Juan 3.1-2 – Jesús y Nicodemo
Introducción
Bienvenidos, en el presente estudio haremos una breve introducción sobre el encuentro entre Jesús y Nicodemo. Veremos quién fue este último y también a quienes representaba. También analizaremos el contexto en el cual se realizó esta charla, la cual comenzó como una conversación entre ambos, pero terminó en un discurso por parte de Jesús.
Una oportuna aclaración es que no trataremos todo el contenido de la conversación en esta publicación, pero sí colocaremos links a cada sección importante de la misma (esto lo hacemos para no alargar mucho un solo estudio). Además, obviamente, en cada publicación habrán reflexiones y aplicaciones personales.
Antes de comenzar, nos gustaría presentarte muy brevemente este Comentario Bíblico de Gracia y Vida:
Unas palabras sobre este comentario
La presente es solo una porción del Comentario Bíblico sobre el Evangelio de Juan, publicado por Gracia y Vida. El mismo pretende ayudar a los lectores en la interpretación y en la aplicación de las escrituras a sus vidas; teniendo además como objetivo que la lectura sea fluida y de fácil interpretación.
Con dicho objetivo en mente, y a fin de entender los distintos versículos de la manera más apropiada, nos ayudaremos con un análisis del contexto y también con las herramientas hermenéuticas necesarias para llegar a una correcta interpretación; pero todo esto sin entrar en largas discusiones, ni en detalles demasiado técnicos.
Sin más, y primero que cualquier otra cosa, te invitamos a leer atentamente el texto y orar para que el Señor te llene de su sabiduría; sin lugar a dudas Él será la gran fuente de toda verdad y de todo entendimiento. Hecho ésto, ahora sí comencemos con el estudio de los versículos que nos convocan, leamos:
Juan 3.1-2 – Jesús y Nicodemo
El Texto
1 Había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo, prominente entre los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él.
Juan 3.1-2 – LBLA
Análisis del texto
1
Había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo, prominente entre los judíos
En este versículo Juan nos presenta a Nicodemo destacando su posición en relación con el pueblo. Además de lo que se nos dice en este versículo investigaremos un poco más para ver qué más podemos averiguar de Él en el texto bíblico. Veamos:
Quién fue Nicodemo
Más allá de las menciones del apóstol Juan, no encontramos a Nicodemo en ningún otro Evangelio. Es Juan quien nos cuenta que dicho hombre era un principal entre los Judíos, miembro del Sanedrín y por sus estudios y posición sabemos que era un maestro de la ley, como también lo reconoce Jesús en Juan 3.10.
Pertenecía al partido de los fariseos. Su nombre significa vencedor del pueblo, y el origen del mismo era griego. Esto no debe sorprendernos ya que fue muy común en esa época que los judíos utilizaran nombres griegos, después de tantos años de dominio y cultura griega impuestas, y no solo por ese imperio, sino también por el romano que vino a continuación.
En el evangelio de Juan es mencionado en tres oportunidades, aquí en el capítulo 3, en Juan 7.50-51, en donde se lo encuentra defendiendo a Jesús y en 19.39-42, donde trae cerca de 30 Kilogramos de una mezcla de incienso y aloe para sepultar a Jesús. Es de esta última referencia del capítulo 19 que se entiende que tenía una muy buena posición económica.
Lamentablemente no hay mucho más por mencionar sobre este hombre, lo cual indica que es poco lo que conocemos sobre él gracias al texto bíblico. Lógicamente que encontraremos más datos en la literatura extra bíblica, pero nosotros no nos abocaremos a citar dichas fuentes por el momento.

Continuemos ahora con el texto bíblico, veamos el versículo que sigue:
2
Este vino a Jesús de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él
Antes que ver cómo comenzó la charla entre Jesús y Nicodemo, veamos en qué contexto se desarrolló:
Contexto de la charla
En el capítulo dos del evangelio de Juan hemos visto que Jesús había asistido a la fiesta de las pascuas en Jerusalén, allí dio señales claras de que Él era el Mesías y también hizo milagros, según Juan 2.23. Esos milagros, las señales que hacía y su autoridad para enseñar, llamaron la atención de todo Israel, incluidos obviamente los fariseos.
