A través de este estudio te invitamos a reflexionar en la historia de la sanidad del hombre de la mano seca. Entre otros temas hablaremos sobre el poder, la autoridad y las metas de Jesús, sobre la fe de aquel hombre y sobre la situación de aquellos que se oponían al evangelio.
Más allá de todo esto, veremos algunos conceptos básicos, el mapa de Israel en tiempos de Jesús y también hablaremos, muy brevemente, de cuestiones culturales para poder ubicarnos mejor en la historia.
Por otro lado, para el maestro(a)/líder daremos distintos tips y diferentes ayudas que le permitan transmitir mejor este estudio a su grupo/clase, junto con preguntas con sus respectivas respuestas.
Otra vez entró Jesús en una sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca. 2 Y lo observaban para ver si lo sanaba en el día de reposo, para poder acusar a Jesús. 3 Y Jesús le dijo al hombre que tenía la mano seca: «Levántate y ponte aquí en medio».
4 Entonces Jesús dijo a los otros: «¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar?». Pero ellos guardaban silencio. 5 Y mirando con enojo a los que lo rodeaban, y entristecido por la dureza de sus corazones, le dijo al hombre: «Extiende tu mano». Y él la extendió, y su mano quedó sana. 6 Pero cuando los fariseos salieron, enseguida comenzaron a tramar con los herodianos en contra de Jesús, para ver cómo lo podrían destruir.
Marcos 3.1-6 – Lucas 6.6-11 – Mateo 12.9-14
Por medio de esta clase podremos observar a Jesús actuando en medio de un público hostil. Esto nos permitirá realizar una serie de observaciones que nos llevarán a entender cómo era el obrar de nuestro Señor y cuáles eran sus objetivos (más allá del beneficio otorgado al receptor del mismo).
A través de todo el estudio también iremos introduciendo distintos datos que ayuden a nuestros hermanos a comprender un poco mejor la cultura en la cual se movía Jesús, es decir, el contexto cultural, religioso, socio-político y geográfico (con datos simples y sin permitir que el mismo se vuelva técnico, aburrido y/o difícil de digerir).
Por último lo más importante: Lo que buscamos a través de la clase es que el estudiante pueda hallar un poco más de luz acerca de su Salvador, que logre conocerle un poco más. No nos interesa exponer grandes principios teológicos ni detalles intrincados y difíciles, sino que nuestra clase lo acerque un poco más a su Señor.
Cuanto más se acerquen a Él, más cerca estaremos de cumplir nuestro objetivo. Por eso, aunque daremos información, no será lo más importante, aunque mostraremos el mapa, no nos detendremos mucho en él. Lo importante es que al ver un poco más de cerca a nuestro Señor, logren conocerle, amarle y entregarse más y más a Él. ¡Ese es el objetivo!
Que vean cuánto sabemos, que utilicemos palabras difíciles, que nombremos raíces de palabras en griego o arameo, eso solo hará que la clase fije su vista en nosotros, nuestro trabajo es todo lo contrario: Que lo miren a Él sin importar en lo más mínimo nuestra persona. Si puedes hacer esto, lo habrás logrado sobradamente.
Esta clase será más que sencilla y muy lineal: Lectura, preguntas y respuestas.
Cada pregunta irá llevando a la clase a ver y entender mejor el contexto, el texto, y más importante que todo, al maravilloso amor de nuestro Señor.
Te proponemos entonces que, luego de la oración inicial y la lectura del texto propuesto (en este caso el de Marcos – elige el que prefieras), comencemos con las preguntas y vayamos elaborando la clase a partir de las mismas.
Veamos por el momento todas las preguntas juntas, y luego, más abajo, las iremos respondiendo una a una.
Nota: Estas son las preguntas propuestas, es más que lógico que la persona que se encargue de enseñar/llevar adelante el estudio tiene absoluta libertad para agregar y/o quitar las que considere necesarias. Esto dependerá mucho del conocimiento previo de los participantes del grupo, y de la orientación que el/la líder le desee dar al mismo.
