1 Pedro 1:8-9 Lo aman a pesar de no haberlo visto
Comentario Bíblico Devocional
La presente es una porción del Comentario Bíblico sobre la epístola de 1 Pedro, publicado por Gracia y Vida. El mismo pretende ayudar a los lectores en la interpretación y en la aplicación de las escrituras a sus vidas; teniendo además como objetivo que la lectura sea fluida y de fácil interpretación.
Con dicho objetivo en mente, y a fin de entender los distintos versículos de la manera más apropiada, nos ayudaremos con un análisis del contexto histórico y también con las herramientas hermenéuticas necesarias para llegar a una correcta interpretación; pero todo esto sin entrar en largas discusiones, ni en detalles demasiado técnicos.
Sin más, y primero que cualquier otra cosa, le invitamos a leer atentamente el texto y orar para que el Señor lo llene de su sabiduría, sin lugar a dudas será Él la gran fuente de toda comprensión y entendimiento. Hecho ésto, ahora sí comencemos con el estudio de los textos que nos convocan, leamos:
El texto: 1 Pedro 1:8-9
8Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y, aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, 9pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación.
1 Pedro 1:8-9 – NIV
Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto
El apóstol reconoce que sus lectores están en cierta desventaja frente a él mismo. Ellos no han podido ver a Jesús así como Pedro lo hizo, tampoco han escuchado sus palabras, ni han visto sus milagros; pero aún así lo aman y creen en Él.
Esto es algo maravilloso que solo la fe nos puede brindar. Pedro aquí reconoce esta virtud en los destinatarios de su carta; y por el modo de expresar sus palabras, se puede ver que él mismo se regocija junto con ellos.
Conocer a Jesucristo por medio de la fe, es un regalo de parte de Dios que nos llena de alegría y de gozo. De no ser por la fe sería imposible poder creer en Él; es por esto que el mismo Jesús le dijo a Tomás, uno de sus discípulos:
Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron. (Juan 20:29 – LBLA).
Tomás no creyó sin antes verle; pero al encontrarse con Jesús, no le quedaron dudas. Ésta es una oportunidad que ninguno de nosotros tendrá hoy día, ni tampoco la tuvieron los hermanos a quienes Pedro les escribía. Pero lo que sí tenemos es la fe que Dios nos regala.
La Fe es una herramienta de parte de Dios
La fe es entonces, el único medio para conocer a Jesús hoy en día. Él mismo sabía que este tiempo llegaría. Es más, sabiendo esto, oró por los que habrían de creer en el futuro, aún sin poder verle (ver Juan 17:20).
Por eso llamó bienaventurados a quienes habrían de existir luego de su partida; a todas esas millones de personas quienes confiaríamos en Él y le amaríamos a pesar de no haberle visto nunca.
¿No es esto mismo lo que nos sucede a usted y a mí hoy, tener fe y confiar, aún sin verle con nuestra vista natural?
Por fe tenemos certeza en nuestros corazones, sabemos en quién hemos creído y vivimos en una relación plena con Dios a través del Espíritu Santo.
Sabemos que es real porque lo percibimos cuando se manifiesta en nuestras vidas, porque podemos sentir su presencia, y porque tenemos una relación espiritual con Él. Por eso también nosotros podemos decir lo que Pablo cuando dijo:
porque por fe andamos, no por vista (2 Corintios 5:7 – RVR1960)
El escritor de Hebreos, hablando de la fe de Moisés, a quien nombra como uno de los padres de la fe, dice:
Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. (Hebreos 11:27 – NVI)
Es muy cierto que nuestra vista natural no nos sirve para verlo; pero nuestra percepción de su presencia, la conciencia que tenemos de su obrar en nuestras vidas, y la fe que Dios nos regala, nos resultan más que suficientes para creer sin tener que ver físicamente a nuestro Señor (ver 2 Corintios 4:18).
¿Le sucede esto mismo también a usted? ¡Espero que sí!
1 Pedro 1:8-9 Lo aman a pesar de no haberlo visto
No lo ven ahora
Nuestra fe “a siegas” no será para siempre. Aguardamos la manifestación de Jesucristo (1 Pedro 1:7), ya que sabemos que entonces le veremos cara a cara. Como dice el apóstol Pablo:
Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido. (1 Corintios 13:12 – LBLA).
Y no solo le veremos, sino que además disfrutaremos con Él muchas cosas más, como por ejemplo, la cena del Señor (Mateo 26:29). Esperemos por tanto con fe, sabiendo que todas sus promesas son verdaderas y se cumplen. ¡Ya pronto le veremos!
1 Pedro 1:8-9 Lo aman a pesar de no haberlo visto
Creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso
Nuestro gozo es tan grande que no es posible expresarlo con palabras. Esto es lo que quiere decir el apóstol cuando lo llama indescriptible. Es tan grande que incluso es imposible de entenderlo plenamente hoy; aunque sabemos que lo haremos en la eternidad, estando a Su lado.
