Hablar a otros sin prejuicios – Devocional Diario
¡Muy bienvenidos! ¿Qué tal si hoy pensamos juntos en el tema de los prejuicios?
Muchos son lo que se manejan por medio de los mismos, pero en el texto que hoy veremos, nuestro Señor Jesús nos muestra que nosotros no debemos hacerlo.
Hoy veremos que, a pesar de lo que otros pensaban, a pesar del repudio de todos a su alrededor, Jesús solo vio la necesidad del hombre de la historia y actuó a su favor.
Pero antes de comenzar con nuestro devocional, te invitamos a que tomes unos instantes para orar a Dios. ¿Estás de acuerdo?
Detén entonces por un instante tu lectura y habla con tu Padre celestial
¿Ya lo has hecho? Genial, comencemos entonces por leer el
Texto base del Devocional
Cuando los escribas de los fariseos vieron que Él comía con pecadores y recaudadores de impuestos, decían a Sus discípulos: «¿Por qué Él come y bebe con recaudadores de impuestos y pecadores?».
Marcos 2.16 – NBLA
Pensemos juntos
En primer lugar observemos de qué habla nuestro texto base: Leví era un hombre odiado por su pueblo. Su tarea como recaudador de impuestos provocaba mucha indignación de parte de sus compatriotas, quienes además lo consideraban un hombre pecador delante de Dios.
Jesús, lejos de los prejuicios del pueblo, pero también muy consciente de quién era Leví y a qué se dedicaba, lo llamó para que le siga. No veremos hoy los detalles del llamamiento, ni la disposición de Leví para seguir a Jesús de inmediato, pero es obvio que algo vio nuestro Señor para llamarle, ¿No lo crees? Obviamente algo que los demás no veían…
Más allá de esto último, lo que sí nos gustaría destacar es que Jesús no se dejó llevar por lo que otros pensaban sobre aquel hombre. Entre paréntesis decimos que nuestro Señor tenía muy claro cuál era Su propósito en la vida, algo que también sería muy aconsejable para todos nosotros. ¿Cierto? ¿Tendrás claro cuál será el tuyo? Esperamos que así sea.
Pensando ahora en la meta de Jesús, la misma fue llevar a aquel hombre a vivir una nueva vida, una que le permitiera tener una verdadera relación con Dios; y por lo tanto, el Señor hizo todo necesario como para lograr su objetivo. Fue hasta donde estaba Leví, lo llamó y luego pasó tiempo a su lado (a pesar del qué dirán). ¿Serías tú capaz de hacer lo mismo?
Un ejemplo a imitar
¿Te has dado cuenta de cuánto prejuicio hay en nuestra sociedad? Incluso en nuestras iglesias existen los prejuicios, ¿Cierto? Pero ese no fue precisamente el ejemplo que nos dejó Jesús. Él bien supo que esa persona tenía necesidad de cambiar su vida. Él supo que también aquel hombre debía encontrar a Dios.
Eso bastó para Jesús y es por eso que fue adonde él estaba, lo buscó, y luego de llamarlo se tomó el tiempo necesario como para fortalecer la fe de Leví. ¿No es este un muy buen ejemplo para nosotros? ¿Hace cuánto tiempo que no buscas a alguien para ayudarlo a acercarse a Dios?
Eso es lo que Jesús nos mostró en esta historia, y también es eso lo que Él nos pide. Eso está más que claro en todo el Nuevo Testamento (busca por favor y lee Mateo 28.19-20; Hechos 13.47; 2 Timoteo 4.2 y 1 Pedro 2.9). Debemos hacerlo a pesar del qué dirán. Debemos pensar en todas las personas. Debemos imitar a Jesús. ¿Cierto?
Ahora, es más que importante notar en esta historia, que no sólo es cuestión de ir, de hablar rápidamente y luego salir “corriendo”. Debemos invertir el tiempo para afirmar a las personas en el camino del Señor. ¡Eso es más que necesario! Y esa también es nuestra tarea.
¿Dónde estaríamos nosotros si otros no nos hubiesen ayudado, si no hubiesen orado por nosotros, si nadie nos hubiese guiado y apoyado? ¿Verdad que nos hubiese sido más difícil el camino de la fe? Entonces, ¿Podrás tomar el compromiso de ayudar a otros a partir de hoy? ¿Te pondrás en las manos de Dios para realizar esta tarea?
Si es así te invitamos a realizar la siguiente oración:
Oración
Padre Santo y Señor nuestro, hoy he visto lo que hizo Jesús en esta historia y yo quiero seguir su ejemplo. Quiero ponerme en tus manos para servirte en cada cosa que tú quieras. Me gustaría ser una herramienta en tus manos y por tanto te pido que me ayudes a entender tu voluntad, a vivir según la misma y a obecederte en todo tiempo.
Te suplico me perdones por mis pecados y rebeldías, me ayudes a llevar tu luz a cuanto lugar vaya, que pueda hablarle a otros, y que me ayudes y me prepares para estar listo para ayudar a muchos a crecer en la fe. Para ti sea la gloria Padre y también toda mi vida. Quiero ser tu sierva/o, y por lo tanto te digo oh Dios: heme aquí, envíame a mí.
Te agradezco mi Señor por todo lo que haces por mí, te alabo y te adoro y te pido todas estas cosas en el nombre de Cristo Jesús, amén.
Saludo y despedida
Con todo nuestro corazón anhelamos que hayas hecho esta oración y que Dios obre en tu vida ayudándote en cada área, y también en cada cosa que hagas.
Nunca olvides que hay muchos que te necesitan y que seguramente, si te pones en sus manos, los ayudarás a que se acerquen a Él para obtener la salvación.
Esperamos que así sea, y que Él te guíe y te ayude en esta tan hermosa y necesaria tarea. ¡Así será! ¿Cierto?
Por otro lado, por si te es útil, te dejamos dos Índices para que puedas buscar más devocionales:
Y además, queremos que sepas que si quieres comunicarte con nosotros, te estaremos esperando. ¡Que Dios te bendiga mucho!
Notas
La Cita Bíblica fue tomada con permiso de Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 by The Lockman Foundation
La imagen corresponde a un trabajo de Gracia y Vida sobre la imagen original de Free-Photos descargada de Pixabay.