Cómo Orar Efectivamente

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Cómo orar efectivamente

Introducción

Muchas veces los cristianos nos preguntamos cómo orar efectivamente. Lo que veremos en este estudio es solo un ejemplo de oración que encontramos en la Biblia. Es la oración que hizo la primera iglesia cristiana.

Antes de comenzar, tal vez sea necesario aclarar que muchas personas, que no conocen tan bien a Dios, pudieran pensar que si hacen la oración correcta, o que si usan las palabras adecuadas entonces tal vez logren que Dios realice lo que le piden, o que tal vez insistiendo mucho, lleguen a torcer sus designios o modificar su voluntad, pero la verdad es que esto dificilmente ocurra.

Pero si lo que queremos es comprender cómo funciona la oración, primero debemos tener en claro varias cosas. Yo solamente mencionaré tres que me parecen fundamentales.

La primera es que Dios no es manipulable, no hay nada que podamos hacer que fuerce a Dios a realizar un milagro, si Él no está dispuesto o si no está dentro de sus planes, no actuará; no podremos convencerlo de algo que Él no quiera.

La segunda es también muy importante, Él no es deudor de nadie, nada que podamos hacer nos servirá para canjearlo por un milagro. Será entonces inútil que lo intentemos. (Lo que sí es cierto, es que muchas veces nos vemos tentados a recordarle lo que hacemos por Él, pero esto no es correcto, no importa cuán desesperados estemos).

La tercera y última que expondré aquí es que no importa cuán inteligentes o buenos estrategas seamos, sus planes son de muchas maneras, mucho mejores que los nuestros. Esto significa que Él sabe mejor que nosotros qué es lo que nos conviene. (Esto suele costarnos mucho ¿Cierto?)

Ahora sí, con esto aclarado, pudiéramos pasar a preguntarnos:

¿Cómo debemos orar? ¿Qué debiéramos pedir? Y ¿Cómo podemos saber cuál será su voluntad?

Hay muchos ejemplos en la Biblia sobre cómo podemos acercarnos a Dios en oración, de ellos podemos aprender mucho. Pero en esta ocasión veremos solamente uno que nos muestra que verdaderamente es posible realizar oraciones efectivas. En este caso no será una oración personal sino una congregacional, como cuerpo de Cristo, una oración que hace la iglesia.

Veremos no solo lo que piden, sino también, lo que a mí parecer constituye la clave del éxito en toda oración, el modo de vida y la comunión con Él; y en consecuencia entenderemos por qué fue que Dios respondió de semejante manera.

También sé que es cierto que estamos analizando un ejemplo que tuvo lugar en un momento espiritual muy especial. Pero esto, de ninguna manera mengua la enseñanza que nos deja. Hoy también podemos vivir de esa misma manera y tener una relación de comunión con Dios tan preciosa como la de ellos. Es solo una cuestión de decisión de nuestra parte. Es cuestión de entrega verdadera.

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Veamos en el texto bíblico que se encuentra en el libro de los hechos de los apóstoles

Y prestemos atención a algunas cosas importantes.

El motivo de la oración, qué era lo que pedían

²⁹Y ahora, Señor, considera sus amenazas, y permite que tus siervos hablen tu palabra con toda confianza, (Hechos 4.29 – LBLA)

El corazón de la Iglesia primitiva:

³²La congregación de los que creyeron era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común (Hechos 4.32 – LBLA)

Cómo era su vida:

⁴²Y se dedicaban continuamentea las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración (Hechos 2.42 – LBLA)

Cómo eran sus líderes:

³³Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús^[v], y abundante gracia había sobre todos ellos. (Hechos 4.33 – LBLA)

El resultado de la primera oración de la Iglesia. ¡Qué desafío para nosotros!

³¹Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor. (Hechos 4.31 – LBLA)

Algunas conclusiones:

Cuando vemos todo esto, ciertamente entendemos que la iglesia estaba atravesando un momento de comunión muy especial, no solo entre sus miembros, sino también con Dios. Hoy nosotros debemos buscar tener la misma calidad de comunión que ellos, éste es nuestro desafío.

No solo los líderes tenían claro qué debían hacer, qué quería Dios de ellos; sino que también la iglesia toda vivía claramente dentro de la voluntad de Dios. Y éste, entiendo yo, que es el principio de toda oración “exitosa”:

Vivir dentro de la voluntad de Dios

Y creo que:

Ésta es la clave a la que debemos los prestar atención

Y esta es la confianza que tenemos delante de El, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye. (1Juan 5.14 – LBLA)

Entonces, para saber cómo debemos orar hay dos respuestas pertinentes, la primera, a orar se aprende orando, así que simplemente debemos orar con sinceridad, en libertad, en forma cotidiana, con fe (Ya veremos más sobre todo esto), y segunda, debemos dejar que el Señor nos guíe a través de su Espíritu, esto no se logra de ninguna otra manera que poseyendo una comunión real y habitual con Él.

Para saber qué pedir y cuál es su voluntad, bueno, la comunión es la clave. Busquemos esa comunión. Otros la lograron, nosotros también podemos. Entrégale a Dios tu vida, tu voluntad y tu tiempo. Él hará el resto. Te guiará, escuchará y responderá. Eso es lo que hace todo padre con sus hijos, y Dios todavía más.

Ya en este punto, oración efectiva, es la que hace un verdadero siervo de Dios que vive dentro de su voluntad. Qué tal, ¿Te animas a ser una persona con estas características? ¿Te identificas con esto? ¿Quisieras vivir de esta manera? ¡Dios te ayude a hacerlo!

Oración:

Padre Santo, quisiera vivir dentro de tu voluntad, orar como conviene, estar más cerca tuyo cada día. No solo quiero que respondas mis oraciones, sino que quiero hacer las oraciones correctas, las que hace todo verdadero siervo fiel.

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Perdóname Padre por mis pecados, ayúdame a ser un verdadero embajador tuyo. Muéstrame cual sea tu voluntad para mi vida. Quiero vivir como te agrada, en tu presencia cada día.

Para vos sea la gloria y la honra por los siglos. Tuya es mi vida, bendito seas Padre amado, he aquí tu siervo quien te ama, escucha mi oración y glorifícate en mi vida, mis actos y testimonio, en el nombre de tu Hijo amado, Amén.