Qué es la oración
Tabla de Contenidos
Definición – Explicación – Significado
Orar no es otra cosa que hablar con Dios
Esa es la definición más sencilla que podrás encontrar y, en verdad, no necesitas mayor definición o explicación que esa.
A la hora de orar, simplemente habla con Dios como si lo hicieras con un amigo, con alguien muy querido, sabiendo que te escuchará y que estará allí presente contigo, aún si no puedes verle ni sentir Su presencia.
Por otro lado, por si te preguntaras si le importas o no. La Biblia es muy clara al respecto, y no hay mejor noticia que podamos tener que esta:
Dios está interesado en lo que nos sucede.
Él está pendiente de nuestras oraciones ya que le importan nuestros sentimientos, metas, anhelos y deseos. Es más, Él ya sabe bien qué necesitamos.
Vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis
Mateo 6.8 – LBLA
Pero aún sabiendo lo que necesitamos espera que se lo pidamos. Él espera que pongamos en acción nuestra fe a través de la oración.
Ese es el sentido de la oración. Al hacerlo, estamos reconociendo que lo necesitamos, que dependemos de Él, que ocupa una parte importante en nuestras vidas.
No es que no pueda obrar o que no quiera hacerlo en ausencia de nuestras oraciones, pero la oración es una herramienta que le demuestra que en verdad confiamos y que esperamos en Él.
Dios espera nuestra oración y claramente nos dice:
“Clama a mí, y yo te responderé y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces.”
Jeremías 33.3 – LBLA
Ahora, esta promesa no implica que Él sea como ese genio de la lámpara de los cuentos de nuestra infancia; no implica que esté dispuesto a realizar o brindarnos cualquier cosa que le pidamos, o capricho que tengamos por el solo hecho de que se lo pidamos.
Como toda persona, Dios también tiene sentimientos, metas y propósitos. Y, obviamente, nosotros estamos incluidos en ellos. Por eso nos dice:
17orad sin cesar;18dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5.17-18
Ahora, tal vez te estés preguntando:
¿Cómo sé que mis oraciones van a ser respondidas?
La Biblia nos da claros indicios sobre lo que Dios espera de nosotros y también cómo quiere que nos manejemos con el tema de la oración, un ejemplo de esto último podría enontrarse en Mateo 6.5-8; Romanos 12.12; Colosenses 4.2; Santiago 1.6 y 5.16; etc.
Para ejemplificar más este punto les invito a leer el siguiente texto:
22Y Jesús respondió, diciéndoles: Tened fe en Dios.
23En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le seráconcedido.24Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed queya lashabéis recibido, y os seránconcedidas.
25Y cuando estéis orando, perdonad si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestras transgresiones.26Pero si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos perdonará vuestras transgresiones.
Marcos 11.22-26 – LBLA
Por lo que vemos Jesús nos habla del valor de la fe y de la necesidad de tener limpios nuestros corazones, lo cual nos lleva a tener comunión con Dios. Todo esto es muy necesario a la hora de acercarnos a Dios en oración, pero no es lo único. Veamos ahora el siguiente texto:
Y, cuando piden, no reciban porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.
La Biblia, Santiago 4.3 – NVI
Este versículo nos muestra que la intención de nuestro corazón es algo importante a la hora de esperar una respuesta de parte de Dios; ya que Él no estará de acuerdo con peticiones que nazcan del ego, la avaricia, o la maldad.
En mi país hay un dicho: “Lo que viene fácil, fácil se va”, seguramente conoces alguna versión similar. Dios está pensando mucho más en lo trascendente, en lo eterno; eso sí tiene un mayor valor para Él y no tanto las cosas superfluas en las que tal vez nuestras mentes puedan obsesionarse.
Esto no implica que Dios no responda a peticiones terrenales o materiales que le requieran sus hijos, es todo lo contrario. Por eso mismo el apóstol Pablo nos dice:
6No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.7Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4.6-7 – NVI
Es por esto que nunca debemos dejar de orar, nunca deben agotarse nuestras esperanzas y nunca debemos darnos por vencidos ante oraciones que no tienen rápida respuesta. Siempre recordemos lo siguiente:
17 Justo es el Señor en todos sus caminos,
Salmo 145.17-20 – LBLA
y bondadoso en todos sus hechos.
18 El Señor está cerca de todos los que le invocan,
de todos los que le invocan en verdad.
19 Cumplirá el deseo de los que le temen,
también escuchará su clamor y los salvará.
20 El Señor guarda a todos los que le aman,
Él se preocupa en nuestro bienestar en forma integral, en cada cosa que nos pase y en cada necesidad que tengamos. Pero a veces la carencia de respuesta inmediata es también un medio para que nuestra fe se fortalezca.
Otra cosa a tener en cuenta es que:
Dios responde las peticiones de sus hijos cuando están en línea con su voluntad.
Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye.
1 Juan 5:14 – LBLA
Esto solo puede lograrse estando en comunión con Él.
¿Ves entonces que si bien el hecho de que hacer una oración sea algo sencillo, la consecución de resultados no siempre nos resulta tan obvio? Todavía deberíamos agregar aquí que la voluntad y el plan de Dios cumplen un rol preponderante a la hora de recibir lo que pedimos.
Pero a pesar de ello, sus hijos siempre estamos confiados y no dejamos de hablar con Dios y contarle lo que nos sucede, lo que sentimos y lo que anhelamos. Esto es porque Dios es un Padre para nosotros, quien se goza en ayudarnos y bendecirnos.
Que sigamos orando no siempre depende de los resultados a corto plazo, ya que sabemos que Dios tiene tiempos muy diferentes a los nuestros, pero aún así confiamos. Por esto mismo espero que también tu logres esta confianza y este nivel de comunión con Dios, a través del cual conocerás su amor y su poder manifestados en tu vida.
Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.
Hebreos 4.16 – LBLA
Lo último que me queda por decir por ahora es que:
Dios es bueno, por lo tanto, háblale con confianza.
Hay muchísimas cosas más para hablar sobre este muy importante tema. Si gustas, puedes leer más en los siguientes links:
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¡Dios te bendiga!
Qué es la oración
Nota:
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Las identificadas como NVI, fueron tomadas de:
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