Parábola del Sembrador – Devocional Diario – Marcos 4.3; 4.4; 4.5; 4.6; 4.7; 4.8 y 4.9
Hola, cómo estás, muy bienvenida, bienvenido a tu devocional de Hoy. Dios se revele a tu vida y te llene de bendición. Comencemos pensando en lo siguiente:
¡Cuántas veces escuchamos esta parábola! ¿Cierto? Pero, ¿Hay algo más que podamos aprender de ella? ¿Podrá Dios seguir hablándonos a través de la misma? Tal vez sí.
Te invitamos a iniciar nuestro devocional de hoy con una oración. Por favor toma unos instantes para hablar con Dios antes de continuar con tu lectura.
Ahora sí, leamos el
Texto Base de nuestro devocional de hoy
3 «Escuchen: El sembrador salió a sembrar; 4 y al sembrar, una parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. 5 Otra parte cayó en un pedregal donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó por no tener profundidad de tierra. 6 Pero cuando salió el sol, se quemó, y por no tener raíz, se secó. 7 Otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. 8 Y otras semillas cayeron en buena tierra, y creciendo y desarrollándose, dieron fruto, y produjeron unas a treinta, otras a sesenta y otras a ciento por uno». 9 Y añadió: «El que tiene oídos para oír, que oiga».
Marcos 4.3-9 – NBLA
Pensemos juntos
Contexto y brevísimo análisis de nuestro texto
Jesús enseñaba y sanaba a multitudes las cuales le seguían de tal manera que debió buscar cómo seguir enseñando, sin que las personas se empujen y se distraigan entre sí, con el fin de llegar a Él.
Su solución práctica fue subirse a una barca y enseñar desde algunos pocos metros de la costa (Jesús siempre fue muy práctico). Una vez en la misma les narró esta parábola que ya todos conocemos. Es obvio que el relato de Marcos no termina en el versículo 9, sino que continúa hasta el 20, en donde les explica la misma a sus discípulos.
La enseñanza más obvia es que hay diferentes tipos de reacciones y decisiones hacia el evangelio y hacia la vida que Dios nos propone. Algunas personas la tomarán y seguirán en ella buscando vivir como Dios quiere, algunos lo harán solo por un tiempo y otros no lo harán nunca. Esto es lo que les explicó Jesús a sus discípulos.
Otra mirada sobre la parábola
Lo que normalmente se enseña es lo que acabamos de mencionar en el párrafo anterior, es lo más correcto y apropiado, pero también, de dicha parábola pueden verse algunos otros detalles interesantes. Primero: ¿Has observado que la semilla siempre es sembrada por alguien?
¡Para que hayan personas que acepten o rechacen el camino de Dios, debe haber quien lo anuncie!
Este es uno de los dos puntos que te proponemos observar. Dios nos ha llamado a anunciar el evangelio, nos ha dado dones, nos ha dejado un mensaje claro y está observando qué hacemos con lo que nos encomendó, ¿Recuerdas la parábola de las minas (Lucas 19.11-27)? ¿Qué hacemos nosotros con lo que Jesús nos encomendó?
El segundo punto que vamos a mencionar y que quisiéramos abordar brevemente es el del rendimiento de la tierra sembrada. ¿Has pensado alguna vez en cuál es tu rendimiento? ¿Estarás rindiendo al 30, al 60, al 100%? ¿Habrá alguna manera en que podamos darnos cuenta de cuál es el nuestro? Veamos por un momento este tema:
Tenemos todo lo necesario para hacer lo que se espera de nosotros
Todos hemos sido llamados por Dios y todos hemos recibido dones de Su parte; claro que no todos tenemos los mismos, y también es cierto que es Él quien ha elegido cuáles tenemos. El mismo que nos demanda que cumplamos con determinada tarea es quien nos da los dones como para hacer lo que nos pide.
