A continuación te dejamos un bosquejo explicado de un mensaje, sermón o prédica, que nos ayudará a reflexionar sobre el tema de las pruebas que Dios permite en nuestras vidas.
El texto bíblico base es Éxodo 15.22-27 pero lógicamente, será vista con los ojos del Nuevo Testamento y aplicado a nuestra vida cristiana.
Esperamos sea de ayuda y de bendición para ti y para tu congregación.
Después de las diez plagas Dios rescata a Su pueblo de uno de los ejércitos más poderosos del mundo.
Pero no los llevó inmediatamente a la tierra prometida, sino que los llevó al desierto.
El desierto fue el espacio en donde Él los probó y los preparó para la tarea que tenía para ellos.
Aquellas pruebas fueron parte de la nueva vida de aquellas personas pero, más allá de la historia de dichas personas, este texto también es aplicable para nosotros, porque los creyentes también debemos pasar por diversas pruebas como parte de nuestras vidas.
Habían pasado tan sólo tres días de la liberación de Egipto, de las aguas del mar rojo y de que el pueblo descubriera el enorme poder de Dios a favor de ellos. Por eso el pueblo:
Creyó: Éxodo 14.31 – Cuando Israel vio el gran poder que el Señor había usado contra los egipcios, el pueblo temió al Señor, y creyeron en el Señor y en Moisés, Su siervo.
Y adoró: Cantaron un gran himno de alabanza por lo que Dios había hecho por ellos (Éxodo 15.1-21).
Pero a partir de aquellos momentos de gloria, les seguiría el difícil tiempo de preparación. La primera de muchas pruebas sería la siguiente:
Lectura bíblica (1ra parte):
Éxodo 15.22-25
22 Moisés hizo partir a Israel del Mar Rojo, y salieron hacia el desierto de Shur. Anduvieron tres días en el desierto y no encontraron agua.
23 Cuando llegaron a Mara no pudieron beber las aguas de Mara porque eran amargas. Por tanto al lugar le pusieron el nombre de Mara. 24 El pueblo murmuró contra Moisés diciendo: «¿Qué beberemos?».
25 Entonces Moisés clamó al Señor, y el Señor le mostró un árbol. Él lo echó en las aguas, y las aguas se volvieron dulces. Y Dios les dio allí un estatuto y una ordenanza, y allí los puso a prueba.
Puntos importantes
Las pruebas:
Muchas cosas pueden ayudarnos a madurar, pero las pruebas son generalmente nuestras mayores aliadas para este propósito.
Dios permite las pruebas porque tiene un propósito con ellas. Tenía un propósito para con el pueblo de Israel y también lo tiene para con nosotros (contrastar Éxodo 19.6 con 1 Pedro 2.9).
No debemos confundirnos cuando pasamos por las pruebas. Dios nos ama y quiere que crezcamos en fe y en fortaleza espiritual. Para eso las permite y no para otra cosa.
Aclaración: Dios permite las pruebas y por eso sus hijos son probados (Santiago 1.13-14; Lucas 22:31-34), pero lo que debe quedarnos claro es que Dios no tienta a nadie. En este sentido, no debemos confundirnos con textos como 1 Corintios 10:13, en donde, en la versión RVR60 parecería que es Dios quien tienta, sin embargo, las traducciones más aggiornadas traducen el tercero de manera que podamos comprender mucho mejor este concepto.
Dios en medio de nuestras pruebas:
Nos lleva al desierto, pero no nos deja allí solos. Nos acompaña en todo momento. Recordemos que Él los guiaba y guardaba a través de la nube.
Sabe lo que nos sucede, porque siempre está cerca nuestro.
Él hubiese podido obrar de otras muchas maneras al momento de purificar el agua, pero aguardó a que el pueblo reaccionara y después actuó. No potabilizó el agua antes de que llegaran, y tampoco lo hizo cuando estaban pecando contra Moisés (e indirectamente contra Dios) al murmurar contra él.