Claro está que la mayoría no escuchaba a Jesús con la intención de comprender su mensaje y también es cierto que no podían hacerlo dado la dureza de sus corazones. Además, muchos estaban muy cómodos con su estilo de vida, con el reconocimiento del pueblo hacia ellos y con su posición en la sociedad de su época.
Tal es así que cuando apareció este Maestro quien decía ser el Mesías, muchos no estuvieron listos como para recibir su mensaje, motivo por el cual sus señales nunca llegaban a satisfacerlos. Ellos esperaban a un Mesías con mayor “gloria”, que demostrara mejores credenciales de las que veían en Jesús.
Todo esto hizo que no le aceptaran, y también, que algunos pocos del sanedrín, que sí querían escuchar más sobre Él, tuvieran miedo de acercarse a Él abiertamente. Un buen ejemplo de cómo los fariseos consideraban a quienes sí creían en el mensaje, y en la persona de Jesús, se encuentra en Juan 7.45-49.
Hasta tal punto era el temor a los fariseos, que muchos de los gobernantes no se atrevieron a expresar su fe en público (Juan 12.42-43), y que incluso este miembro del sanedrín, llamado Nicodemo, no se atreviera a visitarlo a la vista de todos, sino que fue sólo al resguardo de la oscuridad de la noche, a escondidas y cuando nadie más podía verle.
Juan 3.1-2 – Jesús y Nicodemo
El reconocimiento de Nicodemo hacia Jesús
Nicodemo, quien era maestro de la ley, llamó a Jesús Rabí, que quiere decir mi maestro. Lógicamente se entiende que Nicodemo, no solo lo reconoció como otro maestro del pueblo (Rab), sino como su propio maestro, es por eso que utilizó la palabra “Rabí”.
Las razones para que lo llame de esta manera nos son declaradas en este mismo versículo, y las veremos un poco más adelante, pero por lo pronto nos gustaría agregar lo siguiente: Nicodemo no es la primera persona que llamó de este modo a Jesús, ya sus dos primeros discípulos lo habían hecho en Juan 1.38 y también lo hicieron muchos más.
Entre otros, algunos textos en donde también se lo llama Rabí son: Juan 1.49, 4.31, 6.25, 9.2 y 11.8. En Juan 20.16 también vemos que se lo llama Raboni que sería una expresión un poco más honorífica que Rabí, algo así como “mi gran maestro”. Y fuera de este evangelio encontramos las siguientes referencias: Mateo 26.49, Marcos 9.5, 11.21 (entre muchas otras).
Además de lo ya expresado, también nos gustaría enfatizar que su autoridad como maestro era tal, que las multitudes quedaban admiradas por su enseñanza (ver Marcos 4.2), pero que Él no se atribuía la gloria a sí mismo, sino que expresaba con total humildad que su enseñanza provenía de su Padre (Juan 7.16).
¡Cuán grande ejemplo de humildad para nosotros!
Aplicación: El ejemplo de humildad mostrado por Jesús y evidenciado en Nicodemo
¿Has notado cuántas personas a nuestro alrededor creen ser algo que no son? Gente que supone que por su gran conocimiento sobre alguna cosa todos los demás les deberían rendir pleitesía. Muy por el contrario Jesús nos mostró en todo momento que la humildad es el camino a seguir para todos los que anhelamos ser sus discípulos.
Hay infinidad de textos que declaran que nosotros, los hijos de Dios, no debemos tener una autoestima demasiado alta. Solo algunos de ellos son: Proverbios 11.2, 29.23; Romanos 12.16; Efesios 4.2; Filipenses 2.3; Colosenses 3.12; Santiago 4.10; etc., etc. Pero uno que no debemos olvidar nunca es el siguiente:
Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.
