Cuando el Señor tiene otros planes para tu servicio – Devocional Diario – Marcos 5.18; 5.19; 5.20
¡Bienvenida, bienvenido a tu devocional diario!
El día de hoy te invitamos a pensar en una posibilidad a la hora de servir a Dios: Que Él tenga otros planes para ti. En el texto que veremos nos encontraremos con una persona que quiso acompañar a Jesús en su ministerio, pero en vez de permitir que lo haga, el Señor le pidió otra cosa totalmente diferente.
¿Te ha sucedido algo así? ¿Has querido servirle en un ministerio o en una tarea determinada y te has sentido rechazada/o por Él o por la Iglesia? ¿Has sentido tristeza, frustración o tal vez silencio o lejanía de parte de Dios en esos momentos?
Lejos de querer tu mal, lejos de rechazar tu servicio, Dios te está reservando y preparando para otra cosa. Dios tiene metas y propósitos para cada uno de nosotros, ¿Lo has considerado?
Te invitamos a comenzar con nuestro devocional por medio de una oración. ¿Te es posible tomar unos instantes para orar? Gracias por hacerlo, es la mejor manera de disponernos para que Él nos hable (aún más allá de lo que puedas leer en este devocional). Qué tal si leemos ahora el
Texto bíblico base de nuestro devocional de hoy
18 Al entrar Él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que lo dejara ir con Él. 19 Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho por ti, y cómo tuvo misericordia de ti».
20 Y él se fue, y empezó a proclamar en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho por él; y todos se quedaban maravillados.
Marcos 5.18-20 – NBLA
Nota: Éste es uno de varios devocionales en el cual hemos utilizado distintos versículos de la historia del endemoniado gadareno, puedes leer el texto completo en Marcos 5.1-20, Mateo 8.28-34 y/o en Lucas 8.26-39.
Pensemos juntos
Contexto de la historia
El hombre que quería subir a la barca con Jesús había sido aquel que, en otro tiempo y estando fuera de sus cabales, vivía en medio de los sepulcros; quien se lastimaba a sí mismo, andando sin ropa y sin poder ser dominado ni por hombres ni por grillos ni cadenas.
Luego de su encuentro con Jesús todo cambió tan maravillosamente para él, que no quiso hacer otra cosa que seguirle. Pero aún teniendo tan buena voluntad, su propuesta fue rechazada, su voluntad reorientada, y sus propósitos transformados.
Pensemos en nosotros mismos
¿Cuántas veces hemos querido trabajar en algún área de la Iglesia o estar en determinado ministerio y no hemos podido? ¿Te ha sucedido?
Muchos de nuestros hermanos viven circunstancias similares todo el tiempo. Esto es algo más común de lo que nos gustaría, pero es muy cierto y sucede y mucho. Para dar sólo algunos ejemplos mencionaremos los siguientes (obvio que pudiéramos nombrar muchos más, pero es solo para que la idea se entienda mejor):
Cierta/o hermana/o quiere estar en el ministerio de alabanza, pero no tiene oído; o quiere dirigir las reuniones, pero carece del don; le encantaría ser nombrada/o ayudante especial de tal o cual líder o pastor, pero ya hay alguien más cumpliendo esa tarea o tal vez, aún no es el momento apropiado; otra/o pretende dirigir ministerios, pero no está lista/o aún.
¡Cuánta frustración es posible sentir en el momento en el que recibimos un no como respuesta! ¿Cierto? ¿Lo has vivido? Tal vez las preguntas más importantes que pudiéramos hacernos aquí serían:
¿Qué has hecho en ese momento? ¿Has reaccionado con madurez? ¿Has entendido la situación? ¿O tal vez te has enojado, frustrado o desencantado? ¿Cómo lo has tomado?
Una enseñanza clave para dichos momentos
¿Has leído en tu Biblia que todos tenemos diferentes dones? Por favor lee 1 Corintios 12.4-31. Por otro lado, ¿Sabías que más allá de nuestros deseos Dios tiene planes específicos y especiales para cada uno de sus hijos? (Ver por ejemplo Jeremías 29:11).
El ex endemoniado pudiera haberse negado a aceptar lo que Jesús le encomendó a hacer, hubiese podido tomar la postura de aquel que se ofende y tomar la decisión de no obedecer a Cristo. Pero no fue eso lo que sucedió. ¿Cierto?
