La presente es solo una parte de nuestro Comentario Bíblico Devocional sobre el Evangelio de Juan. En este caso estudiaremos un único versículo, el de Juan 5.23. A este estudio le hemos puesto por nombre: El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió.
En las publicaciones anteriores ya hemos tratado el contexto de este versículo en el cual los líderes judíos, quienes habían buscado a Jesús para interpelarlo por sus acciones, recibieron de Su parte distintas afirmaciones y enseñanzas que ellos no podían creer ni aceptar. Algunas de las más importantes son las siguientes:
Que Jesús era el Hijo de Dios, una declaración que lo ponía en una posición tal que lo igualaba a Dios el Padre; que Él hacía la voluntad de Dios y todo lo que Su Padre le mostraba; que tenía la autoridad y el poder de resucitar a los muertos; y que el Padre le había concedido la tarea de ser el juez de toda la humanidad.
Éstas son las enseñanzas previas a nuestro versículo actual (5.23), y éste es entonces el contexto del mismo, el cual inició, al principio del capítulo, con la sanidad del paralítico de Betesda (o Betsaida).
Como ves, estos textos están llenos de enseñanzas de gran significado para cada uno de nosotros, los cuales nos ayudan a cimentar y a acrecentar nuestra fe en nuestro Señor Jesucristo. Te invitamos a continuar estudiando la palabra de Dios a través de este estudio.
Índice
Nota: Este índice es para que puedas navegar por el estudio a voluntad, sin embargo, nuestra recomendación es que lo leas de corrido para poder comprender mucho mejor cada parte del Análisis del Texto Bíblico.
Texto bíblico: Juan 5.23
Para que todos honren al Hijo así como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
Introducción
Como ya dijimos, este es un versículo que nos muestra las palabras de Jesús a los líderes religiosos judíos. El mismo está en medio de otros tantos que conforman un mensaje con mucho contenido, y por lo tanto, con muchas enseñanzas para nosotros. Si te es posible, te recomendamos leer todo el capítulo para poder tener una idea más clara sobre el contexto del mismo.
El mensaje de Jesús a estas personas, que estaban tan preocupadas por el cumplimiento de la ley, era claro y directo. Jesús no daba vueltas ni hablaba a medias, les dijo las verdades que ellos necesitaban saber acerca de Su persona. Lo hizo más allá de si ellos le creían o no.
Jesús en su discurso les mostró que aunque la Ley era importante, alguien más importante que la misma estaba presente, y que por lo tanto, no podía sujetarse a ella. Jesús estaba por sobre la Ley dada a los hombres, dado que Él era el mismísimo Hijo de Dios. Esa era la esencia de Su respuesta a los líderes religiosos.
Entonces, en medio de muchas revelaciones y declaraciones, y después de mostrar su posición y su tarea, tanto en aquel momento como en el futuro, Jesús les dijo las palabras contenidas en este versículo, las cuales los llamaban a honrarlo a Él así como honraban al Padre. Algo que lógicamente, y según la posición asumida por los mismos, no era posible.
Si las palabras anteriores de Jesús en cuanto a Su posición en relación con Dios habían sido tomadas por blasfemias, las presentes en este versículo seguramente también lo serían; pero por gracia de Dios, no fue así para con todos los oyentes de las mismas, es gracias a eso que hoy nosotros tenemos la posibilidad de conocerle y de adorarle.
Dios siempre tiene un “remanente” que lo oye y que le sigue, una pequeña manada que tiene un gran propósito y una enorme tarea. ¿Serás tú parte de ella?
Te invitamos a ver y a analizar juntos las palabras de nuestro Señor contenidas en este versículo.
Comentario
Nota: Para poder analizar mejor cada parte del texto lo dividimos por frases. Esperamos que de este modo resulte más fácil la comprensión del mismo. Comencemos:
Para que todos honren al Hijo
Según lo ya dicho, Jesús primero hizo un gran milagro, gracias al cual llamó la atención de numerosas personas, y luego, cuando se reunieron frente a Él, comenzó a enseñar muchas cosas referentes a su persona, su posición, su tarea, y a su relación especial con Dios.
Ahora, si bien Jesús no vino a esta Tierra a ser adorado ni servido (Mateo 20.28), sino que despojándose [de toda gloria] se hizo semejante a los hombres (Filipenses 2.5-8), aún así, su posición frente a la humanidad debía ser reconocida, y para que esto ocurriera, era necesario que Él lo enseñe.
Entonces, aunque Jesús era verdaderamente hombre (Juan 1.14; 1 Juan 4.2; 1 Timoteo 2.5; Hebreos 4.14-15), no era alguien más entre nosotros; no era igual en muchos aspectos, y aunque sí es cierto que tenía una naturaleza humana, también es cierto que portaba la naturaleza divina (Juan 1.1, 10.30, 14.7-10; Colosenses 1.9 y 2.9; Hebreos 1.3, etc., etc.).
Era por esto, pero también por su misión de amor, por el sacrificio que haría en breve, y por todo lo que debió hacer para poder cumplir con su misión, que Jesús reclamó honra para sí mismo; aún sabiendo que la mayoría de sus interlocutores no le creían y que se “quemaban” por dentro pensando que Él deshonraba a Dios y que pecaba contra Él.
¡Cuán ciego se puede ser ante la realidad cuando uno se fanatiza con una idea, creencia o pensamiento! El mismísimo Hijo de Dios estaba frente a ellos realizando señales indubitables, y aún así no podían verlo, no podían creer y no podían hacer lo que les era propio, lo que les correspondía como seres humanos, es decir: Honrar a nuestro Señor Jesucristo.
