Marcos 16.10-11
10 Y ella fue y se lo comunicó a los que habían estado con Él, que estaban lamentándose y llorando. 11 Cuando ellos oyeron que Jesús estaba vivo y que ella lo había visto, se negaron a creerlo.
Contexto bíblico: Marcos 16.1-11
1 Pasado el día de reposo, María Magdalena, María, la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungir el cuerpo de Jesús. 2 Muy de mañana, el primer día de la semana, llegaron al sepulcro cuando el sol ya había salido. 3 Y se decían unas a otras: «¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?». 4 Cuando levantaron los ojos, vieron que la piedra, aunque era sumamente grande, había sido removida.
5 Entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido con ropaje blanco; y ellas se asustaron. 6 Pero él les dijo: «No se asusten; ustedes buscan a Jesús el Nazareno, el que fue crucificado. Ha resucitado, no está aquí; miren el lugar donde lo pusieron. 7 Pero vayan, digan a Sus discípulos y a Pedro: “Él va delante de ustedes a Galilea; allí lo verán, tal como les dijo”».
8 Y saliendo ellas, huyeron del sepulcro, porque un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas; y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo.
9 Después de haber resucitado, muy temprano el primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado fuera siete demonios. 10 Y ella fue y se lo comunicó a los que habían estado con Él, que estaban lamentándose y llorando. 11 Cuando ellos oyeron que Jesús estaba vivo y que ella lo había visto, se negaron a creerlo.
Reflexión Bíblica – Meditación Cristiana – Devocional Diario:
Imagínate por un momento a los apóstoles, una vez venido el Espíritu Santo en Pentecostés, ¿Qué podrías ver en ellos?
¿Verías hombres que no temían ir a cárceles y hablar frente a quien fuera del Señor?
¿Diríamos que eran hombres sumamente espirituales, modelos a seguir, personas utilizadas por Dios para formar la Iglesia de Cristo?
Sin embargo, si los viéramos tan solo un poco de tiempo atrás, ¿los veríamos encerrados, llorando, con miedo e incertidumbre, sin saber qué hacer con sus vidas en el futuro, y descreyendo sin fe alguna en la resurrección del Señor? ¿Podríamos verlos así?
Entonces, ¿podríamos preguntarnos: Qué sucedió con estos grandes hombres en aquel momento previo a la aparición de Jesús resucitado?
Al ver sus situaciones, tal vez podamos llegar a la conclusión de que: Todos tenemos momentos de debilidad, momentos en los que, si Dios no nos rescata no podríamos seguir adelante con nuestras vidas.
¿Te sucedió de estar en una situación así?
Por eso, un tiempo después, cuando Jesús se les aparece a otros y, más tarde a todos ellos estando juntos, recién ahí creyeron, levantaron el ánimo y volvieron a creer que tenían propósito en la vida.
Y aún así, siempre hay alguno como Tomás… ¿Cierto? ¿Se te escapó una sonrisa? ¿Será que alguno de nosotros podamos levantar el dedo para acusarle? Espero que no.
La ayuda y fortaleza de Dios, la guía del Espíritu, y la perspectiva adecuada sobre la situación particular en la que estamos (y sobre la vida cristiana en general), todo hace a nuestra tranquilidad, propósito definido y claro, y paz en medio de cualquier dificultad.
Podemos leer que ya con la presencia del Espíritu Santo (en Pentecostés), esos temerosos e incrédulos hombres, no sólo que formaron la Iglesia de Jesucristo, sino que predicaron el mensaje a todas las naciones conocidas por su cultura.
Perspectiva, conocimiento, entendimiento, asistencia del Espíritu Santo, todos son componentes más que importantes para la vida de cada uno de los hijos de Dios.
Sin ellos, posiblemente seríamos cómo aquellos hombres encerrados, temerosos e incrédulos.
Cuando estés pasando por momentos de dudas, de temor o incertidumbre, tómate del Señor. ¡Busca la ayuda de Dios!
Todos podemos tener de esos momentos, pero la sabiduría está en saber en quién buscar la ayuda correcta.
Contar con Su presencia y tener comunión con Él nos lleva a tener fortaleza, paz y propósito en la vida. ¿Las tienes? ¡Búscale cómo es debido y hallarás lo que tanto necesitas!
Oración para momentos de debilidad
Padre celestial, te suplico que me ayudes en mis momentos de debilidad.
Padre, en estos casos, muchas veces me cuesta la fe, no entiendo tus propósitos, ni sé por qué ni para qué estoy pasando por estas situaciones, pero quiero tomarme de tu mano.
Te necesito y te suplico que llenes mi vida de tu paz, de fortaleza y sabiduría. Por favor dame tu consuelo, ayúdame a tener fuerzas para seguir adelante, e indícame qué debo hacer y por dónde caminar.
Estoy en tus manos Padre.
Reconozco que tienes poder, que me amas y sé que estás conmigo. Te adoro a pesar de mi situación, porque sé que de tu mano encontraré la salida, la solución para la situación que me aflige.
Quiero darte gloria y honor. Oro en el nombre de Cristo Jesús, amén.
Links
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Devocional diario: El ministerio de Jesús
Devocionales basados en el evangelio de Marcos
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Notas
- Las citas bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 byThe Lockman Foundation.
- La imagen de portada es un trabajo de Gracia y Vida utilizando las imágenes originales de Pixabay.