Si bien ninguno de los relatos de esta historia nos dicen cuál fue la ubicación geográfica exacta de la misma, lo cierto es que ocurrió en Galilea, muy posiblemente en las cercanías de Capernaún (o Cafarnaún, como la nombran algunas versiones).
No faltará en el grupo alguien que se maree con esta pregunta. Siempre es bueno ir dando datos que ayuden a nuestros “alumnos” a comprender mejor la tierra, la cultura y distintas cuestiones de la vida del Señor.
Con el tiempo, las diferentes aclaraciones crearán una base de conocimiento que ampliará la comprensión de cada persona que participe de nuestras clases. Es por eso que no hay necesidad de enseñar todo junto, todo de golpe, sino de a poco.
Eso hará que la clase se enriquezca, pero que no se aburra con múltiples datos. Al mismo tiempo, no hay necesidad de dedicar mucho tiempo en ello, aclaraciones simples y cortas serán preferibles a las complicadas y extensas.
De a poco, con tiempo y pensando en lo importante, que es la enseñanza principal, el objetivo de cada estudio.
Existía solo un Templo judío, el cual estaba en Jerusalén, y en contraste, habían muchísimas sinagogas. Las mismas se encontraban en cada lugar en donde vivieran cierto número de judíos. Es por eso que había cientos de ellas y tanto Jesús como después Pablo predicaron en ellas.
¿Tú qué opinas? Hagamos algunas preguntas más al respecto, las cuales tal vez nos ayuden a entender por qué lo hizo:
¿Tienes miedo de lo que otros piensen de ti? ¿Te avergüenza predicar el evangelio?
Jesús demostró con hechos en muchas oportunidades que le importaban las personas en su totalidad, y no solo el área espiritual. Uno de los ejemplos más conocidos al respecto es la multiplicación de panes y peces.
Sin embargo, en el mientras tanto, no nos preocupamos por ellos, no oramos por sus vidas, no velamos por su fortaleza espiritual. No los cuidamos. Pero eso sí, siempre pretendemos que estén fuertes, que nos oigan, que estén ahí para nosotros, pero que se cuiden solos… ¿Es justo?
¡No es así como debería ser! ¿Cierto?
Jesús le pidió que levantara su mano e hizo su esfuerzo. Esa es la demostración de la fe del mismo. Él sabía que Jesús podía hacer milagros, por lo tanto, aquel hombre confió y obedeció.
Algunas preguntas para nosotros pudieran ser:
¿Cómo explicamos esta historia de manera sencilla?
¿Qué ejemplos de nuestra vida cotidiana podrían reflejar una fe similar a la del hombre con la mano lisiada?
¿Vivimos nosotros alguna situación similar a la que tuvo que enfrentar Jesús en esta historia? ¿Cómo la resolvimos/enfrentamos?
Preguntar y dejar que respondan. Esto es aplicable a todas las preguntas. Es preferible que la persona responda y se equivoque, a que guarde silencio y se quede con la duda.
A menudo sucede que quien interpreta mal algún concepto se va de la clase creyendo que comprendió todo correctamente, pero si no hablamos sobre el tema, no sabemos qué es lo que entendieron…
En verdad, cuando el clima es distendido y todos sienten libertad para expresarse, toda la clase crece, desde el más pequeño hasta el más grande.
Quien participa en la clase debería poder pensar: “¿Y qué si me equivoco? ¡No pasa nada! Nadie se ríe, nadie me hace sentir mal. Es por eso que me siento cómoda/o y siento que soy parte de la clase”.
En el siguiente link puedes ver más consejos prácticos para maestros de la biblia.
Hasta aquí ha llegado este estudio, esperamos que haya sido de ayuda, pero también de bendición para tu vida. No dudes en escribirnos si te queda alguna duda, intentaremos ser de ayuda en todo lo que nos sea posible.
¡Dios te bendiga mucho!
Nos encantaría que nos dejes tu comentario