Así como honran al Padre
Por todo lo dicho, se entiende que también Jesús debía ser honrado al igual que era honrado el Padre. Esto es lo que Él decía en el versículo que estamos leyendo. Te proponemos ayudarnos por un momento con el análisis del texto original en griego, hay dos palabras en este texto de gran significado que deberíamos considerar, a saber:
La palabra griega “timaó” la cual se utiliza con el sentido de valorar, de apreciar, de dar la justa honra y el honor exacto que le corresponde a una persona, y la palabra “kathōs”, la cual expresa que a Jesús se lo debe honrar, incluso como, o según como se lo honra al Padre.
Entonces, si nos preguntamos cuánta honra le correspondía al Hijo, la respuesta más apropiada es: Toda la posible. La misma honra que le corresponde al Padre también le corresponde al Hijo.
Por lo tanto, según el razonamiento de Jesucristo, nadie puede honrar verdaderamente al Padre si no honra también a su Hijo Jesucristo. Esto es lo que precisamente dice la parte final de nuestro texto. Analicemos brevemente la misma:
El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
Como decíamos antes, el mensaje principal de Jesús no era: “Adórenme”. Él no buscaba la gloria sino la salvación de la humanidad. Ese había sido su principal objetivo al venir a esta Tierra, y eso no se pone en duda, aún luego de leer este texto.
Tal vez sea bueno recordar que Jesús se negó a recibir la gloria de los hombres al ser tentado por Satanás (Lucas 4.5-8). No era eso lo que más le importaba, pero lo que sí resultaba necesario e importante, era que el pueblo, y luego cada uno de nosotros, comprendiera bien quién era Él verdaderamente. Lo que es cierto no puede ni debe ocultarse.
Como dijera nuestro mismo Señor más adelante, “yo y el Padre uno somos” (Juan 10.30). Y por lo tanto, si se adoraba a uno de ellos, debía (debe y deberá) adorarse también al otro. Ambos son miembros de la Trinidad, comparten la deidad junto con el Espíritu Santo, y por ende, deben ser honrados de la misma manera.
Esto es algo que hizo el mismo Padre y que se muestra en todo el Nuevo Testamento. Pero más allá de eso, esto es algo que todos veremos en su segunda venida. Te proponemos ver muy brevemente qué dice la Biblia al respecto:
La Gloria de Jesús
#- El Padre honró al Hijo con sus palabras, esto lo vemos en el bautismo de Jesús (Lucas 3.21-22), pero también en la transfiguración:
Mateo 17.5
Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: «Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido; oiganlo a Él
#- A pesar que solo tres de sus discípulos pudieron presenciar esto en aquel momento, y aunque también algunos otros la pudieron ver en otros momentos diferentes (Hechos 7.55, Juan 12.41), Jesús oró al Padre para que todos pudiéramos ver su gloria:
Juan 17.24
Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde Yo estoy, para que vean Mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
#- Todo el Nuevo Testamento da cuentas de la gloria de Jesús, El escritor de Hebreos nos dice que:
Hebreos 1.2-4
2 [Dios el Padre] en estos últimos días nos ha hablado por Su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo. 3 Él es el resplandor de Su gloria y la expresión exacta de Su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, el Hijo se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4 siendo mucho mejor que los ángeles, por cuanto ha heredado un nombre más excelente que ellos.
#- Por su parte Pablo nos revela que:
Filipenses 2.9-11
9 Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
#- Y también se nos dice que le veremos con toda Su Gloria en su segunda venida:
Mateo 24.30
Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.
Mateo 16.27
Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de Su Padre con Sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno según su conducta.
Lucas 9.26
Porque el que se avergüence de Mí y de Mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en Su gloria, y la del Padre, y la de los santos ángeles.
Hay muchísimos versículos más que hablan sobre la gloria de Cristo, la deidad de Jesús, y tantas otras razones para honrar a nuestro Señor. Y si bien Él no tenía la meta de que aquellos a quienes les hablaba lo vean como alguien a quien adorar en ese momento, lo cierto es que es digno de toda gloria, honra y honor.
Conclusión
En esta publicación hemos visto muy brevemente el reclamo de Jesús para que se le dé la honra que le corresponde. También hemos visto algunas razones muy válidas para honrarlo y adorarlo nosotros; por otro lado vimos que pensaban los judíos cuando oían sus palabras.
Nuestra conclusión, luego de estudiar este tema, es que Jesús debe ser honrado al igual que el Padre. Esperamos que también tú estés de acuerdo con nosotros al respecto. Honrar a Jesús es reconocerlo como Señor y Salvador, es obedecerlo, es servirlo, y también es amarlo.
Dios nos ayude a honrarlo cada día como es debido, y a dar testimonio de su obra en nuestras vidas. ¿Estás de acuerdo? Tal vez puedas tener una pequeña oración personal en este momento, te animamos a hacerlo.
Por nuestra parte, hasta aquí hemos llegado con esta publicación. Nos despedimos ahora, pero quedamos a disposición por si podemos serte útiles en algo. ¡Que Dios te bendiga mucho y te guíe en el estudio de Su palabra!
Links hacia otros comentarios
- Índice general y presentación del Evangelio de Juan.
- Estudio introductorio sobre el cuarto evangelio (Evangelio de Juan). Te brinda un panorama general del Evangelio.
- Índice de los comentarios del Capítulo 5.
- Estudio anterior: Juan 5.22 – Jesús fue designado para juzgar a la humanidad.
- Siguiente estudio: Juan 5.24 – el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.
Nota
- Todas las citas bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 by The Lockman Foundation.