La verdad que está en Jesús

Estudio Bíblico Devocional – Reflexión – Explicación: “La verdad que está en Jesús – Efesios 4.20-21”

Después de describir brevemente cómo es la vida de quienes no conocen a Dios, Pablo nos deja el siguiente menaje:

“Nosotros hemos oído de Cristo y se nos ha enseñado a vivir como Él, por lo tanto, debemos llevar una vida diferente a la de quienes no le conocen”.

Recordemos que desde este capítulo (4), y hasta el final del libro, el apóstol nos enseña cómo vivir la vida cristiana en conformidad con la voluntad de Dios.

Por lo tanto, ya desde el inicio de este capítulo se nos exhorta a “vivir de una manera digna de la vocación con que hemos sido llamados”.

Es decir, “con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándonos los unos a los otros en amor, y esforzándonos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”.

Todo esto lo leíamos en Efesios 4.1-3, desde donde Pablo nos viene diciendo que Dios quiere que vivamos una vida completamente diferente a la que llevan quienes no le conocen.

Y por otro lado, más allá de todo lo que Pablo nos está enseñando, Dios nos ha dejado un modelo, un ejemplo de cómo debemos vivir nuestras vidas.

Jesucristo es nuestro ejemplo, nuestro modelo a seguir.

Él no sólo es el camino, la verdad y la vida, sino que también es la luz que ilumina nuestro entendimiento y la guía para que podamos agradar a Dios cada día.

Sin Jesús seguiríamos perdidos, sin esperanza y sin Dios en este mundo. Pero con Él, nuestras vidas han sido cambiadas y tenemos una nueva manera de manejarnos en la vida.

¡Cristo lo es todo para nosotros!

Lo que debemos entender es que Dios quiere que vivamos una vida de santidad, en la cual podamos ser ejemplos, demostrando al resto que es posible una verdadera relación con Dios.

El apóstol seguirá con este tema en los siguientes versículos, pero sería más que adecuado, ya desde este punto, poder analizarnos a nosotros mismos para poder estar conscientes de cómo vivimos nuestras vidas.

¿Vivimos como a Dios le agrada, o nos seguimos manejando como antes de conocerle? ¿Es nuestra meta ser imitadores de Cristo, buscamos la santidad, o simplemente hacemos lo que nos salga, sin depender de Él?

Si en verdad hemos conocido a Dios, debemos vivir “conforme a la verdad que hay en Jesús”. ¿Será esa nuestra meta? ¿Qué tal si nos ponemos en Sus manos para vivir de esta manera?

¡Dios nos bendiga para que podamos lograrlo!