Es significativo que quien tenga planes para nosotros sea el mismo que nos equipe para realizar la obra demandada. ¿Cierto? No es lo mismo tener un serrucho de carpintero que un microscopio, si es que vamos a cortar madera. Ambos serán muy útiles, pero cada uno en su propio ámbito.
Por eso es tan apropiado para nosotros saber que Dios no nos da herramientas equivocadas, sino exactamente las que necesitamos. Y sin embargo, eso no ha impedido que muchos no se sientan capaces para tal o cual tarea, y hayan desoído la voz de Dios. ¿Conoces algún caso?
Hace algunos años un pastor decía que quienes más consejos y críticas tenían para con él, eran personas que habían tenido el llamado, pero que a pesar de ello no se habían animado a llevarlo a cabo (bueno, tal vez no sea la misma experiencia para todos, pero qué llamativa esta experiencia ¿Cierto?).
Pensando en nosotros mismos
Todo esto que hemos charlado juntos es suficiente como para hacernos pensar en si hacemos o no todo lo que debemos con lo que tenemos. ¿Rendiremos todo lo que Dios espera que rindamos?
¿Cómo definirías tu entrega al Señor? ¿Cómo podrías definir tu servicio? ¿Habrán cosas que no hayas hecho todavía? ¿Qué es lo que te detiene a la hora de seguir completamente los designios de nuestro Dios? ¿Hay algo que lo haga?
Todos nosotros podríamos rendir al cien por ciento si pudiéramos decir y vivir lo expresado por Pablo, cuando en Gálatas 2.20 dijo:
Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Gálatas 2.20 – NBLA
Entonces: ¿Qué clase de vida queremos? ¿Qué clase de entrega tenemos? ¿Cuán cerca estamos de la voluntad de Dios cada día?
Todo eso es algo que solo nosotros podemos decidir, al igual que nuestro rendimiento espiritual. Lo bueno es que siempre es buen momento para hacer una introspección y también siempre es tiempo de hacer algún ajuste necesario.
¿Necesitas hacer alguno?
Dios te guíe, te fortalezca, llene de denuedo, valentía y determinación. Siempre es posible seguir creciendo, y hoy es un buen momento para subir otro peldaño en nuestra escalera hacia la madurez y el crecimiento espiritual. ¿Lo aprovecharas? Esperamos que así sea y que Dios te bendiga en toda área y en cada momento de tu vida. Amén.
Oración
Padre Santo y Señor nuestro, te agradecemos por la posibilidad que nos has dado de ser tus hijos. Gracias también por poder servirte, por los dones recibidos, por la confianza que nos has tenido para llamarnos a tu servicio; y por todo lo que hacés cada día por nosotros.
Nos ponemos en tus manos Señor, para que sigas trabajando en nuestras vidas y te pedimos tu guía, tu fortaleza y tu ayuda para poder hacer todo lo que nos has encomendado.
Nuestras vidas, todo lo que hagamos, cada cosa que digamos, todo sea para tu gloria Señor, nos entregamos a ti, te alabamos, adoramos y esperamos hacer siempre tu voluntad, en el nombre de Cristo Jesús te pedimos todas estas cosas, amén.
Saludo y despedida de esta Reflexión bíblica Cristiana
Te agradecemos por llegar a este punto en tu lectura. Ésta ha sido solo una mirada distinta sobre la parábola, y esperamos haya sido de utilidad.
También esperamos que Dios te hable más sobre este tema, y que te ayude en todo esto que estuvimos pensando juntos.
Si gustas, puedes escribirnos, nos gustaría saber qué piensas sobre todo esto. Y por otro lado, por si lo consideras útil, te dejamos más devocionales en estas dos publicaciones:
¡Dios te bendiga mucho!
Notas
La Cita Bíblica fue tomada con permiso de Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 by The Lockman Foundation.
Y a su vez, la imagen de portada corresponde a un trabajo de Gracia y Vida sobre la imagen original de Hans Braxmeier, la cual fue descargada de Pixabay.