Romanos 12.3 – NVI
Juan 3.1-2 – Jesús y Nicodemo
Tanto el ejemplo de Jesús como todos estos textos nos están hablando de la necesidad, que todos tenemos, de conducirnos en humildad para poder agradar a Dios. Pero notemos también que, en el texto que estamos estudiando, hubo alguien más que demostró contar con mucha humildad.
Nicodemo bien pudo creer, al igual que sus pares en el sanedrín, que nadie más pudiera enseñarle nada sobre Dios. Pero no fue eso lo él que demostró. Este maestro de la ley se acercó a Jesús con dudas pero con actitud humilde. Estaba dispuesto a creer, dispuesto a aprender y listo para reconocer que alguien más podía enseñarle.
¿Tendremos también nosotros ese grado de humildad que demostró Nicodemo? Solo así estaremos listos para aprender, pero además:
Solo cuando estemos dispuestos a reconocer que no tenemos todas las respuestas, cuando nos acerquemos a Jesús con humildad y con fe, y cuando nos dispongamos a dejarnos enseñar por el Espíritu Santo (quien mora dentro nuestro), estaremos listos para seguir creciendo en conocimiento y madures espiritual. ¿Estaremos listos para avanzar un poco más? Dios siga obrando en nuestras vidas y ayudándonos a seguir creciendo.
Sigamos ahora con el texto:
Sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él
Siguiendo con el texto bíblico, notemos ahora el hecho de que Nicodemo habla en plural, él dice: “sabemos”. Esto nos ayuda a observar que no solo este hombre se da cuenta de que Jesús debe ser un maestro, sino que además del pueblo, otros muchos líderes también reconocían a Jesús como tal.
Este conocimiento de parte de Nicodemo y de algunos otros líderes religiosos, estaba basado tanto en la evidencia de los hechos sobrenaturales que provenían de los milagros realizados por Jesucristo (algo que el Mesías debía manifestar según la creencia de toda la nación), como también en el conocimiento que Jesús demostraba tener de las escrituras.
Recordemos que Jesús no pertenecía a ninguna escuela rabínica, algo que para ellos era evidente, y al mismo tiempo, muy llamativo. Si no había estudiado en tales escuelas, entonces claramente se comprendía que su sabiduría y conocimientos provenían de la relación de Jesús con Dios el Padre.
Esas fueron las razones por la cual Nicodemo afirmó que Jesús venía de parte de Dios como maestro.
Hasta aquí el estudio de estos dos primeros versículos del capítulo tres. Tenemos todavía mucho más por ver, por lo tanto te invitamos a leer los siguientes estudios. Esperamos que hasta aquí lo leído haya sido de bendición para tu vida. Recuerda que puedes comentar lo que gustes o preguntar lo que desees en el cuadro de comentarios.
¡Dios te bendiga mucho!
Juan 3.1-2 – Jesús y Nicodemo
Links
Te dejamos algunos otros links que pudieran servirte:
- Si deseas, haz clic aquí para ir al Índice general del estudio y presentación del Evangelio de Juan.
- Estudio introductorio sobre el cuarto evangelio (Evangelio de Juan). Nos da un panorama general del libro completo.
- Índice general de los comentarios del capítulo 3 del evangelio de Juan.
- Estudio anterior: Juan 2.23-25 – Muchos creyeron en su nombre pero Jesús no confiaba en ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, pues Él sabía lo que había en el hombre.
- Estudio Siguiente: Juan 3.3-4 – el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios
Nota:
Todas las Citas Bíblicas identificadas con LBLA fueron tomadas con permiso de LBLA – http://www.lbla.com
La identificada como NVI, fue tomada de:
Escritura de la Santa Biblia, NEW INTERNATIONAL VERSION®, NIV® Copyright © 1973, 1978, 1984, 2011 por Biblica, Inc.® Usado con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.
6 respuestas a «Juan 3.1-2 – Jesús y Nicodemo»
Simple pero muy sustancioso
Muchas gracias, bendiciones!
DIOS LE BENDIGA
Igualmente!!!
me gusto, me agrado mucho en la forma sencilla como lo explican
Nos alegra mucho que lo hayas disfrutado. Dios te bendiga mucho y se revele cada día a tu vida.