Ella salió y dijo a su madre: «¿Qué pediré?». «La cabeza de Juan el Bautista», le respondió ella
18 Y Juan le decía a Herodes: «No te es lícito tener la mujer de tu hermano».19 Herodías le tenía rencor y deseaba matarlo, pero no podía, 20 porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo mantenía protegido. Cuando le oía se quedaba muy perplejo, pero le gustaba escucharlo.
21 Llegó un día oportuno, cuando Herodes, siendo su cumpleaños, ofreció un banquete a sus nobles y comandantes y a los principales de Galilea; 22 y cuando la hija de Herodías entró y danzó, agradó a Herodes y a los que se sentaban a la mesa con él; y el rey dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré».
23 Y le juró: «Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino». 24 Ella salió y dijo a su madre: «¿Qué pediré?». «La cabeza de Juan el Bautista», le respondió ella. 25 Enseguida ella se presentó apresuradamente ante el rey con su petición, diciendo: «Quiero que me des ahora mismo la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja».
26 Aunque el rey se puso muy triste, sin embargo a causa de sus juramentos y de los que se sentaban con él a la mesa, no quiso contradecirla. 27 Al instante el rey envió a un verdugo y le ordenó que trajera la cabeza de Juan. Y él fue y lo decapitó en la cárcel, 28 y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre.
¿Sabías que nuestra búsqueda de consejo no siempre nos lleva a un lugar correcto o a una persona adecuada?
En este caso, la hija de Herodías terminó pidiendo la muerte de un profeta de Dios por consejo de su madre. Algo terrible que no salió de ella misma, pero que al final, la llevo a colaborar con ese asesinato.
Lógicamente, no todos los consejos serán tan malos como el recibido por ella, sin embargo, no todo consejo, por más confianza que nos brinde la persona que nos lo dé, nos llevará a caminar dentro de la voluntad de Dios.
Entonces: ¿En dónde buscas consejo? ¿En quién buscamos sabiduría para resolver nuestras situaciones?
Existen por lo menos tres lugares/personas, en donde, o en quienes buscar un buen consejo:
1- En el Espíritu Santo a través de la oración.
2- En la palabra de Dios, por medio de la lectura y el estudio de la misma.
3- En alguna persona madura en la fe, generalmente de mayor en edad que nosotros, y con mayor tiempo en el camino de Dios.
Lógicamente, el primero es infalible; el segundo depende de la interpretación que hagas sobre lo que lees, conviene siempre consultar con algún maestro/a de la Biblia; y el tercero tendrá mayor o menor acierto, dependiendo de a quién estés mirando como superior en la fe.
En el último caso, su testimonio, su servicio, la humildad demostrada y los frutos de su ministerio, serán algunos indicadores, que te llevarán a tener una idea previa sobre si tu elección es la adecuada.
Más allá de esto último, la persona debe ser confiable, integra, debe saber ser reservada, estar dispuesta y ser una persona de oración.
Muchas condiciones, ¿cierto? No siempre es fácil encontrar personas así… Sin embargo, es posible y en tu iglesia seguramente encontrarás alguna.
¡Dios te bendiga y llene de sabiduría para encontrar la persona adecuada!
Por otro lado, también tú deberías llegar a un nivel de madurez espiritual y de comunión con el Señor, para ser una persona que pueda ayudar y guiar a otros.
Esa es una meta que tal vez deberías proponerte. ¿Qué tal si hablas con tu Padre celestial al respecto?
Te invitamos a continuar leyendo más reflexiones cortas a través de los siguientes links:
Devocional diario: El ministerio de Jesús
Devocionales basados en el evangelio de Marcos
Las citas bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 by The Lockman Foundation.
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