Juan 3.17 – Dios envió a su Hijo para salvar al mundo

Juan 3.17 – Dios envió a su Hijo para salvar al mundo

Introducción

Bienvenidos a este estudio de la Palabra de Dios, esta es la continuación del comentario bíblico sobre el evangelio de Juan. Estamos estudiando el capítulo 3 y hemos visto que el mismo inició con la visita de un hombre llamado Nicodemo a Jesús. Éste vino de noche y a escondidas para intentar entender quién era Jesús y cuál era su mensaje de parte de Dios.

En los estudios anteriores hemos estado viendo muchas enseñanzas de parte de Jesús hacia este líder judío. Vimos que éste no entendía muchas de las cosas que Jesús le explicaba, pero que aún así Jesús le seguía explicando distintos temas relacionados con el Reino de Dios; esperando Jesús, que Nicodemo pudiera ingresar al mismo.

El último texto que hemos estudiado es el muy conocido Juan 3.16 en donde nuestro Señor le habló sobre el amor de Dios para con toda la humanidad. Vimos que Dios ha establecido un plan y que lo ha ejecutado con el fin de que, todo aquel que crea en Jesús, no se pierda sino que tenga vida eterna.

El versículo que estudiaremos hoy agrega más luz sobre el plan de Dios, y esclarece un poco más el propósito y la función ejecutada por Jesucristo en su primer venida. En este texto veremos que Él no vino con el fin de Juzgar a mundo, sino para salvarle. Ese fue su objetivo y su plan; y fue eso lo que llevó a cabo.

A continuación te dejamos el siguiente índice para que puedas navegar a voluntad por el estudio.

Unas palabras sobre nuestro comentario

La presente es una porción del Comentario Bíblico sobre el Evangelio de Juan, publicado por Gracia y Vida. El mismo pretende ayudar a los lectores en la interpretación y en la aplicación de las escrituras a sus vidas; teniendo además como objetivo que la lectura sea fluida y de fácil interpretación.

Con dicho objetivo en mente, y a fin de entender los distintos versículos de la manera más apropiada, nos ayudaremos con un análisis del contexto y también con las herramientas hermenéuticas necesarias para llegar a una correcta interpretación; pero todo esto sin entrar en largas discusiones, ni en detalles demasiado técnicos.

Sin más, y primero que cualquier otra cosa, te invitamos a leer atentamente el texto y orar para que el Señor te llene de su sabiduría; sin lugar a dudas Él será la gran fuente de toda verdad y de todo entendimiento. Hecho ésto, ahora sí comencemos con el estudio del versículo que nos convoca, leamos:

El Texto

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.

Juan 3:17 LBLA

Análisis del texto

Juan 3.17 – Dios envió a su Hijo para salvar al mundo

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo

En el contexto inmediato, Jesús le había estado hablando a Nicodemo sobre la necesidad de que Él sea levantado, así como había sido levantada la serpiente de Moisés en el desierto (para ver esto puedes leer desde Juan 3.14 y hasta 3.17). También puedes leer el estudio de Juan 3.14 – Jesús debe ser observado con Fe así como la serpiente en el desierto.

En aquella ocasión la serpiente fue levantada para que las personas que la mirasen con fe pudieran ser sanadas, por lo tanto, al seguir la idea del diálogo podemos ver que:

El mensaje y objetivo de Jesús era mostrarse ante todo el mundo para que lo pudieran ver con fe y que así pudiéramos llegar a obtener la salvación que Dios nos tiene preparada. Dios amaba tanto al mundo que en lugar de traer juicio a las naciones, venía a dar una oportunidad de salvación. Ese era el objetivo de Jesús y lo que finalmente llevó a cabo.

Pero, ¿Por qué Jesús le dice a Nicodemo que no vino a juzgar al mundo? ¿Era necesaria esta aclaración para aquel hombre? Veamos por qué sí:

El juicio de Dios profetizado

Por muchos años los judíos habían entendido que cuando viniera el Mesías, habría de juzgar a las naciones y establecer el reino mesiánico. Esta era una interpretación correcta de muchos textos de las Escrituras.

Muchos pasajes anunciaban tal acontecimiento y además, el derramamiento de la ira de Dios, y un tiempo en el que Él ejecutaría su gran venganza contra los que destruyeron y humillaron a su pueblo (ver por ejemplo: Isaías 63:1-6).

Otro texto muy conocido que nos habla sobre este tema es el del profeta Joel (aquí te presentamos una parte del capítulo 3, pero si te es posible, por favor, lee el capítulo completo).

1 Porque he aquí que en aquellos días y en aquel tiempo,

cuando yo restaure el bienestar de Judá y Jerusalén,

2 reuniré a todas las naciones,

y las haré bajar al valle de Josafat.

Y allí entraré en juicio con ellas

a favor de mi pueblo y mi heredad, Israel, (…)

Joel 3.1-2 – LBLA

El juicio era un evento a suceder y el pueblo judío estaba esperando tal acontecimiento. La llegada del Mesías era una señal que ellos estaban esperando, ya que a partir de ese momento, Israel sería restaurada y dejaría de ser subyugada por otras naciones.

No había error en su exégesis, sólo que había un tema que no podían interpretar completamente, un tema que parecía estar escondido de sus ojos. veamos cual:

El Mesías vendría en dos ocasiones

Dios había hablado a su pueblo por distintos profetas, y ellos anunciaron muchas cosas incluso sabiendo que no eran, ni para ellos, ni para su tiempo. Muchos no comprendieron ni siquiera el significado de su mensaje (si gustas lee 1 Pedro 1.10-12 y su comentario), pero aún así cumplieron con su tarea y anunciaron las palabras que les habían sido reveladas.

El gran problema que estaban teniendo los intérpretes de la ley y los maestros del pueblo, era que si bien habían muchas profecías que hablaban sobre la venida de uno, que se sentaría en el trono de David, y que vendría con poder; otras también hablaban del cordero que entregaría su vida en rescate por muchos (Isaías 53).

Ambas eran verdaderas y correctas, solo que: ¿Cómo se podían armonizar los mensajes de todas ellas? La interpretación de cada una por separado podría ser relativamente sencilla, pero sumarlas a todas y aplicarlas a un solo Mesías no era algo que ellos hubiesen podido hacer (a su favor debemos reconocer que nadie hubiese podido).

Había algo en aquellas profecías que no quedaba del todo claro al estudiarlas, y lo que no quedaba claro era que el Mesías se presentaría en dos oportunidades, en la primera para proveer la posibilidad de salvación, y la segunda para reinar y para juzgar.

La visión de un Mesías que venía a sufrir por el mundo era algo no entraba en la mente de aquellos que vivieron en el tiempo de Jesús y no entraba porque ellos, más que lógicamente, habían prestado mayor atención a las profecías que hablaban sobre la venida de un restaurador.

Todo lo demás había sido dejado de lado, y por lo tanto, la de Isaías 53, a la que nosotros tantas veces nos referimos, no estaba presente en sus mentes.

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Contexto histórico

¿Por qué era lógico que aquella profecía no estuviera en sus mentes? Porque ellos habían pasado de imperio en imperio siendo subyugados, maltratados, dominados y obligados a pagar impuestos. Ellos esperaban y anhelaban la liberación de su nación y habían hecho todo lo posible para conseguirla.

Al leer las profecías, lo que ellos veían era la posibilidad de liberación y de salvación, y era a eso a lo que se aferraban. Las siguientes profecías te ayudarán a entender el por qué de su esperanza: Isaías 51.1-6; Jeremías 30.18-22; Ezequiel 36.8-12; Amós 9.13-15; etc., etc.

En muchas profecías se anunciaba el día del Señor (Isaías 13.6), la revelación de Su gloria (Isaías 40.5) y Su presencia en medio del pueblo (Isaías 40.10 – si te es posible lee todo el capítulo); como también la restauración del Reino (Ezequiel 2.44; Salmos 132.11-12; Isaías 9.7).

Todo esto los llenaba de esperanzas, pero asimismo los segaba a la posibilidad de ver a Dios en Jesús. Estaban a la expectativa de otro Mesías (o por lo menos, de uno con otro ministerio) y por lo tanto no podían entender que Jesús lo fuera…

Además, la esperanza en el cumplimiento de tales profecías, sumada a la situación social y política que vivían, hacían que el pueblo viviera pendiente y expectante; y que muchos estuvieran más que preparados para hacer lo necesario para seguir a aquel otro Mesías en cuanto se presentase.

Basta con leer la historia de los macabeos y de los asmoneos como para entender que los judíos estaban dispuestos a liberarse de la manera en que hiciera falta. Solo necesitaban a un caudillo que los dirigiera. La venida del Mesías libertador era lo que tan desesperadamente anhelaban presenciar; y por ende, no tenían ojos para nadie más.

Resumiendo y concluyendo

La esperanza del pueblo judío de recibir al Mesías era más que grande ya que, según su interpretación, junto con su venida también acontecerían los siguientes hechos: la restauración del reino, la llegada de la prosperidad y el juicio a las naciones.

Todo esto estaba en las mentes de aquellos que vivían en los tiempos de Jesús y por lo tanto aquí nuestro Señor le dice directa y explícitamente a Nicodemo que Él no venía para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. Ésto es lo que él debía incorporar a su pensamiento: “Que en este caso el Mesías venía a traer salvación y no juicio”.

Para reflexionar

Juan 3.17 – Dios envió a su Hijo para salvar al mundo

La desesperación puede cegarnos

La pensar en estas personas vemos que su desesperación los cegaba, y que por tanto su esperanza y su fe no les ayudaban a ver la realidad que se les presentaba en frente. Jesús estaba allí pero no podían verle, y no lo veían porque estaban aferrados a encontrar otra salida, a otro Mesías, alguien que respondiera a sus propios criterios.

Es difícil ver sin entristecernos que la ayuda, la solución a sus mayores problemas estuviera frente a ellos y que sinembargo, no se dieran cuenta. Jesús lloró por esta misma situación en Lc. 19:41–44. Ahora, nosotros, ¿Tendremos nuestros ojos bien abiertos a lo que Jesús quiere mostrarnos, a la solución que quiere ofrecernos?

Y por otro lado: ¿Por qué a veces nos hacemos ciegos a nosotros mismos mirando más al problema que a Jesús? (Ver en Mateo 14:22-33 lo que Él le dijo a Pedro cuando dudó). ¡No nos alejemos, no cerremos nuestros ojos, no dejemos de buscarle, ni de mirar al único que puede ayudarnos!

Dios nos ayude a conservar el dominio propio y a buscarle, a encontrar su revelación y su sabiduría tan pronto nos haga falta. Y siempre estemos prontos a pedirle que nuestras situaciones difíciles no nos cieguen, ni nos desvíen de Su verdad.

También nos ayude a no alejarnos de Él buscando soluciones de mundo que no nos llevan por buenos caminos y que nos apartan de Su presencia; y que al final en vez de solucionar, lo que mejor logran hacer es perjudicarnos. ¿Te ha pasado?

¡Cuán necesario es estar en comunión con el Señor todo el tiempo! Nos ayude Dios a poder lograr una unión con Él, que nos permita estar siempre con los ojos bien abiertos a la realidad, y a las posibilidades que Él nos brinda. ¿Estás de acuerdo?

Si quieres, puedes tomar un momentito para hablar con Él ahora mismo. (Dios se manifieste y te llene de Su luz, en el nombre de Jesús, amén).

La confianza en nuestros conocimientos puede cegarnos

Por otro lado, al pensar también en Nicodemo y en nosotros mismos:

Cuántas veces creemos saberlo todo y esa concepción en nuestras mentes nos impide ver un poco más allá, es decir, diferentes realidades de la vida y verdades espirituales que permanecen ocultas a nuestros ojos.

En este caso Jesús estaba hablando con un muy reconocido maestro de Israel, con un escriba y gobernante del pueblo. Difícilmente hubieran muchos más preparados que este hombre sobre la letra de “la ley y los profetas” (la Biblia de ellos, lo que nosotros llamamos Antiguo Testamento), pero aún así, él no acertaba a la correcta interpretación de la misma.

Si bien algo había visto en Jesús (y eso le llevó a buscar este encuentro), Nicodemo aún dudaba. No entendía Sus explicaciones, y sus conocimientos le jugaban una muy mala pasada. Por eso, a pesar de que él no le preguntó a Jesús sobre el juicio, probablemente fuera eso era lo que tuviera en mente todo el tiempo.

Es probable que él pensara: “si Jesús verdaderamente fuera el Mesías, hubiese venido a tomar el reino y a juzgar a las naciones”. Es por eso que Jesús, al conocer sus pensamientos, le habló sobre este tema. Jesús quería derribar todas las barreras que aquel hombre se había construido, barreras que no le dejaban ver la realidad.

Y tal vez también nosotros tengamos hoy barreras, que a pesar de nuestros muchos conocimientos, nos impidan ver más allá. Tal vez como Nicodemo debamos tomarnos de cuanta humildad tengamos y disponernos a ir a Jesús para que sea Él quien nos muestre cómo debería ser nuestra vida y qué cosas son las verdaderamente importantes.

