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Efesios 4:29 – Palabras que Edifican

¡Muy bienvenidos a Gracia y Vida!

El presente es un estudio bíblico basado en Efesios 4.29, el cual te ayudará a comprender el texto y a reflexionar sobre su significado.

En este texto Pablo nos enseña sobre cómo debería ser nuestra manera de hablar.

Te invitamos a pensar juntos y a poner la enseñanza del texto por obra.

Versículo Clave: Efesios 4:29

No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan.

Contexto Bíblico: Efesios 4.17-30

17 Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ustedes ya no anden así como andan también los gentiles, en la vanidad de su mente.

18 Ellos tienen entenebrecido su entendimiento, están excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón. 19 Habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas.

20 Pero ustedes no han aprendido a Cristo de esta manera. 21 Si en verdad lo oyeron y han sido enseñados en Él, conforme a la verdad que hay en Jesús, 22 que en cuanto a la anterior manera de vivir, ustedes se despojen del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, 23 y que sean renovados en el espíritu de su mente, 24 y se vistan del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad.

25 Por tanto, dejando a un lado la falsedad, hablen verdad cada cual con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros. 26 Enójense, pero no pequen; no se ponga el sol sobre su enojo, 27 ni den oportunidad al diablo.

28 El que roba, no robe más, sino más bien que trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, a fin de que tenga qué compartir con el que tiene necesidad. 29 No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan.

30 Y no entristezcan al Espíritu Santo de Dios, por el cual fueron sellados para el día de la redención. 31 Sea quitada de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritos, insultos, así como toda malicia. 32 Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo.

Estudio Bíblico Devocional – Reflexión – Explicación – Significado: Efesios 4:29 – Palabras que Edifican

Posiblemente, uno de los pecados más practicados, y menos tenidos en cuenta por los cristianos, es el de hablar con palabras que no contribuyan para la edificación espiritual.

Esto tal vez se dé porque, al no ser un “pecado grave”, como el de robar o el de matar, no les prestamos tanta importancia y, muchas veces, hasta lo disfrazamos o nos excusamos, y con esto nos quedamos tranquilos, acallando así nuestras conciencias.

Sin embargo, aquel que usualmente cuenta chismes (tanto dentro como fuera de la Iglesia) o, quien hace algún comentario subido de tono, no suele darse cuenta de que eso sea un pecado, o tal vez, por haberlo cometido tantas veces, finalmente lo practica “impunemente”, como si no fuera lo que es, un pecado.

Normalmente, muchos cristianos suponen que, si no dicen una mala palabra o, si no hablan de manera bulgar, o agresivamente, entonces, sus palabras no representan ningún inconveniente en el campo espiritual.

Al final y al cabo, piensan muchos, lo que hacemos es hablar según la cultura de nuestros países. En esta circunstancia, las palabras son solo palabras y, lo que las hace buenas o malas es la intención con las que la digamos. Por ende, si no tenemos mala intención, entonces ya no son malas palabras.

¿Has oído excusas similares por ahí? Lo mismo sucede con el chisme. El cual es cometido, incluso dentro de las iglesias, pero claro, para que no suene como tal, se lo disfraza como un “motivo de oración”. ¿Nunca te dijeron un chisme, y al final, quien te lo contó te dijo: “te lo cuento sólo para que ores…”.

¿Será por todo esto que Santiago dedicó doce versículos, en el capítulo tres de su carta, para hablar tan solo sobre la lengua? Te recomiendo buscar y leer este texto, en el cual, entre otras muchas cosas, dice:

7 Porque toda clase de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el ser humano, 8 pero ningún hombre puede domar la lengua. Es un mal turbulento y lleno de veneno mortal.

Santiago 3.7-8

Siendo que esto es una realidad para cada uno de nosotros, lamentablemente debemos confesar que todos pecamos por medio de nuestra lengua, ya sea que nos demos cuenta o no. Y no necesariamente por hablar con malas palabras, o por agredir verbalmente, sino también por hablar lo que no corresponde.

