





Como cristianos tenemos una certeza: Nuestro Dios es un Dios de imposibles. Uno de los simbolismos de la bocina del cuerno de carnero es “fuerza y unidad”. Sólo si permanecemos unidos a nuestro Dios podremos ver que no hay muralla que Él no pueda derribar. Oremos para poder seguir creciendo en nuestra fe y en nuestra confianza en Él; y también, oremos para crecer en nuestra comunión con Dios, y con cada hermano de la Iglesia.
Jericó estaba muy bien cerrada por miedo a los israelitas. Nadie salía ni entraba. 2 Pero el Señor dijo a Josué: «Mira, he entregado en tu mano a Jericó, y a su rey con sus valientes guerreros. 3 Ustedes marcharán alrededor de la ciudad, todos los hombres de guerra rodeando la ciudad una vez. Así lo harás por seis días.
4 »Siete sacerdotes llevarán siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca. Al séptimo día ustedes marcharán alrededor de la ciudad siete veces, y los sacerdotes tocarán las trompetas. 5 Y sucederá que cuando toquen un sonido prolongado con el cuerno de carnero, y ustedes oigan el sonido de la trompeta, todo el pueblo gritará a gran voz, y la muralla de la ciudad se vendrá abajo. Entonces el pueblo subirá, cada hombre derecho hacia adelante».
6 Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes, y les dijo: «Tomen el arca del pacto, y que siete sacerdotes lleven siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca del Señor». 7 Entonces dijo[c] al pueblo: «Pasen, y marchen alrededor de la ciudad, y que los hombres armados vayan delante del arca del Señor».
8 Después que Josué había hablado al pueblo, los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuerno de carnero delante del Señor, se adelantaron y tocaron las trompetas. Y el arca del pacto del Señor los seguía. 9 Los hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas, y la retaguardia iba detrás del arca, mientras ellos continuaban tocando las trompetas.
10 Pero Josué dio órdenes al pueblo: «No gritarán ni dejarán oír su voz, ni saldrá palabra de su boca, hasta el día que yo les diga: “¡Griten!”. Entonces gritarán». 11 Así hizo que el arca del Señor fuera alrededor de la ciudad, rodeándola una vez. Entonces volvieron al campamento, y pasaron la noche en el campamento.
12 Josué se levantó muy de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca del Señor. 13 Los siete sacerdotes llevando las siete trompetas de cuerno de carnero iban delante del arca del Señor, andando continuamente y tocando las trompetas. Los hombres armados iban delante de ellos y la retaguardia iba detrás del arca del Señor mientras ellos seguían tocando las trompetas. 14 Así que el segundo día marcharon una vez alrededor de la ciudad y volvieron al campamento. Así lo hicieron por seis días.
15 Entonces en el séptimo día se levantaron temprano, al despuntar el día, y marcharon alrededor de la ciudad de la misma manera, pero siete veces. Solo aquel día marcharon siete veces alrededor de la ciudad. 16 A la séptima vez, cuando los sacerdotes tocaron las trompetas, Josué dijo al pueblo: «¡Griten! Pues el Señor les ha entregado la ciudad. 17 La ciudad será dedicada al anatema, ella y todo lo que hay en ella pertenece al Señor. Solo Rahab la ramera y todos los que están en su casa vivirán, porque ella escondió a los mensajeros que enviamos. 18 Pero ustedes, tengan mucho cuidado en cuanto a las cosas dedicadas al anatema, no sea que las codicien[f] y tomando de las cosas del anatema, hagan maldito el campamento de Israel y traigan desgracia sobre él. 19 Toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, están consagrados al Señor. Entrarán en el tesoro del Señor».
20 Entonces el pueblo gritó y los sacerdotes tocaron las trompetas; y sucedió que cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, el pueblo gritó a gran voz y la muralla se vino abajo. El pueblo subió a la ciudad, cada hombre derecho hacia adelante, y tomaron la ciudad. (NBLA)