Dios actúa cuando oramos. Por lo tanto, aguardó a la oración de Moisés. También es así con nosotros. Dios, normalmente, espera nuestra oración para luego obrar.
Dios no se enojó con ellos por su pecado. No le gustó vemos pecar, obvio, pero aún así obró. Él nos tiene paciencia, y más cuando aún somos niños espirituales.
Cuando vamos a Dios, hallamos respuesta. Claro que no será siempre en nuestros tiempos, y tampoco es siempre la respuesta que aguardamos, pero Dios nos responde porque nos ama.
Lectura bíblica (2da parte)
Éxodo 15.26-27
26 Y Dios les dijo: «Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto ante Sus ojos, y escuchas Sus mandamientos, y guardas todos Sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios. Porque Yo, el Señor, soy tu sanador».
27 Entonces llegaron a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas.
Puntos importantes
Luego de una prueba, si es que la superamos, normalmente viene una nueva revelación de parte de Dios: Allí Él les dio un estatuto y una promesa.
En este y en otros muchos casos podremos ver que ellos no superaron sus pruebas, sin embargo, siendo consciente de la inmadurez de Su pueblo, Dios igual obró, y así fue afirmando su fe prueba tras prueba.
Lo mismo sucedió en un comienzo con nosotros, pero luego, las revelaciones y los premios de parte de Dios nos llegan al atravesar las pruebas con firmeza y madurez.
Al superar una prueba, generalmente experimentamos lo siguiente:
Una mayor revelación de Dios (de Su persona y de Sus propósitos). Consideremos la experiencia de Job, él Jamás hubiese podido decir lo que leemos en Job 42.5, si no hubiese pasado por tan terrible experiencia.
Un mayor crecimiento en nuestra madurez y fortaleza espiritual.
Un nuevo don o, un nuevo ministerio.
Una nueva bendición: Después de Mara, por lo general, siempre llega Elim.
Conclusiones
Nunca estaremos solos en medio de las pruebas. Dios siempre estará con nosotros.
Dios siempre estará atento a nuestras oraciones, y esperará a que oremos para responder. Así podremos aprender que la solución siempre proviene de Él y que por eso debemos depender sólo de Dios.
Él nos permite pasar por pruebas porque tiene un propósito para cada uno de nosotros.
Dios espera que las superemos con bien, pero si no lo hacemos, no nos castigará sin piedad, sino que con afecto y con paciencia nos ayudará a retornar a Su camino (consideremos cómo trató a sus discípulos una vez que ellos abandonaron el camino luego de su muerte y resurrección, Juan capítulo 21. Con un milagro, un amoroso desayuno, y con palabras de amor y de restauración para todos, y en especial para Su siervo Pedro).
Después de las pruebas siempre habrá una bendición esperándonos.
Para finalizar:
Estemos preparados para las pruebas.
Aferrémonos a Cristo.
Entendamos que todos pasamos por pruebas.
Y aprendamos a confiar en Él.
No hay prueba que dure para siempre.
Textos de apoyo
1 Pedro 2.9 – NBLA
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable.
Éxodo 19.6 – NBLA
Ustedes serán para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas son las palabras que dirás a los israelitas».
Santiago 1.13-14 – NTV
13 Cuando sean tentados, acuérdense de no decir: «Dios me está tentando». Dios nunca es tentado a hacer el mal y jamás tienta a nadie. 14 La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. 15 De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.
Lucas 22:31-34 – RVR1960
Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
1 Corintios 10:13 - RVR1960
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
Prueba de Job (1 y 2).
Desde el uno y en adelante.
Job 42.5 – RVR1960
De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.
Links a otros bosquejos
Muchas gracias por haber llegado hasta este punto. Esperamos que este bosquejo te haya sido de utilidad.
Aquí debajo también dejamos otros para que puedas utilizarlos en tu congregación. ¡Dios te bendiga mucho!
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