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Qué tienes para ofrecer a Dios

¡Muy bienvenidos a Gracia y Vida!

La presente es una breve reflexión basada en el el texto bíblico de Marcos 8.1-10.

Con su ayuda veremos uno de los principios que Dios utiliza aún en nuestros días.

Jesús nos llama a entregar lo poco que tenemos para hacer con ello una obra maravillosa.

No hablamos de dinero, sino mucho más importante, nuestra vida, talentos, dones y tiempo.

Te invitamos a leer estas breves líneas y a meditar juntos en la palabra de Dios.

Texto Base: Marcos 8.5

«¿Cuántos panes tienen?», les preguntó Jesús. Ellos respondieron: «Siete».

Contexto Bíblico: Marcos 8.1-10

1En aquellos días, cuando había de nuevo una gran multitud que no tenía qué comer, Jesús llamó a Sus discípulos y les dijo:2«Tengo compasión de la multitud porque ya hace tres días que están junto a Mí y no tienen qué comer;3y si los despido sin comer a sus casas, desfallecerán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos».

4Sus discípulos le respondieron: «¿Dónde podrá alguienencontrar lo suficiente parasaciar de pan a estos aquí en el desierto?».5«¿Cuántos panes tienen?», les preguntó Jesús. Ellos respondieron: «Siete».

6Entonces mandó a la multitud que se recostara en el suelo; y tomando los siete panes, después de dar gracias,lospartió ylosiba dando a Sus discípulos para quelospusieran delantede la gente; y elloslossirvieron a la multitud.7También tenían unos pocos pececillos; y después de bendecirlos, mandó que estos también los sirvieran.

8Todoscomieron y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas.9Los que comieroneran unos 4,000. Jesús los despidió. 10y subiendo enseguida a la barca con Sus discípulos, se fue a la región de Dalmanuta.

Reflexión Bíblica – Meditación Cristiana – Devocional Diario

En esta historia vemos una gran enseñanza que nos haría bien aprender.

Todos sabemos que Dios puede proveernos lo que necesitamos, y que en muchas ocasiones multiplica nuestros recursos en gran manera.

Pero a pesar de que eso sea cierto, no siempre lo hace de la misma manera, y normalmente multiplica partiendo desde algo. No es tan común que de pronto surjan cosas que salgan de la nada.

Generalmente hay una historia previa detrás de cada milagro o de cada obra de Sus manos; un llamado y un esfuerzo de alguno de sus hijos, una cierta preparación, la disposición de un corazón dispuesto, la entrega de alguna pequeña suma de dinero.

Algo desde donde partir para que luego, eso que inicialmente era pequeño, por Su obrar y Su poder se transforme en algo mucho mayor.

En este caso partió de una pequeña cantidad de panes y peces: “¿Cuántos panes tienen?”, preguntó. Luego, habiendo visto desde dónde partiría, se dispuso a generar aún más alimento, que alcanzaría para toda aquella gente.

Observemos que tanto en este relato, en el que habían 4000 hombres, cómo en el otro, en el que habían 5000, en ambos casos pregunto lo mismo. Parafraseando: “¿Tenemos algo desde donde partir, cuánto tenemos?”.

Esto mismo se aplica frecuentemente en nuestra vida espiritual. De ninguna manera podemos esperar que todo salga de Él, sino que debemos poner también de nuestra parte.

Veamos solo dos ejemplos de situaciones comunes (dos de entre muchos posibles):

• Dios nos muestra una necesidad, si nuestro corazón se conmueve y nos disponemos a involucrarnos, entonces nos ayuda para prepararnos y luego nos encomienda la tarea.

• Nos enseña una situación, pone en nuestro corazón ofrendar algo de nuestro dinero, y luego, al hacerlo, nos damos cuenta de que no hemos sido los únicos que hemos obedecido, otros más lo han hecho también, y por ende, la situación se logra subsanar.

Siempre se parte de algo pequeño, y luego va evolucionando hacía algo mayor. Dios no obra alocadamente ni espera que nosotros lo hagamos.

Nadie se hace misionero, pastor, maestro, director de alabanza, etc., etc., de un día para el otro.

Primero nace el amor por Dios, luego la preparación del alma, del intelecto y del espíritu.

Después se desarrollan los dones, y al final, nos damos cuenta de que el llamado llegó junto con la preparación, y cuando menos lo pensamos ya estamos listos para obedecer, estando ya, sino totalmente preparados para la obra encomendada, por lo menos bien encaminados.

¡No nos saltamos los pasos necesarios!

Primero tomamos la escoba y barremos la iglesia y la vereda, llego limpiamos la cocina y el baño, todo lo demás llega más tarde, con un corazón humilde, un espíritu dispuesto y una búsqueda constante de Su Gloria.

¿Lo sabías? ¿Lo entiendes de este modo? ¿Qué tal si hablas sobre todo esto con tu Señor? ¿Será que Él quiere hacer algo a través tuyo? ¡Seguro que sí!

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Devocional diario: El ministerio de Jesús

Devocionales basados en el evangelio de Marcos

Notas

  • Las citas bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 byThe Lockman Foundation, a excepción de las explícitamente señaladas.
  • La imagen de portada es un trabajo de Gracia y Vida utilizando la imagen original de Gerhard en Pixabay

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