Versículo bíblico base: Marcos 8.4
Sus discípulos le respondieron: «¿Dónde podrá alguienencontrar lo suficiente parasaciar de pan a estos aquí en el desierto?».
Contexto: Marcos 8.1-10
1En aquellos días, cuando había de nuevo una gran multitud que no tenía qué comer, Jesús llamó a Sus discípulos y les dijo:2«Tengo compasión de la multitud porque ya hace tres días que están junto a Mí y no tienen qué comer;3y si los despido sin comer a sus casas, desfallecerán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos».
4Sus discípulos le respondieron: «¿Dónde podrá alguienencontrar lo suficiente parasaciar de pan a estos aquí en el desierto?».5«¿Cuántos panes tienen?», les preguntó Jesús. Ellos respondieron: «Siete».
6Entonces mandó a la multitud que se recostara en el suelo; y tomando los siete panes, después de dar gracias,lospartió ylosiba dando a Sus discípulos para quelospusieran delantede la gente; y elloslossirvieron a la multitud.7También tenían unos pocos pececillos; y después de bendecirlos, mandó que estos también los sirvieran.
8Todoscomieron y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas.9Los que comieroneran unos 4,000. Jesús los despidió,10y subiendo enseguida a la barca con Sus discípulos, se fue a la región de Dalmanuta.
Reflexión Bíblica – Meditación Cristiana – Devocional Diario
Al leer este nuevo relato sobre la multiplicación de panes y peces (el anterior se encuentra en Marcos 6.30-44), volvemos a encontrar la misma situación: muchas personas con hambre y sin comida; y la misma prueba para los discípulos: Jesús los llama a ellos para resolver la situación.
En el primer relato el pedido fue explícito de parte de Jesús: “Denles ustedes de comer”, sin embargo, en esta segunda ocasión el pedido está implícito, eso se deduce de la respuesta de los mismos: «¿Dónde podrá alguien encontrar lo suficiente para saciar de pan a éstos aquí en el desierto?».
En ambos casos, más allá de las diferencias, la respuesta humana parece ser la misma: “¡Es imposible!”. Sin embargo, había alguien allí capaz de solucionar lo imposible: Jesús. Eso resultó evidente al ver el resultado final en la primera historia (comieron más de 5000 personas).
Pero entonces, ¿por qué Jesús recibió la misma respuesta en esta segunda ocasión? ¿Tú qué crees?
Tal vez la lección no se había aprendido del todo. Quizás los discípulos esperaban alguna otra cosa de parte del Señor, otro tipo de pedido, otra resolución. En verdad no sabemos con certeza qué pasaba por sus mentes y corazones. Pero lo cierto es que debieron pasar dos veces por la misma prueba. ¿Te ha ocurrido?
Estás sirviendo al Señor y tienes, vez tras vez, que lidiar con los mismos problemas. ¿Será que habrá algo más que debamos aprender? ¿Será que el Señor nos quiere mostrar que una y otra vez es Él quien está al control de todas las cosas? ¿Que debemos confiar aún más en Él?
Lo que sí sabemos, y por experiencia propia, es que muchas veces deberemos lidiar con las mismas, pero también, con diferentes situaciones de conflicto, y que la respuesta siempre nos llegará de Su mano. ¡Seguro que eso lo sabes! Pero entonces, ¿por qué debemos pasar por todo eso?
Tal vez, sea porque sea porque Dios utiliza dichas situaciones como herramientas que colaboran con nuestro proceso de crecimiento espiritual. ¿Será posible? ¿Lo has pensado?
Posiblemente debamos crecer en paciencia, en fe, en dominio propio, así como también en otras muchas áreas espirituales.
Y tal vez sea por eso que Dios permite que todas esas piedras aparezcan en nuestro camino; quizás lo haga para que aprendamos a desarrollar y perfeccionar nuestro carácter cristiano.
Por otro lado, lo que sí es cierto es que las situaciones de conflicto nos llevan a depender más de Dios; y es en medio de ellas, cuando nos aferramos más a Él y lo buscamos con mayor empeño, que Dios más se revela a nuestras vidas.
Esto resulta en un círculo virtuoso: Más se revela, más confiamos; más confiamos, más crecemos. A mayor crecimiento, distintas y mayores pruebas, pero al final, mayor bendición, y nuevamente, más crecimiento.
Difícil, sí seguro, pero vale la pena.
¿A qué situación te enfrentas? ¿Cuál es tu desafío, tu prueba en este tiempo? ¿Qué querrá el Señor que aprendas? ¿Lo sabes? Sigue orando, continúa confiando y dependiendo. ¡Él hará de ti un pámpano con mucho fruto (Juan 15.1-27)!
Oración
Padre del Cielo te adoro. Gracias por permitirme crecer espiritualmente. ¡Tú eres mi Dios y mi Señor!
Padre, muchas veces no entiendo las pruebas o las situaciones que debo atravesar, pero sé que de tu mano podré superarlas.
¡Por favor, ayúdame!
Bendíceme para seguir creciendo; fortaléceme para atravesar cada prueba permaneciendo firme en la fe.
Por favor, dame discernimiento de tu voluntad, yo quiero servirte en todo lo que tú me pidas.
Me pongo hoy, como cada día, en tus manos y te entrego mi vida. ¡Para ti sea toda la gloria! En el nombre del Señor Jesús, amén.
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Notas
- Las citas bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 byThe Lockman Foundation, a excepción de las explícitamente señaladas.
- La imagen de portada es un trabajo de Gracia y Vida utilizando las imágenes originales de Dziana Hasanbekava y de “usuario 509903”.