Éste es un excelente momento para humillarte frente a Dios y decirle:

Oración

“Señor sólo Tú sabes todas las cosas, por favor, muéstrame, enséñame y llévame a toda verdad. Te entrego hoy mi vida una vez más, y también mi mente y mi corazón, para que me hables y me llenes de tu entendimiento; quiero conocer tu verdad y tu voluntad para mi vida.

Por eso Padre, me pongo en tus manos hoy y te adoro con todo mi ser y con toda mi vida. Estoy dispuesto a seguirte y a hacer todo lo que Tú quieras que yo haga. Bendito sea tu Nombre, en el nombre de Jesús, amén”.

(Agrega a esta oración todo lo que necesites decirle, pregúntale por todo lo que no entiendas, sea Él quien te guíe por la vida como aquel que todo lo sabe, y como aquel que todo lo puede. Él te ama demasiado como para no enseñarte, como para no dirigirte. Por lo tanto, confía en Él y presta atención a Su Palabra, se obediente y mantente atento. Él seguirá obrando en tu vida. El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús (Filipenses 1.6 – LBLA) ¿Lo crees? ¡Que así sea!).

Juan 3.17 – Dios envió a su Hijo para salvar al mundo

Veamos ahora muy rápidamente la última parte del texto:

Para que el mundo sea salvo por Él

Aquí nuevamente tenemos posibilidad de notar el alcance de la oferta de salvación: “todo el mundo estaba incluido”. Jesús venía a ofrecer esta posibilidad a todos, lo que obviamente no significa que la misma (la salvación) se aplique automáticamente a todo el mundo.

Hemos tratado el tema de la salvación en distintos estudios, puedes ver qué significa y qué implica la salvación a través del link, también vimos la necesidad de la fe para obtener la misma y qué es la vida eterna.

Puedes además ver los siguientes temas en otros estudios: Qué es el pecado o cuáles son las consecuencias del pecado. Pero más importante sería que sepas que la posibilidad de salvación está a tu alcance. ¿Crees tú en Jesús? ¡Hoy puedes obtener tu salvación!

Siendo que hemos hablado de todas estas cosas en otros estudios, hemos preferido dejar los links a repetir conceptos y alargar mucho el presente. Confiamos en que igualmente te haya resultado útil ingresar al Sitio y leer este estudio en esta página (puedes dejarnos tu opinión y/o sugerencias en la caja de comentarios).

Para terminar con este estudio

Hoy hemos visto a qué venía Jesús y a qué no. Hemos hablado de las concepciones judías acerca del Mesías y de por qué les costaba entender que Jesús lo fuera, también hemos pensado en nosotros mismos y en que también nosotros podemos tener barreras para entender muchas cosas, pero que aún así tenemos la oportunidad de acercarnos a la voluntad de Dios y de andar en sus caminos.

Al seguir analizando el texto bíblico veremos que Jesús le continuará hablando a Nicodemo sobre la fe en Él y sobre la condenación de aquellos que no ponen en Él (en Jesús) su fe, pero esto lo veremos en el próximo estudio.

Por lo tanto nos despedimos por ahora, pero nos ponemos a tu disposición para ayudarte en lo que nos sea posible. También nos gustaría que sepas que para nosotros es importante conocer tu opinión sobre nuestro trabajo; ya que esperamos saber si a través del mismo estamos pudiendo ayudar a otros para acercarse más a Dios, y para entender más sobre Su Palabra.

¡Que Dios te bendiga mucho!

Te dejamos algunos otros links que pudieran servirte:

Esto otros te ayudarán a entender más sobre el mensaje de la Biblia y sobre cómo obtener la vida eterna que Dios quiere darte:

Nota

Todas las Citas Bíblicas identificadas con LBLA fueron tomadas con permiso de LBLA – http://www.lbla.com

Juan 3.17 – Dios envió a su Hijo para salvar al mundo

2 respuestas a «Juan 3.17 – Dios envió a su Hijo para salvar al mundo»

No se mucho sobre el estudio de la biblia, pero lo que he leído sobre el análisis del Libro de Juan, le digo Dios les pague y sigan adelante con redacción y estudio de la biblia, que llega a nosotros, y que lo buscamos nos hace mucho bien Dios les bendiga

Muchas gracias Miriam, Dios te bendiga en todo. Él ya nos pagó suficientemente y por demás al enviar a Su Hijo para regalarnos la salvación. ¡Toda la gloria es para nuestro Señor!

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