Texto bíblico: Marcos 15.12-13
12 Pilato les preguntó: «¿Qué haré, entonces, con el que ustedes llaman el Rey de los judíos?». 13 Ellos le respondieron a gritos: «¡Crucifícalo!».
Contexto bíblico: Marcos 15.6-15
6 Ahora bien, en cada fiesta Pilato acostumbraba soltarles un preso, el que ellos pidieran. 7 Y uno llamado Barrabás había sido encarcelado con los rebeldes que habían cometido homicidio en la insurrección.
8 Cuando la multitud subió, comenzó a pedirle a Pilato que hiciera como siempre les había hecho. 9 Entonces Pilato les preguntó: «¿Quieren que les suelte al Rey de los judíos?». 10 Porque sabía que los principales sacerdotes lo habían entregado por envidia.
11 Pero los principales sacerdotes provocaron a la multitud para que le pidiera que en vez de Jesús les soltara a Barrabás. 12 Pilato les preguntó: «¿Qué haré, entonces, con el que ustedes llaman el Rey de los judíos?». 13 Ellos le respondieron a gritos: «¡Crucifícalo!».
14 Y Pilato les decía: «¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho?». Y ellos gritaban aún más: «¡Crucifícalo!». 15 Pilato, queriendo complacer a la multitud, les soltó a Barrabás; y después de hacer azotar a Jesús, lo entregó para que fuera crucificado.
Reflexión Bíblica – Meditación Cristiana – Devocional Diario
Somos muchos los que, generalmente, escogemos creer en la gente.
Solo que muchas veces terminamos engañados y/o estafados. ¿Te sucedió? Probablemente si…
A través de este pasaje bíblico, podemos ver muy claramente cómo es el corazón de las personas.
Demasiado variable, muy fácil de manejar.
Hacía tan poco tiempo que ellos glorificaron a Dios en la entrada triunfal de Jesús…
Pero ahora, sin embargo, gritaban: ¡Crucifíquenle!
¿Cómo es esto posible?
Con razón Jeremías 5.5 dice: “maldito el hombre que confía en el hombre”.
Y más adelante, en Jeremías 17.9 dice: engañoso es el corazón, más que todas las cosas”.
Por ende, ¡cuánto cuidado debemos tener!
Pero no solamente del corazón de las otras personas, sino también de nuestros propios corazones.
Nuestro corazón puede llegar a engañarnos, anular la razón y llevarnos a actuar de forma irracional. ¿Te ha sucedido?
¿Qué sucede cuando nos enojamos? ¿No decimos cosas de las cuales, luego nos arrepentimos?
Y… ¿No hacemos cosas que luego, cuando las pensamos mejor, decimos: ¡Nooo! ¿Por qué tuve que hacer eso?
Pero en cuanto lo razonamos ya es tarde, ¡el daño ya está hecho! Y obvio que luego nos arrepentimos, y que luego pedimos perdón.
Pero no en todas los casos el perdón nos llega. Así que, en menor o mayor medida, andamos por la vida fallando, pecando y dañando a la gente que nos rodea…
Muchas veces, solucionando problemas que nosotros mismos generamos, y en otros tantos casos, generando raíces de amargura.
Ahora, ¿cómo cambiamos todo esto? ¿Hay manera? ¿Hay alguna solución?
¡Sí, que la hay! Se llama fruto del Espíritu, y es algo que nuestro Dios nos regala.
Podemos encontrar la referencia bíblica en Gálatas 5.22 y 23:
“Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, 23 mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley”.
Cómo vemos, se compone de varios componentes, los cuales, potenciados entre sí, nos ayudan a tener autocontrol, aún en medio de situaciones difíciles.
Dominio propio, mansedumbre, benignidad, bondad, paz, paciencia y amor, todas juntas, y bien desarrolladas, nos ayudan a mantenernos calmados en momentos de crisis.
Por tanto, te animo a buscar la comunión con Dios, a permitir que el Espíritu Santo obre en tu vida, y a buscar vivir en santidad.
Suena difícil, ¿Cierto? ¡Pero es posible!
Si lo buscas, Él obrará en tu vida y te ayudará a desarrollar el fruto del Espíritu, y eso te evitará tener más reacciones, actitudes y hechos de los cuales luego te arrepientas.
Tal vez no podamos cambiar el corazón del prójimo, pero sí podemos cambiar el nuestro.
¿Qué tal si lo intentas? ¿Querrás? Espero que sí, pero más importante todavía, tu Padre Celestial espera que sí.
¡Que Él te bendiga mucho, y te ayude a desarrollar el fruto del Espíritu en tu vida! ¿Amén?
Oración
Padre Santo y Dios misericordioso, gracias te doy por todas tus bendiciones.
Te entrego hoy mi vida y especialmente mi corazón. Te suplico que obres en mí y que me ayudes a vivir dentro de tu voluntad.
También te suplico Padre que me des sabiduría para saber cómo manejarme frente a situaciones difíciles y frente a personas que no sean honestas.
Señor yo te adoro y te alabo. Pongo esta oración a tus pies Señor, bendito sea tu Nombre, amén.
Links
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Devocional diario: El ministerio de Jesús
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Notas
- Las citas bíblicas fueron tomadas con permiso de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA) © 2005 byThe Lockman Foundation.
- La imagen de portada es un trabajo de Gracia y Vida utilizando las imágenes originales de Pixabay.