Texto bíblico base: Marcos 14.55
Y los principales sacerdotes y todo el Concilio procuraban obtener algún testimonio para dar muerte a Jesús, pero no lo hallaban.
Contexto bíblico: Marcos 14.53-65
53 Llevaron a Jesús al sumo sacerdote, y se reunieron todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas.
54 Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote y se sentó con los guardias, calentándose al fuego.
55 Y los principales sacerdotes y todo el Concilio procuraban obtener algún testimonio para dar muerte a Jesús, pero no lo hallaban. 56 Porque muchos daban falso testimonio contra Él, pero sus testimonios se contradecían.
57 Algunos, levantándose, daban falso testimonio contra Él, diciendo: 58 «Nosotros le oímos decir: “Yo destruiré este templo hecho por manos, y en tres días edificaré otro no hecho por manos”». 59 Y ni siquiera en esto coincidía el testimonio de ellos.
60 Entonces el sumo sacerdote levantándose, se puso en medio y preguntó a Jesús: «¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra Ti?». 61 Pero Él se quedó callado y nada respondía. Le volvió a preguntar el sumo sacerdote: «¿Eres Tú el Cristo, el Hijo del Bendito?». 62 Jesús le contestó: «Yo soy; y verán al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo con las nubes del cielo».
63 Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus ropas, dijo: «¿Qué necesidad tenemos de más testigos? 64 Han oído la blasfemia; ¿qué les parece?». Y todos lo condenaron, diciendo que era digno de muerte.
65 Y algunos comenzaron a escupir a Jesús, le cubrían el rostro y le daban puñetazos, y le decían: «¡Profetiza!». También los guardias lo recibieron a bofetadas.
Reflexión Bíblica – Meditación Cristiana – Devocional Diario
Al observar este texto nos encontramos con el hecho de que: ¡Nadie podía decir nada en contra de Jesús!
Dice otro texto bíblico que:
“No tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado“. (Hebreos 4.15)
Ahora, al mirarnos a nosotros mismos nos damos cuenta de que, en contraste con Jesús, estamos demasiado lejos de igualar a nuestro modelo a seguir. ¿Cierto?
Tanto que, si estuviéramos hoy mismo frente a aquel tribunal, posiblemente ellos sí encontrarían quienes pudieran decir algo verídico en contra de nosotros…
Y aun así, a pesar de nuestras imperfecciones y debilidades, igualmente la Biblia nos enseña que Él es nuestro modelo a seguir, y nos pide que seamos irreprensibles…
¿Cómo es esto posible? ¿Tú qué crees? Lo cierto es que, si no fuera posible, ¿por qué entonces nos lo pediría nuestro Señor?
El mismísimo apóstol Pablo nos dice en Filipenses 2.15:
“Para que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual ustedes resplandecen como luminares en el mundo“.
Lo dice cuando él mismo tuvo que luchar contra sus propias debilidades y pecados (Romanos 7). Entonces, ¿a qué conclusión deberíamos llegar?
Tal vez con el tiempo esto se haga cada vez más y más posible, si uno en verdad ama a Dios y está dispuesto a tomar Su ayuda. ¿Habrá sido eso lo que le sucedió a Pablo?
Lo que sí sabemos es que Dios, hablando a través de él nos dice en Efesios 1.4:
Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él.
Por ende, sean como fueren nuestras luchas, y aunque a veces nos tropecemos y caigamos, debemos levantarnos e intentar seguir adelante, viviendo en la santidad a la cual Él nos ha llamado.
El Apóstol Pedro en 1 Pedro 1.14-17 dice:
14 Como hijos obedientes, no se conformen a los deseos que antes tenían en su ignorancia, 15 sino que así como Aquel que los llamó es Santo, así también sean ustedes santos en toda su manera de vivir.
16 Porque escrito está: «Sean santos, porque Yo soy santo». 17 Y si invocan como Padre a Aquel que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, condúzcanse con temor durante el tiempo de su peregrinación.
Entonces, aunque nos cueste: ¡Intentemos vivir de esta manera! Pidamos la asistencia de Dios, y busquemos vivir como Dios quiere.
Oración
Padre Santo que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre. Bendito seas Padre, por favor perdona mis pecados y ayúdame a mí a perdonar el de otros en mi contra.
Enséñame a andar en santidad y ayúdame a no caer frente a las tentaciones. Padre, cuánto me gustaría tener el mismo testimonio que Jesús, ser una persona irreprensible como dice tu palabra.
Yo quiero tener buen testimonio.
Dame tu fuerza, ayúdame para hacer tu voluntad, dame sabiduría, quisiera ser es hijo (esa hija) que tú esperas de mí. Para ti Señor sea la gloria y toda mi vida.
En el nombre de Jesús, te pido todo esto y me pongo en tus manos, amén.
Links
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Notas
- Las citas bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 byThe Lockman Foundation.
- La imagen de portada es un trabajo de Gracia y Vida utilizando las imágenes originales de Pixabay.