Al mirar el contexto de nuestro versículo, vemos que el apóstol Pablo viene hablando sobre la nueva vida que debemos vivir en Cristo Jesús y, entre otras cosas, lo que debe cambiar junto con el resto de nuestra vieja vida, es la forma en la que hablamos y el contenido de nuestras palabras.

En este texto, el apóstol habla sobre palabras corruptas (o corrompidas, según traduce la versión RVR95; o conversaciones obsenas (NVI); o sencillamente, malas palabras (TLA). ¡Nada de esto debería salir de nuestras bocas!

Pero más allá de hablar sobre el tipo de palabras que pronunciamos, el apóstol también nos pide que lo que salga de nuestra boca sea de edificación espiritual.

Se entiende que la edificación de la cual se habla es epiritual, porque el apóstol les habla a personas que ahora viven una nueva vida en Cristo, una vida con un propósito claro, el de representar el Reino de Dios en la tierra.

Si así no fuera, cómo pués pediría a sus lectores: “No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan“.

Para concluir, la frase: “imparta gracia a los que escuchan“, también se puede traducir como: “sean de bendición para quienes escuchan“, como la traduce la versión NVI.

Esto implica que nuestras palabras deben ser de bendición en todo lugar. Pablo no está diciendo todo esto como una norma a ser cumplida únicamente dentro de la Iglesia, sino en cada ámbito de nuestra vida, en cada lugar en donde estemos.

Tengamos a bien entonces, entregar nuestra lengua a Dios de tal manera de ser de bendición para todo aquel que nos escucha.

Comprendamos bien las palabras de Jesús: “de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6.45). Llenemos nuestro corazón de la palabra de Dios, y busquemos la gloria de nuestro Señor cada día.

Sepamos que si en todo tiempo estuviéramos pensando en el Reino de Dios, como verdaderos embajadores de Cristo que somos, entonces, nuestras metas serían la de proclamar el Reino, la de mostrar la gracia en la cual vivimos, y la de manifestar a Jesús en nuestros actos, actitudes y palabras.

Esto es lo que Pablo tiene en mente, de esto habla en este capítulo, esto es lo que él pretende al pedirnos:

“sean renovados en el espíritu de su mente, 24 y se vistan del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad”.

Efesios 4.23-24

Él nos llama a considerar que somos nuevas criaturas, creados en Cristo Jesús para buenas obras y para la alabanza de Su nombre (2 Corintios 5.17; Efesios 2.10; Efesios 1.13-14).

Nuestra lengua debería cumplir con dicho propósito, y si no está siendo así, es hora de entregarnos completamente a Dios para que podamos lograrlo. Nuestras bocas deben hablar Palabras que Edifican.

¿Estás de acuerdo? ¿Será que este texto te llama a la reflexión, a considerar cómo te estás manejando en esta área de tu vida? ¡Dios quiera que así sea!

Oración

Padre celestial, en el nombre de Jesús queremos pedirte que sigas transformando nuestra mente y corazón, que nos ayudes a dar testimonio con nuestros actos, y también a través de nuestra boca.

Ayúdanos a controlar nuestra lengua, a hablar siempre como verdaderos creyentes con las palabras justas, palabras que edifican a todo aquel que nos escuche.

Para esto también te pedimos ayuda, para controlar nuestro tempermento, para cambiar nuestros malos hábitos, nuestras constumbres que no te dan gloria.

Esperamos ser de bendición Señor, y necesitamos mucho de tu ayuda para eso. Nos entregamos a ti, te damos toda gloria y todo honor, rendimos nuestras vidas a tus pies, hacemos todo esto en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, amén.

Efesios 4:29: Palabras que Edifican

Efesios 4:29: Palabras que Edifican
Efesios 4:29 – Palabras que Edifican


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Que son explicaciones y estudios exegéticos del texto de distintos libros de la Biblia, pero con una mirada más devocional que técnica.

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Estamos a tu disposición hasta donde nos sea posible, esperamos poder ser útiles para tu vida espiritual. ¡Dios te bendiga en todo!

Notas

  • Las citas bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 byThe Lockman Foundation.
  • La imagen de portada corresponde a un trabajo de Gracia y Vida, utilizando una imagen de Foto de Pixabay.

Efesios 4:29 – Palabras que Edifican

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