Pedro no sólo dice que es indescriptible, sino que además es glorioso. Y lo es dado que no proviene de nosotros, sino que es otro regalo que Dios nos da. Es también glorioso en virtud de lo que será en la eternidad, ya que el que hoy tenemos es solo una muestra de lo que será en aquel tiempo.
Pero la gloria de este gozo tiene muchas más razones de ser. Debemos saber que es el Espíritu Santo quien nos llena de este gozo; el cual también es un don de Dios para sus hijos, a quienes nos lo da como parte del “combo” de la salvación. Veamos esto mismo en los siguientes pasajes de Pablo:
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad (Gálatas 5:22 – LBLA)
Y en otro lado:
Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo. (Romanos 14:17 – LBLA)
O sea que el gozo, además de ser un componente del fruto del Espíritu, también es parte de lo que recibimos los cristianos cuando ingresamos al reino de Dios.
Entonces, habiendo nacido a una esperanza viva (1 Pedro 1:3), y sabiendo a qué fuimos llamados, y cuál será nuestro destino; naturalmente vivimos (o deberíamos vivir) llenos de este gozo que Dios nos da.
Alegría vs Gozo
Algo que posiblemente sea útil aclarar es que gozo y alegría no son la misma cosa. Una persona que está contenta tiene un sentimiento de alegría; lo cual es un estado de ánimo en un momento, y en una circunstancia determinados.
Pero el gozo no es un sentimiento momentáneo sino un estado de paz (que debería ser permanente), sea cual fuere la circunstancia que nos toque atravesar. No es alegría, sino tranquilidad en medio de la tormenta.
Digo que debería ser permanente ya que depende de nuestra comunión con Dios, la cual en última instancia, depende más de nosotros que de Él; ya que quienes decidimos acercarnos o alejarnos de Él somos nosotros, mientras que Él ya hizo todo lo necesario para acercarse a nosotros.
El gozo entonces, no puede venir de los seres humanos, quienes nos alteramos cuando perdemos el control de las situaciones; sino que viene de Dios (Salmos 16:11; Juan 16:24; Romanos 15:13), que es quién verdaderamente está al control de todas las cosas.
Este gozo, tal como la paz que nos da el Señor, es entonces algo de lo cual disfrutamos en el presente; siempre y cuando tengamos una real comunión con Él y se las pidamos en oración.
El gozo en la eternidad
Más allá de nuestra vida presente, disfrutaremos de él en mayor medida en el tiempo de la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Como Él mismo dijera en la siguiente parábola, el resultado de toda una vida de obediencia a Dios es:
Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. (Mateo 25:21 – RVR1960)
Por otro lado, el autor de la carta a los Hebreos, al exhortarnos a seguir firmes en la fe, nos dice que, a pesar de las dificultades que se nos presenten, debemos tener en cuenta el ejemplo de Jesucristo:
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de El soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. (Hebreos 12:2 – LBLA)
La enseñanza es que aunque la cruz trajo sufrimiento a la vida de Jesús, Él la tomó con valor, sabiendo que el gozo que le esperaba sería mayor.
Así es también en nuestras vidas. Nos espera un gran gozo y una gran alegría en la presencia de Dios. Así que, por el momento y hasta que aquello llegue, sigamos el consejo de Pablo a los Corintios:
16Por eso no nos desanimamos. Pues aunque por fuera nos vamos deteriorando, por dentro nos renovamos día a día. 17Lo que sufrimos en esta vida es cosa ligera, que pronto pasa; pero nos trae como resultado una gloria eterna mucho más grande y abundante. 18Porque no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las que no se ven son eternas. (2 Corintios 4:16-18 – DHH).
1 Pedro 1:8-9 Lo aman a pesar de no haberlo visto
La meta de su fe
¿Para qué sirve nuestra fe? ¿A qué, o hacia dónde nos lleva?
La fe no sólo es una herramienta que nos ayuda en nuestra vida presente para acercarnos a Dios, sino que constituye el pasaporte que nos dará la entrada al reino de los cielos.
La fe nos conduce a la salvación. Es la llave para iniciar una nueva vida en el espíritu, nos permite aferrarnos a la esperanza, y nos brinda certeza. Pablo lo explica mucho mejor cuando dice:
Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1 – LBLA)
Los siguientes textos nos ayudarán a ver que, por la fe Cristo habita en nuestros corazones (Efesios 3:16 y 17); que gracias a ella, somos adoptados por Dios (Gálatas 3:26-27); que por ella obtenemos vida en el espíritu (Juan 5:24; Romanos 1:17); y la salvación de nuestras almas (1 Pedro 1.9).
