Versículo Base: Marcos 6.19
Herodías le tenía rencor y deseaba matarlo, pero no podía
Contexto: Marcos 6.19-28
19Herodías le tenía rencor y deseaba matarlo, pero no podía,20porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo mantenía protegido. Cuando le oía se quedaba muy perplejo, pero le gustaba escucharlo.
21Llegó un día oportuno, cuando Herodes, siendo su cumpleaños, ofreció un banquete a sus nobles y comandantes y a los principales de Galilea;22y cuando la hija de Herodías entró y danzó, agradó a Herodes y a los que se sentabana la mesacon él; y el rey dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré».
23Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino».24Ella salió y dijo a su madre: «¿Qué pediré?». «La cabeza de Juan el Bautista», le respondió ella.25Enseguida ella se presentó apresuradamente ante el rey con su petición, diciendo: «Quiero que me des ahora mismo la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja».
26Aunque el rey se puso muy triste, sin embargo a causa desusjuramentos y de los que se sentaban con éla la mesa, no quiso contradecirla.27Al instante el rey envió a un verdugo y le ordenó que trajera la cabeza de Juan. Y él fue y lo decapitó en la cárcel,28y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre.
Reflexión – Meditación – Devocional: El pecado genera más pecado
Esto se aplica para todas las personas, claramente a la mujer del texto bíblico, pero también a los que somos hijos de Dios.
¿Has considerado alguna vez que nadie puede dominar al pecado por medio de sus propias fuerzas?
Cuando nosotros, que conocemos al Señor, decidimos hacer “la vista gorda”, o darnos ciertas “licencias” ante determinados pecados, los mismos se arraigan y generan fortalezas, de manera que cada vez es más difícil erradicarlos.
Esto nos trae mayor debilidad espiritual, daña nuestra conciencia, y aún peor, perjudica nuestra relación con el Espíritu Santo, lo que nos deja aún más débiles y expuestos.
Por eso es que decimos que “El pecado genera más pecado”.
Darnos determinadas licencias no es gratuito para nuestra vida espiritual. ¡Esto es algo que siempre debemos tener presente!
Ahora, ¿qué hacer si por años vinimos permitiéndonos determinados pecados? Tal vez podamos hacer lo siguiente:
- Acercarnos al Señor con sinceridad y determinación.
- Ponernos a cuentas con Él.
- Pedir y tomar Su ayuda.
- Seguir adelante con nuestras batallas, ya sea que venzamos o que, de tanto en tanto, caigamos en algunas de ellas.
Solo una persona que se valga de la ayuda del Espíritu Santo logra vencer su propia naturaleza pecaminosa.
Esa es la base sobre la cual los hijos de Dios podemos tener victoria en nuestra vida espiritual, por medio de nuestro Señor Jesucristo (1 Corintios 15.57).
¡Dios nos ayude en cada una de nuestras batallas!
Oración
Padre Santo, tú sabes sobre mis batallas y conoces mis debilidades. Necesito de tu ayuda, me pongo en tus manos.
Por favor, te pido me perdones por mis pecados, pero también, que me ayudes a poder luchar contra ellos.
Padre, hazme fuerte, necesito la fortaleza que sólo tú puedes darme y la convicción de pecado que me muestre qué hago mal delante de tus ojos.
Quisiera vivir en victoria, en comunión contigo cada día, por favor, dame tu ayuda hoy.
Para ti a gloria, el honor y toda mi vida. Te pido todo esto en el nombre del Señor Jesucristo, amén.
Links
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Devocional diario: El ministerio de Jesús
Devocionales basados en el evangelio de Marcos
Nota
Las citas bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 byThe Lockman Foundation.