Nuestro texto dice que “él se fue, y empezó a proclamar en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho por él; y todos se quedaban maravillados”. Por ende, en vez de enojarse y frustrarse, él decidió humillarse y obedecer, y ese es el ejemplo que hoy debemos guardar en nuestros corazones.
Nuestro texto no continúa hablando sobre las personas que de seguro conocieron a Jesús gracias a su testimonio, pero fue por personas como ese ex endemoniado, del cual no conocemos ni siquiera su nombre, que el evangelio se fue extendiendo por todos lados hasta alcanzar nuestras vidas hoy. ¿Te das cuenta de todo esto?
Muchas veces no podemos ver cuán importante es lo que hacemos y por ende deseamos alguna otra cosa, y no está mal querer servir cada vez más a Dios, pero tal vez podamos pensar en que lo que Él nos llama a hacer es lo mejor dentro de un plan más grande que nuestras propias mentes.
Concluyendo
Al pensar en aquel hombre de nuestra historia nos resulta claro que hubiese sido bueno para él seguir a Jesús, pero también es cierto que nuestro Señor tuvo otro llamado para él. Eso es lo que muchas veces sucede: Nosotros pretendemos o anhelamos algo, pero Él pretende otra cosa de nosotros y tiene otros planes.
Es en esos momentos en los que debemos frenar nuestras mentes y corazones, calmar nuestra ansiedad, volvernos a Él, hablarle en oración, y pensar en lo que en verdad tiene importancia. ¿Es más importante servir a Dios en lo que nosotros queremos o en lo que Él nos pide?
Consideremos lo siguiente: Si lo que hacemos responde solo a nuestra voluntad, entonces, ¿Estamos verdaderamente sirviendo a Dios? ¿Es un servicio verdadero el que pretendemos hacer? ¿O tal vez estamos buscando nuestra propia gloria, hacer solo lo que a nosotros nos parece?
Muchas personas sólo hacen cosas porque pretenden ser vistas y alabadas, algunas otras porque eso les da la oportunidad de ocupar posiciones de liderazgo y tener gente a su “cargo”. Pero lo que debemos ver nosotros es cuál es nuestra verdadera intención. ¿Por qué hacemos lo que hacemos?
Cuando busquemos hacer la voluntad de Dios y sigamos lo que Él nos pida, las puertas se nos irán abriendo, los dones nos serán concedidos y podremos servirle para su gloria. Ésto no implicará ausencia de problemas (pruebas o ataques del enemigo para que no hagamos lo que Dios nos pide), pero sí que tendremos su ayuda para hacer lo que Él nos pide.
Oración
Señor nuestro y Padre Santo, hoy quiero entregar mi vida en tus manos para poder servirte. Quiero hacer tu voluntad y no la mía, por eso te pido ayuda para poder entender lo que quieres de mí, guíame Padre y ayúdame para que así no tenga experiencias de frustración ministerial.
Por favor Padre, concédeme tus dones y ayúdame a crecer en la fe y en cada área espiritual de mi vida. Quiero servir para tu gloria, ayudando a otros a conocer tu camino y también a mis hermanos para seguir creciendo. Te alabo Padre y te adoro, y te agradezco por la oportunidad de ser tu sierva/o, espero lograr hacerlo de la mejor manera posible.
Te doy gracias por todo Padre y pongo todas estas cosas a tus pies, en el nombre de Jesús, amén.
Saludo y despedida de esta Reflexión Bíblica Cristiana
Te agradecemos por llegar a este punto en tu lectura. Esperamos que Dios te hable más sobre este tema, y que te ayude en todo esto que estuvimos pensando juntos.
Si gustas, puedes escribirnos, nos gustaría saber qué piensas sobre todo lo hablado aquí. Y por otro lado, por si lo consideras útil, te dejamos más devocionales en estas dos publicaciones:
¡Dios te bendiga mucho!
Notas
La Cita Bíblica fue tomada con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 by The Lockman Foundation.
A su vez, la imagen de portada corresponde a un trabajo de Gracia y Vida sobre la imagen original de Free-Photos, la cual fue descargada de Pixabay.