Versículo base: Marcos 16.9-10
9 Después de haber resucitado, muy temprano el primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado fuera siete demonios.
10 Y ella fue y se lo comunicó a los que habían estado con Él, que estaban lamentándose y llorando.
Contexto bíblico: Marcos 16.1-11
1 Pasado el día de reposo, María Magdalena, María, la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungir el cuerpo de Jesús.
2 Muy de mañana, el primer día de la semana, llegaron al sepulcro cuando el sol ya había salido. 3 Y se decían unas a otras: «¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?». 4 Cuando levantaron los ojos, vieron que la piedra, aunque era sumamente grande, había sido removida.
5 Entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido con ropaje blanco; y ellas se asustaron. 6 Pero él les dijo: «No se asusten; ustedes buscan a Jesús el Nazareno, el que fue crucificado. Ha resucitado, no está aquí; miren el lugar donde lo pusieron.
7 Pero vayan, digan a Sus discípulos y a Pedro: “Él va delante de ustedes a Galilea; allí lo verán, tal como les dijo”». 8 Y saliendo ellas, huyeron del sepulcro, porque un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas; y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo.
9 Después de haber resucitado, muy temprano el primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado fuera siete demonios.
10 Y ella fue y se lo comunicó a los que habían estado con Él, que estaban lamentándose y llorando.
11 Cuando ellos oyeron que Jesús estaba vivo y que ella lo había visto, se negaron a creerlo.
Reflexión Bíblica – Meditación Cristiana – Devocional Diario: Todos podemos servir a Dios
¿Te imaginas tener siete demonios? ¿Cómo habría sido la vida de esta María Magdalena en aquel momento? Y, ¡cuánto sufrimiento para ella, y para sus seres queridos!
La Biblia no nos cuenta sobre ella en aquel momento, pero lo que sí podemos ver es lo que hizo luego de aquel momento. Después de ser liberada por Jesús.
María Magdalena siempre estuvo para servir al Señor, tanto en Galilea (Lucas 8.1-2), cómo luego en los momentos previos a su muerte, y también después, como en estos versículos que estamos viendo aquí.
Lo bueno de todo esto es lo que leemos en el mismo texto bíblico, que Jesús aceptó sus servicios, aún siendo que ella había sido poseída por siete demonios.
La conclusión lógica para nosotros es que, si aceptó los servicios de María Magdalena, entonces también puede aceptar los nuestros, sin importar lo que hayamos hecho antes de conocerle.
¡Todos podemos servir a nuestro Señor, más allá de nuestro pasado y de cuántos pecados hayamos cometido!
Si has aceptado a Jesús en tu corazón y le has pedido perdón por tus pecados, la sangre de Cristo alcanza para pagar por todos ellos.
Siendo así, Dios es capaz de perdonarte y de aceptarte como a Su hija/o. Y si eso es posible, entonces también lo es que te dé dones y que te llame a Su servicio.
Por tanto, no hay excusas, ni para ti, ni para el resto. Si Cristo te aceptó entonces también los demás deben hacerlo. Ninguno de nosotros tiene derecho de juzgar a otros por su pasado.
¿Te imaginas lo que habría hecho María Magdalena con todos esos demonios dentro? Y por otro lado, ¿Ves que las demás mujeres o que los discípulos se hayan opuesto a su servicio? No ¡Claro que no!
Todos tenemos derecho a tener un lugar para servir. ¿Lo puedes entender? Si es así, entonces: ¿Qué tal si servimos, y al mismo tiempo, dejamos servir a otros? ¿Te parece bien? ¿Estás de acuerdo?
Dios te bendiga mucho y te ayude a entender cuál es tu puesto, tu lugar en el Reino de los cielos. ¿Amén?
Oración
Padre Santo y Misericordioso, gracias te doy por haberme rescatado de la vida que viví antes de conocerte. Gracias por perdonarme y por aceptar que sea tu hija/o.
Quiero entregarte mi vida, vivir para ti, y que muchos otros puedan conocerte por mi servicio.
Te pido me guíes y me ayudes para entender en qué puedo serte útil. Por favor dame dones y prepárame. Quiero servirte lo mejor que me sea posible.
Señor te alabo y te adoro, me pongo en tus manos y también pongo mi oración a tu consideración. Obra en mi vida, por favor. Oro en el nombre de Cristo Jesús, amén.
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Notas
- Las citas bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 byThe Lockman Foundation.
- La imagen de portada es un trabajo de Gracia y Vida utilizando las imágenes originales de RODNAE Productions: