Milagros de Jesús – Curación de un leproso

Milagros de Jesús – Curación de un leproso

Textos bíblicos

Mateo 8:2-4

2 Y he aquí, se le acercó un leproso y se postró ante Él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 3 Y extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra. 4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio a ellos.

(LBLA)

Marcos 1:40-44

40 Y vino a El un leproso rogándole, y arrodillándose le dijo[a]: Si quieres, puedes limpiarme. 41 Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó, y le dijo*: Quiero; sé limpio. 42 Y al instante la lepra lo dejó y quedó limpio. 43 Entonces Jesús lo amonestó severamente y enseguida lo despidió, 44 y le dijo: Mira, no digas nada a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu limpieza lo que Moisés ordenó, para testimonio a ellos.

(LBLA)

Lucas 5:12-14


12 Y aconteció que estando Jesús en una de las ciudades, he aquí, había allí un hombre lleno de lepra; y cuando vio a Jesús, cayó sobre su rostro y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 13 Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra lo dejó. 14 Y Él le mandó que no se lo dijera a nadie. Pero anda —le dijo—, muéstrate al sacerdote y da una ofrenda por tu purificación según lo ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio.

(LBLA)

Una mirada rápida

  • Jesús iba pasando (seguramente enseñando y curando enfermos).
  • Se le presenta un hombre con lepra en todo su cuerpo (lleno, implica que no era de hace poco, la lepra había avanzado con los años).
  • Al ver a Jesús se postró en frente de Él (rompiendo todas las reglas culturales).
  • Le rogó que lo limpie sabiendo de su poder pero ignorando su voluntad.
  • El Señor fue movido a compasión.
  • Jesucristo no sólo quiso sanarlo sino que, además de curar al leproso, le expreso amor y ternura al tocarlo.
  • La sanidad fue al instante.
  • Lo envió para ser revisado y declarado “limpio” ritualmente, lo que lo llevó a ser restaurado a la sociedad.

Milagros de Jesús – Curación de un leproso

Análisis del texto y enseñanzas

El contexto del milagro

Jesús recorría todas las aldeas enseñando y haciendo milagros. La ciudad particular no se menciona, así que no sabemos cuál sería (Ver la Nota de estudio al final de esta publicación). En su recorrido sanaba y echaba demonios, también ayudaba a todos los necesitados; lo que nos muestra la importancia de un evangelio integral.

Si lo que queremos es ayudar a las personas no podemos solo compartirles la palabra. Estamos de acuerdo que su salvación eterna es el objetivo fundamental de lo que hacemos, pero la mayoría de las personas deben ver en nosotros el ejemplo de la obra de Jesús antes de decidir abrir su corazón. ¡El testimonio de amor es fundamental!

La condición del leproso

Si estaba lleno de lepra, es porque la misma se había extendido ya por todo el cuerpo, por ende deducimos que padecía de esta enfermedad desde hacía ya un largo tiempo. La condición de leproso lo había apartado de su familia, de su ciudad, sus amigos y seres queridos. Evidentemente era un hombre demasiado necesitado como para desaprovechar la oportunidad.

Para entender un poco más sobre la condición de este hombre, debemos decir que los leprosos ya no podían trabajar como antes y por ende no se valían por sí mismos; por otro lado, no tenían quien los atendiera, así que cuando contraían la enfermedad se los apartaba de todo lo que amaban y se los dejaba en la misma condición de vagabundos; así que llevaban su tristeza y su dolor a todo lugar al que fueran.

Estas personas no podían acercarse a quienes estaban sanos; cuando iban por un mismo camino debían gritar algo así como: “¡Leproso, leproso, tengo lepra!” para advertir a los que estaban sanos, además tenían unas campanas las cuales debían tocar; y luego de advertir a otros de su presencia tenían que hacerse a un lado, ya que no podían acercarse a nadie sano. Todos ellos sabían que debían seguir esta regla.

Qué hizo el leproso

A pesar de todo lo que él ya sabía, quién pasaba cerca de donde él estaba era Jesús, la persona que estaba sanando a todo el pueblo. No podía desaprovechar tal oportunidad, por lo cual se arriesgó a saltar todas las reglas conocidas: No gritó que era un leproso y tampoco se apartó de los que estaban sanos, sino que se acercó a Jesús suplicando por un milagro y se postró ante quien lo podía realizar.

Esto nos deja una gran enseñanza en varios aspectos.

En primer lugar, se acercó a Jesús apenas lo vio.

Si tenemos la oportunidad de acercarnos a Dios para pedir su ayuda: ¿Para qué esperar? Debemos hacerlo cuanto antes. Eso mismo es lo que aquel hombre y lo que nosotros debemos hacer. Él se acercó a Jesús y obtuvo lo que necesitaba. ¿Qué tal tú? Acerquémonos confiadamente a Dios para el oportuno socorro (Hebreos 4.16).

En segundo lugar, se postró ante Jesús.

La humildad es primordial a la hora de acercarnos a Dios. Él resiste a los soberbios y da gracia a los humildes (Santiago 4.6). El leproso sabía sobre el poder de Jesús, sabía que podía sanarlo. Se acercó a él con humildad y le rogó que lo limpie. Dios siempre te escuchará si te acercas a Él con humildad.

En tercer lugar, le pidió ayuda a quien podía ayudarlo.

No había nadie más quien podría hacer lo que él necesitaba. Por ende el leproso se acercó y pidió. No le dio pudor, no se quedó acobardado. Tomó coraje e hizo lo que debía hacer. A veces nuestra ayuda está cercana pero tenemos vergüenza para pedir lo que necesitamos; o nos falta fe y decimos: Seguro que no se puede; o tal vez nuestro ego no nos deje… Pero,

Si quieres un milagro debes acercarte solo a Él; si necesitas ayuda se la debes pedir; si lo necesitas Él estará cerca. por tanto ora y búscale con fe. Él te responderá. Tenlo por seguro

NOTA: Una aclaración pertinente en este punto, es que Dios no responderá siempre de la manera que esperamos; pero aún siendo así, podemos tener confianza en Él, ya que Dios tiene mucho amor por nosotros.

La fe del leproso

“Si quieres puedes limpiarme”. Esta es una de las peticiones más llamativas del Nuevo Testamento. A través de la misma leemos por lo menos dos cosas: La primera es que el leproso sabía del poder de Dios, sabía que podía curarle. Pero la segunda es que no sabía si Jesús tenía la voluntad de hacerlo.

Una cosa era tener el poder, pero otra tener la voluntad. Al orar muchas veces tenemos la confianza de que Dios puede hacer cualquier milagro que se proponga, pero muchas veces dudamos que lo vaya a hacer. Eso nos lleva a dudar de lo que le pedimos y muchas veces perdemos la fe por lidiar con la incertidumbre.

En dichos casos la fe se pone un poco difícil para nosotros. ¿Creemos o no? ¿Oramos por lo que queremos o nos dejamos ganar por la desesperanza? ¿Cómo nos acercamos a Dios en esos momentos? El mensaje bíblico es claro en este aspecto. Hay dos cosas que debemos hacer:

Acercarnos a Dios con fe

A veces no sabemos bien qué pedir o qué querer. No sabemos si orar de una manera o de otra, si pedir una cosa o la otra. Pero el leproso sabía bien cuál era su necesidad. No se dejó vencer por la incertidumbre. Hizo lo que debió hacer. Ya fuera que Jesús, tuviera o no, la voluntad de sanarle, él se presentó y pidió su ayuda.

Esta es una de las lecciones más grandes sobre la fe (que están en la Biblia para ayudarnos, para motivarnos a hacer lo correcto):

Debemos acercarnos a Dios tal cual somos y con la necesidad que tengamos. Él sabrá si obrar o no un milagro, tendrá Él sus propósitos para nuestra vida, pero no podemos darnos por vencidos sin pedir su ayuda.

¿No es esta acaso la enseñanza del texto de Lucas 18.1-8 en la parábola de la viuda y el juez injusto? ¿Y qué de la enseñanza de Lucas 11.5-8 en la parábola del amigo inoportuno? ¿Para qué estarán estas parábolas, especialmente la última en medio de la enseñanza sobre la oración?

Ahora, también es cierto que en determinadas situaciones no sabemos qué pedir ni qué hacer, y aunque contemos con la ayuda que nos brinda el Espíritu Santo (Romanos 8.26-27), también necesitaremos obtener sabiduría de parte de Dios. ¿Qué hacer en esos casos?

Pedir sabiduría

El libro de Santiago nos da una ayuda muy grande al aconsejarnos buscar sabiduría en Dios. Los receptores de su carta estaban pasando por situaciones muy complicadas, así que el Pastor Santiago les aconseja buscar lo que necesitaban en la más abundante fuente de sabiduría. Leamos:

5 Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6 Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, 8 siendo hombre de doble ánimo, inestable en todos sus caminos.

(Santiago 1:5-8 – LBLA)

(Si lo deseas, te invito a ver un comentario sobre cómo buscar la sabiduría de Dios a través del estudio del texto de Santiago).

Que Él te bendiga en todo, te conceda tus peticiones, te ayude en tu necesidad, pero más importante, te acompañe en cada momento y te dirija en cada paso. Que su sabiduría te siga y te llene en todo tiempo y que tu fe no mengue. Sigue adelante a pesar de lo que sea, y jamás abandones la fe, que es lo único que te acercará a quien tiene todas las respuestas.

Milagros de Jesús – Curación de un leproso

Qué hizo Jesús

Mira el relato de Marcos. Jesús fue movido a compasión. Antes de actuar por cualquier otro motivo, Jesús actuó por amor, por misericordia. Más allá de todo lo que podamos decir de Jesús, hay algo maravilloso que nunca podremos dejar de destacar: Su gran amor por nosotros. Por medio dicho amor Él logró plena empatía y obró con misericordia en muchísimos casos cuando estaba en la tierra, y lo sigue haciendo hoy en día.

Más que cualquier otra cosa, esto es lo que lo llevó a obrar su milagro. Es cierto que el leproso hizo su parte a la perfección, pero Jesús no se quedó atrás: Tampoco le prestó atención a las reglas culturales, no se fijó en el qué dirán (tocó al enfermo aunque esto lo pusiera legalmente en un apuro, ya que quien tocaba a un leproso quedaba impuro ritualmente).

El leproso necesitaba que alguien le prestara atención, que se le proveyera afecto; también recibir ayuda (ya que toda la sociedad los apartaba y los trataba despectivamente); necesitaba sentirse digno nuevamente, poder volver a su casa, a su familia, poder trabajar otra vez, estar dentro de la sociedad como antes, poder ir al Templo a adorar a Dios, etc., etc.

¿Quién le podría brindar todo eso?

Solamente Jesús

Él es el único que puede darte todo lo que necesitas, el único que sabe exactamente qué te hace falta. Solo Jesús puede llenar tu vida, darte consuelo, proveerte sustento y llenar tu corazón de paz, de amor y de gozo.

Si necesitas de Él no lo sigas dudando. Vence tus temores, acércate a Dios. Solo en Él hallarás todas tus respuestas y la ayuda necesaria. No esperes más. Hablale ahora.

Si no sabes cómo orar, solo dile lo que sientes, háblale con sinceridad, sin vueltas. No te preocupes por tu léxico, Él sabrá entenderte. Solo ten confianza y comparte con Él todo lo que esté en tu corazón. Al terminar de orar solo encomienda toda tu oración en el nombre de Jesús. Recuerda que cuando oras te estás dirigiendo a Dios, y también, que no hay fórmulas mágicas. Así que, si puedes, solo cierra tus ojos, ve a un lugar en donde nada te distraiga y habla allí con Dios.

Si aún así no sabes cómo hacerlo, si no conoces a Dios y le quieres conocer, haz click en el enlace e intentaremos ayudarte a que te acerques a Él. (Si quieres, también puedes escribirnos)

Milagros de Jesús – Curación de un leproso

Nota de estudio

Puede observarse que Mateo ubica este milagro en un conjunto de tres sanidades (Ver Mateo 8.1-17), por este tipo de agrupaciones, que se hallan en todo su evangelio, es que entendemos que el mismo ordena sus relatos en forma temática; como resultado de esto llegamos a la conclusión de que no se puede hacer un registro cronológico de su libro.

Por su lado Marcos y Lucas localizan este evento en otras circunstancias, Marcos al finalizar la gira de Jesús por Galilea y Lucas después del llamamiento de sus primeros discípulos. Lo importante para nosotros es poder, del conjunto de los tres relatos, encontrar aspectos que nos ayuden a entender mejor el contexto para conocer mejor el ministerio de nuestro Señor.

Estas diferencias no representan errores sino propósitos distintos. Mateo les escribe a los judíos, demostrándoles que Jesús es el Mesías esperado; esto nos demuestra la razón para tantas citas proféticas, Jesús las cumplió a todas y los hebreos debían darse cuenta. Éste era el propósito de Mateo.

Marcos les hablaba a los romanos, personas de acción, por eso sus relatos son más vívidos y es el evangelio más corto. Lucas estaba dirigido a los griegos, aunque vemos que Teófilo es el receptor primario, por eso es que se tomó el tiempo para narrar todo en orden y con lujo de detalle. Los griegos eran más analíticos que los romanos.

Como vemos cada uno tuvo su propósito pero los relatos se complementan para que nosotros, privilegiados por contar con todos, podamos aprender más de ellos. Si Dios nos permite tenerlos a nuestro alcance es para que los utilicemos y nos valgamos de ellos. ¡No desperdiciemos la oportunidad!

Lo último sobre el texto

Jesús no solo le dio la sanidad que aquel hombre necesitaba. Veamos en el texto que Jesús le dio la oportunidad de ser limpio ritualmente, por eso lo mandó a ir al templo y ofrecer el sacrificio (ver Levítico 14.1-33). El Señor se preocupó por cada detalle de la vida de aquel hombre (si no se presentaba ante el sacerdote, no podría ser aceptado en la sociedad).

Al presentarse él, y ver los sacerdotes la sanidad del hombre, recién después de esa instancia es que el testimonio de ellos serviría para que el ex leproso sea nuevamente admitido socialmente. ¿Qué tal? ¿Pensaba Jesús en todo o no? Así también piensa en ti.

Algunos links

Si quieres ver algunos otros estudios sobre los mialagros de Jesús, te invitamos a leer:

Jesús y el endemoniado de Capernaúm

Jesús y el milagro de la pesca milagrosa

O también, una lista de los mialagros narrados por San Lucas

Milagros de Jesús – Curación de un leproso

Nota sobre el texto bíblico utilizado

Todas las Citas Bíblicas identificadas con LBLA fueron tomadas con permiso de LBLA – http://www.lbla.com

4 respuestas a «Milagros de Jesús – Curación de un leproso»

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