Es más, la fe nos da acceso a la vida eterna (Juan 11:25-26; 1 Juan 5:13), es el requisito para ver la gloria de Dios (Juan 11:40); y nos propicia una vida de victoria sobre el mundo (1 Juan 5:4; Gálatas 2:20).
Además, la fe es una herramienta que utilizamos cuando oramos (Marcos 11:24), y un verdadero requisito para la oración (Santiago 1:6). También es la base para nuestra vida espiritual (2 Corintios 5:7); y la prueba de la misma nos ayuda para incrementar nuestra madurez espiritual (Santiago 1:3).
En verdad podríamos seguir mencionando una enormidad de cosas más relacionadas y propiciadas por la fe; pero lo dejaremos para algún otro estudio. En vez de eso, lo que veremos aquí es lo que el apóstol Pedro entiende que es su propósito fundamental:
La salvación de vuestras almas
Con este punto Pedro cierra la idea que viene desarrollando desde el principio del capítulo. Todo lo que les ha venido diciendo a los destinatarios de su epístola, tiene que ver con la salvación que Dios ha preparado para cada uno de sus hijos.
La herencia de la cual hablaba, el nuevo nacimiento, la esperanza viva, y muchas otras cosas mencionadas, no son más que partes componentes de este mismo plan de Dios; en el cual todos estamos incluidos, y al cual, Él nos llama a incorporarnos.
Éste, dice Pedro, es el plan de Dios para nosotros: “Que seamos salvos”.
Y junto con la salvación nos llegan como regalo: Que ya no seamos condenados por nuestros pecados, y que ya no sigamos alejados de Dios. Es decir, que nazcamos a una nueva vida espiritual, la cual experimentamos desde el momento mismo de tal acontecimiento, y hasta la eternidad.
¿Estás seguro de tener esa vida eterna?
De no ser así, entrégale tu vida a Dios, arrepiéntete de todos tus pecados y comienza una nueva vida en Cristo Jesús. Si no estás seguro de cómo hacerlo, sin dudar comunícate conmigo e intentaré serte de utilidad en todo lo que me sea posible. Dios te bendiga mucho.
1 Pedro 1:8-9 Lo aman a pesar de no haberlo visto
Le invito a seguir leyendo el comentario de este apasionante libro de 1ª Pedro a través de los siguientes links:
Nota:
Todas las Citas Bíblicas identificadas con LBLA fueron tomadas con permiso de LBLA – http://www.lbla.com
Las identificadas como NVI, fueron tomadas de:
Escritura de la Santa Biblia, NEW INTERNATIONAL VERSION®, NIV® Copyright © 1973, 1978, 1984, 2011 por Biblica, Inc.® Usado con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.
Las identificadas como RVR1960, fueron tomadas de:
la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.
Y las identificadas como DHH, fueron tomadas de:
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
8 respuestas a «1 Pedro 1:8-9 Lo aman a pesar de no haberlo visto»
Exelente información Dios le bendiga.
¡Muchísimas gracias! ¡Dios la Bendiga mucho!
estoy conociendo del evangelio y me llama la tencion elpasaje de pedro 1:5-9
como puedo identificar en estos versiculos que promesas o esperanzas hay para mi
y de igaul manera como puedo identificar los atributos d de Dios. especificamente en estos versivulos
soy nueva en esto, estoy llevando un estudio, pero no logri identificarlo
Hola María, tu pregunta parecería ser de algún cuestionario o tarea que tal vez estés haciendo. Si es así no sería adecuado que te demos la respuesta, deberías pensarla por ti misma, pero, por si no lo es, nosotros entendemos lo siguiente:
– No hay promesas de Dios en este pasaje. Lo que sí hay son afirmaciones sobre verdades espirituales (aplicables a cada hija/o de Dios) tales como: “ustedes son protegidos por el poder de Dios”; “la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo”; “obteniendo, como resultado de su fe, la salvación de sus almas”; etc., etc.
– No se mencionan atributos de Dios en este pasaje.
Esperamos que te sirva nuestra respuesta. La única aclaración que queremos hacerte es que es solo nuestra opinión, según nuestro humilde entendimiento. Quien tiene la verdad absoluta es el Espíritu Santo, es Él quien te llevará a toda verdad. Habla con Él, lee el texto y el contexto una y otra vez, utiliza varias versiones. Dios te revelará lo que necesites saber.
¡Dios te bendiga mucho!
Saludos me gustaria comunicarme directamente con ustedes y no visible por aqui. Hay alguna manera algun correo electronico. para yo tener comunicacion directa.
Hola Minerva, le respondimos en privado. Dios le Bendiga!!
Excelente estudio muy instructivo para el conocimiento de ser humano en la palabra de Dios 🙂
Muchas gracias Mireya, Dios la bendiga mucho!