Dios nos da, siempre estarán en un mismo nivel de chatura espiritual, no crecerán y, sin lugar a dudas, permitirán que la carne los domine.
Esto es lo que sucede con aquellos creyentes que, aún a pesar de sus años de conocer a Dios, siguen buscando conflictos, encontrando defectos en los demás, enojándose y ofendiéndose con el resto.
Ellos, por más que se esfuercen, no serán capaces de preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
No podrán porque no es algo que se logre con nuestras propias fuerzas. Pero aún hay algo peor que esto, y es que, aún sin quererlo, lo que hacen es obrar en contra de lo que el Espíritu busca establecer.
Y por ende, sus actitudes y obras se oponen a la voluntad de Dios. Desparraman en vez de juntar, destruyen en vez de construir.
Por favor, ¡no seamos nosotros como esos hermanos!
En vez de eso, busquemos consistentemente a Dios, cotidianamente. Busquemos tener comunión con Él, y alimentarnos cada día. Sólo así podremos obedecerle, solo así podremos hacer Su voluntad.
¿No es eso lo que queremos? Si es así, ya sabemos que hacer. Pablo nos lo dice en este texto de Efesios 4.3.
Oración
Padre Celestial, nos entregamos hoy más que nunca a ti, nos ponemos en tus manos suplicándote que por favor perdones nuestras faltas y que completes tu obra en nosotros.
Necesitamos que sigas trabajando en nuestro carácter, que nos ayudes a amoldarnos a nuestro ejemplo, Cristo Jesús, y que nos bendigas para que podamos preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
A pesar de nuestra voluntad, muchas veces hemos errado Padre, por eso estamos conscientes de que necesitamos más de ti. Ayúdanos a buscarte más cada día y a entregarnos por completo a ti.
Señor, dejamos estas peticiones a tus pies, te alabamos y anhelamos poder glorificar tu nombre con nuestra vida. Oramos en el bendito nombre del Señor Jesucristo, amén.
Links
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Devocionales basados en el evangelio de Marcos
O si gustas,
Comentarios bíblicos devocionales
Que son explicaciones y estudios exegéticos del texto de distintos libros de la Biblia, pero con una mirada más devocional que técnica.
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Estamos a tu disposición hasta donde nos sea posible, esperamos poder ser útiles para tu vida espiritual. ¡Dios te bendiga en todo!
Notas
- Las citas bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 byThe Lockman Foundation.
- La imagen de portada corresponde a un trabajo de Gracia y Vida, utilizando una imagen de Leigh Patrick.